domingo, 31 de octubre de 2021

ASS (01): La linterna de Juan

El padre Alberto descubre a Juan cachando con Pedro y termina convirtiendo el dúo en trío.


 

Es sábado, diez de la noche en Artesanos y el padre Alberto se siente algo picado. Tras el matrimonio que consagró, participó de la recepción y tragos van, tragos vienen. Imposible decir no. Delante suyo, Juan ilumina el camino de greda con una linterna. Al lado va Pedro, quien esa noche fue el acólito y está muy sobrio.

“Ya casi llegamos”, avisa Juan con la voz claramente tocada por el licor. “Veinte pasos y llegamos”.

En un minuto ya están en la puerta de la construcción de adobe. Al entrar, Juan pprende la luz eléctrica e indica un cuarto grande al padre Alberto:

“Aquí va a pasar la noche”.

“Gracias, Juan. ¿Antes no podría usar tu ducha un rato? Mañana no quiero amanecer con resaca”.

“Claro, Padre”.

Alberto entra a la pieza que le señala, la que solo tiene una cortina de separación.

“Nosotros vamos a mi cuarto”, avisa Juan a Pedro indicándole otra cortina. Ambos entran. “Acomódate: voy a sacarle una toalla al Padre”.

Pedro se sienta sobre la cama y comienza a quitarse los zapatos y las medias.

Cuando Juan ingresa al otro cuarto, Alberto ya se ha quitado la camisa revelando un par de bien formados pectorales, unos abdominales incipientes y brazos bien torneados.

“Es la puerta del fondo y luego cruza derechito al otro lado del patio”, indica al sacerdote dándole la linterna.

“Mostro”, confirma Alberto sacándose el pantalón y revelando unas piernas de futbolista y un culo bien redondo que se oculta muy mal bajo el bóxer gris.

Juan regresa a su cuarto y al pararse junto a la cama, se quita toda la ropa.

“¿Ya te dormiste, Pedro?”

“No, aún no”.

Juan escucha que la puerta del fondo se abre. Él, entonces, se mete a la cama, y sin pensarlo dos veces aproxima su piel a la del invitado.

“Ya estás calatito, Pedrito”.

“Creo que por eso te ofreciste muy amable a que pasemos la noche aquí, ¿no?”

Juan sonríe en la oscuridad y se acuesta encima de Pedro.

“Ya la tienes parada, pendejo”.

“Tú igual: ya estás al palo”.

Juan besa en la boca a Pedro, quien acaricia la suave aunque no tan amplia espalda de su amante hasta llegar a sus redondos glúteos; comienza a masajearlos.

“Aguarda con el culo, huevón. Mejor chúpamela”.

Juan se arrodilla sobre el duro colchón y destapa a ambos. Pedro se pone en cuatro y comienza a mamarle el pene de unos 17 centímetros.

“Así… qué rico… trágate mi pichula”.

Juan está en lo mejor del sexo oral cuando siente un resplandor en su izquierda.

“Perdona que no encue…”

`´el, Pedro y el recién llegado se quedan de una pieza.

“¡Padre Alberto!”, exclama el acólito con sorpresa y miedo.

En segundos, los dos chicos sobre la cama sienten que el sacerdote se les aproxima y también se sube al colchón.

“Hagan de cuenta que no vi nada, pero déjenme participar”.

Juan no lo duda mucho.

“Chúpasela”, le pide a Pedro, quien tampoco parece dudarlo. Con cierto recato, toma la pinga de Alberto y se la mete a la boca. Aún está blandita… pero no tarda en ponerse dura.

“Chúpasela a Juan también”.

Pedro hace caso y termina alternando ambas pichulas en su boca, las succiona, las compara. La del Padre es casi tan grande como la de su amigo aunque un poco más gruesa… y lubrica como mierda.

Alberto siente que es hora de dar un nivel más arriba y se coloca detrás de su monaguillo, se inclina, le abre las dos redondas y duras nalgas y comienza a chuparle el culo. Mientras Pedro chupa la pinga a Juan, comienza a gemir. No tarda mucho tiempo cuando el trozo de carne duro e hinchado se mete poco a poco en las entrañas del chibolo a través de su ano dilatado. El Padre Alberto comienza a bombear hasta hacer sonar su ingle contra el culo de Pedro, quien continúa succionando la verga de Juan.

Al poco tiempo, el Padre saca con cuidado su miembro.

“Gózalo, Juan”.

El aludido entiende que es hora de meter su verga al interior de su amigo, mientras el sacerdote toma su lugar, y así sucede. La ronda ocurre por diez minutos más.

“Las voy a dar, las voy a dar”, avisa Juan mientras culea a Pedro, y sin más, suelta su leche dentro del acólito. Incluso luego de botar todo su semen, se mueve un poco más antes de sacar su pija algo morcillona.

“es mi turno”, anuncia el Padre Alberto, quien rápidamente (y casi atropellando a un satisfecho Juan) se coloca tras el culo de Pedro y le clava su pene erecto; se mueve con firmeza  y ternura hasta que siente el orgasmo inundar su bajo vientre.

“Me vengo, me vengo, cabrón”.

El Padre Alberto expulsa como medio litro de semen dentro del recto de Pedro, quien ahora yace en medio de sus dos cacheros de turno.

“¿Qué te pareció el trío?”, pregunta el sacerdote.

“Locazo”, responde el joven.

“Y pensar que yo venía a decirle a Juan que me indique bien dónde queda el baño”.

Y para terminar,mira una porno. 

The Lust Project 2.5

The next night, in the edge that Saturday turns Sunday, we mean, Evandro’s car parks at a 4-floor condo that looks like more clinic but painted in brick-red, not very far the building where he uses to park.

