lunes, 27 de febrero de 2023

Lucas: Un ron por ese chibolo

Soy Lucas, vivo en Piura,  y tengo 38 años. Mi obsesión son los chibolos de 22 años, delgados pero formaditos. ¿Por qué?

 


Hace un tiempo yo chambeaba en Chiclayo. Un miércoles me encontré en un grupo de contactos gay a un chibolo de 20 años. Le mandé solicitud, me aceptó, chateamos buen rato, me cayó simpático, quedamos para vernos el sábado. Esa noche y las siguientes hasta el viernes, aluciné follando sin control con él en mi cama, inundando su ano con mi semen.

 

No había momento en que me quedara calato en la cama, pusiera dura mi verga de 15 centímetros y la frotara contra la almohada hasta que se me saliera la leche imaginando que perforaba su sabroso culito. Ni las duchas frías que tomaba me bajaban la calentura. ¡a la mierda! Cuánto esperma me hizo botar ese conchesumare.

 

Llegó el sábado. Como le dije que tenía sitio, organicé mi cuarto para que la cita fuese lo más placentera posible. Me fui bien animado a chambear.

 

A eso del mediodía, el huevón me pasó un mensaje: “No creo que la haga, causa… tengo un culo de trabajos de la universidad por entregar” ¡Carajo!, me dije. ¡Y qué iba hacerme esa noche? Porque si él tenía un culo de trabajos, yo no había dejado de alucinar cómo sería probar su culo mientras le hacía el amor. Ni modo. Me resigné. Algo haría. Quizás… pajearme como loco.

 

Salí de la chamba a eso de las seis y media de la tarde cuando otro mensaje me entró. Era el mismo chibolo. Yo estaba desganado, así que no le di bola. Pero el chico insistió. “Al diablo mis trabajos… ¿dónde nos vemos?” Puta madre. De solo pensarlo, se me fue el cansancio y hasta mi verga se puso dura bajo mi ropa. Y ya sentía el bóxer húmedo porque cuando se me para, lubrico como mierda.

 

Quedamos de vernos en el Paseo de las Musas. A pesar que yo había deseado ese momento, estaba medio nervioso. Me compré un roncito y me puse a tomar un poco como para darme valor. La huevada es que el chibolo no aparecía por ningún lado. Decidí acabarme la chata e irme a joder a otra parte.

 

Ya estaba tomando el último vaso cuando él apareció.

“Disculpa, brother”, me dijo todo humilde. “traté de zafarme, pero una vaina y otra…”

¿De qué vainas habla este huevón? Mejor estaba mi vaina, otra vez al palo, lubricando, especialmente con esa ropa entallada que le marcaba su físico, y ese pitillo que le destacaba su culito bien redondito y sus piernas gruesitas y firmes.

“Practico fútbol”, me contó cuando se sentó a conversar.

Compré otro ron y comenzamos a hablar. Le invité pero no quiso. Nos caímos en gracia. Cuando se acabó la segunda chata, llegó la duda:

“¿Dónde la seguimos?”, le dije, con la esperanza de que ya quisiera que cachemos.

“Vamos a la disco”, me propuso. No era precisamente lo que tenía en mente, primero porque ya le tenía hambre a ese culito y segundo porque no soy bueno bailando. Obvio, no le dije eso.

“OK… vamos”, le dije.

 

La pasamos bien en la disco. Como ya la había comenzado con ron, la seguí con ron. Quizás eso me dio valor para bailar. No sé ni cómo lo hice, o si hice el ridículo, pero el caso fue que también el chibolo aceptó tomar unos vasitos. Aprovechando la penumbra, me le acerqué y mi mano traviesa le acarició una nalga: estaba durita. Imagínense cuando nos tocó perrear, ahora era mi pinga la que se había puesto no durita al rozar su trasero… ¿estaba duraza!

“¿La seguimos en otro lado?”, le consulté.

“¿Dónde?”

 

En veinte minutos ya estábamos en mi cuarto. Apenas cerramos la puerta, nos besamos en la boca como locos. Qué rico sentir su lengua. Me imagino que le excitó mi aliento a ron. Comenzamos a quitarnos la ropa.

 

Ya calatos, nos abrazamos fuerte y dejamos que nuestras pingas duras se frotaran y rozaran. La suya también lubricaba un montón. Mientras nos besábamos, subimos a la cama.

