Escrito y creado por Hunk01
Los dos uniformados tomaron a un desconcertado Marcos de cada brazo. Leandro se enfureció.
- ¡Nadie se lleva detenido a nadie! A ver, ¿dónde está la orden del juez?
- Los dos policías se miraron asustados, y luego miraron a Fabián, quien sintió que el piso se le movió. Mario, por su parte, se quedó inmovil a la izquierda de su superior.
- Llévenselo. Es mi principal sospechoso.
- ¡Fabián, tú no eres el comisario ni el juez! ¡Señores, ustedes se lo llevan detenido y ahora mismo los denuncio por detención arbitraria! ¿quieren su baja, acaso?
- Los dos policías volvieron a mirarse.
- ¿Se puede saber qué pasa aquí?
- Súbitamente, el padre de Leandro, Elías, ingresó a la oficina.
Marcos estaba recostado en el sofá de la sala de Ricardo, quien lo miraba sonriendo compasivamente desde el sillón del lado.
- Puta, primo. Parece que nuestro cuerpo es nuestra maldición.
- Marcos giró la cabeza hacia Ricardo.
- ¿Por qué lo dices?
- Nos llaman por el atractivo, pero eso nos causa más problemas que otras cosas… ¿qué harás?
- Leandro me dijo que espere. Pero mejor busco otra chamba.
- Regresa con armando.
- Prefiero trabajar contigo. A la mierda el Mister Bodybuilding.
- Ricardo se aproximó a Marcos, lo tomó de la mano, volvió a sonreírle. Marcos lo miró y le devolvió la sonrisa. Ricardo le acarició la mejilla con la mano, y se aproximó para besarlo en la boca. Marcos reaccionó.
- No, Ricardo. Lidia…
- Ricardo se contuvo.
- En ese momento, la mujer entraba a la casa. Saludó a los muchachos casi murmurando.
Marcos se estaba bañando en la ducha del gimnasio, cuando entró Danilo. Había ido a entrenar tarde, así que ya no habían alumnos en el establecimiento. El instructor se calateó y entró a compartir el baño.
- ¿Te animaste, agarrado?
- No se. Pero, ¿no será riesgoso?
- Para nada, huevón. Yo lo hagho, y me va muy bien.
- Marcos sonrió mientras se jabonaba su recio y bien formado cuerpo. Danilo se le acercó y le arrimó todo su bien trabajado físico.
- No dejaremos de participar en el Mister Bodybuilding, Marquitos.
- Danilo juntó sus labios con los del vigilante, y… saboreó el jabón que se había puesto antes. Danilo escupió. Ambos se rieron.
- Saliendo de la ducha, Danilo jaló unas colchonetas, hizo que Marcos se acostara y comenzó a chupársela. Pero intentó algo nuevo: giró e hhizo que su pelvis quedara a la altura de la cara de Marcos. Era obvio lo que quería, un 69.
- Al inicio, Marcos dudó, mas, ¿qué perdía? Ambos se mamaron la pinga, se lamieron y relamieron los huevos, las nachas y los ojos del culo.
- Danilo se puso en cuatro, de tal manera que Marcos, tras ponerse un condón, se la clavara suavemente para luego bombearlo más y más rápido.
- Así, Marcos. Qué rico cachas, mi cachaco. Ábreme el culo.
- Varios minutos después, Marcos le avisó que iba a acabar, y el instructor hizo una maniobra. se volteó a verlo.
- ¿Quieres que te la meta?
- ¿estás cojudo? Esa huevadaza debe doler como mierda.
- O sea, sí quieres.
- No, huevón. Ahí nomás.
- Déjamela sobártela, entonces. ¿Puedo?
- Danilo le hizo un beso negro a Marcos y aprovechando el ensalivamiento le frotó su pichula, hasta que derramó su leche sobre las nalgas del vigilante. Marcos se puso de pie, hizo que Danilo se la chupara y le embarró la cara y cuello con su pegajoso fluído blanquecino.
- Cuando Marcos se vistió y prendió su celular, halló varias llamadas de Leandro, y un mensaje de voz…
A la mañana siguiente, Marcos fue a la oficina de Leandro. Estaban él, Fabián y elías, quien tomó la palabra.
- Marcos, te hemos llamado porque Fabián tiene algo que decirte.
Fabián bajó la cabeza. Musitó:
- Di-di-disculpas, Marcos. Debí investigar antes de acusarte.
- Gracias, Fabián. Marcos, descubrimos que la frutera estaba coludida con uno de los vigilantes. Si te hubiéramos hecho caso, nos habríamos ahorrado miles de soles.
- Gracias, don elías. No era necesario esto…
- No he terminado, Marcos. Quiero informarte que la decisión de Fabián, de que dejes tu cargo como asistente de Leandro ha sido aceptada.
- Marcos sudó frío. Si ya estaba fuera, ¿para qué lo hicieron venir de nuevo?
- Elías siguió:
- A partir de mañana, te pondrás a mis órdenes. Te estamos nombrando… supervisor de seguridad.
(CONTINUARÁ…)
©2013 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares o situaciones es pura coincidencia. Contacta al autor: hunks.piura@gmail.com
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