domingo, 29 de diciembre de 2013

rónicas de un moderno (8)

ACONSEJAMOS DISCRESIÓN DEL LECTOR: Algunas escenas que presentamos a continuación son inapropiadas.

 

TRACK #8 EL FIN DE UNA ÉPOCA

La excitación seguía aún pendiente, no sabía qué hacer, pero como siempre me salvo, el pata que estaba al fondo llamó  al pata que alquilaba cabina, no sé qué le diría.

Hice que el mamón se desprenda de mi, el chico que controlaba las cabinas no demoró mucho para llegar a la cabina de control, tuve que rápidamente cubrirme el pene, aún erecto, con la mochila. Jhoel parecía un niño tranquilo, sin embargo a ambos se nos notaba nerviosos, el pata que controlaba creo que se había ganado puesto que a cada rato nos miraba.

El tiempo que alquilamos terminó.

Jhoel me decía para alquilar más tiempo, a pesar de la arrechura,  tuve que rechazar la propuesta.

Salimos de aquel lugar, yo adelante, Jhoel demoró un poquito en salir. Estando afuera me comentó que el pata que alquilaba, le había insinuado para que también le haga el favor, yo solo me reí porque Jhoel no quería nada.

Esa tarde pasó, llegué a casa y me acosté a dormir, soñé con aquella escena del internet, pero esta vez veía que el chico que controlaba las cabinas también participaba de la práctica del sexo oral, algo loco.

Aquel verano terminó, comencé una etapa nueva en el colegio, esta vez sería mi último año en aquel colegio.

Por ese tiempo Carlos desapareció de mi vida. Lo extrañaba, muchas veces llamaba a su celular y mi corazón se invadía de tristeza al escuchar que la operadora respondía diciendo: Este es un mensaje de claro, por favor si desea deje su mensaje. Ingresar al colegio me permitió olvidarle un poco pero no del todo.

Desde mis 14 años me gustaba un chico que era un año mayor que yo, se llama Luis, él repitió un año y por eso iba en el mismo grado que yo, pero estaba en otra sección, por el mes de abril yo ya había cumplido los 16 años y Luis tenía 17, él se convirtió en uno de mis mejores amigos, siempre me contaba las aventuras sexuales que había tenido con chicas, a mi me excitaba eso y a veces me provocaba abalanzarme a él, pero me detenía, Luis era mi fantasía escolar.

Llegando el mes de Agosto ingresé a una academia de danzas, todos los chicos y chicas me trataban bien. El hijo del profesor, se apegó bastante a mi, su nombre es Gerardo, él poco a poco se me insinuaba, me abrazaba fuerte y me tocaba. A un comienzo yo no respondía pero luego también le tocaba, pero nunca pasó nada con él.

Paralelo a eso otro de los integrantes llamado Martin, un año menor que yo, pero más alto, me molestaba y me abrazaba, según él es activo , la cuestión que siempre se me ponía en bandeja, siempre me palteaba, pero ganas no me faltaban de tener algo con ese chico.

Por ese tiempo, el Facebook ya se había convertido en todo un boom. Yo había agregado a amigos de colegio, de barrio, de danzas y también a chicos gays. Conocí a un chico llamado Juan, él es activo de Sullana.

Hasta ese entonces me llamaba bastante la atención practicarle sexo oral a un chico, quería saber que tan bueno era en eso. Juan era el indicado.

Conversé con él y quedó en venir a Piura. Un día sábado antes de ir a ensayo de danzas fui a encontrarme con él, por suerte vino cerca de un lugar donde yo vivía, ya que no había lugar para poder tener sexo, caminamos hasta el fondo del asentamiento en el que estábamos. Llegamos a un lugar donde había pedazos de esteras plantadas, porque iban a invadir, pero aquel día todo estaba sólido.

Ingresamos a uno de esos, Juan se bajó su pantalón y detrás del bóxer lograba ver como comenzaba a despertarse una verga gruesa. Yo bajé rápidamente el bóxer de Juan y como tal cual desesperado, tomé su pene,  lo puse en mi boca y comencé a succionar, poco a poco sentía como aquel pene se despertaba más y más, levanté  la mirada hacia Juan y veía que mostraba placer, después cogía mi cabeza, eso me hacía excitar más. Juan se manejaba una rica pieza.

Después de habérsela chupado insaciablemente, Juan me levantó  y me hizo darle la espalda, logré ver que sacó un preservativo de su pantalón y se lo colocó. Apuntó su pene hacia mi trasero e inmediatamente me la metió, a un inicio me dolió pero Juan, cachaba de lo más rico porque ese dolor se fue y me llenaba de placer, no pasó mucho tiempo para que se viniera. Aquella vez había satisfecho una fantasía sexual.

Terminé el colegio, hice respectiva promoción. Mi pareja fue una compañera que vivía por mi casa, esa chica siempre había querido estar conmigo. Una de mis amigas de promoción llevó de pareja a Martín, el chico de la academia de danzas. El local donde se realizó la promoción fue en donde era la casa de tejas, en Miraflores, actualmente allí funciona Rocky´s.

Siendo la 1:00am todos mis compañeros bailaban. Me dirigí a los baños, todo estaba oscuro, paralelo llegó Martín, me miró, y una vez más se volvía a insinuarme, con una sonrisa tal cual arrecho condujo mi mano hacia su pantalón, allí pude palpar una verga no tan grande pero al menos bastante dura. Martín se bajó el cierre y sacó su pene, inmediatamente bajé a chupársela, olvidando que habían más compañeros que podían llegar a los urinarios. Martín estaba excitado porque comenzó a cachar mi boca, la metía y la sacaba. Esa sensación era muy placentera pero no pudo durar, puesto que por temor a ser descubiertos, tuvimos que salir de allí. Nos dirigimos a la pista de baile y cada uno bailando respectivamente con su compañera como si nada hubiese pasado.

 

(CONTINUARÁ…)

 

© 2013 Hunks of Piura Entertainment. Los nombres fueron cambiados. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí. SIEMPRE PRACTICA SEXO SEGURO.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Anselmo (12)

ACONSEJAMOS DISCRESIÓN DEL LECTOR: Algunas escenas que presentamos a continuación son inapropiadas.

 

Por: N-Azz

 

“Esta es tu ropa de deporte: licras, bibidíes, calcetines. Espero que seas 41; al menos así parecían tus zapatos… Esta no es una licra cualquiera: es un body, y es nuestro uniforme de trabajo. Estas zapatillas negras altas le hacen juego, y estas medias también. ¡No te confundas! ¿OK?”

Zack había desplegado todas las prendas sobre la cama que le asignaron a Anselmo.