 

Acaricié su culo de futbolista. Obviamente que así sin ropa era más redondito y firme que con ella. Aparte que esas nalgas lampiñas hacían que las caricias fuesen como pasar seda sobre porcelana.

 

Mis labios dejaron los suyos y comencé a besar suavemente su cuello con aroma de rico perfume varonil. ¿Bien!, dije yo. Él comenzó a gemir y jadear con tono de macho. ¿Bien, carajo!, dije yo. Los patas que se comportan como mujeres en la intimidad no me ponen nada.

 

Bajé a chuparle las tetillas. El chibolo se alocó más y acariciaba mi cabello. En realidad, me despeinaba. Seguí bajando. No tuve problema en chuparle su pene. No era largo o grueso, pero estaba ahí, levantado y duro como un gancho del que debía colgar toda mi boca caliente.

“Así, pata… la mamas bien rico”.

Succioné bien su pichula para ordeñarle un poco de precum y luego lo guardé en mi boca para buscar la suya e intercambiarlo junto a nuestras salivas mientras nos besábamos otra vez. Volví a bajar a seguirle chupando su rico pene.

 

Solito se fue acostando sobre mi cama. Abrió sus piernas para que le lama los testículos. ¿Requetebién!, dije yo. Solito levantó las piernas. Obviamente, ambos sabíamos qué queríamos.

 

Separé sus nalgas, saqué mi lengua, y, sin perder tiempo, fui a conquistar su anito cerradito. En mi excitación, quería penetrarlo solo con mi lengua. Él me agarró fuerte del cabello y quería que no deje de hacerle el beso negro. Miré un toque: ya estaba dilatándose. Decidí sopearlo más.

 

Me incorporé. Aprovechando mi saliva y mi líquido preseminal, le fui metiendo mi pene. El chibolo era tan estrecho que incluso para meterle la cabecita fue un poquito trabajoso. Así que me estiré, saqué el condón que había separado para esa noche especial, me lo puse, y luego saqué el lubricante y lo embadurné bien. Puse algo del gel en el ano de ese hermoso chico.

 

Empecé a empujarle mi pinga. Logró entrar todita poco a poco, pero, como era tan estrecho, me apretaba como mierda, y sentía que en cualquier momento ese ano iba a succionar mi falo arrancándolo de mi cuerpo. Comencé a mecerme. ¿Puta madre, por Dios! ¡qué hermosa sensación bombear ese agujero!

¡así,papito”, susurraba el chibolo. “Cáchame rico así”.

Ese pedido con voz de macho me calentó más, por lo tanto le di con todo y me moví como loco. El chibolo se quejaba medio rugiendo, como macho. Eso para mí era combustible. Le di más fuerte aún. Ambos estábamos fuera de nuestros seres entregándonos al sexo más rico que nunca antes nadie haya sentido.

 

Como me lo agarré piernas al hombro, mi pubis y mis bolas azotaban sus nalgas como un castigo placentero, que nunca desearía que acabe.

 

En un momento que tomé aliento para volverlo a cachar fuerte, él puso sus manos en mi pecho y me hizo entender que quería que me acostara. Lo hice. Ese hermoso nene se sentó sobre mi verga, se abrió bien sus nalgas y se dejó clavar por mi herramienta sexual. Comenzó a cabalgar como loco. Ahora era su hermoso culo de futbolista el que azotaba mi piel. Siguió gimiendo y jadeando. Por ratos se inclinaba y me besaba en la boca sin dejar de mover ese fabuloso trasero.

 

Estuvimos buen rato así hasta que…

“Ya las voy a dar”, le dije.

Él me sonrió.

“Quiero quitarme el condón y llenarte el culo con mi leche”, le dije.

Volvió a sonreír y me señaló su boca lo más pendejamente que puedas imaginar.

 

Cuando sentí que ya no iba a aguantar más, le dí unas nalgaditas y él se desconectó de mi pene, se arrodilló sobre mi cama y yo me puse de pie sobre ella. Me hice una paja que era capaz de arrancarme mi pinga y le di toda mi leche en su boca. Él no solo la saboreó; se la ttragó como quien traga el licor más rico del mundo.

 

Me incliné a besarlo en la boca nuevamente.

“La pasé de la puta madre”, le dije.

“Yo igual”, me respondió.