“And why don’t you look for a room around the residential?,” he asks while taking out the seat belt.

“I truly haven’t seen although they say there are good offers on Sunday’s classifieds,” Osmar answers.

“Yes, especially one saying: cowboy, cop, firefighter, marine, or baseball player. Section Relax.”

Osmar smiles and unlocks the seat belt.

“By the way, you should fix the marine’s that has a free thread that gives me no reliability.”

“If it goes you OK with that contract and you do what I advised, maybe you must not worry about these costumes.”

Evandro opens the door and pick down the car. Osmar does the same. The driver goes around and gets close to his friend until clapping his shoulder.

“What will you do with these costumes if it goes me OK with… Lust?,” Osmar asks with sarcasm.

“Alexis is not my option because Zaira checks him good, so I’ll come in Escalante mode – full casting.”

“Do you know, evan? I’d like to rent something like the apartment you live in, where there would be all that space to give shows without fears, much privacy, sleeping warmer, have the friends when I want, offering a coffee, a lemonade, a drink.”

Osmar feels the arm of his friend and partner around his neck.

“I’ll help you to look for and move. Now, let’s gho to…”

Evandro joins again his left index and bold, makes them beating. Osmar laughs. When coming to the rings board, the first one looks at the fourth floor while the second one searches the address on his cellphone to be sure of pressing the right button.

“Too quiet to be a party,” evandro observes.

“Maybe the condo’s rules.” Osmar supposes as he presses the 403. A little electronic bell sounds.

“You got it – we get to, appreciate, enjoy, and get back quicly to the residential,” Evandro reminds.

“Don’t tell me this pussy boy and his friends went to a disco.”

“Did he leave you any message?”

“None.”

Osmar presses the button again and the electronic ding-dong-dang sounds once again.

“Let’s go home better,” Evandro claims.

“Well, we came, appreciated, went.”

The couple of hunks don’t end to turn when a voice is heard like lulled in the intercom. Both see each other. Osmar gets close:

“Gee… bran?”

“Who’s it?,” somebody answers on the little speaker.

“Evandro and Osmar.”

“One second,” somebody replies.

Evandro tips his friend’s firm waist.

“This dork is already little drunk. Let’s go better.”

The electronic lock of the door sounds. Osmar sees his friend again.

“Let’s come in to see around,” he proposes. “If there’s nothing, let’s go.”

In two minutes or less, the two boys are already in the hallway of fourth floor, and in front of the 403. Osmar knocks the door, this opens. Gibran’s head slices up. His shoulder is bare.

“You came, guys,” the host smiles. 

sábado, 30 de octubre de 2021

La hermandad de la luna 6.10

En el G4G, Saúl se da por vencido y decide rebotar sobre el pene de Joey, quien mantiene la concentración… hasta que tocan la puerta. Ambos abren los ojos.

“Nuestros invitados”, comenta el velludo y corpulento amante.

Saúl se levanta con cuidado, y así desnudo, va a abrir. Juan, Alvin y Édgar ingresan al espacio. La revelación es el biólogo quien desnudo, efectivamente, luce un hermoso cuerpo esbelto y atlético, velludo, especialmente en la zona pélvica, pero con esa cara de niño bueno, probablemente, todo se le puede pasar por alto. Precisamente, Alvin es tomado como centro para hacer un círculo, donde él alterna besos con Joey a derecha y Édgar a izquierda, y, como si fuesen hormigas, el primero traslada el ósculo a Juan y el segundo lo hace con Saúl; finalmente, estos dos cierran el circuito. Siempre tomando a Alvin como referencia, Saúl y Juan le chupan el pene al mismo tiempo, lo que constituye una nueva revelación: dieciseis centímetros con venas por todas partes, buen grosor, aunque algo desviado hacia la izquierda, irrelevante pero detectable a un ojo clínico. Detrás de los feladores, los musculosos practican primero el beso negro, y cuando consiguen la dilatación, meten sus miembros insistiendo en no moverse; en todo caso, que se muevan los otros dos. Joey y Édgar cierran los ojos. Cuando Alvin los ve, excitado y sonriente, intenta lo mismo y siente fluir esa corriente por su cuerpo medio, y, cuando está a punto de eyacular, los abre, hace conttacto visual con esos portentos masculinos y sonríen mutuamente; los dos chicos le hacen señas para que acompase su respiración. Entonces, Saúl eyacula casi sin tener erección; deja de moverse, pero no pide que le saquen el pene de su ano. A continuación, sobre el sofá, Édgar se sienta y reclina como Joey lo hizo antes con Saúl; entonces, Juan se sienta sobre su pene erecto y se reclina. Alvin también penetra a Juan por el ano, y Joey se sienta casi sobre la cara de Édgar, quien le hace un beso negro mientras Juan se la chupa. Alvin entiende el truco: no moverse o moverse muy sutilmente. Juan termina derramando su semen sobre el abdomen de Édgar.

“¿Sexo tántrico?”, pregunta Alvin a Joey mientras esperan que Édgar se limpie el esperma en la ducha del camerino,donde también están Juan y Saúl.

“No sé cómo se llama”, admite el gladiador. “Solo sé que es alucinante”.

“¿Podremos repetirlo con tu amigo o… contigo?”

Joey sonríe, toma la cabeza de Alvin y lo besa en la boca:

“Cuando quieras”.

Mira un video. 

Tres cuartos de hora después, un minibús se detiene frente al portón de la finca. Tito desciende. Mientras el vehículo sigue su camino a Santa Cruz, el gladiador camina y su celular comienza a vibrar. El número es desconocido, así que no lo contesta. Tito toca el timbre y espera. Su celular vuelve a vibrar. El mismo número. Al fin presiona el ícono de contestar.

