Marcano llega a grabar su escena porno con Flavio y Enrique, a quien ya conoce de mucho tiempo atrás.
Marcano llega a
la discoteca en la ciudad de Piura donde lo citaron para grabar su escena en la
película porno que produce Enrique… con la producción asociada de Flavio. Un
vigilante le da acceso junto a su vehículo. Sin necesidad de preguntarle, a
leguas reconoce que este chico no es peruano como él. Al entrar, Willy está
calibrando la cámara con las luces del escenario en el salón principal.
“Vengo a…”,
anuncia.
“Claro”, sonríe
el camarógrafo. “Te llevo”.
Si el rostro
hermoso que puede ver y la anatomía perfecta que intuye lo han impresionado, el
culo del chico le jala la vista mientras caminan por el pasillo hasta la
oficina de la administración. Como resultado, Willy siente que su pinga
comienza a ponerse dura dentro de su pantalón. Al ingresar a la oficina,
Enrique está sentado viendo algo en su laptop mientras Flavio se termina de
poner el short sexy que usará en la escena.
“Hola de
nuevo…chamo”, sonríe Enrique. “Ya sabes cómo es el protocolo”.
Marcano le
devuelve la sonrisa y comienza a desnudarse todo. Conforme va descubriendo su
torso perfecto, sus piernas fuertes, su culo enorme, su gran verga y huevos,
Flavio queda tan boquiabierto que olvida asegurar la trampilla del short y se
le cae al suelo: su pene erecto queda al descubierto y sus mejillas enrojecen.
Esta escena será
un poco diferente a las anteriores: Marcano encarna a un conserje que barre el
escenario mientras el personaje de Flavio ensaya su coreografía.
“¿Un venezolano
que no sabe bailar?”, pregunta el actor a Enrique mientras le ponen aceite.
“Y qué tiene,
cabrón. Tú eres piurano y no sabes bailar ese… tendero, rondero, tontero, o
como se llame ese baile que intentó enseñarte ese chico que te cogió en esa
orgía”.
“Ah, el campeón
nacional de tondero”, ríe Flavio. “El baile se llama tondero, ton-de-ro”.
Willy por su
parte también coloca aceite a Marcano.
“Cuando me toque
dar clases de figura humana, te contrataré como modelo”, le dice.
“¿Pagan bien?”
“No tanto como
hacer porno, pero tu canon puede abrirte muchas puertas”, Willy le guiña un
ojo.
Enrique grita
acción, y Flavio comienza a bailar en el escenario mientras Marcano finge
barrer en un costado. Entonces Flavio lo mira y lo seduce con su baile hasta
conseguir llamar la atención del otro muchacho. Se le acerca, le sigue
bailando, y mientras lo hace se va quitando el polo y luego el short. Entonces,
toma el polo a Marcano, se lo arranca, literalmente, le baja la pantaloneta y
se arrodilla a chuparle la verga.
A Flavio le
cuesta trabajo lograr que esos gruesos 21 centímetros se metan todos en su boca
pero la escena lo amerita.
“Chúpame el
culo”, pide el bailarín.
Flavio se pone en
cuatro sobre el suelo y Marcano se agacha a practicarle el beso negro. Willy
aprovecha para captar la escena desde varios ángulos, como de costumbre, y de vez
en cuando acomoda su erección. La forma cómo Marcano sopea a a Flavio es
diferente, con más pasión, y la imagen lo capta fielmente.
Marcano se
incorpora luego, disimuladamente se unta mucho lubricante en su pene erecto y
lo va introduciendo en el ano ya dilatado de Flavio. Se supone que el actor
debe fingir placer a través del dolor, pero esos gestos no son actuados. Bajo
otras circunstancias, quizás le habría pedido a su compañero que detenga todo
pero hay una cámara delante y mil soles más en su cuenta.
“Corten”, indica
Enrique. “Vamos a grabar contraplanos y el fin de la escena”.
Marcano se
detiene por un momento pero no saca su pene del ano de Flavio. Willy acomoda la
cámara y Enrique se coloca en una puerta a espaldas de los actores. “Acción”,
ordena.