Para entonces, el efecto del ron se nos había pasado. Nos quedamos conversando un rato y cuando nos dimos cuenta, ya casi estaba amaneciendo.

 

Tuitea a Lucas | Tuitéanos | hunks.piura@gmail.com 

domingo, 19 de febrero de 2023

Los 4 grandes atractivos de Pedro Bomba

Míralo de la cabeza a los pies y dinos si tu selección coincide con la nuestra.

 



El piurano Pedro Bomba sorprendió al planeta entero luciendo su cuerpo totalmente desnudo y mostrando su pene totalmente erecto en un único video y sesión de fotos que se convirtieron en otro clásico de nuestro arte pornoerótico. ¿Y por qué se hizo un clásico? Lo explicamos aquí:








 

Sonrisa: A diferencia de otros culturistas peruanos que también hicieron fotos o videos porno, Pedro Bomba no deja de sonreír, lo que significa o que se la pasó muy relajado o que se la pasó muy nervioso. Sin embargo, se convierte en uno de sus mejores atractivos, y ayudan a que la calentura de verlo pajeándose sea más amigable. Como tener sexo con tu mejor amigo y que te diga sin palabras “no te compliques, solo disfrutemos”.

 








Pecho: ¡Dios mío! ¡Te imaginas haber tenido una sesión de sexo intenso, quedar agotado y usar esos pectorales para reposar tu cabeza? ¿Qué tal un trío? Cada músculo tranquilamente puede servir para que cada chico descanse cómodamente, por supuesto, sostenido por esos enormes brazos. Donde sí vas a pugnar, si lo compartes con otros, es en acariciar ese bien trabajado abdomen. Pero pongámonos de acuerdo con que ese enorme pecho es de antología.

     







Verga: Recta, gruesita, de tamaño promedio pero bien jugosita, ideal para darle una buena mamada o para sentirla dentro del culo. ¿Alguna idea de cómo debe saber su semen? Sin duda debe ser un néctar delicioso, pura masculinidad forjada con genes 100% piuranos. ¿Claro! Porque si en Piura todo es más rico, de hecho que esa polla debe serlo también. A menos que alguien ya se la haya tragado. Avísenos, por favor. ¿Y qué piensas de sus huevos?








 

Culo: ¡Qué comen los culturistas peruanos que les sale un trasero grande y bien redondo? OK. No solo es la comida. También es el entrenamiento y, por qué no, la genética. Pero ese par de duras nalgas son ideales para mordisquear, lamer, acariciar. Otro gran candidato a un inolvidable y discreto beso negro. Ah, y ese par de enormes piernas no se queda atrás.

 

¿Cuál es tu parte favorita del cuerpazo de Pedro Bomba? Cuéntanos en los comentarios. Gracias a Apasionado Solar por los vidcaps.

 

Mira el video completo de Pedro Bomba | Tuitéanos | hunks.piura@gmail.com 

viernes, 10 de febrero de 2023

ASS (65): “Me la metiste a pelo”

Alejo y Miguel comienzan a hacer planes futuros, como si fuesen una pareja de enamorados, cachan rico… entonces, una inesperada visita les llega.

 



Anteriormente en ASS…

A la una de la tarde de ese jueves, Alejo termina su rutina de entrenamiento en el AS de San Sebastián. Está sudado de pies a cabeza. Solo viste su pantaloncillo de lycra, sin ropa interior (lo que le marca su generoso paquete y hace que la tela se le meta por la raja de su gran culo), calcetines y zapatillas. Miguel se le acerca:

“la ducha ya está limpia, así que puedes usarla ahora mismo”.

Alejo sonríe:

“¿Sabes qué he estado pensando, Miguel? Vamos a darle duro un año entero al porno gay, reunamos suficiente plata, ahorremos, la juntamos y la invertimos en comprar el AS. Si no nos alcanza, lo alquilamos; el hecho es que lo sigamos trabajando”.

“¿Y Alberto ya sabe eso?”

Alejo toma un poco de agua:

“Una vez cuando estábamos cachando lo conversamos. Lo que nos dijo Pedro alguna vez es cierto: en algún momento se va a saber cuál era la real intención de fundar el gimnasio, y ahora que ya la sabemos, lo mejor sería que lo protejamos. Entonces, si la propiedad pasa a nosotros, él queda limpio. Sería lo más justo”.

“Espera… ¿de dónde sacaste esa idea?”

