jueves, 14 de febrero de 2013

El Vigilante (16): El modelo

Hunks of Piura

Escrito y creado por Hunk 01

 

Justo un mes después de haber comenzado en su nuevo trabajo, Marcos acumuló otro hito en su curriculum, si acaso llevaba cuenta de él: se había convertido en el modelo oficial de HairCut Spa.

Su imagen estaba en una gigantografía promocional en la fachada y al interior de la peluquería. Tenía el titular: “Sólo los campeones vienen aquí”, seguido de una foto de cuerpo entero de Marcos, luciendo su cabello corto, desnudo de la cintura para arriba, con un jean ceñido sin abrochar.

La foto se había producido una semana y media antes, y generó cierto revuelo, ya que ese tipo de publicidad no era usual. Las damas se sonrojaban y sonreían tímidamente,los caballeros fingían indiferencia, y uno que otro niño preguntaba si era una nueva película de superhéroes.

Armando se había convertido en una especie de manager. Y las ofertas no se hicieron esperar.

-          ¿Modelar ropa? No sé modelar ropa.

-           Es la colección de la tienda de una clienta. Le llegaron camisas, polos, jeans, bermudas. No es complicado.

-           Pero me da roche salir.

-           Ay, Marquitos. ¿Y cómo quieres llegar al Mister Bodybuilding? Prácticamente vas a estar calato en esa competencia.

-           Pero ése es deporte. Lo otro, no sé. ¿Y si las cago?

-           Mmmm. ¿Y si te pongo alguien que te enseñe?

-           Puede ser. Así mejor.

 

Esa noche, comenzó el entrenamiento intensivo de Marcos como modelo. Aprovechando que seguía haciendo el turno de la noche, a eso de las once, llegó su maestro…

-          ¿Tú?

-           Claro, pues, campeón. Antes de tener el gym, me recurseaba como modelo. Ya te contaré algún día.

-          Así, Danilo comenzó a cambiar el estilo robótico de caminar que Marcos lucía, por uno más suelto y elegante; explotó su sonrisa y su mirada; empezó a pulir el diamante.

 

La presentación en la discoteca, ese fin de semana fue un éxito. Marcos desfiló junto con otros chicos y chicas, que lo trataron desde la manifestación más amistosa hasta el desprecio evidente. Las chicas del público enloquecieron cuando lo vieron pasar con una bermuda algo ceñida, que le marcaba el culo.

Cuando la presentación acabó, salió del improvisado vestuario –una oficina de la discoteca- a encontrarse con armando, su manager-jefe. Lo acompañaba Danilo, quien rogó para ser incluído en la pasarela.

Marcos le dijo a su también entrenador que iría a la barra a pedir un poco de agua. Al llegar y esperar ser atendido, un muchacho lo abordó.

-          Felicitaciones. Desfilaste bien.

-           Gracias.

-           Me llamo Leandro. Mucho gusto.

-          Marcos y el chico se estrecharon las manos.

-           ¿Hace cuánto modelas?

-           Primera vez.

-           ¿en qué agencia estás?

-           Ninguna. Trabajo para la peluquería HairCut.

-           ¿La del centro?

-           Sí. Anda cuando quieras. Te atenderán bien. Nos vemos.

 

A la una de la mañana, tras estar un rato en la discoteca, bailar y conocer nueva gente, Armando, Danilo y Marcos fueron a la peluquería. Antes, pasaron por un grifo. Armando compró unas chelas “para celebrar”.

Al llegar al negocio, los tres se metieron al cuarto que ocupaba Marcos y se pusieron a contar chistes y anécdotas de la noche, como la del pata que se le rompió el jean justo del culo, y debajo no tenía ropa interior, o la de la chica que se le marcaban los pezones al ponerse un top blanco.

Marcos apenas si bebió media botella, así que el resto se la consumieron entre armando y Danilo. Los efectos no tardaron en aparecer. Los dos comenzaban a pellizcarse las tetillas, palmearse en las piernas y las nalgas, a hacer el ademán de tener sexo. Intentaron meter a Marcos al juego, pero éste sólo atinaba a sonreiir.