 “¿Tito? ¿Tito Carrillo?”

“Sí, ¿quién es?”

“Tito, soy Edú”.

El gladiador disimula su sorpresa.

“Ah, el nuevo amante de Christian Esteves”.

La portezuela del portón se abre. Tito se agacha, saluda a Carlos e ingresa.

“No soy el amante de Christian, Tito; no soy amante de nadie, y no te llamé por eso”.

“¿Entonces me dirás qué le pusiste al huevón de Christian que se desmayó en el GGG?”

“Tito, vale, deja los infantilismos, por Dios. Te llamo porque tengo en mi mano algo que puede interesarte, y que tiene que ver con algo llamado… Cruz Dorada. ¿Te suena?”

Tito se desconcierta, quedando boquiabierto, y Carlos trata de adivinar el gesto.

Mira otro video. 

Quince minutos después, Adán llega a casa, y encuentra la mesa servida con cuatro platos y a Flor preocupada.

 “No encontramos a Owen, tío”.

Por la puerta del fondo, la que conecta al gimnasio, Frank entra y camina hacia la sala comedor.

“Ni rastros”, avisa.

“Voy a buscarlo”, decide Adán, dando media vuelta y abriendo la puerta de la calle.

Cuando está a punto de salir…

“Hola, Frank”.

El aludido se asusta y queda pálido. Lentamente se da media vuelta.

“¿Dónde te habías metido?”, alcanza a articular el joven.

“Yo fui durmiendo”.

Owen, sonriendo, le palmea amistosamente su hombro izquierdo. Flor y Adán miran al pasillo como si hubiese aparecido un fantasma.


domingo, 24 de octubre de 2021

The Lust Project 2.4

“Well, Osmar, my first comment is, for your 33 years old, you look like 25 or less, and that genetic factor convinced us,” Escalante forewords. “We want you be the face and the body of Lust campaign, a male beauty products line. The features are a video comercial for TV and social media, comercial on video, and a photograph for banners, magazines, and even it was thought of a calendar. There are only two details I wanna ask you: you’ll appear naked on the features, and the payment is 1000 dollars for the video and 500 dollars for the photo. I know they aren’t the market prices but the brand just…”

For Osmar, the Maths are not too complicated to do. That job would allow him to have five basic remmunerations the gym pays him or three salaries he raise at the theater.

“I accept,” he interrupts.

“Osmar, look, I want you not to focus on the money – you’re gonna appear naked.”

“Mr Escalante, you know we, the actors and models, are prepared for this, and I said you I used to do nudes in my country. You saw my pictures and…”

“Sure, Osmar. But one thing is 20 seconds in a soap-opera, or posing in a local circulation magazine. Here the campaign is national, you’re gonna be watched ten times a day, I don’t know.”

“What am I gonna show in the nude?”

“everything but your bulge.”

“As I say you, I accept.”

“No regrets,” Escalante smiles getting comfortable in his sofa because his office is actually his apartment’s living-room.

Watch a video 

“1500 for showing your ass?,” Evandro smiles, his hands on the steering wheel, driving amid the peak hour somewhere Jose Pardo Avenue in Miraflores. “And have you to travel next next Sunday for shooting?”

“How much you think I should charge?”

“Only the video doesn’t go below 2000, if these fool bodybuilders whom nobody knew got naked and jerked-off for 2500 per video, Osmar. Per video! So, everyone easily raised their 7000 or 10,000 in one only shot.”

“But you know a bodybuilder, only in food and supplementation, doesn’t come below 350 dollars per month, and you told me right they didn’t have sponsorship. At least, I have incomes: the theater, the gym, these shows you get for me.”

“Don’t count the shows as a regular income.”

“Well, I already signatured, man. I already told Escalante we must go and come the same day and…”

“1500 for showing your big ass,” Evandro insists.

“The less in Venezuela is 40 dollars. Can you put it in perspective? Did I tell you that I have my parents and three brothers at home? Do you know how much they spend monthly? The half what I raise goes to Venezuela. It’s more than my two parents raise by working, and Lima is not cheap. Do you pretty alone survive here with 450 dollars per month?”

“Osmar, I don’t go for the life cost. I go because you bargained much, brother.”

“If I didn’t accept, I lost that contract.”

Evandro closes his mout when listening to such reason:

“Escalante is a dooper mother-fucker.”

“It’s not so, Evan. I told me his client is just launching the products and it doesn’t have much money for advertising. So, put on Mr escalante’s shoes too, don’t you?”

“And are we gonna argue for that faggot?,” Evandro smiles looking at Osmar.

“I don’t wanna argue with you. You’ve been my first true friend in Peru and…”

“And what?”

“I sabe a lot of money when you pick me up in your car.”

Osmar laughs aloud friendly and Evandro rolls his tongue out while both arrive to the theater.

  

sábado, 23 de octubre de 2021

La hermandad de la luna 6.9

En la casa de Tito, en Santa Cruz, Frank se ha vuelto a acostar con Flor, quien permanece bajo su cuerpo. La sábana y la colcha están sobre el suelo. Tras el coito frustrado por la puerta que se había golpeado al costado, más temprano, los dos jóvenes pudieron encender su líbido de nuevo y disfrutar de una larga sesión de sexo sin mayores pretensiones más que disfrutar. El clímax ha ocurrido hace segundos.

“Sácate el condón antes que tu pene se ponga blando”, pide Flor.

“Primero tengo que sacarte mi… bueno, mi….”

“¿Tu pene de mi vagina, Frank?”