“Marcano me estuvo explicando”.

“¿Y dejaremos de hacer porno gay por completo?”

Alejo se lo piensa un poco:

“Quizás ya no con la presión de ahora”.

“¿Marcano también dejará de hacer porno?”

“Dice que cuando pueda crecer su negocio y se pague solo”.

Ambos caminan hacia la puerta que lleva al baño:

“Pero, Alejo, también sabemos que Beto no puso la inversión del AS; que, en realidad, fue…”

“Entonces se lo planteamos, Migue… total, estamos trabajando para él, ¿no?”

“¿y si nos dicen que no?”

“Ponemos un hostal para encuentros gay… o yo pongo mi taller mecánico y tú… lo que tengas pensado”.

Miguel sonríe:

“Por ahora pienso que debes quitarte el sudor de todo el cuerpo, en especial de tu culo y tus bolas”.

“Y… ¿si nos duchamos juntos? No hay alumnos”.

Los dos musculosos entran totalmente desnudos al baño y comparten la hora del aseo. Aprovechan el jabón para acariciarse sus firmes músculos: pectorales, brazos, culos, piernas. Un beso en la boca, seguido de otros tantos, no tardan en aparecer.

Cuando se han enjuagado el jabón, y aún con el cuerpo húmedo, Miguel besa toda la espalda hasta llegar al culo de Alejo. Le separa ambas nalgas, y, mientras el segundo se inclina,el primero aprovecha para lamer cada glúteo y el ano cerradito al medio.

“Puta madre, qué rico lo haces, huevón”, reacciona alejo muy excitado.

Miguel sigue estimulando el esfínter hasta que nota una dilatación en el agujero.

“¿Estás listo, ale?”

Alejo respira profundo:

“Listo”.

Miguel se pone de pie, y con la verga ya dura, comienza a penetrarlo lentamente. La sensación que tiene Alejo ahora ya no es la incomodidad de aquella primera vez cuando probó pinga y quedó adolorido, menos de esa segunda vez cuando ya se había entrenado un poco más. Por otro lado, Miguel es un amante consciente, interesado en que ambos gocen el momento por igual.

“Lo tienes cerradito, so carajo”, comenta Miguel con toda la calentura encima.

“Muévete rico, papá… lo haces bien”.

Miguel comienza a bombear poco a poco hasta que sus 18 centímetros pueden trabajar como un pistón dispuesto a dar todo el placer que ambos puedan imaginar. Alejo comienza a pajearse, al mismo tiempo.

Lo que sí Miguel aún no logra controlar la duración del acto cuando hace de penetrador. No pasan ni diez minutos cuando expulsa todo su semen dentro del recto de su mejor amigo.

“A la mierda”, gruñe el activo.

Alejo, quien no ha dejado de pajearse, gira:

“Arrodíllate”.

Miguel obedece.

“Abre la boca y saca la lengua”.

Miguel hace lo que su amante le pide. Alejo se pajea más fuerte aún, haciendo que su mano golpee contra su afeitado pubis, que suena como si chasqueara un culo. Jadea cada vez más fuerte. Su rostro revela que el orgasmo es inminente.

“¡Mierda! ¡Las doy, carajo!”

Alejo dispara su semen en la boca de Miguel, con la misma masividad de siempre. Se inclina a besarlo en la boca y saborear su propio esperma mezclado con la saliva de su amigo. El fluido viril se pega entre la lengua y los dientes de ambos. Se separan y sonríen.

“Creo que te pediré que seamos pareja”, susurra Alejo entre broma y serio.

“Creo que diría que sí”.

Entonces el timbre de la puerta suena. Ambos se miran extrañados.

“¿Hay alumno programado para esta hora?”, pregunta Miguel.

“No que yo sepa”, responde Alejo.

Ambos ingresan rápidamente al dormitorio. Miguel se pone la ropa que ya se había quitado y va a abrir la puerta de la calle. Queda de una pieza.

“¿edú?”, se extraña. “¿Hombre! ¿Dónde te habías metido?”

“¿Puedo entrar?”, consulta el futbolista, quien luce tan guapo como el día que llegó a San Sebastián; de hecho, luce un ceñido traje deportivo: camiseta y short que le marcan su cuerpo fibroso.

Miguel le da paso, y detrás de él, otro chico tan guapo como él, también vestido deportivamente, lo que revela un cuerpo más o menos atlético.