De pronto, se oyó un ruido fuera. Marcos salió a ver de qué se trataba. Falsa alarma. Al regresar al cuarto, Danilo y Armando se besaban apasionadamente en la boca y se acariciaban con fuerza. Marcos se quedó unos segundos sin saber qué hacer; entonces, Armando se despegó de los labios del instructor, y miró arrechamente al vigilante:

-          Sácate la ropa, mi culturista. Esta noche haremos nuestro Mister Bodybuilder.

-          En minutos, Danilo y Marcos se quedaron en ropa interior. En realidad, fue una clase de poses de concurso para Marcos. A medida que ésta transcurría, Armando se iba calateando hasta quedarse sin nada sobre el cuerpo. En ese momento, se levantó, y se puso entre los dos forzudos.

-           Y mis ganadores son tú… y tú.

-          Entonces besó a ambos por separado, y luego se las ingenió para que las tres bocas se besaran en simultáneo.

-           Ahora, chicos, disfruten su premio.

-           ¿Y cuál es el premio?

-           Yo, pues, tontitos. Ustedes saben.

-          Marcos y Danilo comenzaron a frotarse fuertemente contra armando, emparedándolo. Aún así, el peluquero logró despojarlos de sus ropas interiores.

-          Estando los tres desnudos, armando repitió el rito de arrodillarse A CHUPAR LOS GRUESOS Y ERECTOS PENES. MIENTRAS ACARICIABA CON SU BOCA A UNA DE LAS VERGAS, SOBABA A LA OTRA, Y VICEVERSA.

-          Los tres se echaron a la cama, y no dejaron de frotarse, de besarse en los labios, las espaldas, los pechos, de frotarse las piernas, las palomas duras, los huevos, los culos.

-          A petición de armando, Marcos y Danilo se pusieron un condón, y se dejó penetrar el ano al mismo tiempo por los dos.

-          Para Marcos, esta sensación era nueva: su miembro apretujado junto al de Danilo en el recto de su jefe fue una experiencia poco menos que surrealista.

-           Así, así. Destrócenme el culo, mierdas. Agggg. Sigan. No paren, carajo. ¡No paren!

-          Marcos no resistió más que diez minutos y se vació. Danilo duró un poco más. Finalmente, Armando se acostó boca arriba y se la corrió hasta venirse sobre su abdomen.

-          Como estaba con las piernas abiertas, Marcos notó que el ano de armando estaba más dilatado y rojo que de costumbre.

 

Al día siguiente, armando trabajó medio día. Marcos se dio cuenta de que caminaba normal.

-          ¿No te duele?

-           Sí, un poquito. Tú sabes… pero ya estoy acostumbrado.

-          Armando guiñó coquetamente al vigilante, quien salió, se encontró con su primo Ricardo, fue al gym, y se pasó toda la tarde jateando.

 

Esa noche, antes de regresar a la peluquería, Ricardo, Lidia y Marcos salieron a comer. Era una invitación del huésped, quien agradecía, de ese modo, la hospitalidad.

Fueron a una pollería del centro, y brindaron con chicha morada.

Marcos fue al baño. Ocupó uno de los urinarios. Se estaba lavando la mano, cuando a su costado, un rostro familiar ocupó el otro lavatorio.

-          ¡¿Profe?!

-           Ma-Marcos. ¿Có-cómo estás?

-           ¡Profe, es usted!

-           Sí, mira, estée… me están esperando afuera. Un gusto encontrarte.

-           Claro. Trabajo en el Hair Cut Spa. De aquí voy. Le dejo mi teléfono.

-           En otro momento, Marcos. Cuidate.

-          El sujeto, algo delgado, barbado, no era el tipo medio robusto que Marcos conoció en el campo. Salió a buscarlo: se había esfumado.

 

Mucho después, Marcos iba camino a la peluquería extrañado por la actitud de su profe. ¡Era su profe, el mismo con quien se había iniciado sexualmente! Entonces, un claxon lo aturdió.

-          ¡Hola! ¿Dónde vas?

-          Marcos se volteó. Reconoció al sujeto del vehículo… era Leandro.

 

(CONTINUARÁ)

 

©2013 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares o situaciones es pura coincidencia. Escribe al autor: hunks.piura@gmail.com

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