el increíble show de sexo en vivo protagonizado por Flavio, Miguel, Alejo y Marcano.
Apenas pasada la
medianoche, en el escenario de la discoteca, Flavio, con un vaporoso disfraz de
ángel comienza
a danzar elegantemente
evolucionando en giros. El traje es una ancha túnica con mangas largas y unas
alas cuyas plumas son rretazos de liviana tela blanca. A pesar de la holgura,
la inercia y la ligereza del material, hace que de todas maneras se pegue a su
atlético cuerpo marcándole los pectorales, el abdomen plano o los muslos.
Entonces, del
otro lado del escenario, Miguel también sale y comienza a revolotear junto a
Flavio. Viste exactamente igual y los bien estudiados movimientos hacen que la
tela reaccione del mismo modo marcando su hermoso y simétrico cuerpo. Parecen
mariposas en medio de un jardín. Se toman de la mano y así comienzan a danzar
suavemente hasta que la música se atenúa.
Entonces, ambos
se miran frente a frente, se toman las túnicas, y cuando la música vuelve con
energía, se las despojan. Quedan totalmente desnudos, y lo que antes la ropa
sugería, ahora sí que no deja lugar a dudas: musculaturas muy bien trabajadas
de pies a cabeza y despojadas de cualquier pilosidad para acentuar la estética.
Encima, su piel está pintada con un barniz especial que les da un brillo como
si fuesen de un frágil material.
Comienzan a
besarse en la boca y a acariciarse con mucha intensidad. Giran. Es un
espectáculo ver sus cuerpos atléticos y sus hinchados culos, lo mismo que sus
penes semierectos. Vuelven a verse frente a frente y a besarse intensamente en
la boca, abriéndola todo lo que pueden, dejando que sus lenguas se entrelacen
aunque de lejos no se note muy bien. Sus manos tienen el privilegio de
acariciar tan espectaculares físicos.
Flavio se
arrodilla, toma el pene semierecto de Miguel y lo comienza a chupar. No tarda
mucho en ponerlo duro hasta que alcanza sus 18 centímetros. Entonces, la música
se detiene. Alejo aparece por el fondo, también disfrazado de ángel. Flavio y
Miguel lo miran con cierto temor.
Alejo se les
acerca acusándolos con el dedo. Flavio y Miguel se le aproximan pidiéndo
indulgencia, lo acarician en el pecho, los brazos y las caderas. Los dos chicos
vuelven a besarse en la boca y lo miran como probándole que no están haciendo
nada malo.
Vuelven a girar
hacia él y con mucha sutileza lo despojan de su túnica, dejándolo completamente
desnudo: al descubierto queda un hermoso cuerpo musculoso también pintado con
ese extraño brillo, libre de vellos, su pene aún dormido sobre sus grandes
bolas.
Flavio y Miguel
se arrodillan y toman el pene de Alejo, acariciándolo y comenzando a chuparlo
alternadamente. El gran falo del muchacho comienza a desplegarse y ponerse
brillante debido a la saliva de sus dos compañeros y el flujo de líquido
preseminal conforme crece hasta sus gruesos 18 centímetros. El pre-cum no deja
de manar desde el glande.
Están en lo mejor
cuando desde el fondo aparece Marcano también vestido como un ángel quien se
les acerca y los asusta. Los tres calatos dejan de hacer lo que estaban
haciendo pero no cambian sus posiciones. Aunque Marcano parece que no viene a
condenarlos. Los mira, sonríe, y sin más preámbulo se quita su túnica.
También se queda
totalmente desnudo exponiendo su maravilloso trabajo muscular con volumen y
definición que se magnifica gracias a ese brillo corporal mientras su pene más
largo, aunque está dormido sobre otro par de enormes bolas, se balancea a
medida que se mueve. Alejo, Flavio y Miguel se le acercan y comienzan a
acariciarlo.
Poco a poco se
besan entre todos. Entonces, Alejo y Marcano se paran firmes uno al lado del
otro mientras Flavio se la chupa al primero y Miguel al segundo. Cuando los dos
penes están duros del todo, Flavio y Miguel giran y se ponen en cuatro patas
para dejar que Alejo y Marcano les coman el culo respectivamente.