“Es Bartolomé”, explica Edú. “Trabaja en el seguro”.

Miguel no entiende nada, pero confía en su amigo.

“¿Podemos conversar un ratito? Es importante”.

“Claro, Edú”.

Pasan a la sala de recepción que también se usa para los ejercicios de calentamiento y se sientan alrededor del escritorio.

“No voy a dar rodeos”, anuncia edú. “Tengo VIH”.

Miguel se sorprende, pero entiende que debe ser empático:

“Edú: si el médico te dice que puedes entrenar sin problemas, por lo menos yo no me hago ninguna palta en que…”

“Gracias, la verdad te agradezco eso, pero… no fue por eso que vine a verte”.

Miguel pone cara de intriga.

“¿Recuerdas esa vez que me hiciste el masaje, el primer día que vine?”

Miguel traga saliva, mira un poco avergonzado a Bartolo.

“Claro”, al fin responde.

“Me la metiste a pelo”.

Miguel hace memoria rápidamente, comienza a sudar frío. Por el pasillo al fondo, Alejo aparece serio.

Y para terminar, te dejamos una porno gay |Tuitéanos | hunks.piura@gmail.com 

martes, 7 de febrero de 2023

el misterio de Olorun (4)


En Pueblo Libre, Lima, el Reverendo Manuel Palomino, responsable de ICK en Perú, autentica las pruebas de su existencia en carne, hueso y energía.

“Él anda entre nosotros haciéndose pasar como un negro común, a veces como un desconocido peón, o simple transeúnte. Por sus poderes de Orisha, revelará su identidad, sólo a quienes Él escoge”, me explica.

Según ICK, Olorum, quien fuera ejecutado durante la Colonia, resucitó el 15 de agosto de 2007, afirmación que ha sido blanco de críticas, y hasta escarnio, por parte de creyentes de otros cultos y religiones.

“Sinceramente, creemos que el gran problema de la sociedad moderna es que se ha vuelto demasiado superficial, materialista, pragmática y racionalista. Al perderse la fe en lo sobrenatural y divino, los modernos pierden contacto con esa otra realidad”, reflexiona Palomino.

Trae a colación el hecho que las culturas de la antigüedad tenían un fuerte componente de creer en lo sobrenatural: “En tal sentido, es tiempo que, especialmente, las nuevas generaciones de peruanos re-descubran y aprecien la herencia cultural y religiosa del antiguo Perú y también esta que nos trajeron los esclavos del continente negro”.

 


Resurrección

El 15 de agosto de 2007, un terremoto de ocho grados en la escala de Richter, remeció, durante dos minutos, la zona costera del norte de Ica y el sur de Lima. Las poblaciones quedaron muy dañadas, en especial Pisco.

El seísmo, producido a las 18:40 estuvo acompañado de un raro fenómeno lumínico que se pudo apreciar en la ciudad de Lima, y fue reportado por todas las cadenas nacionales, y algunas internacionales, de televisión.

Cuando Olorum era ejecutado, cerca de Pisco, Ica, predijo dos fuertes cataclismos, y que resucitaría en el segundo de ellos.

Desde entonces, está en medio del mundo en forma tangible, pero con la posibilidad de aparecer y desaparecer a voluntad, o a simple vista, tal como lo contaron sus hermanos, hace cuatro siglos.

ICK insiste que la aparición del Daniel escobar es Él.

 


De la hostilidad a la amistad

La probabilidad de un encuentro con Olorum en el Alto Chira, Sullana, es tan eventual como la cantidad de testimonios que provocaron este viaje por medio hemisferio.

Pero, si sucede, el Reverendo Palomino sugiere que lo último que se debe sentir es temor, fuera de que su identidad podría ser inequívoca: un afrodescendiente desnudo, atlético, alto y con un grillete en el cuello.

Si se le tiene miedo, o se le rechaza, es probable que se termine siendo alzado en peso, y arrojado al canal, así que la salida es otra.

“La persona que se encuentra con Olorum debe mostrarle una actitud amigable, con mucha sinceridad. Olorum, en su condición de Orisha, percibe fácilmente cuando alguien no es sincero, ni amigable con Él”, aconseja Palomino.

El Orisha se aparece a personas a quienes quiere poner a prueba, creando un escenario sobrenatural. Para romper el hielo, puede recitarse una antífona.