“Pruébatelo todo. Quiero ver si debo devolver algo. Ésta otra es tu ropa para estar dentro de casa… ah, y nueva ropa interior”.

Anselmo se quedó en calzoncillo, y comenzó a probarse la  ropa  de deporte. Era suave.

“La ropa no me preocupa tanto, sino los dos pares de zapatillas”.

Se puso los calcetines, y se las probó. Ni ajustadas ni flojas.

“camina. OK. Parece que está OK, pruévate el body”.

Anselmo volvió a quedarse en calzoncillo, y se puso a buscar por dónde meterse en la prenda.

“¡Sin ropa interior!”

Anselmo dudó. Miró a Zack.

“Ya te vi calato. Te enseño cómo ponértelo”.

Otra vez el recién llegado estaba en pelotas.

Zack se inclinó, e hhizo que levantara una pierna para meterla en una de las mangas.

“Primero una… ahora la otra… ahora hacia arriba… jala los tirantes con cuidado, y mete los hombros. Que la etiqueta quede hacia tu espalda”.

Zack condujo a Anselmo al espejo de cuerpo entero.

“Perfecto. Pero procura controlar eso”.

Se refería a la erección que se hacía evidente en la tela negra elástica y brillante.

“Sácatelo y guárdalo bien. Cámbiate que te mostraré todo”.

Anselmo lo miró a los ojos, de inmediato, con gesto de sorpresa.

“Me refiero al negocio, ¿OK?”.

Al fin sonrió Anselmo.

Zack y él salieron del cuarto.

“Ya conoces la cocina, el baño y la sala de la tele. Éste es el gimnasio. En media hora, llega  Max para entrenarnos. Es obligatorio. él llega todos los días a las 11, nos entrena y nos ensaya en las coreografías. Por ahora no estarás en las coreografías”.

Anselmo se quedó perplejo viendo las máquinas cromadas, y se preguntaba qué pasaría en el gimnasio.

Zack cerró una cortina. De hecho, todas las piezas –menos los cuartos- tenían cortinas en vez de puertas. Eran azules, haciendo juego con la pintura de la pared.

“Toma esta llave y no la pierdas. Abre esta puerta”.

Habían llegado al final del pasadizo a donde daban todas las piezas. Anselmo probó y giró la llave. Del otro lado, había un pequeño corredor.

Avanzaron.

Estaba todo oscuro.

Zack levantó una palanca. Las luces comenzaron a prenderse como si despertaran desperezándose.

“Ésta es la chamba”.

Era un enorme y alto salón. Hacia su derecha, mesas con sillas levantadas, y el suelo algo pegajoso. Al fondo, una gran cortina. Todo estaba iluminado con potentes luces, pero cuya fuerza era absorbida por el negro de las paredes, donde habían infinidad de siluetas masculinas pintadas en colores que Anselmo sólo vio en las faldas de las mujeres de San Jerónimo.

A la izquierda, vasos y copas transparentes de diferentes tamaños. Además un estante con botellas de diferentes colores, y el logo de la cerveza que se tomaba en su pueblo.

“Essta es la barra. Aquí despacha Martín con Kike. A veces está Kike solo. Tu trabajo es ir por las mesas y tomar los pedidos. Vienes acá y dices qué pidieron. Una vez que te pidan, que te paguen por adelantado, si no, ni los atiendas. Martín te dirá cuáles son los especiales del día. ¿OK?”

Anselmo asintió con la cabeza, casi imperceptiblemente.

“Bueno. Acá sólo entran patas. Si alguno te pregunta cuánto cobras, le dices que converse con don Martín en la barra”.

“¿Cuánto cobro por qué?”

“Mira, sólo contesta eso y no digas nada más, si no, te meterás en problemas, ¿OK?”.

“ya pues”.

“Si alguien quiere ponerse faltoso contigo, también le avisas a Martín. Pero sí te aconsejo que te dejes tocar el culo o la pinga, pero sólo un poquito, pa’que se emocionen”, sonrió Zack  pícaramente. “ah, no olvides sonreír, aunque te duelan las muelas”;; y aprecia algo de cerveza, si te invitan, pero un poquitito, ya sabes, el negocio consiste en emocionar a los patas.

“¿Por qué?”

“Porque de eso se trata el mundo del entretenimiento: les haces creer que les caes bien, pero la verdad lo que debes hacer es que gasten toda su plata”.

Anselmo lo miró extrañado.

“Si no entra plata,a nosotros nos va mal. Mira, esta noche, te pondré en barra. Fíjate cómo trabajo yo, y aprende los trucos. Si quieres, me preguntas, ¿OK?”.

“pero, mi padrino dijo…”

“Mira, Martín es experto cachando, pero yo soy experto armando vergas. ¿OK?”

Anselmo contestó que sí con la cabeza, ahora mirando al suelo.

“Cuerito. Disculpa. Te prometo que te irá bien”. Por cierto, ¿te gusta… Baco?”

“¿Quién es ése?”

“Tú, pues, cojudito”, dijo Zack recuperando su tono seductor con que Anselmo lo conoció.

“No sé”.

“Nada que no sé. Desde hoy eres Baco, ¿OK?”

“Ya pues”

“Que no se te olvide. ¡Uy! Vamos que ya llega Max. Cualquier cosa, me preguntas, ¿OK?”

“Ya pues”.

Regresaron al gimnasio, donde estaban todos, en especial el corpulento Max, vestido en un body plomo: se parecía a Kevin Levrone, aunque con unos años más, y blanco. ¿Acaso será él??.

“¿Listos para la clase de hoy?”, dijo aplaudiendo.

“Él es Baco, y vivirá con nosotros desde hoy”, presentó Zack.

Max se acercó a Anselmo, lo miró por todos los costados, y le pidió que se dé una vuelta. El instructor era más alto que Zulú, incluso.

“¿Dónde has entrenado?”

Anselmo dudó…

Entonces abrió la boca: “En San  Jerónimo”.

Zack lo miró de reojo, y se sonrió.

“¿Y eso dónde queda?”

“lejos”.

“¿Quién fue tu instructor?”

Anselmo dudó dos segundos: “Elías. Elías Narváez”.

“no lo conozco. Pero te sacaré mejor cuerpo que él”.

“Ya pues”, dijo Anselmo sonriendo a Max.

Zack y Kike hicieron lo mismo, pero sin mirarse. Zulú estaba concentrado viéndose los músculos en el espejo trasero, y Febo se resistía a dar la cara.


 

(CONTINUARÁ…)

 

© 2012, 2013 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí. SIEMPRE PRACTICA SEXO SEGURO.

Texto producido con el Método Writting Fitness. Más información aquí.

