martes, 30 de abril de 2019

Bolsonaro ahuyenta al turismo gay, y ésas son buenas noticias para nosotros

Hace poco, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, declaró que no desea que su país se convierta en el paraíso del turismo gay. Como sabemos, uno de los países donde la cultura gay y bi tiene mayor desarrollo es la nación carioca. No solo se trata de discos o de hoteles destinados exclusivamente a la comunidad. Recuerda que en el propio Río de Janeiro hay varias playas públicas dedicadas o preferidas por público gay, donde puedes ver a ricos chicos en sungas o hasta en pelotas, y nadie dice nada porque se toma como natural. Igual en Sao Paulo, que es, en realidad, la ciudad más grande y desarrollada de Brasil, donde la cultura gay y bi ha alcanzado el mismo sitio que lo tienen las otras comunidades. Sao Paulo es el hogar de la famosa G Magazine, por ejemplo.



Si la intención de Bolsonaro es ahuyentar al turismo gay de su país, éso es una gran oportunidad para el resto de países vecinos. Aunque es probable que el principal beneficiado sea Argentina, donde también la cultura gay y bi se ha desarrollado mucho, quienes no vean a ese país como una opción, buscarán qué otros lugares puedan serles amigables y donde puedan activar la economía local.



Hace unos años, se hizo un estudio en España sobre la principal actividad económica generada por la comunidad gay y resultó ser el turismo. Ésto quiere decir que muchos hombres están buscando sitios donde puedan encontrar alojamiento discreto, alimentación saludable, entretenimiento especializado, gente para conocer y recuerdos para llevar. ¿Qué países podrían estar listos para recibir a los que Bolsonaro no quiere? De entrada Uruguay, luego Colombia y más tímidamente Chile. El Perú no figura en la lista porque su oferta de servicios para el turismo gay o gay-friendly es muy escasa, y no porque no la tengamos, sino porque el prejuicio existente sobre los gay, bi, y por extensión hacia toda la comunidad homosexual y transgénero es muy negativo. Por otro lado, el turismo es una de las fuentes de generación económica más importantes de nuestro país. Entonces, ante ese dilema tenemos dos opciones: ver cómo ese dinero se queda en otros países, o crear espacios discretos para todo el mundo donde comiencen a llegar visitantes, que puedan recomendarnos porque los hemos tratado bien, no los hemos asaltado, no los hemos pepeado, hemos sido amables, no les hemos cobrado de más, no los hemos estafado. Así de claro.



Entonces, lo que hemos pensado es fomentar y promover estos servicios orientados a turismo gay o gay-friendly en todas sus modalidades a través de nuestro blog, dándote incluso asesoría discreta y condiciones de publicidad super cómodas que te permitan promocionarte ante un público que te está buscando pero que no te encuentra. Para ello, escríbenos a hunks.piura@gmail.com o conversa con nosotros en nuestra cuenta de Twitter.

sábado, 27 de abril de 2019

Por mirón me pasó algo alucinante

Mi nombre es Roger y tengo 30 años. Junto con mi hermano mayor tenemos un fundo dedicado a producir limones en el Alto Piura. Mientras yo veo lo relacionado con bancos y el personal, mi hermano ve todo lo referente a insumos y se encarga de las compras. Para mí, éso es muy conveniente puesto que puedo supervisar a los 4 peones que tenemos a cargo. En general, la gente del campo es muy amistosa, honrada y chambera a full, así que estos hombres no son la excepción. El mayor tiene 38 años, luego viene uno de 32, otro de 30 y el menor de 22, hermano del primero.

La jhjornada comienza temprano, bien temprano, a las 5 o 6 de la mañana. Usualmente mi hermano y yo llegamos en la camioneta a éso de las 8 y nos regresamos a casa a éso de las 3 o 4. Nuestros peones suelen retirarse entre 1 a 2 de la tarde, dependiendo de la carga de trabajo para el día.

Una de sus costumbres al final de la jornada es ir a un rincón del canal que nos sirve de lindero para tomar un baño. Es un sitio donde tres algarrobos enormes dan buena sombra, y varios arbustos altos han creado una especie de cortina natural tras la que los peones se quitan toda su ropa y se meten al agua. Siempre los cuatro van a bañarse juntos. Lo sé porque casi todos los días los espío desde unos matorrales bien tupidos. Como ellos me tienen que reportar el término de sus labores para incluírlos en la planilla, sé exactamente a qué hora van al canal. Entonces, cuando mi hermano se queda dormido, no está, o tiene mucho trabajo, yo me escabullo y voy por otro caminito, con mucho cuidado para que no me vean y disfruto el show.

No son cuerpos de gimnasio, pero imaginen a la gente del campo cuyos músculos están más que todo marcados por el trabajo duro. Encima, como los cuatro juegan al fútbol, tienen unas hermosas piernas y unos culitos bien paraditos, en especial el de 30 y el de 22, aunque el de 38 tampoco anda mal.

Cuando ese espectáculo me pone bien hot, aprovecho que nadie me ve, y me bajo mi jean y mi boxer para corrérmela. Siempre termino tirando mi leche entre los arbusstos y tengo que morderme la lengua para no gemir.



Una de las personas que viene frecuentemente al fundo es Isma, un agrónomo de 27 años, alto, fornido, evidentemente trabajado con pesas y barras. Su labor es verificar que las plantas estén bien de salud y recomendar algún agroquímico que hiciera falta. Por cierto, es guapo, pero tiene un señor defecto: cuando se junta a hablar con mi hermano, es el tipo más machista que puedan imaginarse. Los dos hablan huevadas de las chicas y encima hablan mal de los gays. ¿De qué me sirve tanto músculo y tanta belleza si es un huevón que ni siquiera respeta a las mujeres? Entonces, yo prefiero irme hacia la plantación o me voy a espiar a mis peones cuando se bañan.

Un día que, para variar, mi hermano e Isma se pusieron a hablar estupidez y media de las mujeres y los gays, salí de la casa de campo que usamos como oficina y depósito. Como apenas hacía quince minutos había dado las conformidades a mis peones, decidí irlos a espiar. Anduve sigilosamente por el camino que ya conocía y llegué hasta el matorral tupido, teniendo cuidado de verificar que no hubiera alguna serpiente escondida por ahí. Me coloqué y me puse a mirarlos. Curiosamente, solo estaban el chico de 22 y el otro de 30. Acababan de desnudarse y se metían al agua. Ambos se sumergieron por completo aprovechando que habían soltado el agua y emergieron con sus cuerpos húmedos. El de 30 sacó un jaboncillo de las cosas en la orilla y se puso a recorrerse el cuerpo: su pecho, sus brazos, sus axilas, su cintura, la cadera, el pene, los huevos, la espalda, las nalgas. Apenas dejó de usarlo, se lo pasó al de 22, quien repitió el mismo recorrido. Estaban hablando de fútbol, según pude oír. El de 22 dejó de untarse con el jaboncillo y lo dejó en la orilla. ¡Qué ricas nalgas, por Dios! Ambos comenzaron a sobarse sus cuerpos: pecho, axilas, brazos, cinturas, caderas, pene, huevos, espalda, el culo, y hasta al medio del culo, en especial el de 22. Por cierto, aunque son marcados, sus penes lucen algo largos para estar dormidos y con el vello púbico sin recortar. Yo me bajé el pantalón y el boxer otra vez. Comencé a estimularme mi pene con una mano mientras que con la otra hacía lo mismo con una de mis nalgas.