“Amo a Dios y a Cristo su Vodún Hijo. Y reconozco que tu eres Olorum su Orisha su siervo sobrenatural enviado, que has resucitado para traernos  bendiciones.  Reconozco y aprecio tus actos de libertad que hiciste por los hermanos negros, e indígenas. Y que heroicamente fuiste a la cruz por todos los oprimidos y pobres que padecen la injusticia. Te acepto Olorum.”

Palomino también aconseja agregar el Padre Nuestro en Patwa, la lengua de los pueblos africanos que fueron sometidos a esclavitud en Sudamérica.

“Faada, mek piipl av nof rispeck fi yu an yu niem.  Mek di taim kom wen yu ruul iina evri wie. Evridie gi wi di fuud we wi niid. Paadn wi fi aal a di rang we wi du siem laik ou wi paadn dem we du wi rang. No mek wi fies notn we wi kaaz wi fi sin. An protek wi fram di Wikid Wan”.

Dice Palomino que si Olorum escucha esta oración, comprenderá que su interlocutor está identificado con su causa, su historia y sus creencias. Pero, se debe recordar que estas expresiones deben ser sinceras, si no… ¡un baño no deseado en el canal!

Empleando este protocolo, Olorum podría llegar a hablar y a  entablar una duradera amistad basada en el respeto y la protección mutuas.

“Es más, no se sorprenda si después Olorum empieza a tratar con usted en sueños. Luego jugará con usted, le esconderá sus cosas, llaves, etc., porque es un Orisha juguetón y travieso”, afirma el Reverendo Palomino.

¿Esclavo furioso, o mas bien un Orisha milagroso y socarrón? Por lo pronto, la ICK lo honró en 2011, sacando su imagen en procesión.

“Hará otras cosas raras para mostrarle su presencia y amistad. Puede incluso visitarlo. Y su ayuda será muy efectiva cuando se cree en él y se lo aprecia: él se hace su amigo”, indica Palomino.

  

viernes, 3 de febrero de 2023

ASS (64): ¿Su dinero será tan limpio como su culo?

Enrique entrega primero un chequezote a José Luis, y luego ambos entregan sus nalgas a Eliezer y Salaverry.

 


“No puedo creer que finalmente lo hicieron”, reacciona Salaverry.

en la casa de campo que posee José Luis cerca de Piura están reunidos su asesor principal, Eliezer y Enrique, quien entrega un pequeño sobre al dueño de casa. José Luis lo abre y los ojos casi se le desorbitan. Mira a Salaverry y Eliezer:

“¿Y esto?”

“La historia porno gay del campeón latinoamericano de natación censurado por dopaje va a tener millones de vistas, así que el estudio se convenció de adelantar algunos pagos”.

“Pero esto es un culo”, comenta algo desconcertado, José Luis.

“Y es solo el inicio”, sella Enrique.

Salaverry carraspea:

“Va a perdonarme la pregunta, pero creo que en este punto debo hacerla: ¿el origen de ese dinero… es lícito?”

Enrique sonríe:

“Las drogas, las armas de fuego y el sexo son los negocios que mueven fortunas que escandalizan a Forbes, pero que nunca las consideran en sus conteos anuales”.

“Las drogas y las armas no tienen fuentes legales de financiamiento”, observa Salaverry. “No sé si el sexo también”.

“Casi nada tiene una fuente legal de financiamiento, pero tranquilícese: recuerde que mucha gente precompra contenido, y son millones de gays alrededor del mundo”.

Salaverry no sabe qué replicar.

“¿Y luego?”, interviene Eliezer.  “Cuando el video porno salga y la gente note que es en la Piscina Comunitaria, y lo conecte con los días que cerramos, quizás cuestionen a José Luis”.

”Todo está bajo control”, sonríe Enrique. “Mientras no se reprima a la comunidad gay o bi, será la misma comunidad la que proteja a José Luis, y vote por él”.

Eliezer y Salaverry se miran algo escépticos, pero el cheque de cinco dígitos –cuatro ceros—parece tranquilizarlos por ahora.

“Celebremos, ¿no?”, anima José Luis, quien se levanta, se acerca a enrique, lo abraza y le da un beso en la boca; le hace una seña para que lo siga.

Cuando ambos se ponen en camino, Salaverry mira a Eliezer quien le contesta con una sonrisa, un guiño de ojo y la misma seña para seguir a los dos primeros amantes.