“Qué poco romántica eres, ¿no?”, sonríe él.

“Las cosas por su nombre, querido mío”.

Frank se incorpora hasta quedarse de rodillas y saca el preservativo de su pene aún duro, le hace un nudito, y, bajándose de la cama, primero prende la luz, y luego lo coloca en el cesto de la basura.

“Si hiciera esto en mi casa, mi vieja ya estaría agarrándome a escobazos”, comenta el muchacho, quien luce su espectacular figura sin nada que lo tape.

Flor, quien tampoco se queda atrás, hablando en términos de anatomía llevada a la perfección, se le acerca, también desnuda y le besa la espalda salada debido al sudor.

“Vamos a bañarnos y luego a preparar la cena, si no, tío Adán se terminará comiendo la mesa”.

Frank ríe y gira para darle un beso en la boca.

“Oye, ¿y Owen nos habrá escuchado?”

“¿Por qué te preocupa si nos escuchó Owen?”, se extraña Flor.

“Mmmm. No sé. Tu viejo, fijo, nos vio”.

“Y siendo mi papi, no hizo nada; menos Owen”.

“Igual, no lo he escuchado toda la tarde desde que vinieron del gimnasio”.

Quizás esté ahí descansando. Bañémonos, hagamos la cena, y lo buscamos para comer”.

Frank la besa de nuevo.

Mira un video 

En el dormitorio junto a la caseta de vigilancia en La Luna, Owen está acostado sobre la cama y la ocupa toda irremediablemente; Carlos está sentado sobre su pubis, con todo su pene erecto metido en su ano sin hacer más nada que tomarse de las manos y mirarse a los ojos, sonriendo, iluminado por la pequeña lámpara de emergencia que está sobre el suelo. Ambos acompasan su respiración tratando de sincronizarla, sintiendo como una especie de corriente fluye deliberadamente en todo el medio de sus cuerpos. El pene de Carlos está erecto y goteando el coloide líquido preseminal sobre el liso y suave vientre de Owen. Gimen muy despacio, casi imperceptiblemente cuando espiran.

Mira otro video. 

En la salita del G4G, Joey prueba una variante, sentándose con la espalda algo arqueada pero apoyada en el sofá, y Saúl sentado sobre su miembro erecto, también en silencio, tratando de controlar la respiración, aunque aún no consigue poner duro su miembro.

“No siento nada”, reclama Saúl con cierta dulzura.

“Shhh. Concéntrate”, le pide Joey.

Mira otro video más.

En la finca, Owen se pone en cuatro patas manteniendo su espalda en una horizontal lo más perfecta posible mientras Carlos le mete la lengua entre  los glúteos y le lame el ano, con los dedos medio e índice izquierdos le masajea el perineo, y con la mano derecha hace suavemente lo mismo con su pene duro. Los dos respiran despacio y profundo procurando conservar la misma energía que fluye por el medio de sus cuerpos físicos. Luego, Carlos levanta su tronco y con toda la paciencia del mundo, lo penetra mientras le acaricia las caderas y la espalda como si en sus dedos tuviese plumas muy suaves. No hace el baile pélvico, pero siente cómo conecta con la otra persona. Es un increíble intercambio de placer, felicidad y plenitud.

domingo, 17 de octubre de 2021

El retorno al sitio prohibido del abuelo

Modelo: Luángel.
Fotos: Firdusi.


La gente piensa que la Especialidad de Historia es aburrida. Se equivocan. Puede ser más interesante de lo que sospechan, especialmente cuando hay verdades históricas que nos ocultan por falsa moral, para que no se nos derrumbe la imagen casi santificada de los primeros pobladores y esas cosas. Pero yo aprendí que ni los héroes eran tan santos ni los enemigos eran tan siniestros.


La cosa es que durante las clases virtuales, mi profe nos dejó realizar una monografía sobre algún hecho, personaje o sitio histórico. Mis compañeros optaron por trabajos que pueden hacer consultando Google o en los libros de la casa. Eso no está mal. Yo decidí hacer algo más osado.


Recuerdo que cuando era niño y pasaba vacaciones con el abuelo en el campo, me contaba historias de grandes guerreros, conquistadores. Ya saben, esas cosas que a uno lo hacen alucinar y poner rostro de sorpresa. Pero una tarde, uno de mis primos me dijo algo que despertó mi curiosidad: “Te voy a mostrar el sitio prohibido del abuelo”.


Yo tenía 14 o 15, mi primo sí 16 o 17. Como supondrán, a su sola mención, aluciné. ¿qué era eso del sitio prohibido del abuelo? 
“eso sí”, me dijo. “Le dices a tu vieja que nos vamos a deslizar en las dunas, ni por broma le digas nada del sitio prohibido”.
Acepté.


Al día siguiente, muy temprano comenzamos la caminata. Como hora y media avanzando por un camino de tierra. A pesar que lo atormentaba con preguntas, mi primo no me soltó más datos sobre el lugar. 
“Va a gustarte”, me repetía. 
Vestíamos ropa de deportes. Subimos una lomita y llegamos a una especie de pampita donde habían varias piedras, algunas paradas y medio raras. 
“son pingas”, me dijo mi primo. 
Yo pensé que me estaba hueveando, pero al acercarme mejor y examinarlas, pues sí: parecían pingas.
“Aquí los antiguos hacían una ceremonia secreta”, me explicó mi primo, “una orgía entre patas”. 
¿Cómo mierda podía ser posible eso? 
“Así iniciaban a los guerreros del ejército de los gentiles”, siguió contándome mi primo. 
“¿Y cómo era esa ceremonia?”, le pregunté notando que cierta euforia se apoderaba de su rostro, y viendo cómo el bulto en su short crecía mas y más. 
 “Pero… esa ceremonia solo es para elegidos”, me sonrió.
“¿Yo no lo soy?”, lo reté.
“No sé”, me replicó.
“entonces, ¿por qué me trajiste?”, le insistí.
“Para continuar la tradición”.
“¿qué tradición hablas?”