Estaba absorto viendo a los dos peones cuando siento una palmada en la nalga que no me estaba estimulando. Sudé helado. Me subí el pantalón y el boxer como pude y giré. Me quedé petrificado tapándome la boca para no gritar del susto.
- Así que a ésto te vienes, ¿no, degenerado?
No supe qué hacer. Era Isma con una sonrisa del tipo "ya te pesqué, mierda". Las piernas me temblaban como para salir corriendo. Solo atiné a taparme bien la boca con mis dos manos.
- Tranquilo, Rogercito, no soy tu hermano. ¿Pero te imaginas lo que hubiera pasado si él te descubría?
Isma me tomó los codos con sus manazos. No me apretó. Solo me sujetó.
- ¿Te imaginas si tus peones se enteran que los espías, Roger? Estás en serios problemas, huevón. Y todo depende de que yo abra la boca.
Isma tomó suavemente mis manos y me las sacó de mi boca.
- P-p-por fa-fa-favor. No digas. Te lo suplico, Isma.
- Claro que no diré nada, huevón... pero tú tienes que hacer algo por mí.
- Claro, Isma. Lo que sea.
El agrónomo sonrió.



Entonces, Isma miró a ambos lados, se acurrucó conmigo en el matorral, se aflojó la correa y se desabrochó su jean. Se lo bajó. Yo no podía creer lo que estaba pasando. En su boxer se notaba un abultado paquete.
- Arrodíllate.
Lo hice.
- Acarícialo.
Comencé a sobar su paquete aún aprisionado en el boxer. Estaba dormido aún, pero sí podía percibir que lo que estaba dentro era realmente grande. Así que lo fui acariciando. Conforme lo hacía, notaba que se ponía más duro hasta que no cupo duda de que debajo había una enorme erección. Isma se bajó el boxer y un pene largo y grueso saltó debajo de un vello púbico que tendría un par de días sin afeitar.
- Chúpala.
Tomé el pene erecto de Isma e hice lo que me dijo.  Como era enorme, con una mano lo masturbaba mientras que lo que sobraba estaba dentro de mi boca. Su glande ocupaba casi toda mi boca.
- Así, huevón. Así, Rogercito. Mámala rico.
Obviamente, ya no podía ver qué pasaba en el canal.
- Ponte de pie, Rogercito.
Lo hice.
- Da media vuelta y agáchate. Mira a tus peones.
Lo hice. Ahora estaban los cuatro, bañándose y conversando como cada término de jornada.
Sentí que Isma me desabrochó mi pantalón y boxer y me lo bajó hasta las rodillas.
- Separa las piernas.
Lo hice, dentro de lo difícil que era. Entonces sentí que Isma me estimulaba el ano. Y por la humedad, era obvio que con su boca.
En el canal, mis peones parecían estar ajenos a mi experiencia. Mi pene erectó. Vi que los peones de 30 y 22 salían del canal y se vestían, dejando al de 38 y el de 32. Pero algo raro hacían al vestirse. Solo se ponían sus jeans y sus zapatos. Sus camisas y sus calzoncillos los llevaban en la mano. Jamás hacían éso, pero quién sabe.
- Hace tiempo que no te la meten, ¿cierto? Lo tienes cerrado, Rogercito.
Isma terminaba de decir éso cuandosentí que algo duro se colocaba en la entrada de mi ano y poco a poco entraba dentro de mí. Respiré hondo porque me dolía, pero Isma parecía entender que no podía ser brusco. Se le resbaló así que con mi mano y un poco de mi saliva en su glande, lo ayudé. Ahora sí, su pene fue entrando poco a poco dentro de mi ano, mi recto, y seguía perforándome. Isma me bombeaba despacio, dándome tiempo a acostumbrarme a su pedazo de músculo duro metido en mi culo. Mientras tanto, seguía viendo a mis dos peones mayores bañándose. Comencé a pajearme, además.
Estábamos en lo mejor de todo, cuando noté pasos, y luego a dos personas acercándose. ¡No podía ser!
- Tranquilo.
Isma hablaba con mucha seguridad.
quienes venían eran mis peones de 30 y 22, con una sonrisa en la boca. Me di por perdido porque se supone que para ellos soy el patrón. Pero, ¿después de éso?
Los dos chicos se detuvieron con cuidado a nuestro lado.
- Sáquense el pantalón.
Al pedido de Isma, los dos peones volvieron a quedarse desnudos del todo. Ahora sus vergas estaban al alcance de mi boca. Isma me giró con cuidado hacia ellos.
- Chúpaselas, Rogercito.
Yo dudé.
- Chúpaselas, huevón. No los hagas esperar.
Tomé la pinga del de 22 y me la puse en la boca.
- Éso, don Roger. qué rico.
Se puso dura en mi boca. Era de tamaño promedio. Luego tomé la del peón de 30, que ya la tenía dura y lubricando. Era un poco más grande. Mientras la chupaba, se la corría al de 22. Y así fui alternando mientras Isma seguía metiéndomela por el culo, esta vez bombeando con un poco más de fuerza.
A los cinco minutos,sentí que el agrónomo suspiraba hondo y luego que su pene latía allí dentro. Bombeó un par de veces más y poco a poco me la fue sacando.
En éso, mi peón de 30 caminó a mi lado. De inmediato sentí que me tocó mis nalgas y me metía su pene.
- Qué rico culo, don Roger. Entra facilito.
Mi peón de 30 comenzó a bombear algo más fuerte mientras que yo seguía chupándosela al de 22, quien comenzó a tomarme la cabeza y luego a cacharme la boca. En un par de minutos, sentí su semen dentro de mi boca. Dejó que lo mamara bien, me la sacó y se puso su pantalón. Avanzó unos pasos a donde estaba el agrónomo, quien se había quedado todo el tiempo estático delante nuestro pero dándonos la espalda, como vigilando. No pude creer cuando mi peón, le dio una nalgada al agrónomo y luego le agarró bien el medio del culo en medio del jean. Ambos se sonrieron.
Mi peón de 30, mientras tanto, seguía metiendo y sacando, jadeando y suspirando.
Diez minutos más tarde...
- Las doy, don Roger. Las doy.
Mi peón dejó de moverse.
Mientras se ponía su pantalón, yo aproveché para corrérmela, mirando al canal; pero los dos peones mayores ya no estaban allí. ¿También estarán en camino?
No lo pensé más y eyaculé en los arbustos.
Me subí mi boxer y mi pantalón.