Ya en el cuarto de José Luis, los cuatro varones se desnudan por completo. Se arrodillan en el centro de la cama haciendo una cruz con sus piernas. Se abrazan, se acarician las espaldas y los culos, se besan en la boca. Sus cuatro penes comienzan a ponerse duros, y aunque no son iguales en tamaño, se hacen contacto. Los de enrique y de Salaverry brotan mucho líquido preseminal.

“Hagamos ronda”, propone el mexicano.

Enrique besa el cuello a Salaverry, éste hace lo mismo con el de José Luis, éste con el de Eliezer y finalmente este último con el de Enrique. Así se cierra todo el circuito.

A continuación, enrique  y José Luis se ponen en cuatro patas abriendo bien las nalgas. Salaverry lame el ano a su jefe, José Luis;Eliezer vuelve a disfrutar del trasero azteca de Enrique. Los dos beneficiarios del beso negro juntan sus labios y sus lenguas.

Cuando los anos de esos dos hombres están dilatados, Salaverry unta con su líquido preseminal el agujero de José Luis, mientras Eliezer se coloca un condón y le unta mucho lubricante; lo coloca y comienza a empujar. Salaverry también se protege con un condón y comienza a meter sus 18 centímetros gruesos y venudos dentro del culo de su jefe.

En un par de minutos, el sexo anal comienza a calentar motores. Bombeos lentos que poco a poco se irán incrementando hasta el clásico chasquido de las caderas contra las nalgas de los pasivos, quienes ahora gimen y jadean como condenados.

Salaverry disfruta viendo cómo su pinga entra y sale del culo de José Luis; eliezer se solaza viendo el gesto del otro asesor, casi no toma atención de cómo sodomiza a Enrique. Entonces, Salaverry forma en su rostro ese rictus característico de que la eyaculación está cerca:

“Las voy a dar, mierda”, avisa.

Salaverry ruge: es evidente que ya llegó al orgasmo. Eliezer lo comprueba porque deja de moverse, saca su pene con el condón manchado de blanco, signo inequívoco que ya expulsó su semen. Recupera el aliento y se relaja.

José Luis se levanta:

“Luces intelectual y todo eso, pero a la hora de cachar, eres arrechísimo”, le dice.

Salaverry solo sonríe mientras se seca una gotita de sudor que cae por su frente, y se soba su pene semi-flácido.

Eliezer tiene para rato aún, pero sabe que el culo de Enrique es aguantador.

José Luis hace otra seña a Salaverry. Ambos se van a la ducha.

Ya dentro, bajo el agua, el dueño de casa acaricia el velludo cuerpo de su asesor mientras le unta el jabón.

“Me encanta cómo me cachas… ¿por qué preguntaste a Enrique si su dinero es limpio?”

“Me gusta  tu culo porque sigue bien firme, pelu; pero… ¿acaso no viste la cantidad de ceros que tenía ese cheque? Encima, son dólares. ¿Cómo vamos a justificar eso ante la Onpe?”

José Luis da un beso en la boca a salaverry, a la vez que le acaricia la pinga y las bolas:

“Lo pitufeamos como hacen todos… Para eso contraté al hijo del Capi. Enrique tiene a sus chicos. Ya he pensado en eso”.

“¿en serio no te preocupa que pueda ser plata de narcos? Es cuerpón, vergón, hermoso culo, se nota que aguanta bien la pinga; pero también es mexicano, joven, con plata suficiente para comprarse de un sopapo una casa en Los ejidos. ¿en serio crees que la pornografía gay dé tanto?”

“Si fuera narco, alguno de nuestros amigos policías nos hubiera dicho algo, en especial esos que les gusta meter pinga y que les metan bien la pinga”.

“¿Y si quizás no nos dicen nada porque… también te están investigando? Recuerda que fui policía, trabajé en Inteligencia. Si debemos dejar que nos metan un dildo por el culo con tal de conseguir información valiosa, nos abrimos de nalgas”.

José Luis mira a Salaverry con cierta perplejidad mientras le sigue acariciando el pene y los testículos, tanto, que otra vez hay una erección.

Afuera, Eliezer sigue cachando con intensidad el culo de Enrique.

Y para terminar, te dejamos con una porno gay | Tuitéanos | hunks.piura@gmail.com