viernes, 31 de enero de 2014

The Bar's Boys (1)

Por: Nug Huyur

 

Capítulo I: Haciendo Amigos.

 

Sobre el sofá aterciopelado, de rojo color, estaban los dos cuerpos. Los dos muchachos entrelazados, el uno del otro. Dorados, por la luz color miel que atraviesa el cristal de los ventanales de aquella sala. Ahí estaban ellos, recostados, con sus pieles color leche y café, al descubierto, a la intemperie de sus deseos más profundos. Forjados y diseñados, en el acero y en las barras del gimnasio, con el sudor recorriéndoles la piel, unidos como Urano y Gea, como Zeus y Hera, como hombre y mujer, como mujer y hombre. Poseyéndose una y otra vez. Ángel, el de suave tez, morena como el chocolate, con sus ojos verdes, con su cintura fina, tras ella, sus nalgas preponderantes, apretadas, azotadas continuamente por las manos de Cristhian. Ángel apretando los dientes, sintiendo en cada palmada, el sabor del placer. Ahí está el torero con su toro, alista la varilla y tras la última nalgada, lanza su estocada, fina y directa. Un grito, un movimiento hacia adelante, Ángel se siente uno con Cristhian, el del cuerpo esbelto. Cris se yergue sobre él, con afinada puntería, descargando una y otra vez su ser en las profundidades de Ángel. Una y otra vez, Ángel disfruta del sexo sin control, desenfrenado que le proporciona Cristhian hasta que de pronto, su macho, aprieta su cintura, Ángel abre la boca, dando un grito sin sonido. Un sólo aullido de Cristhian, una embestida a Ángel, marcan el final. Ángel, siente como algo caliente invade su ser. Cristhian sonríe, e intenta sacar su pene, de las nalgas de Ángel.

-          ¡Espera!, no lo saques aún – le dice Ángel, mientras se recuesta sobre el sofá.

-          OK – responde Cristhian, y lo sigue, se echa sobre la espalda de su amado, le da un beso y recorre con sus manos, el cuerpo moreno de Ángel. Sus ojos color café resaltan una preocupación – Sabes, no podemos continuar así.

-          ¿Cómo? – dice extrañado Ángel

-          Lo que te dije, amor, no podemos seguir así.

Le da un beso en el cuello, se incorpora lentamente y extrae su pene. Se sienta en una esquina del sofá. Ángel sigue recostado sobre el sofá, dejando ver sus nalgas que han quedado rojas por el castigo.

-          Míranos, tenemos que esperar que tus padres se vallan de viaje, para tener sexo o vernos más seguido, y ya vamos a cumplir el año, y no podemos seguir así.

-          ¡Ay, Cris!, ya vas a empezar otra vez, ¡también que estábamos!

-          No es eso, cholo, pero debemos hacer algo, para solucionarlo.

-          Y ¿Qué propones? – lo dijo al girar en el sofá, colocó una mano sobre su pierna y otra bajo su cabeza, en plan de escucha.

-          Alquilar un depa, aquí en la Champagnat he visto que están vendiendo unos, así que quiero que vallamos juntos a verlos.

Ángel no lo podía creer, sus ojos se iluminaron.

-          ¿Estás seguro, Cómo lo vamos a pagar?

-          Ya veremos, ambos trabajamos, podemos destinar un dinero para ello.

Y el morbo se le encendió, una sonrisa pícara nació de entre sus labios, Cristhian se había levantado del sofá, había avanzado hacia la mesa de centro, se agachó a ver su celular, cual gacela, Ángel se levantó y le dio un palmazo, Cristhian se incorporó, y un: reconchetu´mae salió de entre los dientes del agredido. Ángel le envió un beso volado, y Cris lo persiguió por la habitación, hasta llegar a la puerta del baño. Ahí lo atrapó. Lo encarceló entre sus brazos, Ángel intentó abrir la puerta y el cogió su mano, el cuerpo de Cristhian sobre de él, sus respiraciones agitadas, sus cuerpos transpirados, Ángel se giró. Y Cristhian: Pendejo, me dolió. Ángel sonrió, lo miró a los ojos negros y en su profundidad quedó perdido, tanto que le estampó un beso, Cris respondió de manera tan intensa que otra vez su libido se subió. De pronto Ángel se separó de Cris.

-          Te amo – le dijo.

-          Y yo a ti, moreno loco.

Ambos se fundieron en un beso otra vez, Ángel abrió la puerta del baño, y a paso torpe ingresaron. Ángel cerró la puerta.

 

A unos metros  de ahí en la Avenida Champagnat, una pareja de esposos,  terminan  de hacer una transacción. Acaban de venderles un departamento, en un conjunto habitacional, en la misma avenida. Anthony, es el encargado de estas ventas, trabaja para la compañía “nuestro Hogar.” Anthony, es un chico muy responsable, de contextura delgada pero formada, todas las mañanas sale a correr y por la noche va al gimnasio. Él siempre usa, su polo pegadito, su cabello con laca, de jeans ajustado y zapatillas de marca. Odia cuando lo molestan como si fuese mujer, por su vestimenta, sin embargo, su voz semigruesa y su manera de apretar la mano, demuestra que a pesar de todo sigue siendo hombre.

-          Entonces, ¿Todo quedó conforme señores? – preguntó Anthony

-          Si, joven – dijo la mujer.

-          Ok, entonces, recuerden deben apersonarse a mañana a este banco, para que puedan depositar la inicial, y poder empezar con los tramites del departamento.

-          Ok, joven, gracias – dijo el caballero.

El caballero se despidió, Anthony correspondió, también se despidió de la señora,  les abrió la puerta. La pareja salió. En eso, BZZZ! BZZZZ!, vibra el celular de Anthony, lo saca, mira la pantalla: ¡Haló,… Haló!, responde pero en vista que no le contestan se enoja y reniega: ¿Quién rayos llama y apaga el celular? Apaga el celular y se va a su oficina, organiza algunos papeles, revisa su correo y entra al face. Como a media mañana aparecen en la puerta, dos varones, uno viste todo urbano, el otro con pantalón dril, su camisa y sus zapatos bien lustrados.

-          Joven, disculpe – dice el de camisa – ¿Con quién puedo hablar para lo de los departamentos?

-          Conmigo – se levanta y se dirige a ellos, abre la reja – Buenos días soy Anthony – extiende su mano.

-          Buen día, soy Cristhian – dijo el muchacho de camisa, quien estrecha su mano – y él – por el muchacho que lo acompaña – es Ángel, mi amigo.

-          Bien, en que puedo servirles.

-          Estábamos buscando un departamento y queríamos saber de precios.

-          ¡Ah claro!, como no, pero pasen, por favor.

 

Continuará….

 

© 2014 Hunks of Piura Entertainment. Ésta es una obra de ficción: cuialquier parecido con nombres, lugares o situaciones es pura coincidencia. Escribe al autor a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí.

 

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