Le di alcance a Isma, quien seguía estático en el mismo punto. Ya había despachado a los dos peones. Me miró sonriendo.
- No me digas que te disgustó, Rogercito.
- Obvio que no... pero....
- Pero, tranquilo, amigo. Solo los cuatro sabemos ésto y el secreto se queda entre nosotros.
- Pero tú, cuando conversas con mi hermano....
- No seas cojudo, Roger. Si no hago éso, al toque tu hermano sospecharía. Mas bien, tú no seas tan evidente yéndote cuando comentamos esas cosas. Hazte el que no escuchas y listo.
- Eres un pendejo, Isma. ¿Cómo sabías que ellos dos...?
- Solo lo sé. Y ellos ya se habían dado cuenta de que los espiabas, sino que se hacían los cojudos y te cubrían para que los otros dos no se dieran cuenta.
- ¿entonces, los otros dos?
- No sé. Ellos dicen que no... pero yo tengo mis dudas.
- Tengo miedo que ahora me miren distinto.
Isma se sonrió. Miró al frente, me miró de nuevo.
- Tú confía en mí. La próxima será mejor.
Isma me guiñó un ojo y luego me dio una nalgadita.

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jueves, 25 de abril de 2019

Triunfaron en México por su talento... ¿o por sus desnudos?

Aunque no tanto como hace 20 años, México sigue siendo una tierra de oportunidades para actores latinoamericanos. Y tanto se ha saturado ese mercado, que muchos de ellos han tenido que quitarse toda la ropa para poder hacer una carrera o mantenerse hasta fin de mes. Y no es que hayan hecho porno, nada de éso. en todo caso han hecho cosas digamos.... más eróticas. Pero de que no han dejado nada a la imaginación, pues, no han dejado nada. Aquí algunos casos.

Fernando Carrillo
Este venezolano estaba estudiando Arquitectura cuando algún productor de su país se fijó en su físico y creyó verle talento. Así que lo convirtieron en actor de telenovelas. Durante los 90 fue conocido, uno de los mejores de su país. ¿Talento?Algo, pero sin duda lo que jalaba la vista de la audiencia era su cuerpo marcado, donde se destaca un enorme culo. Sí, un rico culo estilo burbuja (bubble butt). Dicen que de adelante está bien equipado también. Al inicio no se calateaba tanto, pero desde que llegó a México se ha quitado la ropa con una facilidad asombrosa. ¿Escenas de sexo? Sí. Aquí encontramos una.


Julio Camejo
Cubano. Hermoso físico. Mucho mejor que el anterior, y no porque esté más joven sino porque realmente lo tiene. Ha trabajado en papeles recontrasecundarios en varias novelas mexicanas, y en todo caso nos acordamos más de él si repasamos la escena de la lavandería en el video de "La negra tiene tumbao" de la fallecida Celia Cruz. Sí, es el chico a quien le quitan los anteojos de sol. También participó en un Big Brother VIP local. Pero su verdadero destape fue en la película "Desnudos" protagonizada por Rafael amaya, cuyo video lo hemos publicado anteriormente. ¿Cómo salió en esa pela? Pues, supuestamente ddespués de cachar con una chica, se acuesta a su lado, y éso nos permitió ver su culo formado, todo lo que hay entre su ano y sus huevos y sus huevos con su pinga larga... ¿acaso estaba semierecta o así es dormida? Ah, también ha posado desnudo para una revista en México.


William Levy
Otro cubano. Ya éste es un ícono del cuerpo perfecto, la belleza y la actitud de machito. Aunque sus desnudos actuales son poco frecuentes, los que más se conservan y recuerdan son los de cuando iniciaba su carrera como modelo en Miami durante la década pasada y no tuvo problema en ponerse ese emblemáttico boxer transparente que dejó ver su enorme paquete. Sí, más de uno sigue suspirando por este pata que no solo hizo carrera en México sino en los Estados Unidos, tanto en castellano como en inglés... aunque ya no se calatea. Lástima.


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martes, 23 de abril de 2019

Mi secreto bajo la lluvia

- ¡Manuel!
No podía ser. Me parecía increíble.
- ¿Vicente? ¿Viche?
- ¡Claro!
El pata de unos 35 años, vistiendo polo y jean apretado que dejaba notar su cuerpo de culturista se me acercó y me dio un abrazo en mi cuerpo atlético.
- ¿Cuántos años, promo?
- ¡Desde el colegio, Viche!
La última vez que había visto a Vicente fue durante la fiesta de promoción de mi cole hace largos 18 años. El problema era que pertenecíamos a grupos diferentes. Yo estaba con los tranquis, casi los nerds, y él estaba con los chacoteros, los gileritos, los medios patanes.
- ¿Cierto que te casaste, Manu? Perdón, Manuel.
- Jajaaja. Normal. Dime Manu. así me decían en la promo, ¿no? Sí, me casé hace cinco años.
- ¿Y ya tienes churres?
- No. Ahora ando en otros proyectos, y por ahora hijos no. ¿Y tú?
- Nada. Sigo soltero. ¿Te hiciste contador?
- No, Viche. Soy psicólogo.
- Ah, mira. Qué interesante.
- ¿Y tú, Viche?
- Nada. No estudié. Pero estoy chambeando como guachimán en un almacén en la avenida transversal.
- ¿A qué altura?
- Por el cine.
- Ah, mira. Yo vivo por ahí a tres cuadras.
- ¡Chévere, Manu! A lo mejor quedamos un día y nos tomamos un par de chelas.
- ¡Claro!
Intercambiamoss números, nos despedimos Regresé a casa sorprendido de que aquel muchacho flaco y alto del cole se había convertido en ese guapo hombre fornido, como esas figuritas de acción de G.I. Joe, mi serie favorita cuando era chibolo.



Acababa de hacer mi rutina de isométricos a éso de las siete de la noche y me estaba quitando la ropa para bañarme. Era jueves por la noche y mi esposa había salido de viaje toda esa semana. Estaba supremamente arrecho y el ejercicio era una manera de sentirme cansado para que, en el peor de los casos, me pajeara en la ducha y luego de comer, viera algo en la tele y me quitara a dormir.
Ya estaba calato cuando chequeé mi celu. Habían varios mensajes. Entre ellos, uno de Viche: "¿Y promo, qué haces?". Le respondí: "Aquí en mi jato, aburrido.... la mujer me dejó por una semana". Estaba tomando la toalla cuando la alarma de mensaje sonó. Tomé el celu. "Vente a charlar un rato donde cuido... ¿qué dices?"