Kyrie

Por: Hunks01

 

Perdóneme, Padre, porque he pecado. Me acuso de haber tenido una conducta impropia con un desconocido.

Todo comenzó ayer, cuando mi amiga Giuliana me pidió que la acompañara a probarse su traje de novia. A pesar que le dije que me iba a aburrir, ella me insistió. Pero justo antes de llegar a su destino, le dije que iba a alquilar media hora de Internet, y luego la pasaba recoger.

Estaba viendo una porno amateur de dos chicos en el campo, cuando la ventana de un sitio de contactos gays se iluminó. La abrí. Era un tipo que dijo haber visto mis fotos, que le gustaban, que dónde estaba. Me puse a conversar con él. Me dijo que estaba en la ciudad, porque no es de acá, y que si podíamos encontrarnos.

Me faltaban nueve minutos para que se acabe mi tiempo.

Le mandé un mensaje a mi amiga. Nada.

Hace más de una semana que no tengo nada con nadie, y casi a diario aprovechaba para masturbarme en la ducha.

Cinco minutos antes de que se acabara mi tiempo, decidí ir a su encuentro. Me incomodaba dejar a mi amiga, pero pensé que esta oportunidad no se presentaría tan rápido.

Llegué a donde me había citado: un hospedaje sencillo, casi oculto, en una calle tranquila y perdida del centro de la ciudad. Pregunté por Rolando, como me dijo.

El recepcionista me indicó el cuarto (por cierto, a este chico lo he visto un par de veces en el baño del cine porno).

Tras tocar la puerta de la habitación, un tipo blanco, cabello y vellos castaños (por casi todo el cuerpo), ojos verdes, tan alto como yo, me atendió.

Su habitación era sencilla en extremo. Una cama, una mesa, una silla, una mesita de noche, y su maleta a medio abrir. Noté que sobre la mesa había un libro de Filosofía, unos papeles en blanco sobre los que, de seguro, escribía algo, y un bolígrafo.

Me pidió no estar nervioso, me dijo que en persona era mucho mejor que en las fotos de Internet. Soy flaco pero no huesudo, formadito mas bien, algo velludo, trigueño tirando a moreno, y encima zambo.

Rolando sólo tenía puesto un boxer; Me pidió que me desvistiera. También me quedé en boxer.

Se acercó y comenzó a acariciarme el pecho, me rodeó hasta la espalda, aproximó su cuerpo y comenzó a besarme en la boca. Le correspondí. Poco a poco, fuimos excitándonos, digo, era evidente por lo que ocurría debajo de nuestros boxers. Se arrodilló un poco y me quitó el mío. Se quedó sorprendido de ver lo que escondía debajo de él.

Me preguntó si realmente eran dieciocho centímetros, porque le daba la impresión de que era más.

Comenzó a hacerme… sexo oral.

Se quitó su boxer, y me pidió que también le hiciera sexo oral. Accedí. Lo suyo es algo más pequeño que el mío.

Me preguntó si tenía preservativos. Nada. Aún así, me acostó sobre la cama, se acostó sobre mí, y comenzó a rozarme todo su cuerpo. No parábamos de acariciarnos, incluso nos ingeniamos para rodar acostados, ya que sólo había espacio para una persona. Estuve largo rato encima suyo, y luego regresé a estar debajo. Luego me pidió que le dé la espalda, y volví a sentir su peso y cómo mecía su cadera, hasta que, tras un profundo suspiro, eyaculó. Pude sentir su tibio fluído entre mis nalgas.

Me bañé, me vestí, agradecí y salí del hospedaje. Fue cuando prendí mi celular. Giuliana me había respondido: se iba a demorar otra hora más.

Y por ella estoy aquí. Se casará dentro  de una hora, y vengo a pedir la absolución, pues pienso comulgar. ¡quiero compartir el gozo de este día!

Así que, Padre, acepto la penitencia que me corresponde… aunque creo que será compartida.

Sí. No me mire con esa cara.

¡Perdónanos, señor, porque hemos pecado!

No olvide que usted, Padre Rolando, fue la persona que me citó a ese hospedaje.

 

© 2013 Hunks of Piura Entertainment. Los nombres y situaciones fueron cambiados. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí.

Producida con el Método Writting Fitness. Más información aquí.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Crónicas de un moderno (7)

ACONSEJAMOS DISCRESIÓN DEL LECTOR: Algunas escenas que presentamos a continuación son inapropiadas.

 

TRACK #7: ¡NO MAMES!

 

Hasta ese momento mi mamá no sabe que estoy en este mundo... ¿Qué pasará después?, seré una gran decepción para ella, me imagino muchas cosas y sé que serían las peores semanas de mi vida, lograrán aceptar que soy bisexual, y si no me botarían de casa no lo sé.

Aquella noche  en que mi mamá me hizo ingresar al cuarto y me preguntó por lo que aconteció la noche anterior con mi primo, verla llorar, ver que suplicante entre lágrimas me pedía que le dijera que ocurrió.

         Dimeeee Frank ¿Qué pasó?, dimeeee¡¡¡

Yo no sabía ni que hacer, decirle la verdad o simplemente ocultarle todo. Me quedaba en silencio, mientras que mi mamá seguía llorando, lloraba como si un hijo se le hubiese muerto. En medio de este problema yo quería morirme, pero lamentablemente el daño ya estaba hecho. Una vez más mi mamá volvía a interrogarme:

-Frank responde, ¿Porqué ah?, dime es verdad lo que dice tu primo... es verdad que anoche lo estuviste tocando?- en la voz de mi mamá se notaba dolor y al mismo tiempo rabia y cólera, mostrando una decepción hacia mi; justamente era lo que yo no deseaba, que ella se sienta decepcionada de mi , pero tampoco podía decirle la verdad.

En la oscuridad, yo solo mostraba un rostro confundido, como para desviar las cosas que me decía, haciéndole creer que no recordaba nada.

-Responde hijito, o me tienes vergüenza, si es así dime para que mejor tu papá hable contigo- me dijo mi mamá, yo solo moví la cabeza en señal de un no.

Pasamos largo rato con mi mamá, ella llorando y yo queriendo desaparecer.

Finalmente tuve que negar todo, nada mas decía:

-No me acuerdo de nada.

No tenía más palabras para consolar a mi madre, me dolía mucho verla llorar y todo por mi culpa, y más me dolió haberle mentido y nunca haber tenido el atrevimiento para decirle lo que realmente me pasaba. Esa cobardía se debía a que nunca me habían brindado la amistad de padres a hijo.

Para suerte mía ese martirio terminó tan pronto mi mamá me creyó, tenía la suerte de que siempre procuro ser atento con ellos y por ese lado, eso es tener puntos a favor.

