Miguel posa desnudo, luego hace el amor con el fotógrafo.
A un cuarto para
las 2 de la tarde, el miércoles, en el gimnasio AS no queda gente excepto
Miguel terminando de entrenar. Solo viste una pantaloneta de licra celeste
encendida, medias y zapatillas. el sudor le da un brillo especial a su cuerpo
atlético velludo. Por la puerta entra Alejo con un visitante esperado.
“¡Willy!”, se
acerca a saludar. “Gracias por venir”.
“Menos mal que
terminé de editar las fotos de… Santi”, ríe el fotógrafo mirando a Alejo
mientras deja una mochila sobre una de las bancas.
“No sabía que
editar demorara un culo de tiempo”, se disculpa el aludido musculoso.
“Tú dirás”, avisa
Willy a Miguel.
“De una vez,
aprovechando que no hay alumnos”.
“¿Y Marcano, y
Paco?”, se extraña Alejo.
“Paco tiene
clases hasta las dos”, responde Miguel. “Y Marcano, ni idea”.
Willy saca su
cámara fotográfica de la mochila y comienza a mirar el patio techado.
“Hay buena luz
aquí. ¿Podemos hacerlas en este lugar?”
“Claro”, responde
Miguel.
El fotógrafo
comienza a captar con su cámara al atleta y bailarín mientras entrena, y una
vez que acaba, apoyado en las bancas, arreglando pesas. Alejo mira todo desde
la puerta cubierta por el biombo con pinturas.
“¿qué ropa
interior te pusiste?”, consulta Willy.
“Ninguna”,
responde Miguel. “¿Hacemos los desnudos?”
“Sí, de arranque”.
Miguel se saca la
licra yqueda totalmente calato. Luce su esbelta figura: lindos pectorales,
buenos brazos, torneadas piernas, cintura delgadísima, redondas nalgas, su
pinga dormida descansando sobre sus grandes testículos y todo eso bajo un recortado
vello púbico. El modelo lo luce todo sin complejos. En la Escuela de Bellas
Artes le dijeron que la primera obra maestra es el propio cuerpo humano, así
que lo esculpido en el gimnasio y las horas de ensayo bailando, se debe
mostrar.
“¿Pones tu pene
erecto?”, pregunta Willy.
“Claro, pero con
el biombo de fondo”,acepta Miguel.
“¿Y no es el
mismo fondo en el que me hiciste las fotos?”, observa Alejo.
“Recuerda que son
solo pruebas, no son las fotos oficiales”, aclara su amigo, quien comienza a estimularse
los genitales. “¿No quieres ayudarme?”, pregunta simulando seducción a Willy,
quien lo mira sonriendo. “No te ahueves: Alejo es de toda mi confianza, ya
debes haberte dado cuenta”.
Willy mira al
musculoso, quien mas bien está solazando su vista con el culo de Miguel.
“¿Y… no viene
nadie?”, duda .
“Tienen que tocar
el timbre antes de entrar”, reacciona Alejo.
Willy lo piensa
un poco:
“Ni una palabra a
Enrique”, le pide.
“Tranquilo, causa”,
sonríe el musculoso. “Aquí todos somos una tumba”.
Willy devuelve la
sonrisa, se aproxima a Miguel, se arrodilla y comienza a chuparle el pene.
Alejo ni se inmuta. Los 18 centímetros de Miguel crecen y se ponen duros con la
mamada. Willy lo deja:
“Pajéate”, le
dice.
Se aleja un poco
y sigue haciéndole fotos. Entonces se escuchan los tres toques de timbre.
“Mierda”,
masculla el modelo.
Alejo le alcanza
su pantaloneta:
“Comenzaron a
llegar”.
“¿Y ahora?”,
consulta Willy.
“Tranquilo”,
sonríe Miguel.
Tras darse una
ducha, la sesión continúa en el estrecho dormitorio. No es que fotográficamente
sea una gran locación pero la cama permitirá que Miguel muestre todo su cuerpo
desnudo, y esta vez absolutamente desnudo.
“Chúpamela otra
vez”, pide a Willy.
“Y pensar que me
la comenzaste chupando ”, sonríe Willy mientras se arrodilla.
“Y me gustaría
hacerlo de nuevo”.
Willy le pone el
pene duro otra vez y vuelve a fotografiarlo.
“Pajéate”, pide a
Miguel.
El modelo
comienza a masajear su miembro mientras su rostro refleja placer y arrechura.
“Voy a eyacular”,
avisa el modelo.
Willy se prepara
con la cámara, esta vez con un flash
listo para encandilar. El rostro del chico y un jadeo que ya conoce le
advierte que debe presionar el disparador ya. Y sucede: tres chorros de semen
saltan del pene de Miguel hacia su abdomen y aterrizan sobre sus vellos.
Tras limpiarse,
el modelo revisa las imágenes en la pantallita de la cámara. Willy se acuesta a
su lado, totalmente desnudo. Le pone el brazo bajo su cabeza y le da un besito
en la boca:
“Me has puesto
caliente, Miguel”.
“Las fotos han
quedado de la puta madre”.
“Eso me ha puesto
caliente, en efecto”.
Miguel deja la
cámara sobre su mesa y abraza por completo al fotógrafo.
“Lástima que ya
no vivas solo”.
“Ya, no me hagas
recordar que debí utilizar condón esa noche de borrachera”.
Ambos se besan en
la boca.
“Nunca terminaré
de agradecerte cómo te la jugaste por mí”.
“Gracias a ti
tengo un trabajo extra, así que cuenta como agradecimiento”, sonríe Willy.
Miguel también sonríe
y gira hasta que Willy se acuesta encima suyo. Se besan en la boca.
“Hazme el amor”,
susurra Miguel.
Willy se
arrodilla en la cama, levanta las piernas al chico y le hace un beso negro.
Miguel lo disfruta a tope y jadea arrechamente. Entonces, cuando Willy ya tiene
el pene duro, se lo mete todo, despacio, y se acuesta encima moviéndose con
mucha ternura.
“Así, rico, así
hazme el amor”.
En cinco minutos
Willy expulsa toda su leche dentro del culo de Miguel.
“No soiy un gran
cachero”, se justifica el fotógrafo.
“Te equivocas…
eres el más romántico”.
“¿estás seguro
que quieres entrar al negocio?”
“Si alejo ya es
un ASS sin dejar de ser un AS, ¿por qué no yo?”
Willy vuelve a
besar en la boca a Miguel.
“Reclutador,
artista plástico, coreógrafo, y ahora modelo: vas a forrarte bien”.
“Me mandaron a la
mierda, Willy; ahora es mi turno”.
A veinticinco
para las 4, Willy sale del dormitorio solo cubierto con una toalla que Miguel
le prestó para ducharse y en pleno pasillo se choca de pechito con el Padre
Alberto quien llega a entrenar. Ambos se sonríen.
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