Por: Nelson Peñaherrera Castillo
Omar Chehade, el defenestrado segundo vicepresidente de este país, pero aún congresista, está impulsando un peculiar proyecto de ley: censurar en Internet la pornografía legal, esto es, aquélla donde participan mayores de edad y que, en principio, está orientada a mayores de edad.
Siete personas del gobierno se tomarán la sacrificada (¡) tarea de ver todo lo que en la red pudiera catalogarse como pornografía (sea blanda o dura), entonces pasar una lista a las proveedoras de Internet, y así bloquear el contenido por-defecto.
Si eres mayor de edad y quieres seguir viendo material X o XXX, tendrás que inscribirte con todos tus datos en una lista. No sé si te vendrá el pack completo de Tabú por el trámite, pero eso dice la propuesta.
La finalidad es evitar que menores de edad ingresen a contenido pornográfico desde casa (o de donde sea), pues ya está bloqueado en cabinas públicas.
La pregunta del millón, que nos ha puesto en guardia, es: ¿y qué es ‘contenido pornográfico’ para el gobierno?
Lo que varias personas estamos suponiendo es que a Chehade no le aterra ver a dos o más individuos representando una escena de sexo o a un chico ‘de gym’ contoneándose en hilo dental, sino que se siga desnudando al poder.
Chehade perdió su cargo cuando una investigación periodística descubrió su presunta implicancia en ciertos negociados que afectaban a la Policía Nacional.
Por extensión, lo que parece aterrar a quienes impulsan esta ‘ley anti-porno’ no es la exposición de senos, traseros o genitales en línea, sino de cómo la corrupción actúa en nuestro país, y nos crea más perjuicios que ver a cualquier talento adulto.
Lo que parece aterrarles es que espacios como las redes sociales sigan siendo el tablón de convocatoria para protestar cuando las cosas no están bien, para conocer lo pésimo que actúan quienes nos gobiernan, para asquearnos con ese quiste maligno llamado corrupción.
Un William Levy en boxer transparente no le roba una escuela al país, una Andrea Montenegro con la blusa mojada (y sin brassiere) al lavar no enriquece inapropiadamente a una autoridad, … salvo que objetivamente me demuestren lo contrario.
Si Chehade pretende que el gobierno actúe como el Gran Hermano, quizás debería ver la viga en su ojo antes que la brizna (OK, paja, para ir a tono) en el nuestro. Por último, quien esté libre de corrupción, que se quite la primera prenda.
El autor recibe comentarios en www.twitter.com/nelsonsullana
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