 

Tener computadora en casa me permitió conocer más gente de la nota, pero de otras ciudades.

A mis quince años, una etapa nueva marcó mi vida. Yo era del típico que creía y pensaba que en esta nota no se podía amar a alguien. La vida puso en mi camino a un lindo chico de nombre Carlos, con el que conocí el amor, mi primer amor, lamentablemente él es de Lima y hasta el día de hoy no lo conozco. Carlos es cuatro años mayor que yo, desde el momento en el que me habló sentí que algo pasaría, poco a poco Carlos empezaba a robarse mi corazón. Lo que sí es bien cierto que me enamoré demasiado de él, porque es la única persona a la que el tener sexo en una pareja gay no es lo primordial. Hasta hoy que tengo 18 años sigo extrañándolo...

Paralelo a ello, a esa edad yo andaba con las hormonas muy alborotadas, siempre que veía pornografía me quedaba perplejo ver la cara de los patas a quienes les practicaban sexo oral, yo quería experimentar y sentir alguna boca mamándome el pene, para ese entonces, esa era mi mayor fantasía.

Para finalizar noviembre, conocí a un chico, que me dijo que era pasivo, esos términos de activo, pasivo y moderno los conocí gracias a Carlos.

El chico pasivo se llama Jhoel, es de Talara, me decía que quería venir para chupármela y tantas cosas.

La cuestión que yo andaba confundido quería mucho a Carlos pero también andaba con esas ganas que me la chupen.

Llegó el 2011, y mis queridísimos papas no tuvieron mejor idea que arruinarme aquel verano matriculándome a la academia Pre- Universitaria El triunfo, ciclo ADES. Desde el primer día quise salir corriendo de aquel lugar jejeje...Habían momento que no entraba a la academia y me iba a perder el tiempo, conociendo bien las calles de Piura.

Una vez hablé por Messenger con Jhoel y le comenté que había momentos que me salía de clases, así que él decidió, un día viernes del mes de Febrero, viajar a Piura para conocerme.

Jhoel me dijo que consiguiera cuarto para hacer muchas cosas, la verdad yo solo quería que me haga sexo oral, aprovechando que decía que también le gustaba tomar semen.

Ese día falté a clases. El carro en el que viajaba Jhoel había salido a las 7am, por ello llegó a las 9am. Fui a recogerlo al terminal del Eppo, que por entonces se ubicaba en la AV. Sánchez Cerro, él bajo y nos saludamos con un apretón de manos. Mientras caminábamos como que nos íbamos conociendo, él me preguntó si había conseguido cuarto, le dije que no.

         Hay que buscar por allí, quizá encontramos uno- me dijo

Caminamos como 1 hora y media y no encontramos, hasta que Jhoel me dijo que lo acompañara a un internet, hasta allí yo no comprendía cual era su propósito. Llegamos a un internet y estaba lleno, fuimos a otro, y bueno estaba vacío, solo al fondo había un chibolo, en la última cabina. Jhoel alquiló una hora, y nos dieron la cabina que estaba al inicio.

El pata que alquilaba, atravesó una cortina dirigiéndose a lo que era el resto de su casa, dejando totalmente el área descubierta.

Jhoel comenzó a tocarme por encima del pantalón, luego me bajó el cierre y dejó al descubierto mi pene, el cual se iba despertando por la excitación, Jhoel, me miraba la verga y me dijo:

                     Eres un niño pingón.

Yo solo puse mi sonrisa pendejita y le dije:

                     ¿Quieres?

                     Así que nunca te la han chupado, mmmmm te va a gustar conmigo ya verás, y dicho eso Jhoel bajó su cabeza, dirigiendo su boca hacia mi pene.

Sentí que apoyaba sus labios en la cabeza de mi pene, de pronto empezó a succionar, mierda¡¡ que rico se empezaba a sentir , jamás pensé que fuera una sensación tan agradable. Empecé a excitarme, él se daba cuenta y seguía bajando su cabeza, sus labios húmedos de saliva mojaban todo mi pene. No quería que nadie me quitara de ese momento.

La excitación se había apoderado de mi, cerraba los ojos y empezaba a gemir de placer. Me había perdido en aquella sensación que por primera vez experimentaba. Al abrir los ojos me di cuenta que una niña de aproximadamente tres años estaba cerca a nuestra cabina, lo primero que hice fue poner mi mochila a un costado, para poder cubrir la escena, al mismo tiempo le hacía señas a Jhoel que parara por un momento.

Tan pronto desapareció la niña, le dije a Jhoel que prosiguiera, es que eso eran tan rico y también porque este patita era un experto en eso, o sea había contratado un profesional del sexo oral.

La excitación crecía cada vez más y más, ante aquella situación ¿Qué mas podía faltar?, de reojo logré ver que se abrió la cortina y en lo que menos canta un gallo, el pata se acercaba a la cabina de control... el mamón seguía pegado, yo con la sangre caliente, el pata a poca distancia de nuestra cabina... xuxaaaaaa¡¡¡

 

(CONTINUARÁ…)

 

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martes, 17 de diciembre de 2013

Anselmo (11)

ACONSEJAMOS DISCRESIÓN DEL LECTOR: Algunas escenas que presentamos a continuación son inapropiadas.

 

Por: N-Azz

 

Anselmo abrió los ojos.

No era la pared de adobe de su casa, sino un muro liso, bien acabado, color tierra.

Estaba desnudo y erecto.

 “Levántate, perezoso”.

Era Martín en tono cariñoso.

Anselmo se asustó y se sentó, intentando cubrir su cadera desnuda, y algo de su vientre bien formado.

Su padrino sonrió.

“anda, tontito. Soy yo. ¿Cómo dormiste?”

Martín vestía un bibidí blanco y un pantalón corto del mismo color, ajustado, que le marcaba los muslos amplios. Estaba sentado a su costado.

Martín movió su trasero para sentarse más cerca de Anselmo. Leacarició su mejilla izquierda.

“tranquilo. Perdóname por lo que te hice en tu casa. No debió pasar, pero no me pude resistir. Eres muy guapo, pero todavía estás muy chiquillo para hacer el amor”.

Anselmo seguía sentado sobre la cama, con la sábana cubriéndole las piernas y la cadera. No sentía miedo, sino algo raro, entre rabia, frustración, añoranza y esperanza. Su miembro estaba semi erecto.

“´¿Por qué me trajo?”

“Te dije que en tu pueblo no tenías futuro. Aquí es distinto. Todo está cerca”.

Martín tomó sus manos, y se inclinó para besarlas.