Me llevó hacia una parte de la explanada donde habían más piedras y se quitó toda la ropa. Estaba calato. Su pinga se puso al palo casi al toque. 
“Calatéate”, me dijo. 
No sé por qué, comencé a sentir una sensación extraña. No cuestioné. Me desnudé por completo. 
“Ven, guerrerito”, me dijo. Me le acerqué. Me tomó de los hombros y me empujó hacia el suelo, buscando que me arrodille. Mi boca quedó frente a su pinga que estaba lubricando como mierda. 
“Chúpamela, guerrerito”, me pidió. Se trataba de un pene grueso y cabezón, todo recto, unos 16 cm. Ni siquiera lo pensé. Comencé a mamárselo. Mi primo gemía.



Tras chupársela por buen rato, me hizo ponerme en perrito, se arrodilló detrás de mí, me acarició las nalgas, me las abrió. Me hizo el beso negro. Ya se podrán imaginar cómo mi cuerpo adolescente vibró, se electrizó, gozó. A continuación, puso su pinga en la entrada de mi ano y comenzó a empujar, metiéndolo. Sentí un poco de dolor al inicio, pero como estaba bien lubricado, entró como las huevas. 


Me bombeó por largo rato,yo disfruté. Tras varios minutos, él gruñó y yo sentí su miembro palpitar en mi recto. 
“Las di, guerrerito”, dijo. 
Fue la primera vez que me preñaban el culo.


Regresamos a casa, pero antes pasamos por las dunas donde nos revolcamos para que nadie sospechara. Obviamente ni loco se lo conté a nadie más, pero me quedó la curiosidad por el sitio prohibido. Averigüé todo lo que pude, pero no encontré información. Quizás por eso opté por esa carrera. En cierto modo supuse que al ingresar a la universidad, tendría acceso a más información pero nada.


Antes de la cuarentena conocí a un pata en la playa con quien nos hicimos amigos. Eventualmente terminamos tirando una noche de copas, una noche loca. Como su familia tenía casa de playa y ese fin de semana estaba solo, aprovechamos y terminamos haciendo todas las poses. Resulta que el pata es estudiante de Arqueología. Esa noche, después de disfrutar sus 17 cm en mi anito, y con menos borrachera, nos pusimos a hablar sobre historia, los documentos secretos, las crónicas españolas, cómo muchos caciques indígenas fueron quemados vivos por consentir la sodomía homosexual ritual, y me acordé del sitio prohibido. Le desperté la curiosidad.


Quedamos que regresaría en dos semanas para visitar la zona y registrarla, pero justo comenzó la cuarentena. Cagada la cosa. De todos modos, nos mantuvimos en contacto hasta que el gobierno dijo que se abrían las carreteras. Contra el consejo de su familia, se vino para el norte, y sin avisar a nadie más, hicimos la excursión. Pasé la voz a mi primo pero no se animaba. Él ahora tiene 21 y ya se acompañó, encima tiene un bebito. Pero me dio indicaciones para llegar.


Caminamos entre la arena y llegamos. Ahí estaban las piedras. “Rituales de fertilidad”, dijo de inmediato mi amigo. Una energía inusual se apoderó de mi cuerpo, como si algo me llamara. “Ven”, le dije. Él estaba tomando fotos a las piedras y sacando su GPS para hacer registro, y lo dejó todo por seguirme.
Lo llevé donde mi primo me llevó, y le dije que hiciese lo mismo que yo. Me quedé calato. Él hizo lo mismo. Su cuerpo delgado pero fibrado lucía rico. Su pinga ya estaba al palo. Tomó su cámara y me hizo una sesión de fotos que aquí se las comparto. Cachamos allí en medio de fantasmas, viento, arena y recuerdos. Me la metió por el culo. Se vino tres veces seguidas. Me había dejado tanto semen dentro que, cuando me puse de pie, se me escurrió por las piernas. Inexplicablemente, él se arrodilló y me lo limpió lamiéndome el cuerpo. Regresamos. Lástima que se nos olvidó fotografiar cómo me metía su pinga.


Todavía quedan muchos cabos sueltos en mi monografía. Por ejemplo: si mi abuelo izo la ceremonia alguna vez, cómo mis tíos se llegaron a enterar, quién de ellos se lo contó a mi primo. Y lo más fascinante: cómo fue antes de mi abuelo. Por supuesto, la cosa es cómo plantearé mi monografía para que mi profe no se dé cuenta cuál es el enigma del lugar, pero ya me las ingeniaré.

The Lust Project 2.3

“He went to see the stallions, I tell you,” evandro almost overreacts in his blue Yaris with a pop song in the background, maybe Backstreet Boys.

“And what about if that was the issue, man?,” Osmar smiles at him. “Neither he saw us naked in the backstage.”

“Sure indeed, dork, because he has got everything during the play. I bet you they do give you the job.”

“Fuck! I prefer not to make illusions.”

“I know Escalante, Osmar – it’s his modus operandi.”

“Based on that theory, then he went to see me, don’t you believe?”

“Fuck him, dork. Fuck him! It’s the only way you leave poverty.”

Osmar prefers to smile.

Watch a video 

The next morning, Friday, when Evandro finishes his training session, the boy who has congratulated him the previous morning while taking a shower gets him close.

“What’s up, champion?,” the aactor greets.

