jueves, 7 de mayo de 2015

FRANCO, ÁNGEL Y PECADO


Tu mirada ya revelaba una arrechura especial, una arrechura en la que no bastaba calatearte para que tu sexualidad explote. Pero no te quedaste ahí. Me descubriste tu piel velluda, tu cuerpo labrado: pecho fuerte, brazos y hombros recios, abdomen perfecto, culo redondito, piernas poderosas, me intrigaste con tus tatuajes, te acostaste sobre mi cama, me dejaste admirarte, me hiciste desear posar mi boca en medio de tu abertura, besarte esas nalgas, disfrutarte. ¿Cuándo volverás a posar calato para mí?