Luego de varios
minutos de beso negro, Alejo mete su pene al ano de Flavio y Marcano hace lo
mismo con sus 21 centímetros de virilidad en el de Miguel. Los dos activos
comienzan moviéndose despacio, con mucha delicadeza. Poco a poco van
incrementando la fuerza de las acometidas hasta que sus penes pueden verse como
pistones activando el motor del erotismo sin culpas ni límites.
El sexo anal se
prolonga por casi diez minutos hasta que Alejo y Marcano sacan sus penes y
Flavio y Miguel se arrodillan a masturbarlos. Alejo eyacula en la boca de
Flavio y Marcano en la boca de Miguel. Los dos pasivos se ponen de pie. Todos
se besan en la boca.
Como broche de
oro, Miguel va donde Flavio, hace que se arrodille de nuevo y comienza a
masturbarse hasta eyacular en la boca de su compañero. Finalmente, Miguel se
arrodilla y Flavio se masturba en su boca hasta eyacular dentro de ella. Todos
se besan en la boca por última vez, miran al público, hacen una venia y se
retiran del escenario. El aplauso es cerrado.
En uno de los
privados, el Padre Albertto, quien ha llegado de incógnito, y Pedro también se
maravillan ante el espectáculo.
“Tengo la verga
durísima”, dice el sacerdote.
“No pensarás que
te la chupe aquí mismo”, responde su monaguillo.
“Está oscuro.
¿Quién va a vernos”.
“Mejor vamos a la
casa de tu amigo… también estoy arrecho”.
“Me parece buena
idea. Igual tenemos que acostarnos ya porque mañana llega el Padre David con
ese chico misterioso…”.
Cuando ambos se
ponen de pie, Alberto mete su mano al culo de Pedro, que se ha puesto un jean
ceñido. Luego se le arrima por detrás y simula cacharlo. Pedro gira y estampa
un beso en la boca del cura. Apenas salen del privado al pasillo casi se chocan
con un moreno alto y fornido.
“Disculpa”, le
dice.
“No, disculpa tú
más bien”, contestta el moreno y de pronto abre sus ojazos. “¿Pedrito?”
“¿Tío eli?”,
atina a preguntar el muchacho desconcertado.
En la base del escenario,
Willy termina de desmontar la cámara de su trípode, lo repliega y camina a un
lado donde está enrique.
“¿Qué tal
salió?”, consulta el artista.
“Recontra cañón”,
contesta el empresario. “Debiste ver cuánto morro se chaqueteaba la verga en el
público”.
“Con esto ya
tenemos el 90 por ciento de la película; falta el remate”.
“Déjalos
descansar. Eso lo grabamos mañana luego que reciba al morro que viene de Lima”.
Willy asiente.
Ambos se meten a la oficina para guardar las cosas mientras los modelos de la
noche están en la ducha de los camerinos quitándoseel barniz que usaron como
maquillaje corporal.
“Puta madre,
salió perfecto”, se alegra Flavio.
Yo pensé que no
se me iba a parar el huevo”, al fin reacciona Alejo. “Estaba casi lleno de
gente”.
“Coño, vale”,
reacciona Marcano. “Si yo estaba también cagado de miedo”.
“A mí lo único
que me preocupa es que cuando comience a crecerme el vello, va a picarme el
cuerpo como mierda”, añade Miguel.
“¿No te hice
daño?”, le pregunta Marcano.
“No, pata. Estaba
bien dilatado… y arrecho”.
Marcano sonríe:
“Ayúdame con mi
culo”, pide a Miguel. “No me sale el barniz”.
Miguel y Alejo se
miran.
“Una sola mano no
será suficiente”, anuncia el segundo.
Marcano sonríe
mientras gira:
“Todos metan su
mano”.
Alejo y Miguel comienzan
a sobar las nalgas del venezolano. Flavio gira, mira la escena, sonríe, mete
sus manos en los culos de sus dos compañeros:
“Guarden energía… más tarde tenemos una orgía”.
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