“I couldn’t go to the theater – I wanted to see the play again.”

Osmar gets both close.

“Don’t worry,” Evandro continues smiling. “The season follows until the end of month, so you easily can go wherever you can.”

“You ready, Gibran?,” the trainer greets at least. “Today is legs day.”

“Guys,” the boy clears throat. “As you are here, I’d invite you to a meeting in my house tomorrow night. Don’t you gotta do anything Sunday morning or what?”

Evandro and Osmar see each other.

“Sleeping late,” the first one answers.

“Well, I’d like to invite you, just in case you can go.”

“Is it any type of celebration in special?”

“My birthday,” Gibran blushes.

Evandro and Osmar see each other again.

“Well, leave me your address with this big hunk and we’ll come around tomorrow.”

“May you, seriously?,” Gibran excites.

“Yes, we may,” Osmar confirms. “But first, we’re gonna work out your calves, tights, and ass. Do you agree?”

“Great!,” the granter enjoys, as he goes to the lockerroom.

Hiding, Evandro joins his index and bold left fingers and make them beating as he looks at Osmar who shakes his head and smiles as he is on his way.

“Go taking a shower,” he notifies his trainee before.

Watch another video 

The Osmar’s work time at Steel Fit Gym officially begins at six in the morning, although he actually arrives half an hour before (the most with Evandro after jogging from the building where they live) for cleaning a little and getting ready to have the first pupils. Just before six, he takes advantage to taste the first portion of his breakfast. Then, he tries the next portion around nine or ten when the trainees load has fallen a bit. If he has two or three pupils, he takes the time to train until before noon when he takes a shower and has lunch with other portion in the gym’s mini-kitchen. If not, he will wait for time gets over at two, taking advantage the other trainer comes in, to do his routine, taking a shower, and just tasting the portion at four.

That Friday is one of these days when after nine, he has six new pupils, so he can’t uncare and he has to monitor them mandatorily. So he gets no more remedy than training at two in the afternoon.

While he takes the shower at the gym, he thinks of two things: first, since his arrival to Peru, pleasures that he initially could enjoy at his home like the bath, he has to do it now at a public space – and, secondly, that after eating his fourth daily portion, he has to get back the building to organize his bedroom a little for eating his fifth portion at six and a half, then the last one already at the theater, where he arrives at nine, three quarters of hour before the curtain opened.

At four in the afternoon, people just begin to come in the facility, so it’s impossible not matching two or three trainees in the lockerroom who Osmar greets with kindly and he takes off the towel. He doesn’t care if they see him as God generously brought him to life. In fact, he has learned that modesty is a very focused concept, that only must be respect and promote in public spaces, but in private, or at the theater or in front a camera, the nudity is the most natural. Even, when he is closed in his bedroom, he prefers going nuts.

The fact is, after going out the shower and dressing on, he turns on his cellphone and a lot of notifications begin to come in. A same number tries to get him. He calls back.

“Osmar! I’m trying to pick you up,” somebody says him on the phone.

“Yes, Mr Escalante, it’s I was training, I was in the shower, and…”

“Doesn’t matter, bro. Come to my office when you just can because I need to talk with you.”

Will it be Evandro matched his forecast?, he thinks.

  

sábado, 16 de octubre de 2021

La hermandad de la luna 6.8

Las noches del domingo en el G4G no son ttan concurridas como las de la víspera, pero tampoco hay mucho espacio libre. Saúl entra al gran salón y mira satisfecho que, a pesar de los últimos y raros acontecimientos, la clientela no ha mermado.

“Hola, Tony”, le topan el hombro.

Saúl gira y se encuentra con el rostro sonriente de un tipo alto como él, ojos claros, cabello crespo corto y con grandes entradas, camiseta pegada que dibuja una trabajada musculatura.

“¡Joey! ¿Pero que´significa esto?”

Ambos ingresan al saloncito privado. Saúl enciende la lámpara en una mesa.

“¿qué les pasa que, de pronto, decidieron incumplir el trato?”, reclama el anfitrión.

“No es por molestarte”.

“Lo mismo me dijo Édgar anoche, y todo terminó con Chris nuevamente colapsado en el hospital”.

“Sí, me contaron”.

“¿Qué se traen entre manos? Primero, Chris regresa, luego trae a Manolo; ahora ustedes”.

“¿Por qué dejaste que Christian regresara?”

“¿Acaso no lo sabes? Casi me hace un escándalo. Le dije que me reservaba el derecho de admisión, y me mandó una carta notarial diciendo que si le negaba el acceso, me denunciaría aplicando el artículo no sé cuantitos del código no sé cuantote. No niego que paga su cuenta, pero jode”.

“Te entiendo, y créeme que yo mismo no quiero estar aquí, pero es Christian precisamente lo que me trae. ¿Dices que solía venir con Manolo?”

“Casi semanalmente, incluso la noche en que supuestamente lo asesinaron”.

“¿A qué te refieres con supuestamente?”

“Es un decir.

“¿Viste si había algo raro entre ellos esa noche?”

“Ay, Joey. No creerás que Chris es el asesino. Ese muchacho podrá ser todo lo antipático que quieras, pero asesino, no. Incluso esa noche estaban con arrumacos y besitos, y casi cachan en el privado. Si me preguntas por un sospechoso, podría hasta ser yo, y ganas no me faltan por lo que ya sabes; pero Chris, no”.

El otro hombre mete la mano a su bolsillo (con cierta dificultad) y saca la bolsita plástica.

“Éstos son los condones que hay en la máquina del baño, ¿cierto?”

Saúl toma la bolsa y la examina.

“¿Quién le puso ese papel con el nombre de acá?”