 “Nadie te hará daño. Tendrás todo lo que necesites. Eso sí, aquí no estás de vacaciones. Trabajarás como todos, pero no te exigiré como a los demás”.

“¿Trabajar de qué?”

“Atender gente, llevar cuentas. Vigilar que ningún pendejo me robe”.

Martín volvió a besar las manos de su ahijado.

“Cuando cumplas 18, veremos qué harás.  Lo que sí te prometo es que nadie te tocará… ni siquiera yo”.

“Ya pues”, respondió Anselmo, sin mucho ánimo, bajando la mirada.

“eso sí, cualquier pregunta, házmela. sé de sexo más que el proppio Zulú… es más; yo le enseñé”, remarcó el padrino, guiñándole el ojo derecho, y besándole las manos por tercera vez.

Anselmo se tranquilizó. Incluso su erección había desaparecido.

“Haremos cambios. Afortunadamente estás sano por fuera. Pero, harás pesas como todos nosotros. Mmmmm. Dejaremos de llamarte Anselmo. Ese nombre no vende acá”.

“pero me gusta mi nombre”, reclamó Anselmo en voz baja.

“es decir, entre nosotros normal. Pero ante el resto, debemos llamarte de otro modo, como Kike, Febo, Zulú o Zack”

“¿No se llaman así?”

Nuevamente, su padrino  le besó las manos.

“No. Zack es bueno buscando nombres. Le diré que te busque uno. ¡Igual que los artistas! ¿Sabías que nunca usan su nombre real?”

“No, pero ¿los cantantes de cumbia?”

“Artistas, dije… no te extrañe si alguno aparece por acá, pero son tan monses que usan sus nombres reales. Lo que suceda en Alpha Male se queda en Alpha Male”.

“¿Y qué significa eso? ¿Alguien se llama así?”

“la verdad no sé. Zack le puso el nombre, porque antes era Caprichos, pero él dijo que no vendía, y lo cambió. No sé si es el nombre, pero empezó a venir más gente”.

Martín se sonrió.

“Mi mamá me puso Anselmo”.

“Créeme. Entenderás por qué’s necesario el cambio”.

Martín se acercó y lo besó en la mejilla.

Anselmo sintió la dureza de un cuerpo firme, y un cosquilleo producido por las barbitas de la mejilla de su padrino.

“Escucha: estás acá porque me gustas. Pero todos debemos chambear pa’que vivamos bien. Báñate, desayuna. Piensa en que eres el chibolo más rico de esta casa”.

Martín se puso de pie, y salió del cuarto.

Entonces,  se dio cuenta del espejo de cuerpo entero que estaba al costado del calendario.

Bajó de la cama, así tan desnudo como despertó y se colocó frente a su imagen reflejada.

Miró sus formas, y se comparó con el modelo. Pectorales amplios, brazos fuertes, abdomen plano, pero sin muchos cuadritos. ¿Cómo serán sus piernas? Las suyas eran torneadas. Su miembro, que estaba relajado, otra vez iniciaba su crecimiento. Su escroto era largo, como el de elías. Su vello púbico comenzaba a invadir el centro entre sus ingles.

La puerta se abrió súbitamente.

Anselmo se asustó.

“todavía no te bañas, ¿verdad?”

Anselmo recuperó el aliento, y se sonrojó. Entonces comenzó a reírse despacio.

Kike lo vio de los pies a la cabeza, sin obviar espalda, trasero y miembro.

“disculpa: ¿Sabes? Tienes un cuerpo bien bonito”.

“Gracias”.

Kike tragó saliva: “Ponte la toalla. Vamos a que te bañes. Preparé un rico desayuno”.

Anselmo se rió abiertamente: “Ya pues”.

Cogió la toalla, el jabón que lo extasiaba, y salió con Kike, quien sentía una fuerte opresión en la parte delantera de su pantalón, que su ropa interior disimuló eficazmente…

 

(CONTINUARÁ…)

 

© 2012, 2013 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí. SIEMPRE PRACTICA SEXO SEGURO.

Texto producido con el Método Writting Fitness. Más información aquí.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Crónicas de un moderno (6)

ACONSEJAMOS DISCRESIÓN DEL LECTOR: Algunas escenas que presentamos a continuación son inapropiadas.

 

TRACK #6: JUEGO DE MANOS

 

Yo rogaba por todo que mi primo no se despertase, tener su pene entre mis manos, sobarlo, todo eso era como un sueño. Si hasta entonces yo hubiese tenido experiencia en el sexo oral, se lo hubiese hecho porque mi primo se lo merecía.

Cuando mi primo se volteó, mis manos dejaron de actuar, el cuerpo se me puso totalmente frío, yo no sabía qué hacer, ¿Se habría despertado? , ¿Qué hago?

Una vez más la suerte me acompañaba, él solo había volteado para acomodarse como cuando uno está durmiendo. Solo quedaba hacer todo lo que pueda para que me lo meta.  Cuando él se volteó, yo también lo hice, le di la espalda y tanta era la excitación que no lo pensé ni una sola vez, me bajé la trusa. En esos instantes olvidaba que mi primo y mi hermano estaban a nuestros costados.

Cogí su pene y lo puse en dirección a mi trasero, lo acerqué y logré sentir su miembro , hasta entonces mi primo aún seguía dormido, no pasó mucho rato para que yo sintiera que poco a poco mi primo empujaba su pene hacia dentro, creo que estaba teniendo algún sueño húmedo. Me encontraba muy excitado por aquel momento, lo mejor de todo fue cuando él se despertó, sentí que se bajo toda su trusa, y de pronto cruzó sus manos en mi cintura, él mismo puso su pene en dirección a mi trasero y comenzó un rico y certero mete y saca, a un principio sentí un pequeño dolor, pero después se convirtió en tanto placer, yo cada vez acercaba mas mi trasero a su pelvis, mi primo sí que cachaba bien rico, hubiese deseado que nunca acabara ese momento, él seguía metiendo y sacando, hubo un instante en el que sentí que bajo su ritmo, sentí en mi interior algún líquido que me invadía, por primera vez sentía el semen de un hombre dentro de mi, lo mejor de todo que era el de mi primo.

Llegaron las 6 am, mi primo sacó su pene lo guardó y a los cinco minutos se levantó.

Amaneció y comenzó un día como cualquiera.

Pasó el verano y mi primo se regresó a Tumbes, sin embargo su hermano se quedó porque comenzaba a prepararse para postular a la Universidad Nacional de Piura.

En la etapa de colegio como siempre dejaban tareas, comencé a usar cada vez mas el internet descubriendo muchas páginas , me volví adicto a los vídeos pornográficos, también encontré una página donde muchos chicos hacían publicaciones referidas a la búsqueda de sexo, de ahí agregué a muchos de ellos.