Marcano vuelve a
meter y sacar su verga del culo de Flavio mientras, al fondo, enrique hace el
ademán de pasar y quedarse sorprendido viendo el coito en el centro del
escenario. Entonces se apoya en la puerta y comienza a sobarse el paquete hasta
ponerse el pene duro, sacárselo y comenzar a masturbarse mientras,
supuestamente espía a los dos amantes; pero, en el proceso mueve tanto su mano
que topa el escobillón que estaba arrimado al filo, hace que se caiga, y los
dos chicos se asustan al ser descubiertos.
Primer plano a la
cara de enrique, evidentemente excitado; corte en el mismo plano a su pinga
erecta fuera de su pantalón. Tras un corte, Enrique, ya desnudo, se arrodilla
delante de Flavio y le ofrece su pene para que se lo chupe mientras Marcano lo
sigue haciendo sufrir al penetrarlo. Willy, como siempre, revoloteando mientras
busca el mejor ángulo.
Tras cierto
tiempo, Enrique cambia de lugar y se coloca detrás de Marcano. Le introduce su
pene. Sabiéndose al medio del trenecito, Marcano comienza a mover su cadera
tratando de estimular el ano de Flavio (sin conseguirlo) y estimulando el pene
de Enrique con su ano (lográndolo por completo). Tras otro rato, Marcano y Enrique
se paran dejando a Flavio al medio y arrodillado, se masturban y disparan su
semen casi al mismo tiempo sobre las mejillas del modelo quien también masturba
su miembro hasta eyacular sobre el suelo del proscenio. Corte y queda.
“Entonces…
ustedes ya se conocían”, conecta Flavio.
“es una larga
historia, cuate, como mi verga… y la suya”, se acaricia el pene Enrique.
Willy entra
también desnudo y secándose con una toalla.
“El venezolano ya
está listo para hacer la sesión en tu casa”, avisa a Enrique.
“Genial. Que
salga, nos duchamos de inmediato y nos vamos”.
Marcano no demora
mucho y aparece aún desnudo y también secándose.
“Por fin te
taladré ese ojete”, sonríe el productor.
“¿¡Por qué no me
metiste huevo esa vez en Maracaibo?”
“Me dio pena tu…
novio. ¿Cuento contigo para la escena de mañana?”.
Marcano se sienta
en una silla buscando su ropa:
“Mi ex
novio. Y sobre mañana, siempre que haya dinero, cuentas conmigo”.
“Genial porque
tengo una propuesta adicional: un contrato deexclusividad con ASS”.
Esa noche, Miguel
masajea el cuerpo perfecto y desnudo de Marcano en el cuartito del AS.
“¿Y aceptaste ser
su actor porno exclusivo?”
“Tengo buen
cuerpo, tengo buena verga, tengo buen culo, soy versátil, me pagan por lo menos
un 25 por ciento más de lo que saco en un mes. ¿Tengo más opciones?”
Miguel sonríe
mientras le masajea las nalgas a a lo ancho y largo, y vaya que si son anchas y
largas.
“Yo también lo
acepté pero seguiré con el gimnasio, los masajes, el grupo de danzas. A ver si
con lo que ahorro por fin puedo dedicarme a hacer mis cuadros y mis fotos de
desnudos”.
“Con lo que ahorre primero
validaré mi título de ingeniero, luego pondré una empresa de servicios, y si no,
me iré a Buenos Aires, o Río, o México, o Miami… o Madrid”.
Miguel termina de
masajear la parte posterior de piernas y hace que Marcano se ponga boca arriba
en la camilla: su pinga está casi erecta.
“Primero tendremos que
sobrevivir el primer año”.
“Gracias por
reconectarme con el charro”.
“Por nada”, sonríe
Miguel, acaricia la verga de Marcano, y se inclina a mamarla para terminarla de
poner dura. Marcano disfruta esa boca tibia y húmeda hasta que súbitamente
siente que le dejan de chupar el cipote.
“Oye, ¿y qué sabes de
Edú? Alejo dice que no lo ve desde hace un par de días. ¿No fue contigo?”
“No”, dice Marcano.
“Tampoco sé nada de él”.
“Raro, ¿no?”
“Sí… raro”, miente Marcano. Ya empeñó su palabra en no decir nada a nadie.