“No lo sé”.

“Sí, es la marca que hay en el dispensador; pero, ¿cómo sé que son los de esa máquina?”

El hombre solo sonríe al darse cuenta que el uso de la prueba no prueba nada, y decide llevar el cuestionario por donde comenzó:

“Supe que Christian vino después de que encontraran a Manolo muerto. Se desvaneció, ¿cierto?”

“Sí, estaba con un venezolano que se hizo humo, igual como el negro del sábado que apareció como fantasma y se fue lo mismo”.

El hombre se extraña.

“¿qué venezolano?”

“Ay, no sé, Joey. ¡Ah! ¡Sí! Edú

El hombre se queda perplejo.

Mira un video. 

En la salita de espera, en el laboratorio de análisis clínicos, Juan García se reúne con otro sujeto alto y muy atlético, ojos claros, cabello corto crespo y negro, iluminados únicamente con el haz de luz que entra desde la sala donde se realizan las diferentes pruebas.

“Sí, Édgar, sí estoy enterado del caso, pero no puedo hacer nada porque no tengo jurisdicción: mientras la investigación se desarrolle en La Santita, no hay mucho que hacer; a menos que la Junta de Fiscales lo derive acá a Collique. Y aunque ello pasara, la probabilidad de que llegara a mi despacho es remota porque todo depende de que me lo asignen o no. Y hay un asunto más grave aún: fui amigo de Manolo, así que no sería ético que yo investigue ese caso como fiscal; ¡me recusarían en primera!”.

El otro hombre se desilusiona.

“¿Tampoco se puede saber qué fiscal tiene el caso en La Santita?”

“¡Ah! Eso es sencillo, hasta creo que me lo sé de memoria: la doctora Dolores Salvavera”.

“Podemos hablar con ella, ¿no?”

“No, Édgar. No se puede hacer eso a menos que seas una de las partes en el proceso, y tú no lo eres”.

“Pero yo fui su empleado”.

“A lo mejor te llamarán como testigo, pero eso no significa que seas o la parte agraviada o la parte agraviante: solo ellas tienen acceso a la carpeta fiscal”.

“La justicia es una vaina, Juan”.

“La justicia, querido Édgar, tiene plazos, partes y reglas, y todo eso se llama Leyes. Escúchame: yo no puedo intervenir abiertamente en ese proceso porque me sancionarían, pero sí puedo orientarte como profesional en Derecho, de manera extraoficial, obviamente”.

“¿Y cómo te lo pagaría? Eso cuesta”.

Juan extiende su mano a la entrepierna del hombre:

“Tú sabes cómo me doy por pagado”.

Alvin Saldívar sale del salón de análisis. Ya no tiene su bata blanca; solo una camiseta y una pantaloneta manga larga sintética ceñidas y zapatillas. El chico también tiene un cuerpo atlético: brazos formados, torso bien esculpido, nalgas redondas, piernas con cierto volumen.

“Disculpen, ¿demorarán aún?”

“Estamos negociando los términos”, responde el fiscal aún con la mano en la entrepierna del otro hombre.

Alvin sonríe. Súbitamente suena un celular. El hombre atlético recién llegado saca el suyo y contesta.

“Habla”.

“¿Terminaste con el fiscal?”, le dicen por el auricular.

“Más o menos. ¿Tú?”

“Sí, ya. ¿Tienes ganas de un trío?”

El hombre mira a Juan:

“¿Podrá ser cuarteto?, dice al teléfono.

Espera unos segundos. Alvin carraspea y comienza a sobarse la entrepierna. El hombre sentado sonríe.

“Mas bien quinteto”, dice al teléfono.

Espera otro poco de segundos.

“Ya, vengan”, le responden.

  

miércoles, 13 de octubre de 2021

What do you think about a bisexual Superman?

Although many say it’s about a bluff, the true is Superman declares himself as bisexual. What happened to Clark Kent? Doesn’t he satisfy only with Lois Lane?


It’s not about the traditional Steel Man who spent for over than 80 years with our grandfathers and fathers wondering admiration and, why not, maybe some envy. Who haven’t be handsome or muscular as Kal-el?  But let’s think of you – haven’t you ever wanted to know what a treasure hides underneath that pretty tights? Is he well endowed? May he have pubic hair? And if he may, would he shave it?

Well, coming back to the spot, the fact is Clark and Lois had a kid named Jonathan, John in short, who is too stressed and that’s how he ends meeting Jay Nakamura, a photoreporter who cares him, whom apparently breaks out an erotic relationship, at least. Very convenient to be a photographer, doesn’t it?

According to DC Comics, owner of Superman and League of Justice franchise, the story is available in the U.S. since November 2021 and it’s an effort of one of its character developers ssearching for the superheroes don’t only perform values like justice and hope for all the humankind, but also turning in mirrors which all the fans can see ourselves.

It’s not the first DC character who gets out the straight template wrongly linked to virility. Some years ago, Batman’s partner Robin also declared he’s bisexual (despite many bet all their coins there was a little bulge caressing among them, at least), and its competitor, Marvel, is also betting to characters whether if they’re bisexuals, gays, or lesbians.

We think this is excellent that under those points of view, the Superman Jr sets as bisexual or gay and breaks down right now that stupid stereotype that to be a great hero, you gotta be exclusively straight. Just in case, aren’t there homosexual or bisexual heroes  in our communities who are reference of courage and power?

But what do you think about it? Some of our users also think it’s good news, and there is one who has appointed to try the ass of Clark & Lois’ son. Will it be pretty soft? Will it be steel? Definetly, these asschicks do must be pretty hard, don’t them?. So, what do you think?