Aquella época comencé a tener bastante confianza con mi primo Carlos, el hermano de Paúl, a él le contaba todo lo que me pasaba en el colegio, pero nunca le comenté nada sobre las confusiones que empezaba a tener acerca de mis gustos por chicos.

A mis quince años, notaba las verdaderas cosas que se pasa en esta vida, mis problemas aumentaron, mi autoestima se ponía por los suelos, comencé a pasar una etapa donde a veces solo pensaba en morirme. Me daba cuenta que sentir gusto por chicos no era normal, pero sin embargo creía que eso era solo una etapa de confusiones.

La amistad que tuve con mi primo se deterioró por mi culpa. Muchas veces yo dormía con él y nos quedábamos hasta tarde conversando, una vez me picó ese bichito de puto que empezaba nacer en mi. Me dio ganas de tocarlo y logré sentir una verga dura y gruesa, al igual que su hermano estaba con buen paquete, yo no había quedado satisfecho con habérsela tocado, quería experimentar algo más, y proseguí con el acto; como siempre hay algo que falla, en esta ocasión mi primo se levantó, prendió el foco y como disimulando me hizo una pregunta tonta:

-          ¿Frank escuchas?  parece que suena algo por allá

Yo solo fingía estar entre dormido y despierto, solo le dije:

-No escucho nada.

Plan de 5:40 volví a hacer lo mismo y en un santiamén mi primo se volteó y me quedó mirando, rápidamente saqué mi mano de allí. Llegaron las 6 am y mi primo se cambiaba para irse a la academia.

Llegué del colegio plan de 6:45 pm, mis papás habían salido a visitar a mis tíos, mi primo estaba sentado en la mesa, a las justas me saludó; aquel día se me antojó jugar nintendo con mi hermano.

A las 7:30 llegaron mis padres, los saludé con un: Buenas noches a ambos, estaba tan concentrado que no quería que interrumpieran mi juego, el cual estaba cada vez más interesante.

Mis padres se dirigieron a su cuarto, de pronto escuché que mi mamá me llamó:

-Frank ven un ratito.

Yo muy obediente dejé mi juego y se lo di a mi hermano para que lo continuara. Al llegar mi padre salió del cuarto, un temor me invadió, sentí que de aquel cuarto emanaba un ambiente extraño.

Mi mamá me dijo:

-Entra.

La luz del cuarto estaba apagada, mi mamá se dirigió a la puerta y la cerró.

Con voz calmada me dijo:

-         Siéntate.

Ella se colocó a mi costado, paralelamente mi corazón empezaba a latir más fuerte.

-Frank, hijito ¿Qué ha pasado anoche con tu primo? - y diciendo eso la voz de mi mamá se quebró y logré ver que de sus ojos caían lágrimas...                                                                         

 

(CONTINUARÁ…)

 

© 2013 Hunks of Piura Entertainment. Los nombres fueron cambiados. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí. SIEMPRE PRACTICA SEXO SEGURO.

martes, 10 de diciembre de 2013

Anselmo (10)

ACONSEJAMOS DISCRESIÓN DEL LECTOR: Algunas escenas que presentamos a continuación son inapropiadas.

 

Por: N-Azz

 

Kike apareció en menos de un minuto con una toalla.

“Báñate. Así cenarás fresco, ¿verdad?”.

Sin saber por qué Anselmo obedeció. Se desnudó, se metió a una de las duchas, y después de experimentar con la dirección de las llaves, consiguió abrirlas.

El agua estaba rica.

“Anselmo, toma”.

Anselmo corrió la cortina de la ducha,apenas. Kike le entregó una envoltura.

Al abrirla, identificó ese aroma que 24 horas antes lo mantuvo en éxtasis por quince minutos.

Comenzó a pasarse el jabón debajo de aquella lluvia de la ducha, y cerró los ojos. Otra vez esa sensación. Volaba.

De pronto, volvió a sentir las manos de Elías pasando y repasando por los mismos lugares que él.

Súbitamente, abrió los ojos con espanto.

Estaba solo en el cubículo de mayólica celeste. El agua de la ducha seguía cayendo.

“¿Kike?”

“Apúrate, que ahorita debemos cenar, y de aquí a trabajar”.

Se enjuagó, salió de la ducha, y se fue con Kike de vuelta a su cuarto. Anselmo se había anudado la toalla a la cintura, sobre el cuerpo desnudo.

“No tienes uniforme, ¿verdad?”, dijo Kike hurgando entre lo poco que había en sus cajones.

“Zack me dijo que me buscaría ropa mañana”.

Kike se le acercó: “Cúidate de Zak. Es un reconcha su madre, y si no le caes bien, es capaz de joderte con don Martín”.

“¿Sí?”

“Sí, pero no les digas nada. Cumple con tu chamba y no te metas con nadie””.

“¿Y… tú?”

“yo soy distinto. Yo ya la sufrí. ¿pa’qué debes sufrir lo mismo?... ¿verdad?”

Cuando fueron a cenar, Zack, su padrino y los otros dos chicos los esperaban.

Comieron verduras y pollo.

Las paredes de esta habitación eran cremas y rojas. Al fondo un afiche de Schwarzzennegger, como Conan, dominaba el espacio. Del otro, una pintura de un ser casi mitológico, de bello cuerpo, de evidentes rasgos afro, en medio de un paisaje agreste. Anselmo se quedó mirando la obra de arte, tanto que casi ni comía

“Es Zulú”, explicó Zack, como respondiendo a la prospección visual del recién llegado.

“Es el pago de una deuda. Un huevón que quería que se lo forre. Le dije: eres pintor, lo pintas, y él te hace de todo. El huevón lo hizo, y terminó enamorándose de Zulú, tanto, que vino un día, y nos regaló el cuadro: 25 dólares”, relató Martín con la sonrisa de la pendejada lograda.

“Ejpera que tejale máj cliente’, y veráj cómo le empiezo a agregar cero’”, intervino el chico moreno, mirando a Martín.

“Deberías empezar a cobrar cinco dólares por centímetro”.

Zulú sonrió.

“Febo, y tú ¿no quieres contar cuando casi  lo estrangulas al catedrático de la Iluminada?”

Todos, menos Anselmo rieron. Febo siguió comiendo y ocultó más su cara.

Anselmo parecía haberse tranquilizado.

Terminaron de cenar, y después de lavarse los dientes (con una pasta dental que sabía rico y que según la etiqueta era blanqueadora), los dos chicos fueron a un sitio con una tele ancha, y miles de estuches negros con carátulas de chicos seduciendo a la cámara. Le mostró cómo usar el reproductor de DVD, y lo dejó con un video. Era una película de Kristen Björn. Le llamó la atención que los actores hablaran como Zulú, y que casi cada cinco minutos eyacularan con mucha profusión y de la nada, en medio de gemidos y jadeos.