Estaba duchándome con el celular cerca,con mi música a todo volumen. qué mierda. Estaba solo. Ese día había sido pesado con consultas y necesitaba distenderme un poco. Comencé a jabonarme mi pija y mis bolas, que estaban tranquilas. Me acordé de mi esposa, de cómo siempre que quiere que la cache, se me sube encima cuando estamos en la cama, calatita, sobre mi cuerpo desnudo, porque duermo calato, y comienza a besarme desde la boca hasta mi miembro, despertándolo con su boca. Sus mamadas son magistrales. Entonces, mi pinga comienza a ponerse dura. Una pajeada en su nombre. ¿Por qué no? Me sobo mi pene hasta ponerlo duro y comienzo el masaje facilitado por la espuma del jabón. Estoy en lo mejor cuando... suena el celu.
Suelto mis 16 centímetros al palo, me seco las manos, salgo de la ducha procurando no mojar el piso, me seco las manos. Es Viche.
- ¿qué pasó, promoción?
- Oye, Manu. Vente al almacén.
- ¿Ahorita? ¿Acaso no hay gente?
- Cierran a las ocho. Ya son siete y media.
- mmmmm. Ya, yo te aviso.



Tras cenar, me siento a ver tele. Zapeo y zapeo por los ochenta y tantos canales y no hallo nada bueno. Miro mi reloj: diez para las nueve. Tomo mi celu, ignoro unos mensajes. Escribo: "¿Pásame la dirección ddel almacén, promo". Viche me manda una captura de Google Maps. Son exactamente cuatro cuadras y media. Como estaba calato (recuerden que no había nadie en casa), fui al cuarto, me puse un polo manga cero, una bermuda, mis sandalias y salí. Sí, no suelo usar ropa interior.
Cogí la llave, cerré bien la puerta de mi depa y bajé a la calle. Corría una brisa fresca.
Ya había avanzado dos cuadras, cuando, inesperadamente, la brisa cesó, y sentí unas gotitas en mi rostro. No le tomé importancia. En solo segundos, las gotitas se hicieron aguacero. ¡Mierda! Estaba a mitad de camino. ¿Dar media vuelta o continuar? Me estaba mojando todo.
Analicé rápidamente las cosas: en casa me aburriría, acá por lo menos iba a conversar por un par de horas, esperaba que pasara la lluvia y regresaba. Avancé.
Faltando media cuadra para llegar al almacén, mi promoción estaba en una esquina.
- ¡Vente, huevón!
Avanzamos a paso ligero y llegamos hasta el local. Entramos por una puertecita. Tras caminar un pasillo oscuro, llegamos a un cuartito. Viche prendió la luz. Apenas había una colchoneta, unas revistas y periódicos, unos percheros con ropa de vigilante, y en una esquina estaba lo que parecía ser un arma de fuego en su estuche de cuero.
- Estás mojado, Manu. Tienes que quitarte toda la ropa.
Lo miré extrañado, pero la sugerencia de Viche tenía todo el sentido. Si me quedaba con la ropa húmeda puesta, podía pescar una pulmonía, y a ver quién te salva de ésa. En lo que a él respectaba, ya se había sacado el polo y estaba quitándose el pantalón de lona, típico de los guachimanes. Tampoco tenía ropa interior. Ya se imaginarán la estampa de dios griego que tenía frente a mis ojos, o mejor aún, imaginen un G.I. Joe totalmente calato, peladito. Tomó una toalla.
- Sécate. Tu ropa vamos a colgarla acá en el baño para que se seque un poco.



- Asu, sí que casi diez años duraron de novios, Manu.
Sin saber cómo ni en qué momento, Viche y yo estábamos acostados en la misma colchoneta, de lado, para poder entrar. En esa posición, rozar sus piernas era casi imposible, pero yo no le di importancia al asunto. Me había concentrado en resumirle mi vida de enamorado y ahora de casado.
- ¿Y tú, Viche? Me dijiste que seguías soltero. ¿Acaso ninguna hembra te convenció?
Vicente sonrió y se tomó unos segundos.
- Tú eres psicólogo, ¿cierto? Entonces, tú me vas a entender? ¿Puedo confiar en ti?
- Claro, Viche. Cuenta conmigo.
- Sí, saliendodel colegio, me gustaban las hembras y salía con varias. Me las llevaba a la cama pero no me sentía satisfecho. Una vez Pepe, el fotógrafo de modas, me contrató para hacerme una sesión. Necesitaba el billete y acepté. Posé. Las fotos salieron de la puta madre.
- Sí, creo que las vi. Éso fue hace 15 años más o menos.
- No, diez años atrás. Para entonces ya tenía este cuerpo. La nota es que cuando terminamos la sesión, Pepe me dijo que si quería ganar más plata como modelo. Obvio le dije que sí. Entonces me propuso hacer fotos porno. Ya sabes: calato, mostrando mi verga al palo, esas cosas. Yo al inicio me asusté y le dije que no, pero al regresar a mi jato y ver la necesidad, pensé, huevón. A la semana siguiente le estaba posando como Dios me trajo al mundo. ¿Qué piensas de éso, Manu?
- ¿Yo? Nada. Normal. Yo entiendo que tenías necesidaes económicas. No hiciste nada ilegal, ni inmoral.
- ¿En serio crees éso?
- ¡Claro! son solo unas fotos porno, nada más. No mataste a nadie, no extorsionaste a nadie, ¿no?
- No... Eres la primera persona que me dice éso.
- ¿Y éso qué tiene que ver con las hembras? ¿Las fotos se filtraron? ¿Estabas con alguien y te cortó al verlas?
- No exactamente. Las fotos se filtraron hace ccinco años recién. Acá las tengo.
Vicente se levantó y se alargó hasta los pies de la colchoneta, y se quedó en cuatro, mostrándome su enorme culo y su ano, el que notaba algo más ancho de lo usual. Tal visión me comenzó a poner la pinga dura, así que me puse boca abajo.
Cuando se acostó otra vez.
- Guá, promo. ¿Y por qué te pusiste de culo?
- Nada... es que... de costado... me estaba cansando.
- Ah ya.
Me dio el celular y me mostró las fotos. Si bien Pepe había realizado un excelente trabajo con ese cuerpo desnudo en todos sus ángulos, incluso mostrando el culo, lo que tenía ahí a cinco o seis centímetros de distancia superaba cualquier obra de arte.
- Ah mierda, Viche. Eres aventajado, mierda.
- Jajajajaja. ¿Tú crees?
- Lindas fotos. Excelente trabajo.
Le devolví el celular. Mi pinga bajo mi vientre no solo estaba durísima, estaba recontra lubricado.
- ¿Qué piensas ahora que las viste?
- Ya te dije: excelente trabajo. Pero, ¿éso lo vio alguna jerma?
- No creo. La vaina fue lo que pasó luego de esa sesión.
- ¿Qué pasó, Viche?
- Me estaba bañando en la ducha porque en las últimas fotos tuve que eyacular, y me estaba quitando la leche de mi abdomen. en éso, siento que alguien entra detrás.
- ¿Pepe?
- Sí, Pepe. Comenzó a sobarme la espalda, a decirme que le parecía rico, que podía hacer mucha plata conmigo. Te juro que me paralicé. Cuando me volteé a reclamarle, él me cogió el huevo. Debí empujarlo porque se suponía que no me gustaba la mariconada pero... no lo hice, no solo me gustó.... Dejé que me la chupara. Se me armó otra vez. Al poco rato, le estaba metiendo mi pinga a su culo. Y cuando las di, no me sentí mal. Me asusté, huevón.
- ¿Se repitió?
- Tres veces más, Manu. Tres veces. Me presentó gente de su entorno y terminé cachando con todos ellos. Pepe se había alucinado que quería hacerme su macho, así que cuando supo de que me cachaba a sus amigos, me dejó de hablar, de dar plata. Lo bueno es que había hecho contactos y desde entonces trabajo como seguridad. Y desde entonces, comencé a cachar más con patas que con jermas hasta el punto que ahora solo cacho con patas.
- Ni me mires el culo, Viche, porque yo soy bien varoncito, jajajajajajaja.
- Jajajaja. Nada, Manu. Además, eres mi promoción. No me malearía así contigo. Pero éso no es lo único.
- ¿Hay más?
- Cuando comencé a cachar con patas, yo era quien los clavaba. Una vez conocí a un tombo, y luego de chupar como cancha, fuimos a su jato a seguirla. Allí mas bien comenzamos a manosearnos y terminamos en la cama. La vaina que esa madrugada, no solo me caché al tombo... el tombo me cachó a mí también. Y desde entonces fui metiéndola y dejándomela meter hasta que ahora me gusta más que me la metan. Claro que sí la meto, pero bien de vez en cuando. ¿qué crees que me haya pasado?
Yo seguía allí boca abajo ocultando mi erección húmeda.
- ¿qué te pasó, Viche? Pues, simple: digamos que en estos años, has ido explorándote hasta hallar tu sexualidad real. No eres el único. Le pasa a mucha gente.
- ¿Es normal, Manu?
- Ni normal ni anormal, Viche. Es un proceso personal, como todo en la vida. La pregunta sería: ¿cómo te sientes al respecto?
- ¿Yo? Normal, Manu. No me jode que me gusten los patas o que me la metan.
- Entonces, ya te aceptaste. Punto. Si no sientes culpa, todo está bien.
- La verdad que no siento culpa. ¿Dices que no soy el único?
- Correcto. No lo eres. Lo que pasa es que muchos hombres por el machismo, jamás lo admitirían, y en una sociedad que te señala por cualquier huevada, mejor actúan o se mantienen al margen.
- Y.... ¿a ti te ha pasado, Manu?
- ¿a mí? Pues.... ejem... No sé. Para serte honesto, hace unos mesesconocí a un chiquito de 25 años. Nos hicimos conocidos porque cuida cerca de donde yo trabajo. Una noche que me quedé hasta tarde, tomamos la mototaxi juntos porque él se regresaba a su casa, y como era mototaxi cerrada, así de la nada, se me acercó más de lo debido, me tocó el paquete y me dio un piquito en la boca.
- ¿Tú qué sentistte?
- ¿La verdad, nada.
- ¿No se te paró cuando te tocó el paquete, Manu?
- No. No se me paró.
- ¿Quién es?
- Qué chismoso. No creo que lo conozcas. Es un chibolo... un tal Jesús.
- ¿Jesús? ¡No jodas! Sí lo conozco. Me lo he clavado tres veces.
- ¿En serio? Es un medio gordito. Rico culo. Chatito, trigueñito.
- Entonces sí es el mismo. No vayas a contarle nada si lo ves, Viche.
- Hace meses que no lo veo, pero te paso el dato: cacha con gente treintona. Le gustan los treintones y cuarentones.
- Sí, me di cuenta que tiene carencias afectivas, pero ése ya es otro tema.
- ¿Fue la única vez, Manu?
- Sí... ¿Por qué me miras con esa cara?
- A mí me contaron algo. Dos notas tuyas. Una, que tieness varios amigos gay.
- ¿Y éso qué tiene que ver?
- ¿No ha pasado nada con ninguno? Hay rumores que dicen que sí.
- Jaajjajaja... Sí, los he oído, pero nada. ¿Cuál es la otra cosa que te han dicho de mí, Viche?
- No me la dijeron, Yo la vi: tú posaste desnudo para Pepe también.
Me dejó helado.
¿Cómo que la viste?
- Cuando Pepe quería que me hiciera su pareja, me mostró varias sesiones con patas y en una de ellas te reconocí. tenías el cabello más largo, pero ese cuerpo y esa expresión... imposible de olvidar. Especialmente por ese lunar aquí.
Vicente, entonces, puso su mano sobre mi nalga izqueirda. Yo reaccioné y me volteé.
- ¡Guarda, Viche, no seas pendejo!
Al voltearme, no me había dado cuenta que había expuesto mi pene erecto. Vicente sonrió.
 Entonces, me tocó mi falo duro.
- ¿Y ésto?
- ¿ésto? es queeee... como estaba boca abajo, entonces la presión....
- ¿Cachaste o no cachaste con Pepe?
- Oe, ya me suena a interrogatorio.
- Normal, promo. Yo te confesé mis secretos. ¿Qué problema hay que me confieses los tuyos?
- ¿Qué dijo Pepe? ¿que me lo caché?
- Dijo que no quisiste, que por éso no te volvió a llamar, pero que notaba qe se te chorreaba la nota.
- Y así fue, Viche.
Me sentí incómodo. Me senté sobre la colchoneta.
- ¿Dónde está el baño? quiero mi ropa, Viche.
Vicente me agarró fuerte de la cintura y su antebrazo aprisionó mi erección.
- Tranquilo, promo. Todo está bien. Yo no dije nada antes, no diré nada ahora.
- ¿qué le dijiste a Pepe sobre mí cuando viste mis fotos?
- Nada. solo le pregnté qué había pasado con ese huevón y me contó lo que te dije.
Me tranquilicé un poco. Vicente se sentó a mi lado. Juntó su cadera con la mía. Me abrazó.
- Es normal, Manu. Le pasa a mucha gente.
Volteé a verlo.
- No dije que fuera normal o anormal. solo que no eres el único que ha descubierto su real sexualidad.
- Pero tú te resistes a reconocerla.
Lo miré fijamente a los ojos. Vicente me miraba no con cara de revancha, no con cara de burla; me miraba con cara de paz, de cierta ternura, con cara de quien tiene la autoridad para decirte tus cosas no por ciencia sino por sentido común. Lo abrazé también. Acerqué mi cara y lo besé en la boca. Me correspondió.



Vicente mamaba la pinga mejor que mi esposa. Se la tragó toda. Se la sacaba, se la metía, jugaba con mi prepucio. embocó cuidadosamente mis bolas con su lengua y siguió bajando hasta levantarme las piernas y hacerme un rico beso negro.
- Lo tienes cerradito, promo.
- Y así se quedará.
Vicente sonrió cuando le dije ésto. Se levantó, sacó un preservativo y me lo dio. Me lo puse. Luego me dio un sachet de lubricante y lo desparramé sobre mi pene forrado. el resto de lucricante se lo puse en su culo, se arrodilló sobre mí, y puso mi pene en su ano. Se lo fue tragando poco a poco. ¡qué rica sensación sentir cómo mi falo penetraba en esa caliente hondura, carajo! Cuando mis 16 centímetros estaban dentro, comenzó a cabalgarme. Su pene golpeaba en mi vientre y comencé a masturbarlo. Se puso duro. Tranquilamente eran 19 o 20 centímetros, grueso..
entonces se hizo para atrás y se puso boca arriba, levantó sus piernas y yo me le abalancé y lo clavé piernas al hombro. No quise agredir su culo. Fui gentil con mi bombeo, sintiendo el placer de cada minuto de sexo.
Luego se puso en cuatro, lo volví a clavar, así gentilmente. No pensé en nada más. Solo disfruté. Me vine a los pocos minutos.
Cuando volví en mí, abrí los ojos, estaba sudando como mierda. Bajé la mirada. Ese hombre musculoso estaba allí a cuatro patas, mi pene semiflácido dentro de su ano, el condón en su sitio, como debe ser. Me desesperé. Le saqué mi miembro de golpe, me puse de pie como un rayo.
- ¿Dónde está el baño, Vicente? Quiero mi ropa.
- Ya, Manu. Tranquilo.
- ¿Dónde está el baño, Vicente? quiero mi ropa, por favor.
Vicente se asustó, salió de la habitación. Vi el arma en la esquina, me acerqué a ella pensando en que podría ser mi mejor salida si pasaba algo.
Vicente regresó con mi ropa algo seca. Me la puse de inmediato.
- Quiero irme, Vicente.
- Tranquilo, Manu. Relájate.
Me agaché a la esquina y tomé el arma. No sé cómo la saqué y le apunté a Vicente.
- ¡¡Quiero irme, conchatumadre!!
Vicente se asustó.
- Tranquilo. Sígueme.
Salió del cuarto, avanzó por el pasillo a oscuras, sentí que abrió la puerta de par en par.
- Vete, Manuel.
Tiré el arma hacia el pasillo y salí corriendo de regreso a casa.



La ducha fría me tranquilizó. Puse la ropa de esa noche en el canastón de ropa sucia. Mi celular sonó. era mi esposa.
- ¿Dónde estabas? te he estado llamando.
- Sorry, amor. me quedé dormido.
- ¿Te pasa algo?
- Nada. Me asusté. Pensé que te había pasado algo grave.
- No, amor. Estoy bien. Mañana estoy temprano en casa.
Terminé de hablar con ella y sonó la alarma de mensaje. Vi. era Jesús. "Estoy solo en mi jato, ¿vienes?". Lo maldije. "Vente a la rconcha de tu madre, hijo de puta", le puse y lo bloqueé. También bloqueé a Vicente. Traté de dormir. Menos mal, al día siguiente sí llegó mi esposa.

Comenta aquí abajo o en el Twitter.
- ¿

lunes, 15 de abril de 2019

¿Le gustará que lo toque?

Andy estaba pensativo. Cualquiera podía notarlo a leguas de distancia.
- ¿Qué tienes, pata?
- Ahí. Pensando una huevada.
- ¿Y en qué huevada piensas esta vez, Andy?
- Hay un vigilante en mi trabajo. Buena persona. Ya trentón. Rico cuerpo. Moreno. Me trata muy bien, con mucho respeto.
- No veo nada fuera de lo común, Andy. El pata está cumpliendo con su chamba, como debería ser.
- ¿Incluso si me sonríe con mucha amabilidad?
- Claro. Incluso si te sonríe con mucha amabilidad. Si no lo hiciera así, se quejarían y lo despedirían. Y seguro que debe necesitar el trabajo.
- Quizás. Porque tiene familia. Pero.... ha pasado algo que me tiene descuadrado.
- No me digas que ya tiraron.

 ¡No! Lo que pasa es que hace poco se ccompró una tabvlet, me la enseñó y me dijo que no sabía cómo manejarla. Entonces, me ofrecí a enseñarle.
- Loable de tu parte, Andy.
- Entonces, mientras le enseño, me siento a su costado cuando es la hora de descanso. En mi oficina nos reunimos y mientras le voy indicando, le toco sus muslos... ¡y tiene unos señores muslos el moreno!
- Uy. Ya estamos entrando a terrenos peligrosos.

- Ése es el tema. Lo toco y él parece no reaccionar. Entonces, no sé si le gusta que lo toquen, o es indiferente.
- A ver, Andy, ¿hasta ahora ha hecho un gesto de incomodidad, te ha dicho algo como que no lo hagas, te ha retirado la pierna?
- No. Parece no reaccionar.
- Mmmmmm. Pues, una de dos: o le parece lo más natural del mundo, o, como tú dices, le es indiferente que lo toquen.
- ¿Y si le gustara que lo toquen? A veces, cuando llego a la chamba y espero firmar mis papeles, me quedo viéndole el bulto. Y él usa unos pantalones bien, bien entallados.
- ¿Él se ha dado cuenta que le quedas mirando el paquete, Andy?
- Sí.
- ¿Y cómo reacciona?
- Se mete sus manazos a los bolsillos.
- ¿Tiene gesto de vergüenza?
- No. No parece.

- Una de dos, Andy: o quiere hacer más bulto para ocultar el bulto, o es una indirecta directa.
- ¿AAhora entiendes? No sé cómo interpretar ese gesto, o su falta de reacción cuando le toco el muslo.
Me sonrío al escuchar este relato.
- ¿sabes qué, Andy? Primero, deja de pensar por él. Un error que solemos cometer todos, cuando conocemos o establecemos una relación con alguien, es pretender pensar por ellos. Y la verdad es que cada quien piensa con su cabeza.
- ¿Qué tratas de decirme?
- Que no podremos saber si le gusta o no le gusta a menos que lo diga.
- Entonces, ¿me sugieres que le pregunte?
- No. No te lo recomiendo porque no sabemos si le gusta y quiere dejarlo pasar como una cosa solapa, o si le gusta y lo está procesando. Pero algo sí es claro: si no le gusta y no dice ni mierda, es un perfecto huevón porque nunca debemos callarnos cuando algún gesto o palabra nos incomoda. Y si alguien nos dice que le jode, que le incomoda, que ya no, lo que tenemos que hacer es respetarlo y parar. No es no.
- Pero él ni sí ni no ni tal vez.
- Exacto, andy. A éso quería llegar. Simplemente dale su espacio y su tiempo. Tú ya lanzaste tus primeros dardos y el tiene que responder. Mejor dicho, ahora él tiene que tomar la iniciativa. Y sobre la respuesta que dé, tú sabrás qué paso dar.
- ¿Cómo así?
- Si te dice con todas sus letras que sí le gusta que lo toques, pues, continúa; si te dice que no, ahí murió el payaso.
- ¿Y si no dice nada?
- Pues, andy, tendrás que esperar. Las relaciones interpersonales se construyen con confianza, cariño, espacio, y especialmente tiempo. A muchos se nos olvida éso, pero el proceso es así.
- ¿Y te ha pasado a ti?

- Sí, Andy. Con mi pata del alma. Ya tenemos como cinco o seis años que nos conocemos. Es cierto que al inicio hubo mucha tensión sexual entre ambos, como te pasa con tu amigo, y yo lancé mis cartas. Él me lo puso claro desde el inicio: "a mí me gusta tomar la iniciativa". Lo respeté, y funcionó. Hará un par de años que con el tema de preparar unos documentos, me quedé en su jato y tuve que dormir allí. Luego de ducharme, me acosté a su lado, en su cama. A la media hora, comenzó a rozarme la espalda hasta que me arrimó todo su cuerpo. Los dos dormíamos calatos. No se le paró, pero terminamos durmiendo abrazados, según él porque hacía frío. Y hace un año, por la misma situación, terminamos bañándonos juntos en la ducha, y con el cuento de jabonarnos, ya pasamos a las caricias, nos besamos, terminamos pajeándonos juntos.
- Nunca me contaste éso.
- Jajajajajaja. Ahora te lo cuento, pues, huevón.
- ¿Y son algo tú y él?
- Patas. Solo patas. Pero más allá de qué seamos, el truco aquí es que todo fue producto de esa confianza, ese cariño, ese espacio y ese tiempo que nos dimos... y de respetar su advertencia.
- Entonces... tengo que esperar.
- Me parece que sería lo mejor, andy.
- ¿Cuánto tiempo?
- El que sea necesario, Andy. el que sea necesario. La amistad no se basa en lo instantáneo sino en lo duradero.
- Tienes razón. Lo mejor sería esperar. Si pasa algo, te lo cuento.
- Claro, Andy, siempre puedes contar conmigo.
- ¡Gracias!
Y allá va Andy, más aliviado. Espero que aplique el consejo. ¿Y a ti te ha pasado algo parecido? Cuenta acá abajo en los comentarios o en el Twitter.

domingo, 14 de abril de 2019

Ranking de actores mexicanos

El otro día, fui a casa de uno de mis amigos para recoger un dinero que me debía, y lo encontré extasiado viendo un canal de telenovelas mexicanas las 24 horas del día.

Me senté junto a él y justo había una escena en la que un actor, cuyo nombre y existencia aún ignoro, salía de una piscina o algo parecido vistiendo una sunga. Rico cuerpo, déjenme decirles. Mi amigo tenía la paloma al palo viendo la imagen. Lo sé porque se la toqué y luego se la saqué para pajeársela.

- ¿Verdad que está buenazo?
- Sí, lo está.
- ¿Cuál es tu actor mexicano favorito?

La verdad, como dije, yo estaba más perdido que huevo en cebiche. Mayormente desconocía, así que no pude responderle. Mejor me agaché y comencé a chuparle su larga y gruesa pinga mientras él seguía viendo la novela. No duró ni cinco minutos y me dio toda su leche en mi boca. Me la tragué.

Cuando regresaba a mi casa, iba pensando en los actores mexicanos y en cuántos de ellos tenían cuerpazos como el de la novela. Entonces me puse a investigar y hallé algunos que por acá les destaco para que ustedes me digan cuál les vacila más. A ver. Revisemos.

Arath de la Torre
Usualmente lo había visto en papeles cómicos, pero rara vez en dramáticos, aunque alguien me contó que aparece en un video de Alejandro Fernández llorando a moco pelado porque perdió a su chica. Aquí lo tienes en una escena de ducha. ¡Qué mañosa la tía!


David Cepeda
Rico cuerpo, rico culo, rico paquete. ¿Pero ees su paquete? Hace un par de años alguien filtró un video donde se lo ve pajeándose en una transmisión de webcam con su jerma. Por éso cuidado cuando se pajeen por webcam. Aquí está el videíto a ver qué les parece.


Gabriel Soto
Comenzó cantando en el grupo Kairo. No hagan mucho esfuerzo recordando porque es de la época cuando los CD eran algo raro, casi un objeto de lujo. Basta decir que era un trío donde tambuén estaba el disidente de Eduardo Verástegui. ¿Y el trío hacía trío? Ni idea, pero alguien me contó que una vez que visitó el Perú, un chico pudo comprobar que la pinga de Gabito es larguita pero delgada... ah, y lleno de vello por todas partes. Eso sí, rico cuerpo. Aquí lo tienen. Y a todo ésto, ¿cantaba?


Joaquín Ferreira
Mejor conocido por su participación en la serie de Netflix, Club de Cuervos, aunque en su país levantó las miradas y unno que otro pene y culo en una obra de teatro donde aparecía calatito y supuestamente erecto. ¿Y alguien habrá grabado algo de esa obra? Sí, menos mal. Además, en este clip, una rica secuencia de ducha en Club de Cuervos. ¡Qué rico pene, por Dios!


Jorge Salinas
A éste sí lo conocemos un poco más, entre otras cosas, por su linda cara, su hermoso cuerpo, su voz hasta las huevas y su carácter errático. Comenzó en el cine pero saltó a las telenovelas y siempre haciendo de galán en historias de rancho, ideales para mostrarlo peladito mientras se baña en cuanto cuerpo de agua exista. Acá en algo más culto.