Comment in the comments box, our Twitter or at hunks.piura@gmail.com

Oh, we leave you with a related pornfantasy. 

¿Qué te parece un Superman bisexual?

Aunque varios digan que es un truco de publicidad, lo cierto es que Superman se declara bisexual. ¿Qué le pasó a Clark Kent? ¿Ya no se satisface solo con Lois Lane?



No se trata del tradicional Hombre de Acero que por más de 80 años ha acompañado a nuestros abuelos y padres despertando su admiración, y, por qué no, quizás hasta cierta envidia. ¿Quién no ha querido tener la pinta o el físico de Kal-el? Pero pensemos en ti, ¿nunca has querido saber qqué tesoros se esconden detrás de ese traje pegadito? ¿Qué tal la tiene Superman? ¿Tendrá pendejos? Y si los tiene, ¿se los rasura?

Bueno, regresando al asunto. El caso es que Clark y Lois tuvieron un hijo al que llamaron Jonathan, John en versión corta, quien anda con un estrés de los mil diablos y en eso termina conociendo a Jay Nakamura, un reportero gráfico quien lo cuida, y con quien aparentemente surge una relación, al menos, erótica. ¿Bien conveniente que sea un fotógrafo, no?

Según la editorial DC Comics, dueña de los derechos de Superman y la Liga de la Justicia, la historia está disponible en los Estados Unidos desde noviembre de 2021 y es un esfuerzo de uno de sus desarrolladores de personaje por buscar que los superhéroes no solo representen valores como la justicia y la esperanza para toda la humanidad sino que también se conviertan en espejos donde toda la fanaticada nos podamos mirar.

No es el primer personaje de DC que sale del molde heterosexual equivocadamente asociado a virilidad. Hace unos años, Robin, el compañero de Batman, también se declaró bisexual (a pesar que muchos apuestan todas sus fichas a que entre ambos, por lo menos, hubo una tocadita de paquete) y su competencia, Marvel, también está apostando a personajes que son o bisexuales, o gays o lesbianas.

A nosotros nos parece excelente que bajo estos puntos de vista, el Superman Junior se plantee como bisexual o gay y rompa de una buena vez ese estereotipo estúpido de que para ser un gran héroe o heroína tienes que ser exclusivamente heterosexual. ¿Acaso no hay héroes homosexuales o bisexuales en nuestras comunidades que son ejemplos de valor y fortaleza?

Pero, ¿qué te parece a ti? Algunos de nuestros usuarios piensan también que es una buena noticia, y ya hay uno que se ha apuntado a probarle el culo al hijo de Clark y Lois. ¿Será suavecito, será de acero? Definitivamente esas nalgas sí deben sser duritas, ¿no? Entonces, ¿qué opinas tú? Comenta en la caja de comentarios, en nuestro Twitter o a hunks.piura@gmail.com

            Ah, y te dejamoscon una fantasía porno alusiva. 

domingo, 10 de octubre de 2021

The Lust Project 2.2

“He he asked it to me on Monday,” the trainer explains now making up in front of the mirror to perform Matthew.

“And did he wait three days for reacting at most?,” Evandro wonders beside him. “Well, he saw me naked, already. It seems he wanted to do it.”

Alexis sits down naked in the other chair to clean his face.

“Thank he was well-mannered. I had one who fisted me up by my ass at the gym without a cause,” the hairy man confesses.

“I do remember,” Osmar adds.

“While they come in and pay for his ticket, I don’t mind they even touch my bulge, damn it,” Evandro intervenes.

Zaira gets into.

“Third call, guys. On your marks.”

Watch a video. 

When John and Matthew come in the bedroom enlightened with a yellow light, almost trending to ocher, and pretending they are looking at four walls, Osmar thinks to recognize somebody in the public because of the fleshlight. He clears throat and gets back immediately to his character.

“It’s beautiful!,” John exclaims. “Fresh and compfortable too.”

“It’s good you like it because it will be your bedroom during the whole time you spend here.”

John approaches to the window and looks outside.

“Beautiful sunset.”

He begins to strip.

“What do you do, brother John?,” Mathew wonders.

“They say the water here is fresh – I’ll take a pretty shower,” he reacts very happy.

“Then, I retreat.” Matthew opens the door and leaves the bedroom. When he walks to the stage machinery, where evandro waits for his mark to enter like Luke, Osmar, already out of character, gets him close:

“I think

“It doesn’t matter. Don’t unfocus me.”

Evandro advances to the door and waits for his line to come in. Osmar breathes deeply and thinks not to let unfocusing neither.

That night’s play ends in other cheering. While the three actors take out the bathrobes, and are ready to dress their real clothes on, Zaira comes into the wardrobe:

“81 percent of attendance, first notice.”

“And the second one?,” Alexis wonders while he cleans amid the buttocks again.

“Or you take in the bathrobes or you dress up in five seconds because Arnold Escalante comes here to say you hello.”

Osmar looks at evandro while Alexis gets indifferent. Zaira comes out for an instant.

“It’s what I tried to say you, Evan.”

“And what about it, Os? I already told you what the key with him is.”

Zaira comes in with Escalante, very excited:

“Terrific, guys!”

The casting director shakes hands and hugs every talent.

“So, what do we deserve his royal lowness’ visit?,” evandro kids.

“We’d say that a little bird put this reference on his casting form, and… I decided to come around.”

“It must be a Caracas pidgeon, isn’t it?,” evandro continues ironic while he looks at Osmar.

“Don’t be jealous, Cruzado.”

“No, I don’t,” Evandro replies. “I’m happy more people come here to see the play and I truly thank you… and I think I speak on behalf of everyone.”

The other two actors and Zaira agree.