ACONSEJAMOS DISCRESIÓN DEL LECTOR: Algunas escenas que presentamos a continuación son inapropiadas.
Por: N-Azz
Kike apareció en menos de un minuto con una toalla.
“Báñate. Así cenarás fresco, ¿verdad?”.
Sin saber por qué Anselmo obedeció. Se desnudó, se metió a una de las duchas, y después de experimentar con la dirección de las llaves, consiguió abrirlas.
El agua estaba rica.
“Anselmo, toma”.
Anselmo corrió la cortina de la ducha,apenas. Kike le entregó una envoltura.
Al abrirla, identificó ese aroma que 24 horas antes lo mantuvo en éxtasis por quince minutos.
Comenzó a pasarse el jabón debajo de aquella lluvia de la ducha, y cerró los ojos. Otra vez esa sensación. Volaba.
De pronto, volvió a sentir las manos de Elías pasando y repasando por los mismos lugares que él.
Súbitamente, abrió los ojos con espanto.
Estaba solo en el cubículo de mayólica celeste. El agua de la ducha seguía cayendo.
“¿Kike?”
“Apúrate, que ahorita debemos cenar, y de aquí a trabajar”.
Se enjuagó, salió de la ducha, y se fue con Kike de vuelta a su cuarto. Anselmo se había anudado la toalla a la cintura, sobre el cuerpo desnudo.
“No tienes uniforme, ¿verdad?”, dijo Kike hurgando entre lo poco que había en sus cajones.
“Zack me dijo que me buscaría ropa mañana”.
Kike se le acercó: “Cúidate de Zak. Es un reconcha su madre, y si no le caes bien, es capaz de joderte con don Martín”.
“¿Sí?”
“Sí, pero no les digas nada. Cumple con tu chamba y no te metas con nadie””.
“¿Y… tú?”
“yo soy distinto. Yo ya la sufrí. ¿pa’qué debes sufrir lo mismo?... ¿verdad?”
Cuando fueron a cenar, Zack, su padrino y los otros dos chicos los esperaban.
Comieron verduras y pollo.
Las paredes de esta habitación eran cremas y rojas. Al fondo un afiche de Schwarzzennegger, como Conan, dominaba el espacio. Del otro, una pintura de un ser casi mitológico, de bello cuerpo, de evidentes rasgos afro, en medio de un paisaje agreste. Anselmo se quedó mirando la obra de arte, tanto que casi ni comía
“Es Zulú”, explicó Zack, como respondiendo a la prospección visual del recién llegado.
“Es el pago de una deuda. Un huevón que quería que se lo forre. Le dije: eres pintor, lo pintas, y él te hace de todo. El huevón lo hizo, y terminó enamorándose de Zulú, tanto, que vino un día, y nos regaló el cuadro: 25 dólares”, relató Martín con la sonrisa de la pendejada lograda.
“Ejpera que tejale máj cliente’, y veráj cómo le empiezo a agregar cero’”, intervino el chico moreno, mirando a Martín.
“Deberías empezar a cobrar cinco dólares por centímetro”.
Zulú sonrió.
“Febo, y tú ¿no quieres contar cuando casi lo estrangulas al catedrático de la Iluminada?”
Todos, menos Anselmo rieron. Febo siguió comiendo y ocultó más su cara.
Anselmo parecía haberse tranquilizado.
Terminaron de cenar, y después de lavarse los dientes (con una pasta dental que sabía rico y que según la etiqueta era blanqueadora), los dos chicos fueron a un sitio con una tele ancha, y miles de estuches negros con carátulas de chicos seduciendo a la cámara. Le mostró cómo usar el reproductor de DVD, y lo dejó con un video. Era una película de Kristen Björn. Le llamó la atención que los actores hablaran como Zulú, y que casi cada cinco minutos eyacularan con mucha profusión y de la nada, en medio de gemidos y jadeos.
No duró más de diez minutos antes de caer de sueño.
Zack lo despertó y lo llevó a su cuarto.
amaneció con una sábana blanca encima, y nada debajo, pero totalmente sudoroso.
Era de nuevo la visión del Huaynapite. Sólo que esta vez quien se iba por el abismo era Elías.
Todavía estaba oscuro afuera.
(CONTINUARÁ…)
© 2012, 2013 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí. SIEMPRE PRACTICA SEXO SEGURO.
Texto producido con el Método Writting Fitness. Más información aquí.
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