CAPÍTULO 27 (final)
Un mes después.
En lo alto de la sierra está San Jerónimo, un encantador pueblo rodeado de bosques que ocultan los picachos que no son otra cosa que grandes bloques de piedra negra pulida por el sol, el agua y el viento.
La feria por la Bajada de Reyes comenzaba a tomar forma. Puestos de comida, tómbolas, un carrusel vetusto.
Anselmo acaba de cumplir 17 años de edad, apenas hace DOS días.
Fue un buen alumno en la escuela, pero esos méritos de nada sirven por acá.
El campo necesita manos que lo trabajen, y las suyas son las únicas sobrias y disponibles en casa; por eso, tuvo que DEJAR DE ESTUDIAR contra su voluntad, justo cuando iba a concluírla.
Agapito, su padre, había decidido desentenderse de estas jornadas. En el fondo del hogar, HAY una pala con la que hace tiempo estaba en una muda riña. La última vez que la cogió con gusto fue el día que murió Santos, la madre de Anselmo, hace más de un año.
Pero ese resentimiento tuvo que postergarse. Agapito está en el penal detenido por haber entregado a su hijo a un compadre que vivía en la costa, quien también ha sido privado de la libertad y está bajo investigación por, al menos, tres delitos.
Por fin, el auto blanco aparece en medio de una nube de polvo y varios niños que intentan torearlo.
Tres personas conocidas para Anselmo por fin pueden despegar sus traseros del asiento posterior.
“¡Tu pueblo está de la puta madre!”, dice un tipo alto y fornido en extremo.
No ha dejado de tomar fotos.
Tiene el rostro muy atractivo, aunque el polvo ha pintado de crema su cabello y sus pestañas.
Este hombre y Anselmo se abrazan afectuosamente.
“Gracias Max”.
“Koky. Soy Koky, no lo olvides”.
El segundo es un muchacho delgado, algo pálido pero de ojos vivaces.
“Vas a tener que prestarle tu memoria de elefante, si no, no le alcanzarán las fotos”.
Anselmo y este otro chico se abrazan largamente.
“¿Cómo vas, Kike?”
“La peor parte del tratamiento ya pasó. Ahora debo recuperar peso, así que me tendrás que dar las comidas de acá”.
“¡Ya pues!”
El tercero tiene cuerpo armonioso y mirada dulce. También saluda a Anselmo abrazándolo, y es correspondido de una manera especial y entrañable.
“Te extrañé”, le dice casi al oído.
“Yo también, amor. ¿Qué te dijeron?”
“Tengo que declarar en los dos procesos. Tu viejo pudo denunciarme y ha pedido que me detengan”.
“¿Lo harán?”
“No. El abogado dice que en la denuncia no hay pruebas contra mí, pero tengo que ir cuando me llamen pa’declarar”.
Max, o Koky, regresa donde la pareja. “ah, Daniel manda saludos y dice que te vendrá a visitar tan pronto como pueda”.
“Ya pues”, sella Anselmo. “Seguro me hará más preguntas”.
“La hizo bien ese huevón: ¿quién iba a pensar que era periodista? Me dijo que el reportaje saldrá para la quincena”, recuerda el cuerpón mientras se sacude el polvo del cabello.
“Tú no hables. ¿Quién iba a suponer que eras…?”
Max le pide guardar silencio con el índice sobre sus labios.
“Si no fuera por lo que Daniel averiguó, a lo mejor no volvías a ver a Elías”, recuerda Max.
Esa medianoche, los cuatro, sentados en el corredor de la casa de Anselmo, contemplan los fuegos artificiales de la fiesta, a unos tres kilómetros cerro abajo.
Elías, el chico que bajó último del auto, se ha apoyado contra la pared y abierto de piernas para que Anselmo se acomode y se recueste en su pecho.
Kike ha apoyado su cabeza sobre el voluminoso hombro de Max, y se maravilla con el espectáculo en el cielo serrano: “Me recuerda a mi tierra”.
“Ya nos tocará ir allá algún día”, asegura el fornido. Entonces, se dirige a los dos abrazados. “Oigan, muchachos, nada de sexo hasta que Anselmo tenga 18, ¿ah?”
Los aludidos ríen. “No. Esperaremos. ¿Verdad Elías?”
“Caballero. Manuela Pajares nomá’”.
Anselmo sonríe: “Oye, Max, ¿te acuerdas cuando le hicimos creer a mi padrino que los tres tiramos?”
Max celebra la estratagema: “¿Quién dijo que sólo las mujeres fingen orgasmos?”
“Pero hoy si lo haremos de verdad¿no?”, dice Kike, quitando la cabeza del hombro de Max.
“¿Trajiste condones?”
“Claro”, dice Kike, sonriendo. “Zulú me recomendó unos con retardante”.
“Ojalá la cama del viejo de Anselmo no suene mucho”.
“Cierto que Zulú ahora maneja el Alpha Male?”, interviene Anselmo.
“Sí, pero no es lo mismo de antes, y la gente que se consiguió se la pasa modelando pero no sirve. Ya se ha mechado con Febo por esas cosas”.
Anselmo sonríe.
“¿Febo es mi primo Segundo, no?”, consulta Elías.
“sí. De veras, dijo que a lo mejor regresa”, concluye Max.
Los fuegos terminan y los chicos se van a dormir.
Quienes prometieron hacer crujir la cama se quedan profundamente dormidos, en tanto Anselmo y Elías comparten otro lecho y, muy a su pesar, practican la abstinencia.
EPÍLOGO
Martín Hidalgo Saavedra fue condenado a 35 años de prisión porsecuestro, proxenetismo, violación, corrupción de menores y ahora enfrenta un proceso por evasión fiscal.
Agapito Castro González recibió 15 años por ser cómplice.
Emilio Gabriel Reyes Saavedra, alias Zack o Jorge Sweetass, está prófugo de la justicia peruana.
Dos meses antes de que Anselmo cumpliera 19 años, Elías Narváez Castro terminó de cumplir doce meses de libertad condicional.
Ambos iban juntos al juzgado cada vez que el segundo tenía que firmar. Los dos trabajan las tierras de sus familias.
Segundo Narváez, antes conocido como Febo, es ahora su peón.
Kike asumió el Alpha Male, pero se cuida de los chicos que trabajan con él. Continúa su tratamiento antirretroviral, y es la estrella de un espectáculo de sexo en vivo en ese local.
Tras el chasco de Zack, los editores de Hot Guy se fijaron en Zulú, y ahora es una de sus estrellas. Ha comenzado a producir sus propias historias, donde besa a sus parejas y hasta se deja penetrar. Lanzó un calendario y quiso hacer algunas fotos en san Jerónimo, pero Anselmo no se lo recomendó por cuestiones culturales. Igual, su productor se las ingenió para hacerle una idílica toma en la cima del Huaynapite, claro está, luciendo sus viriles atributos.
De Max no supe mucho (luego de unas fotos y un video fuertes para Hot Guy), hasta que hace dos semanas me mandó una invitación para su boda. Su futura esposa es, nada menos, que una conocida bailarina exótica. Me molesta que nadie le reconociera ser el verdadero héroe de este caso… pero así somos de ingratos los humanos.
FIN
© 2012, 2014 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí. SIEMPRE PRACTICA SEXO SEGURO.
Texto producido con el Método Writting Fitness. Más información aquí.
¿Eres usuario Hunks Plus? Pide el capítulo completo y sin cortes, o compra la novela completa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario