sábado, 26 de marzo de 2016

La Agencia (15)

Por Hunk01

 

Cuando la novela acabó, la producción organizó una gran fiesta de despedida. Rodrigo no estaba muy animado a asistir. De hecho, tras la muerte de santiago, sus fines de semana consistían en ir a Cangrejos, una playa solitaria, y caminar solitario, vestido apenas con un diminuto bañador, lo que le dejaba una sexy marca que se apreciaba cada vez que realizaba sus escenas de desnudos. Meditaba, oía las olas del mar, armaba castillos en la arena, se divertía viendo como los cangrejitos huían de él cuando caminaba entre ellos.

Así que estaba planeando regresar a la playa cuando Raúl le palmeó el hombro.

-          ¿Listo para el reventón?

-           No. Tengo otros planes. ¿Tú?

-           Me iré a un lugar mágico y místico.

-           ¿Cusco?

-           Jajaja. No. Algo más cercano. ¿Quieres venir conmigo?

A la mañana siguiente, Raúl y Rodrigo llegaron a un edificio que parecía el estudio de televisión donde trabajaban. Adentro habían varios omnibuses estacionados. Ambos abordaron uno de ellos. Ocho horas después, llegaron a Huancabamba. Al salir del terminal, Raúl contactó a un joven, lo siguió. Al anochecer, él y Rodrigo llegaban a una choza. El ocaso dibujaba raros picachos que el joven contempló fascinado. Un hombre de unos 35 años y vestido con un poncho bermejo les dio la bienvenida y los invitó a pasar, los acomodó en una habitación, y luego los llevó a cenar sopa de gallina.

-           Descansen un poco. A medianoche comenzamos. Disculpen que solo hay una cama, pero no esperaba al joven.

-           Tranquilo, Mateo. Rodrigo y yo nos acomodaremos.

El anfitrión se retiró.

-           El viaje me cansó tanto que hasta me dormiría en el suelo.

-           Puede ser, Rodrigo, pero amanecerías tieso.

Rodrigo y Raúl se acomodaron en la cama y durmieron hasta que les pasaron la voz a medianoche. Raúl se levantó y se desnudó por completo.

-           ¿estás loco, borícua? Afuera debe hacer un frío de mierda.

-           Desnúdate si quieres, pero es parte del rito.

Raúl salió. Rodrigo, entonces, tocó las paredes y las sintió frescas. Comenzó a desnudarse poco a poco. Cuando se quedó como vino al mundo, descubrió  que su cuerpo no se tiritaba ni sentía frío. Salió del cuarto.

Al llegar a la sala, encontró a Mateo y Raúl arrodillados sobre una jerga, ambos desnudos. El chico que los había llevado hasta la choza tomó a Rodrigo del codo y lo arrodilló al costado de Mateo, quien, pocos segundos después, comenzó a hacer una oración y bebió algo en una concha grisácea. Sirvió otro poco y se lo dio a Raúl; luego hizo lo mismo con Rodrigo. Era un licor amargo aunque con cierto sabor a anís. Rodrigo sintió sus ojos pesados pero sin la sensación de sueño. Fue respirando más despacio hasta que no oyó nada y no se percató de nada. Mateo seguía rezando en un idioma que desconocía. Poco a poco, Rodrigo vio como una especie de túnel y una luz al final. A medida que avanzaba, vio como en una película, todos los hechos de su vida: una infancia llena de regalos, una adolescencia llena de fiestas y ropa, una juventud que prometía una carrera, una familia que tenía una casa aunque no se viera frecuentemente, las pasarelas, las sesiones de fotos, la novela, las sesiones de sexo con Lugo, Santiago, el productor. De pronto, Rodrigo sintió su pene erecto. Exhaló un poco, y comenzó a eyacular profusamente. Jadeaba. Miró a su izquierda: Mateo y Raúl también estaban erectos, con los ojos cerrados pero con un gesto de excitación. Raúl eyaculó; luego Mateo. Los tres se miraron sin morbo, como liberados. Mateo los tomó de la mano.

-           Vamos a purificarnos.

Solo se pusieron poncho y sus zapatillas, más un sombrero. Caminaron por dos horas a través de la oscuridad. Arriba, era posible ver todas las constelaciones.

Llegaron a un paraje donde corría mucho viento y hacía frío. Mateo siguió orando y rociándoles un raro licor que los chicos bebieron también. A las cinco de la mañana, el paraje comenzó a aclarar. Mateo quitó los ponchos a Raúl y Rodrigo; él hizo lo mismo. Los tomó de la mano y les pidió que lo acompañaran.

-           Piensen en su felicidad. Solo en su felicidad.

Avanzaron un paso más. Rodrigo sintió que sus pies se congelaban, pero sintió la adrenalina también. Segundos después, se sumergió en el agua helada tres veces. Salió desnudo a la orilla. La aurora ahora permitiía ver una pared de roca frente a sí, y en la base, una laguna del tamaño de una cancha de fútbol. Raúl tomó su mano y le sonrió con cariño. Rodrigo hizo lo mismo. Mateo salió desnudo de la laguna e hizo que todos se pusieran sus ponchos otra vez, y les pidió regresar a su choza, para desayunar y descansar.

Cuando Rodrigo despertó, notó que la claridad se colaba por las rendijas del techo. Alguien lo abrazaba: era Raúl. Ambos estaban desnudos, pero no sentían frío. ¿Acaso todo había sido un sueño? Rodrigo fue sacando el recio brazo de Raúl.

-           ¿Te incomodo?

-           Pensé que estabas dormido. ¿Tuvimos sexo?

-           Mejor que eso. Mejor que eso.

Rodrigo se volteó. Detrás de Raúl estaba Mateo también abrazándolo desnudo.

-           ¿Durmieron bien, jóvenes?

-           Creo que sí. ¿Tú, Raúl?

Raúl abrió los ojos, sonrió, se acercó a la cara de Rodrigo y lo besó tiernamente. Rodrigo comenzó a acariciarle el musculoso cuerpo. Entonces Raúl se volteó como pudo y besó a Mateo.

Los penes de los tres no tardaron en erectarse, mientras se confundían en un nudo de caricias, besos, roces, gemidos, cimbrados y poses. Cuando Rodrigo quiso eyacular, Mateo tomó el pene del muchacho, lo envolvió en un pañuelo rojo y dejó que el blanco fluído se depositara ahí. Hizo lo mismo cuando Raúl eyaculó e hizo lo mismo cuando él eyaculó. Metió los pañuelos en bolsitas plásticas y se los dio a cada  uno.

-           Guárdenlo, y cuando regresen, me buscan y completaremos la ceremonia.

 

(CONTINUARÁ)

 

© 2016 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares o situaciones es pura coincidencia.

sábado, 19 de marzo de 2016

La Agencia (14)

Por Hunk01

 

Rodrigo no pudo asistir al funeral de Santiago debido a que sus compromisos con la novela le impidieron viajar fuera de Piura y porque apenas llegó la familia del actor de reparto, se lo llevó sin dar cara a nadie. En su lugar, la producción habilitó una salita dentro del estudio donde puso las fotos del productor y de Santiago, donde sus compañeros dejaban velas o flores. Rodrigo estaba sentado frente a la foto de quien llegó a ser su amigo. Estaba totalmente ensimismado cuando le tocaron el hombro, y luego se sentaron a su costado. Era la vedette.

-          El chofer le dijo a la Policía que Santi y el productor se pusieron a discutir, y quisieron abrir…

-           Están muertos. No quiero saber más.

Rodrigo se levantó y fue a su camerino. Estaba recogiendo sus cosas para irse a casa cuando entró Raúl, el protagonista, quien comenzó a desvestirse tras grabar sus escenas.

-           ¿Y cuáles son tus planes, Rodrigo, ahora que no está quien te protegía?

Rodrigo miró molesto a Raúl, quien sonrió bonachonamente.

-           No me estoy burlando de ti, Rodrigo. Espera a que me duche y salimos: te invito a cenar.

Rodrigo cambió su expresión a extrañeza. El desnudo Raúl se metió a la ducha, mientras el joven actor de reparto sentía la necesidad de no irse, a pesar que quería irse.

Raúl llevó a Rodrigo a su departamento, ubicado en una calle discreta no lejos del suyo. Raúl se puso un delantal y se metió a la cocina. Invitó a Rodrigo, a quien dio una copa de vino.

-           No entiendo por qué me choteaste cuando te invité a mi depa, Raúl.

-           Porque sabía que fue idea de santiago. Porque me olía algo raro, y lo confirmé ese día que nos sorprendiste culeando en el camerino. Para que te hagas una idea, Santiago dispersó por el estudio todo lo que hicieron el fin de semana que se fueron a la playa. Y esa fue su razón de vivir: saberle la vida privada a todo el mundo para sus propios intereses.

-           Santiago me dijo que tú cachabas con el productor.

-           Te seré sincero: todos quienes hemos venido trabajando con ese productor, nos íbamos a la cama con él. Para conseguirme buenos papeles me he metido a la cama con medio mundo, pero nunca me metí en intrigas, ni anduve chantajeando a mis colegas. No digo que me enorgullezca de lo que hice, pero este medio es así: comer o ser comido.

-           O las dos… en tu caso.

Raúl miró a Rodrigo fijamente y se soltó una carcajada.

-           ¿Viste? Es el efecto Santiago. Mira, yo comencé haciendo porno gay, luego hice porno straight, fui stripper y escort. Ahí me descubrieron. Trabajé para las cadenas en Miami, pero, cuando tienes un pasado puto, muchas puertas se te cierran por mala imagen, así que tienes dos opciones: rendirte o seguir siendo puto para mantenerte.

-           ¿Por qué estoy aquí?

-           Porque debes procesar la muerte de tus amigos.

-           ¿Y quién eres tú para entenderlo?

-           Mira, Rodrigo, quienes hemos estudiado algo de actuación sabemos algo de psicología. Ayer, cuando tenías que hacer la escena de sexo con la vedette, me di cuenta que no se te paró ni con Viagra. Tú no puedes controlar tus erecciones en cámara; entonces me dije: a este chico se le ha bloqueado todo.

-           Se supone que las escenas de sexo solo las ve el staff en el set.

-           Dime que no me has visto cuando grababa mis escenas de sexo.

-           No quise verlas, que es distinto.

-           Pero estaban disponibles. Ese era el trabajo de Ronny por encargo del productor. Por eso todo el mundo te respaldó cuando le metiste la golpiza, aunque eso ayudara a que recuperaran parte del dinero que te dieron por el filtrado de imágenes.

-           ¿santiago estaba metido en eso?

-           En eso y mucho más… ¿Gustas queso?

Raúl había preparado unos vegetales al vapor con trocitos de pechuga de pollo a la plancha y unos canelones metidos entre el verde de las verduras.

Tras cenar, Raúl abrió la puerta de su terraza, y se sentó con Rodrigo a ver la ciudad de noche. La luz de un avión que desscendía al aeropuerto de Castilla se divisaba a lo lejos. Ambos seguían bebiendo vino.

-           Raúl, ¿has perdido algo por ser actor porno, stripper, escort, por cachar para tener chamba?

-           ¡Claro que perdí! Y al inicio me chocaba mucho hasta que entendí una gran verdad: el ser humano no puede tenerlo todo sino lo que realmente necesita para ser feliz. Eso significa que para ganar tienes que dejarte vencer. O dicho de otra forma: el que mucho abarca, poco aprieta.

-           Yo perdí mis estudios, mi familia, mi privacidad, mis amigos…

Recién Rodrigo pudo llorar.

Raúl se acercó y lo abrazó en silencio, pues sabía que el muchacho tenía necesidad de desahogarse. Así pasaron varios minutos hasta que Rodrigo pudo calmarse.

-           Lo que perdiste, lo perdiste por simple efecto de compensación, Rodrigo, pero nunca tomaste el control de tus derrotas; y aquí viene tu segunda lección: así como eliges tus victorias, también elige tus derrotas. Eso le dará más sentido a tu razón para vivir. Así dejarás de vivir por vivir.

-           ¿Crees que Santiago vivió por vivir?

-           No lo creo, Rodrigo. Su problema es que él quería vivir a costa de la vida de los demás, y cuando haces eso, la peor forma de castigarte es… quitándote tu vida.

 

(CONTINUARÁ)

 

© 2016 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares o situaciones es pura coincidencia.

sábado, 12 de marzo de 2016

La Agencia (13)

Por Hunk01

 

Portarse bien dio buenos resultados a Rodrigo. Su personaje no solo se mantuvo sino que llegó a tener tanta importancia como el de un antagonista, desplazando por ratos al antagonista oficial. Y aunque la actriz principal se negó al pedido de la producción a ser penetrada por el actor novato, no tuvo más remedio que interpretar candentes escenas de sexo. Le costó trabajo a todo el mundo ocultar la erección, y tras el grito de “¡corten!”, Rodrigo pasaba varios minutos en el baño, masturbándose.

el actor principal, quien antes solía ser amistoso con el muchacho, se tornó algo lejano, hostil por ratos.

Rodrigo se lo comentó a santiago.

-          Es lógica su reacción; le comenzaste a robar pantalla.

-           Pero yo no quiero hacer eso.

-           Aunque no lo quieras es inevitable… pero lo podemos arreglar.

El protagonista se llamaba Raúl, un tipo boricua, alto, con tanta musculatura como santiago, cabello castaño, muy introvertido. Solía pasarse buen tiempo hablando por teléfono con su familia, o eso parecía.

Aprovechando la fiesta nacional de la isla, Rodrigo se acercó en un descanso y lo invitó ese fin de semana a pasarlo en su departamento, celebrando. Que él elija qué gente querría que asista. El actor le contestó que no celebraría, sino que se pasaría el fin de semana ensayando sus libretos, pues la novela entraba al último mes.

Santiago sonrió cuando Rodrigo se lo contó.

-           Sobrado imbécil, como si yo no supiera que ha cachado hasta con el conserje.

-           ¿También le entra a la nota?

-           ¿Cómo crees que obtuvo el protagónico? La vaina es que cuando eres versátil, tienes más posibilidades, por eso él se hace el sobrado.

-           ¿Ya te lo cachaste?

-           Aún no. Pero sí me consta que se le hace agua cuando se me para.

Casi al finalizar esa semana, Rodrigo acavó de grabar su escena y se fue al camerino a cambiarse de ropa para regresar a su casa. Apenas abrió la puerta, se quedó de piedra. Santiago le horadaba el culo al protagonista con una velocidad digna de pistón. Rodrigo no sabía si entrar o salir de nuevo. Santiago lo vio, le hizo un ademán de actuar con rapidez. Pudo leer “cierra la puerta, carajo” de sus labios. Rodrigo le obedeció sin dejar su expresión de asombro.

Santiago perdió la concentración y bajó su intensidad.

-           ¿qué pasa, ne…?

El protagonista se asustó al ver a Rodrigo contemplándolos. Se levantó violentamente y se abalanzó contra su compañero. Rodrigo lo eludió. Santiago fue tras el protagonista y lo retuvo contra la pared.

-           No te atrevas a tocarle un pelo. Ahora él sabe lo mismo que yo, así que si valoras tu imagen, anda tranquilo.

Rodrigo no supo qué hacer. Se desvistió y se encerró en la ducha. Volvió a masturbarse.

XXX

Por la noche, andrés fue al departamento de Rodrigo. Otra vez, ese fin de semana se irían a la playa, pero ahora más lejos. Máncora o Punta sal eran las alternativas. Tras revisar presupuestos y opciones de alojamiento, se relajaron un poco.

-          Rodrigo, ¿sabes hacer el beso negro?

Rodrigo lo miró extrañado.

-           ¿Por qué?

Andrés le contó la experiencia con Santiago.

-           Ya te dije, Andrés. Solo alucina que es una jerma.

-           Es que, ni siquiera se lo hice a una jerma.

-           ¿Quieres aprender?

Ambos chicos se desvistieron, y comenzaron a acariciarse y besarse. Estaban muy calientes.  Entonces, Rodrigo se puso en cuatro, y comenzó a instruir al chofer.

-           Bésame las nalgas… así… así.. más adentro… más… más…. Ahí… ahora lámelo… así… eso… juega con tu lengua… ahhh… ahh… sigue… Lo haces rico… así… chúpame el culo…

Andrés sentía que la leche le estallaría en cualquier momento, así que agarró firmemente las caderas de Rodrigo y comenzó a sobarle su verga hasta que el semen saltó. Andrés respiraba por la boca, aliviado. Rodrigo fue al baño a limpiarse y a masturbarse. Andrés se vistió rápidamente.

-           Me tengho que ir. Nos vemos el sábado temprano.

Rodrigo sonrió. Se sentó desnudo, buscó un porro de marihuana, pero no halló nada; entonces, comenzó a masturbarse de nuevo para liberar tensiones. Apenas comenzaba cuando escuchó toques en su puerta. “¿De qué se habrá olvidado Andrés?”. Sin vestirse fue a atender.

Era Lugo.

Rodrigo se sorprendió.

Lugo no dijo nada y se fue corriendo. Rodrigo fue tras él.

Habría bajado desnudo hasta la calle, de no ser por una señora que lo vio y comenzó a dar gritos. Rodrigo se asustó y volvió a refugiarse en su departamento. Llamó a Lugo repetidas veces a su celular pero no fue respondido. Rodrigo recordó por fin dónde tenía los porros. Fue hasta su cómoda, los sacó todos, de ahí alcanzó el retrete en su baño y presionó la palanca. “No más alucinaciones”, pensó.

XXX

El viernes, al regresar de su trabajo, halló correspondencia. Era el estado de cuenta de su tarjeta de crédito. Rodrigo se quiso caer de espaldas: su fortuna de seis dígitos había perdido tres de ellos. Apenas le quedaba 254 dólares. Vio los detalles. Cuatro páginas de cuentas y más cuentas. ¿en serio había gastado su fortuna en todo eso?

Al día siguiente lo primero que hizo fue ir al banco a pedir explicaciones, aunque Carlos le había adelantado que el banco nunca pierde. Previamente llamó a Santiago para decirle que se demoraría un poco, que vayan avanzando y que él llegaría por su cuenta.

Hizo algo inteligente: usó parte de su saldo para pagar los costos, transfirió el resto a su cuenta de ahorros y canceló la tarjeta. Bajó al cajero a sacar efectivo para el viaje y se fue a buscar un taxi para Máncora.

Dos horas después, estaba entrando al serpentín antes de llegar a Los Organos, cuando vio que el tránsito avanzaba lento porque una patrulla policial obstruía la circulación. Más allá había un trailer parado, y tras él una columna de humo blanco.

Suspiró resignado. Esperó su turno para pasar. Cuando avanzaron y superaron el atasco, vio una grúa que terminaba de halar un vehículo hecho chatarra, y unos bomberos que ayudaban al rescate. Rodrigo se persignó y pidió al chofer que acelerara.

Llegó al hotel donde habían quedado con sus compañeros, pero le dijeron que no habían llegado aún. Llamó a Santiago a su celular. Timbró varias veces pero nadie le respondía. El celular del productor sonaba como apagado. Llamó, al fin, a Andrés.

-           ¡Oe, huevón, no me digas que se fueron a Punta Sal!

-           No, joven… estamos en Talara.

-           ¿Talara? ¿qué mierda pasó?

-           Nos accidentamos… Sus dos amigos… fallecieron.

 

(CONTINUARA)

 

© 2016 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares o situaciones es pura coincidencia.

sábado, 5 de marzo de 2016

La Agencia (12)

Por Hunk01

Por Hunk01

ese nuevo fin de semana, Rodrigo, Santiago y su productor fueron a Colán. Andrés los condujo.

A diferencia de los dos fines de semana previos, esta vez fueron a una casa de playa que santiago había conseguido. (“Es un lugar donde grabé una porno para una distribuidora colombiana”, contó el fortachón durante el camino). La casa tenía dos habitaciones, una sala amplia y todos los servicios. A Andrés le dieron una de las habitaciones, aunque Rodrigo le encargó algunas cosas. Los otros tres fueron a la que tenía la cama más grande.

Andrés se quitó la ropa y decidió descansar, pues sabía que el trabajo fuerte vendría toda la noche y toda la madrugada, pero no podía quejarse: las propinas eran buenas.

 No había transcurrido ni diez minutos, cuando tocaron su puerta. Reconoció la voz y, sin cubrirse, abrió a confianza. Rodrigo entró, desnudo, con el pene semierecto. Se sentó en la cama y pidió a Andrés que hiciera lo mismo. Le contó lo que el chofer ya suponía: en la otra habitación, santiago, el productor y él estaban desnudos, iniciando un trío, hasta que el productor preguntó si acaso andrés era de confianza, a lo que Rodrigo asintió; entonces, el productor quiso saber si el chofer le entraba a la vaina para ver si se podía hacer un cuarteto. Rodrigo fue franco y abierto con Andrés, pero también consciente.

-          Si no quieres, no pasa nada. Total, todo esto lo pago yo, y tú te has portado de la reconchasumadre conmigo; entonces, tú elige.

-           Jov… digo, Rodrigo, yo siempre he cachado con jermas. Tú me viste la vez pasada. Además, capaz ese negro me la va a querer meter.

Rodrigo sonrió.

-           Nuestro objetivo es el productor. Me quiere botar de la novela, así que si no hago este sacrificio, es posible que deje de ser tu cliente.

Andrés lo pensó unos segundos.

-           Pero, ¿cachar con patas es igual que cachar con jermas?

-           Yo creo que sí, Andrés. Igual se te para, la metes, te vienes y ya. La diferencia es que no los embarazas.

-           ¿Rodrigo, ¿y el SIDA?

-           Pa’eso usamos condones, pe, huevón. Tenemos como mierda, especialmente pa tu talla.

-           ¿Pa’ mi talla?

Rodrigo rió y tomó el pene de Andrés en sus manos. Andrés sonrió nerviosamente.

-           Pero, Rodrigo. Jamás he estado con un pata. ¿Qué me aconsejas?

-           solo alucina que es una jerma. La diferencia es que, en vez de chucha, te rozarás con una pinga.

-           ¿No es incómodo eso?

-           Al inicio es extraño, pero luego te dejas llevar y es como masturbarse mutuamente, sin usar la mano.

-           ¿Y si las cago? ¿Tú ya has cachado con patas?

-           Recién. También estoy aprendiendo.

-           ¿Y qué has aprendido hasta ahora? O sea, ¿puedes enseñarme?

-           ¿Teoría o práctica?

-           Mmmmm… No sé. ¿Práctica?

Rodrigo rió. Se acercó a Andrés y comenzó a besarle las mejillas y el cuello mientras le acariciaba los brazos y el pecho. Sintió las tetillas del chofer duritas, y fue cuando comenzó a insinuar un beso en la boca, entrelazó sus labios. Mientras se acostaban juntos, sus lenguas ya estaban explorando el interior de sus bocas. Finalmente, el chofer se acostó encima de Rodrigo y comenzó a rozar su pene contra el del actor.

-           Andrés, lo haces perfecto. Me arrechaste. ¿Vamos donde los chicos?

Al entrar al cuarto grande, vieron a Santiago meter y sacar su enorme polla del culo del producttor, quien la recibía en cuatro patas. Rodrigo acercó su pene a la boca del ejecutivo y dejó que se lo chupe. Cuando estuvo erecto, hizo que se lo chupara a Andrés, quien reemplazó a Santiago en el sexo anal. Rodrigo seguía ofreciendo su pene a la boca del productor, mientras el moreno musculoso besaba la espalda y las nalgas de su compañero de cámaras.

Andrés duró diez minutos y fue reemplazado por Rodrigo.

Santiago vio al chofer descansando y se le acercó al oído.

-           ¿Sabes hacer el beso negro?

-           ¿Cómo?

-           Lamer el ojo del culo, pues.

-           No, me da asco.

Santiago sonrió.

-           Entonces, masajéame el culo con tu dedo, pero despacio.

Santiago se agachó un poco ofreciendo sus abultadas nalgas al chofer, se pasó saliva y llevó la temblorosa mano del empleado. Andrés sintió que su pene se llenaba de sangre otra vez hasta erectarse de nuevo. Sin previo aviso, reemplazó el dedo por el pene, mientras Santiago no dejaba de gemir. Entonces, Rodrigo se vació.

Solo salieron para almorzar y cenar. El resto del tiempo lo pasaron en la casa probando todas las formas de agasajar al productor. Incluso Rodrigo y Santiago le metieron sus pingas al mismo tiempo, mientras andrés recibía sexo oral.

Para Andrés, la orgía terminó a la una de la mañana. Se fue a su cuarto a descansar pues al día siguiente tenía que llevarlos seguros a Piura. estaba mareado del trago y asqueado por el olor a marihuana que Rodrigo y el productor no dejaban de pitar. Estaba agarrando sueño, cuando tocaron su puerta. Se levantó a abrir. Era santiago, quien seguía sobrio.

-          ¿Quiere que compre algo?

-           No. Quiero dormir acá, contigo.

-           ¿Por qué?

-           El que va a perder su chamba es Rodrigo. Lo dejé allí que se entienda con el otro pata. ¿Podemos compartir la cama?

-           Normal, joven.

Ambos se acostaron. Apenas pasaron un par de minutos, cuando oyeron gemidos ahogados. Andrés rió disimuladamente.

-           Están clavando de lo lindo.

-           ¿El joven Rodrigo a su jefe?

-           Me imagino. Oír a dos personas cachar así me arrecha. ¿A ti no?

-           Algo.

-           Oe, hoy me rozaste tu verga, pata. La tienes grande. ¿No has pensado en ser actor porno?

-           No, joven. Mucho roche.

Santiago se acostó boca abajo, y exploró el cuerpo de Andrés hasta tocar su pene. De semierecto lo puso duro. Entonces, santiago se lo comenzó a chupar.

-           Acuéstate sobre mí. Rózame el culo con tu verga.

Andrés hizo como le pidieron. Santiago paró las nalgas y el chofer comenzó a cimbrarse.

En medio de la excitación, el glande de Andrés comenzó a entrar en el ano de santiago, y sucedió lo inesperado: la leche del chofer inundaba la entrada del recto del actor.

 

(CONTINUARÁ)

 

© 2016 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares y situaciones es pura coincidencia.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Rennato, Rey de la Arrechura


Con su 1.68m y sus 18 cm de jugosa pinga y generosas bolas, este deportista aficionado es capaz de complacer las más febriles fantasías; además, puedes disfrutar y saborear esas ricas nalgas, y hacer todas las poses que puedas imaginarte. Y si eso te parece más de lo mismo, él sabe cuando hablar y seducirte con su inteligencia y su simpatía. No te dejes engañar por una cara inocente ¡No sabes qué semental se esconde dentro! ¡Deliciosamente imperdible!