No duró más de diez minutos antes de caer de sueño.

Zack lo despertó y lo llevó a su cuarto.

amaneció con una sábana blanca encima, y nada debajo, pero totalmente sudoroso.

Era de nuevo la visión del Huaynapite. Sólo que esta vez quien se iba por el abismo era Elías.

Todavía estaba oscuro afuera.

 

(CONTINUARÁ…)

 

© 2012, 2013 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí. SIEMPRE PRACTICA SEXO SEGURO.

Texto producido con el Método Writting Fitness. Más información aquí.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Crónicas de un moderno (5)

ACONSEJAMOS DISCRESIÓN DEL LECTOR: Algunas escenas que presentamos a continuación son inapropiadas.

 

TRACK #5: ¿mismo plato aburre?

 

Yo estaba recontra aburrido, había entrado un rato a la piscina pero luego me retiré de ahí, porque comenzaba a llenarse.

Estuve mirando como en la piscina gritaban, jugaban, y tantas huevadas que hacían, entre tanta gente logré ver a Jefri que estaba en la piscina, me quedó mirando, yo también lo miré y nada mas sonreí, me fui al baño y Jefri llegó detrás mío

Se colocó delante de mí y sin decir palabra alguna me sacó el pene de la trusa, húmeda aún por el agua de la piscina.

Hizo que mi pene se perdiera en el interior de su culo, realmente ese día para mí era tan aburrido, que no tenía ni ganas de clavármelo, y mucho menos que él me penetrara, le seguí la corriente pa’saciarle sus ansias.

Él prosiguió a metérmela, normalon me dejé, pero estaba muy aburrido, no sentía las mismas ganas que antes, a pesar que el pobre hombre me hablaba al oído con voz perdida de la excitación, creo que me porté mal ese día pero le dije:

-Ya chau me voy

Me levanté la trusa y salí de aquel baño. Sería que comer un mismo plato ya me había empachado ¿Quizá? jeje

Al regreso del viaje, subimos al carro y Jefri se sentó a mi costado, todo el camino iba que hablaba cositas pendejitas y yo la verdad no sé si me aburría él o el camino porque finalmente me quedé dormido.

Al llegar a Piura se me acercó despidiéndose y me dijo:

-Espero verte el lunes y ojala se repita algo de lo que pasó hoy.

No le respondí  y me fui con mis demás compañeros

El día lunes me vio y me dijo:

- A la hora de recreo te espero por los baños de primaria

-A ya, bacán- le contesté

Pero nunca fui, después comenzó a reclamarme por el plantón que le di, pensarán que soy botado pero mi vida comenzaba a cambiar, no me importaba ni él ni ningún otro pata, solo  una flaquita, que me gustaba mucho, la conocí en un viaje, nos hicimos amigos y luego me le mandé, me aceptó, y ya se imaginarán, su amigo Frank estaba muy feliz, pero esta felicidad no duró mucho.

El que decía ser mi mejor amigo la conoció y por joda comenzó a florearla, y la que era mi flaca le empezó a hacer caso, pronto se alejó de mí, una vez hablé con ella, solo me dijo:

-Perdóname, pero se acabó este amor, te deseo suerte

La cólera me invadió  al día siguiente cuando su prima me dijo que ella estaba con mi “mejor amigo”

Imaginen me hicieron cornudo jajaj, en ese momento eso me dolía mucho, pero ahora solo me rió, a la mierda pasó un tiempo y así me di cuenta que no era la única, había como mierda de jermas en mi cole, la olvidé también porque llegaron vacaciones y no verla tres largos meses me sirvieron de mucho.

El verano del 2009 mi tía Fernanda, llegó de visita con mis tres 3 primos; Carlos, cuatro años mayor que yo, Luis, dos años mayor que yo, y el último Paúl, era un año mayor que yo, él tenía quince años y yo iba a cumplir los catorce.

Mi primo Paúl estaba muy simpático, sus ojos negritos medio achinados, su sonrisa tan pícara que tenía, bastante cejon, y con un cuerpo que se le había formado muy bien, hace tiempo no lo veía.

No sé como pero le cogí gusto a mi primo, lo único malo que todos ellos eran evangélicos, pero hasta allí, estaban chibolos y no estaban tan metidos en la religión como lo están ahora.

Cada noche con Luis, Paúl, mi hermano y yo nos poníamos a contar disqué nosotros historias de terror, pero más lo hacíamos por joder, su otro hermano de ellos ya no se juntaba con nosotros, porque era mayor y ya tenía que estudiar preparatoria.

Una noche Carlos se fue a una amanecida de estudios en la academia. Como de costumbre Paúl y Luis, se iban a mi cuarto y junto conmigo y mi hermano repetíamos historias o hasta inventábamos.

Esta noche todo fue distinto la cama donde estábamos sentados era grande, al culminar de contar esas historias, Paúl con Luis no querían irse a su cama, así que  juntamos mi cama con la de mi hermano, de esta manera pudimos entrar los cuatro.

El orden en el que nos colocamos fue esta: Luis, Paúl, yo y mi hermano, si justamente mi primo estaba junto a mí.

Esa noche decidí  velar los sueños de mi primo y convertirme en su vigilante.

Mi primo Paúl estaba acostado boca abajo, yo estaba inquieto porque durmiese mirando al techo y toda la parte de su pecho quede mirando hacia arriba para que mis manos puedan actuar.

Eran las 3 de la madrugada y Paúl aún seguía boca abajo, pasando las 4:45, se colocó bocarriba.

Bien ¡ahora solo queda actuar cautelosamente, empezar a recorrer con mis manos el cuerpo de mi primo, pero sabía que tenía que hacerlo rápido; comencé a buscar algún tesoro escondido, y que tal tesoro el que hallé.

Wuao¡¡  si que mi primo para su edad estaba bien, empecé a manosear su pene por encima de su trusa, el que comenzaba a despertarse y a ponerse más grueso, era tanta la excitación que tuve, pues me animé a querer algo mas, quería que me penetrara.

-¿Cómo lo hago?- me decía a mi mismo

Empecé a meter mis manos en su trusa, me topé con un pene bastante duro, y grande, así mismo con el vello púbico, sentir todo eso entre mis manos me excitaba.

Mi primo también se encontraba al palo, sería por lo que había estado durmiendo boca abajo.

Yo no quise desaprovechar el momento, le cogí su pene fuertemente, lo saqué al exterior y entre la oscuridad, no lo podía apreciar muy bien, me mantuve un rato así hasta que mi primo se volteó y...

 

escuchar sus pasos que salían de la sala en dirección a mi cuarto…

 

(CONTINUARÁ…)

 

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martes, 3 de diciembre de 2013

Anselmo (9)

ACONSEJAMOS DISCRESIÓN DEL LECTOR: Algunas escenas que presentamos a continuación son inapropiadas.

 

Por: N-Azz

 

En lo alto del Huaynapite, donde los vientos fríos luchaban violentamente por ver a dónde llevaban  las nubes, Elías lloraba.

 “¿Por qué  lo hiciste?”

Anselmo, quien lo miraba conmovido y angustiado, no tenía respuestas.

Elías lo miró tristemente, y volteó su cara hacia el infinito horizonte, donde había más cordillera y cielo.

“Íbamos a’star juntos. ¿Te acuerdas?”

Anselmo seguía mudo.

Elías caminó hacia el precipicio, extendió sus brazos, se volteó hacia su enamorado.

“¿Quieres que me mate?”

Anselmo reaccionó, y corrió hacia él para evitar perderlo. Abrió sus brazos.

Cuando lo iba a alcanzar, Elías lo evadió.

¡Horror!

Anselmo iba en caída libre y en curso de colisión contra unos peñascos.

Gritó de terror.

Cerró los ojos ante lo inevitable. Volvió a abrirlos con el ápice de valentía y segundos que parecían quedarle…

¡susto!

Ahora no reconocía nada. Afuera había un arenal que pasaba como película, y estaba en el mismo sitio donde la tarde anterior había descubierto a Zack.

“¿Estás bien, hijo? Ya vamos a llegar”

Anselmo se desesperó y comenzó a llorar. Esto no era familiar para él. Tampoco esta era la ropa que tenía ayer.

Martín detuvo el auto, bajó la salsa que venía escuchando e hizo una mueca.

Zack, que iba en el asiento del copiloto, se quitó el cinturón de seguridad, y pasó al asiento de atrás. Abrazó a Anselmo.

“No llores. Todo estará bien. Nosotros estamos contigo”.

Anselmo se separó y se acurrucó al otro lado del asiento.

Martín movió la cabeza en señal de disconformidad, y miró seriamente a Zack por el retrovisor. Meditó brevemente qué decir.

“Hijo, yo también soy tu familia. Pero, ¿qué querías? ¿Seguir viviendo con el borracho de tu padre?”

Anselmo bajó más la cara para que no lo vieran llorar. Sí quería dejar a su padre, pero esto no es lo que había planeado.

Martín buscó marcar más su territorio, pero no quería sonar duro.

“En San Jerónimo no ibas a lograr nada. Acá te daré lo que necesitas, y puedes tener todo lo que quieras. No seas malagradecido”.

Zack intentó abrazarlo de nuevo, sin mucho éxito.

“Confía en nosotros. Míranos. Estamos bien acá. Tú también podrías estarlo, ¿OK?”

Anselmo parecía calmarse, por lo que Martín reanudó la marcha, esta vez en silencio.

Al anochecer,entraron en una ciudad iluminada, que parecía tener desniveles como San Jerónimo.

Dieron varias vueltas en medio de autos, buses y mototaxis, flanqueados por veredas llenas de gente que iba y venía. Llegaron a una casa, bajaron y entraron.

Tres chicos salieron a recibirlos. Saludaron en coro: “Buenas noches, don Martín”.

Él contestó bajando la cabeza: “Este es mi ahijado Anselmo, trátenlo como los trato a ustedes”.

Anselmo sólo conoció los pies de los chicos, entre ellos, unos largos y morenos. Todos tenían sandalias multicolores, en contraste con el piso rojo oscuro.

Zack lo abrazó y lo forzó a caminar.

Entraron a una habitación.

“éste es tu cuarto. Aquí está tu cama. Mañana te traeré más ropa. Báñate. Que ya vamos a cenar. No te demores, que los chicos deben trabajar”.

Zack se fue.

Anselmo miró a las cuatro paredes pintadas en tonos pastel, y los afiches de físico culturistas vestidos con sólo un trapo pegado que les ajustaba sus partes nobles, y el calendario de un obrero con casco amarillo, y un pantalón deshilachado al extremo, que dejaba ver su vello púbico y parte de su miembro flácido. Tenía un martillo en la mano derecha, listo para aplastar el aire. su mano izquierda intentaba rescatar el poco jirón de ropa que le quedava.

La puerta se abrió.

Entró un chico como de su tamaño, casi un metro setenta, trigueño y de bello torso. Vestía una camiseta ajustada y un pantalón corto que torneaba su trasero y sus piernas.

“hola. Soy Kike. Bueno, así me pusieron acá porque realmente soy Antonio. ¿te llamas Anselmo, verdad?”

Lo miró sorprendido. ¿Por qué debía cambiar su nombre? Por otro lado, este chico era afable, pero ¿qué venía a hacer acá? ¿Y ese acento al hablar? Sólo lo escuchó cuando en la tele imitaban a la gente de la selva.

Anselmo no sabía si reír o preocuparse, hasta que pudo recomponerse y cuestionar.

“Sí, soy yo. ¿Qué es esto?”

“éste es el Alpha Male. Aquí trabajamos. Aquí vivimos”

“¿De qué trabajas?”

Kike sonrió, y ensayó una respuesta… lo más honesta posible: “atiendo a los patas, señores, tú sabes. Y si quieren más, bueno, les doy lo que buscan”.

Anselmo lo miró extrañado, pues, por más que intentó, no comprendió nada.

“Ven, te enseñaré esta parte de la casa. Bueno, este es tu cuarto, ¿verdad? Ahora te mostraré el baño, la cocina, y cada pieza. O sea, cada sitio de la casa”.

Salieron .

Ingresaron detrás de una cortina: era un cuarto grande y de color celeste. En las paredes habían fotos de hombres blancos y rubios, desnudos, teniendo sexo anal, en las más diversas posiciones. No cabía duda a juzgar por  las penetraciones que se veían nítidamente en las imágenes.

Anselmo las miraba con una rara mezcla de fascinación y desconcierto.

“A la derecha los waters; a la izquierda, las duchas”. ’Ppera. No te muevas”

Anselmo se quedó viendo las fotos. El ánimo comenzó a cambiarle. ¿Acaso esos cuerpos masculinos musculosos disfrutando del sexo entre ellos, estaba comenzando a distraerlo de lo sucedido en las últimas 24 horas?

 

(CONTINUARÁ…)

 

© 2012, 2013 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí. SIEMPRE PRACTICA SEXO SEGURO.

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