Juan Vidal
¿Alguien tiene alguna referencia sobre él? La verdad no mucha, peropor lo visto no se hace problemas con el calateo y el sexo sugerido, como en esta escena. Rico, ¿no?


Rafael amaya
¡el señor de los cielos! Sí, su papel más internacional, pero antes hizo una pela llamada "Desnudos" donde encarna a un artista plástico que las ve cuadrada para llegar a fin de mes y... bueno... como era de suponer, aparece desnudo en varias partes de la película, las que se condensan en este montaje. Ufff... Dime que no se te puso dura de verlo.


Sergio Mayer, Jr.
Ojo, es el hijo del que fuera cantante de un grupo musical noventero llamado Garibaldi. La misma huevada: hizo su cosa por webcam enseñando la cosa y alguien grabó el clip. Servidos.


Bueno, y ahora que los tienen aquí, díganme por cuál votan, aquí abajo en los comentarios o en el Twitter.

Dos chicos tirando

- ¿Estás seguro que aquí nadie nos escuchará?
- No estoy seguro, pero si no hacemos ruido... nadie se dará cuenta.
Julio y Fabián estaban dándole hacía días vuelta a la misma idea: ¿cómo podrían gozar de un momento de mucho placer sin que nadie se diera cuenta? Se conocieron de casualidad en la cola del centro comercial mientras Julio iba a pagar unas bermudas que le habían llamado la atención y Fabián, algunos bóxers. Ya se habían visto mientras buscaban sus prendas. De hecho, Fabián fue a propósito a la zona de ropa interior masculina y eligió un bóxer blanco mientras dirigía la mirada a donde Julio estaba. Le había gustado su porte atlético, aunque no parecía ser muy alto. Julio le parecía no ser indiferente. Le sonreía. La confirmación vino cuando Julio eligió su bermuda, le guiñó el ojo a Fabián y se fue de ahí. El segundo lo siguió con la mirada: iba a hacer la cola. Cogió el primer bóxer talla M que encontró y se fue tras él.
Mientras esperaban su turno, se miraban con complicidad pero no se atrevían a hablar. Si desde lejos parecía que iban a entenderse, a solo centímetros no había duda alguna.
Tras pagar, ambos salieron del local.
- Lindos bóxers.
- Gracias. Eh..., soy Fabián.
- Yo, Julio. Mucho gusto.
Al darse la mano, ambos sintieron la electricidad. Como dicen los afiches, era ahora o nunca. Fabián estaba más ansioso porque hacía semanas que nada. Julio lo notó.
- Tranquilo, huevón. ¿Tienes sitio?
- No... ¿Y ahora?
- Es muy temprano para ir al telo. Y....
- Y te mueres de ganas, ¿no?
- Sí.
- Espera. Tengo una idea.
Julio agarró su celular, texteó algo. Aparentemente le respondieron. Miró a Fabián.
- Sígueme.

En cuestión de veinte minutos, estaban en una urbanización muy cerca del centro comercial. De hecho, habían ido caminando.
- ¿Es un lugar seguro?
- Sí. Tranquilo. Se te nota caleta, así que sí corre contigo.
Llegaron a una casa. Julio tocó la puerta. Les abrió otro chico, delgado, joven. Julio lo saludó.
- ¿Tus viejos?
- Viajaron acá cerca. Regresan por la tarde.
- ¿Tus hermanos?
- Vienen hasta la noche.
Julio y Fabián ya habían entrado y se habían presentado. El dueño de casa los llevó hasta un cuarto no tan al fondo. Les abrió la puerta.
- Normal, patas. Cachen aquí. Éso sí. No hagan bulla porque este cuarto da a la calle.
Fabián las vio jodidas. Siempre que cacha, le encanta gemir, pero.... ya estaban aquí, ¿no?
El chico cerró la puerta y Julio con Fabián entraron al cuarto. Dejaron sus bolsas aparte, se acariciaron, se besaron en la boca. Comenzaron a calatearse.
- Julio, una nota. A mí me encanta... gemir.
- Mierda.La mía es de 19 y medio, huevón. ¿Y si te duele mientras te la meto?
Fabián reflexionó en segundos.
- Si lo haces suave, si me dilatas bien, no me dolerá.


Ya calatos y en la cama, Fabián le chupó la pinga a Julio. Se la puso dura. Realmente eran 19 y medio. Quizás 20. De solo pensar que se la metería en su culo, comenzó a excitarse, quiso gemir. Se contuvoEntonces, Julio lo puso en cuatro, se aproximó a sus nalgas, las separóe hizo un rico beso negro a Fabián, quien quería gemir, pero se contuvo. Julio notó que poco a poco el ano de su compañero ocasional iba dilatando. Sacó un forro de su billetera, se lo puso en su largo y gruego pene, y fue metiéndolo de a pocos. A Fabián le dolía, quiso gemir, pero se contuvo.



Julio cachó el culo de Fabián por veinte minutos hasta que al fin, dejó que su leche pastosa quedara aprisionada en la punta del condón. Apenas si Fabián notó que Julio había llegado al orgasmo porque los latidos de la eyaculación se sentían en todo su hueco.

Se bañaron unoa la vez, dejaron la casa. Intercambiaron números. Cuando Fabián regresó a su jato, no se lamentó haber comprado unos bóxers que no le gustaban y que no necesitaba. Lo que quería era la pinga de ese chico y la gozó.

Mientras se bañaba, recordó la escena y comenzó a pajearse con fuerza. Pero afuera del baño, estaba toda su familia. Las dio allí en la ducha. Quiso gemir, pero se contuvo. Ya habría otra oportunidad para lucir su nueva ropa interior frente a Julio, en otro lugar donde pudiera gemir, donde nada lo obligara a contenerse...

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sábado, 13 de abril de 2019

Ko Ryu, Timmy y Bil

Mantener un cuerpo musculoso y flexible no es sencillo. Lo primero implica invertir tiempo y esfuerzo en el gimnasio. Lo segundo... pues lo segundo podría ser muy aburrido si lo haces solo. Por éso estos tres guapos culturistas peruanos decidieron que lo mejor sería reunirse y entrenar juntos para poner a prueba su agilidad, su potencia muscular y su sentido del humor. Y cuando el entrenamiento haya concluído, nada mejor que una sesión de masturbación para seguir liberando tensiones, conectarse con su sexualidad, sentir el placer al máximo. Porque todo es parte de lo mismo, y ellos lo saben muy bien.

Porque no todo es buena apariencia, buenos hombros, buenos pectorales, abdominales, espaldas, brazos y antebrazos, cinturas, glúteos, muslos, pantorrillas. También somos pingas, somos huevos, somos culo. Somos todo. Y todo está al alcance de tu vista y este oído en este increíble video.

Mira el video aquí.

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