Era la una y media de la mañana del nuevo día.
Josué y yo seguíamos
conversando sentados sobre la alfombra en medio de los modulares, mientras
jugábamos una inesperada partida de ludo… que él me ganó.
Fue la hora de
descorchar el capulí.
“Uhhhh. Ligas
mayores”, celebró Josué.
Serví las dos copas.
Las chocamos. Era el vigésimo, o cuál sé yo, salud que dimos. Pensaba pasarla
bien, pero no tanto.
“¿Qué estará haciendo
Laura ahorita?”
“No sé, Tuco. Fácil
que jateando”.
“No la llamarás?”
“¿Para qué? Que me
llame ella, si quiere. La que casi caga todo fue ella. Por un pelito, no me
botan de la chamba”.
Josué movió la cabeza.
Yo lo miré y sonreí.
“Ya deja de pensar en
Laura, carajo. Voy a ponerme celoso”.
“¿De que la menciono?”
“No, huevón. De que no
quieras estar conmigo”.
Josué volteó a
mirarme. Yo también.
“O no te gusta mi
compañía, mi Tuco?”
Josué sonrió.
“Desde el colegio,
¿no, Rafo?”
“Desde el cole… Oe, ¿puedo preguntarte
algo?”
“Habla”.
“¿Por qué mierda
terminamos chapando durante el viaje de promoción?”
Josué bebió un sorbo
del capulí.
“Si mal no recuerdo,
fuimos a la disco, tomaste, te pusiste a llorar, te llevé al cuarto del hotel,
me dijiste que extrañabas a tu viejo, te consolé, nos abrazamos, y tú
comenzaste a besarme”.
“¿Yo? Estás huevón.
¿No fuiste tú?”
“Ya, eso no importa.
Pasó y listo: pasó”.
“Hace casi ocho años.
Ocho años que salimos del cole”.
Dejamos que la música
se apropiara del rango sonoro de mi sala. Vilma Palma e Vampiros derramaba sus
ritmos predecibles por los altavoces.
“Mi viejo, ¿no?”
“Ya, Rafo. No pienses
en eso”.
Recordé a mi padre
fallecido, cómo esa vez, en quinto de media, regresando del colegio, me
encontré con mi madre acongojada, mi hermana hecha un mar de lágrimas… y la
noticia que jamás pensé recibir: un paro cardiaco se había llevado a ese hombre
vital, decidido, comprensivo… mi amigo… Jorge Rafael…
Don Coco para el vecindario.
Fue imposible contener
los recuerdos y las lágrimas otra vez.
Josué me abrazó
fuerte.
Me incliné hacia su
regazo.
Lloré amargamente.
La botella de capulí estaba medio llena… ¿o medio vacía?
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