Recopilado por SOT
19FEB2013
08:23
Debido a un problema en mi centro de trabajo, fui asignado para poner las cosas en orden. Por eso me enviaron a un pueblo donde meses antes había trabajado, pero del que pedí que me sacaran luego de involucrarme en una relación con un superior, que me estaba utilizando para encubrir malos manejos, y tratando de ganarme teniendo sexo conmigo.
Cuando me quise liberar de él, comenzó a tratarme con violencia.
Fue gracias a un amigo policía que pude escapar. Me protegió y me ayudó a salir de ese círculo de la violencia. Además, siempre que salíamos, procuraba que no me quede tanto tiempo en la calle. Hasta se daba el trabajo de acompañarme a mi pensión, a las tres de la madrugada, cuando salíamos de las fiestas. Me dejaba durmiendo y se iba.
12:49
El trabajo está más pesado de lo que parece. Papeleo, papeleo y más papeleo. Me doy un respiro para almorzar.
Apenas entro a la pensión cuando me choco con mi amigo policía. Me da un fuerte abrazo. Es un tipo de 30 años, como de uno 75, recontra atlético y varonil. Su alegría es enorme y sincera. Me promete que irá a visitarme más tarde, que me llamará después.
22FEB2013
20:06
Llego cansadísimo a mi cuarto. Estos dos días me he dormido casi a medianoche, porque me he llevado trabajo para avanzar.
Me quito los zapatos, el uniforme, mi boxer. Me meto a la ducha. Estoy relajándome dentro, cuando escucho que tocan la puerta de mi cuarto. Espero que no sea más trabajo, tanto, que ni siquiera he podido comenzar la rutina que me dieron en Hunks of Piura.
“Hola”. Es mi amigo, el policía. “Te traje un regalo”, me dice mostrándome una botella de vodka.
Nos sentamos a conversar y le cuento las incidencias de los dos días. Me escucha con paciencia, sin interrumpirme. Cuando, por fin, acabo, me acaricia mi cabeza: “Ya, olvídate del trabajo. Brindemos por tu regreso”.
Le digo que me pondré algo, para no faltarle el respeto- “Normal. Mas bien haré algo para que no te sientas mal”. Dicho esto, comenzó a quitarse su camisa, descubriéndome un pecho y unos brazos de escultura, y un abdomen que parece tabla de lavar. Luego se quitó el pantalón, mostrándome unas enormes piernas y un trasero redondo y firme… además de un prominente paquete.
Abre la botella, sirve un par de vasos descartables que traía, y brindamos.
22:02
La botella está casi vacía. Seguimos conversando.
“Entré en calor”, le digo.
“Es el vodka”, me dice. Me pasa el dorso de su mano por mi brazo. Siento un enorme cosquilleo. Suspiro.
“Te extrañé”, me dice.
“Yo… también”, le respondo.
Se me aproxima y me besa en la boca.
22:12
Los dos estamos desnudos sobre mi cama. Estamos arrodillados. Me abraza con firmeza, sin dejar de acariciarme la espalda y mi trasero. Yo hago lo mismo. Nuestros labios parecen no querer despegarse nunca. de pronto, comienza a besarme el cuello. Su miembro duro y el mío se rozan sin problemas.
Comienzo a recorrer su cuello, sus pectorales, sus abdominales, hasta llegar a su pene erecto –un falo de 19 centímetros, grueso, venudo-, y comienzo a chuparlo.
22:36
Aprovechando que estoy en cuatro, me deja en esa posición, baja de la cama, me acaricia las nalgas, me las separa, y comienza a lamerme el ano. Siento cómo lo va dilatando. Gimo.
22:48
Mi amigo se pone un condón, se unta algo de lubricante, me lo coloca en el ano. Ubica su glande y comienza a empujar lentamente. “¿Te duele?”, me va preguntando a medida que me lo mete. Si le digo que sí, se detiene un poco; si le digo que no, avanza hasta que logra introducírmelo todo.
Comienza a bombearme despacio, y, sin apuro, incrementa la velocidad.
Yo muevo mi trasero para incrementar su placer y el mío.
22:51
Mi amigo se baja de la cama y me jala hasta el filo de la misma. Me levanta una pierna y la extiende sobre su torso. Él también sube uno de sus pies sobre la cama, y me vuelve a penetrar. Reanuda el bombeo, de despacio a rápido. Ambos jadeamos y gemimos.
“¿Te gusta cómo te la meto?”, me dice.
“Sí. Así. Cáchame rico”, le pido.
23:08
Ahora se acuesta sobre mi espalda, me levanta el trasero y repite la penetración. Siento su boca recorriendo mi cuello, tratando de besarme.
23:14
El clásico piernas al hombro. Comienzo a masturbarme.
“Las voy a dar”, le digo. “No aguanto”.
Él saca su pene, se quita el condón y me imita.
Eyaculamos casi en simultáneo.
23:39
Los dos descansamos. Yo sobre su amplio pecho; el boca arriba. Nos tapamos un poco, porque comenzamos a sentir frío.
“Estuvo grandioso”, le digo.
“Estuviste excelente”, me dice.
23:51
Los besos y las caricias se reanudan. Me acuesto sobre él. Nos destapamos. Comienza el segundo round. Nuevamente bajo hasta su pene y se lo chupo.
23FEB2013
00:15
Tras ponerle el preservativo, me siento sobre su pene y comienza a saltar sobre él. Mi amigo me acaricia las caderas, el pecho, los costados, la cara, las nalgas. Bombeo.
00:28
Nos acostamos de costado. Él me levanta una pierna, y desde atrás, es decir, del costado, me bombea. A los pocos minutos, se levanta, arrodilla y me la mete así, mientras me acaricia mi costado y pecho.
00:38
Me apoyo sobre la ventana, y él me penetra desde atrás. Ambos estamos de pie. Me bombea con rapidez.
Minutos más tarde, siento su pene palpitando dentro de mi ano, mientras él jadea profundamente.
“Me vine, carajo”.
05:32
Un movimiento me despierta. Es mi amigo que se levanta de mi cama. Veo que se va al baño. Se ducha brevemente.
Sale, se pone sui ropa. “Fue una noche maravillosa, pero tengo que irme ahora. Si la gente nos ve, haré que te metan en chismes, y no me gustan esas huevadas”.
Termina de vestirse. Se va.
20:54
He seguido trabajando todo el día. De nuevo tocan mi puerta. Es mi amigo.
“Mañana tengo que ir a Piura. Hay unas cosas que resolver”, me dice. “¿Puedo pasar?”
“Pero, claro. Eres bienvenido”, le respondo.
Sentados sobre la cama, me toma de las manos y me uelve a besar.
“¿Quieres ser mi pareja?”, me pregunta.
Me quedo mudo. No sé qué decir.
¿qué responderían en mi lugar.
©2013 Hunks of Piura Entertainment. Contacta al autor: hunks.piura@gmail.com o deja tu comentario aquí.
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