domingo, 31 de enero de 2016

La Agencia (9)

Por Hunk01

 

Rodrigo y el taxista peinaron la carretera de Colán a Piura sin éxito. Ya había amanecido. Entonces, Rodrigo ordenó al taxista que lo llevara a la pensión de Lugo. Si sus cálculos eran correctos, podía llegar con un retraso de cinco minutos y podría aclarar qué cosa había pasado.

Llegaron a la calle. Estaba desierta –era domingo por la mañana-, y solo paseaba un panadero en su carretilla.

Rodrigo seguía sentado dentro del taxi, y su conductor se preguntaba en qué momento terminaría aquel suplicio, pues quería irse a dormir.

Nada de Lugo.

Entonces, Rodrigo se percató que en la esquina había un vendedor ambulante de periódicos. Eran las seis y media. Pidió al taxista que espere, y caminó hasta allá. Si bien el canillita había llegado como a las seis y diez, no vio ninguna camioneta, ni taxi, ni nada que se le pareciera.

Rodrigo regresó al taxi. Sacó su celular. ¡Qué estúpido! Llamó a Lugo. Apenas entró la llamada, le cortaron. Pasó dos veces más.

Rodrigo intuyó que no era momento para hablar. Pidió que lo regresaran a su departamento.

Subió, y apenas vio su cama, quedó profundamente dormido.

XXX

Eran las cinco de la tarde del domingo, cuando Rodrigo estaba en su cuarto repasando su libreto. La novela estaba recién a mitad de camino, y el lunes tendría una pequeña escena sin desnudo.

Sonó su celular. Rodrigo pensó en Lugo, vio el número. No le era familiar.

-          ¿Aló?

-           ¡Rodrigo, pata! Soy Santiago. ¿Qué haces ahora?

-           Preparando la escena de la confesión.

-           Jajaja. Yo te tengo una confesión de la vida real. ¿Podemos vernos?

Rodrigo invitó al moreno santiago a su departamento, y en cuestión de una hora estaba tocándole el timbre.

-           ¿Qué vas a confesarme, Santi?

El moreno musculoso vestía un polo pegado, un short y zapatillas. Al sentarse, parecía que la ropa iba a estallarle.

-           ¿Recuerdas las imágenes filtradas?

-           Carajo, santiago, no me digas que fuiste tú.

-           ¡Tranquilo! Para nada. Yo quiero salir de este circuito triple X de mierda y hacer cosas más serias; pero esta huevada te encasilla. Ya tengo diez años de calateo, de meterla, sacarla, de expulsar leche. ¿sabes? Tengo una hija de tres años, y me jodería que sepa que su viejo es un actor porno.

-           Entonces, si no fuiste tú…

-           Mira: en este negocio si no cachas con los de arriba, no consigues nada. Anoche me lo comí al productor, y terminó confesándome que él ordenó a Ronny que filtre las imágenes.

-           ¿está loco ese reconcha su madre?

-           Rodrigo, es práctica común filtrar imágenes a la prensa para ir haciendo publicidad gratis, y con eso jalar más plata a la producción. Ahora dicen que la cadena va a pagar más por la novela porque ya se generó expectativa y las suscripciones en el cable están aumentando.

-           ¿Pero por qué filtraron mis imágenes?

-           Porque el estudio tiene planes contigo. Así de simple. Tú serás su próxima estrella.

Rodrigo no sabía qué sentir. Recordó que lo había perdido todo por aceptar ese trabajo: universidad, familia, y quizás la amistad de Lugo.

-           Santiago, ¿por qué me dices todo esto?

-           Para que estés prevenido, Rodrigo. Para que cuando negocies, sepas cuánto le importas a los ejecutivos. Para que seas inteligente. Yo que tú, a esta hora, ya me habría conseguido un agente.

Santiago guiñó su ojo, palmeó el muslo amplio de Rodrigo, se levantó y, tras despedirse, se fue.

XXX

En la escena de la confesión que Rodrigo había ensayado, el personaje de la vedette le iba a decir quién había robado el dinero de la protagonista en la novela. Más que carga erótica, requería de carga dramática. El problema era que Rodrigo no conseguía poner la cara de indignación que el director esperaba.

Grabaron la escena ocho veces, sin resultados, y querían salir de ella para no retrasarse con los plazos de producción. Un nuevo “¡corten!”.

-          Muchacho, vas a hacer esto: te acaban de confesar algho crucial en tu vida, algo que la va a cambiar. Quiero esa expresión. Concéntrate. ¡a grabar!

A la voz de acción, la vedette repitió su parlamento. Entonces, Rodrigo pensó en lo que le había contado santiago la tarde anterior, el episodio de la discotecca con Lugo, la carta de su padre, la expulsión de la universidad, las llamadas de atención. Sintió que su rostro se calentaba. Miró a la vedette con furia. ¡rugió con furia!

Todo el equipo de producción estaba dando la toma por perfecta, cuando vió con terror cómo Rodrigo se acercaba a una de las cámaras, la tiraba al piso con rabia, logró alcanzar al aterrado camarógrafo y le dio una golpiza que fue necesario  que tres empleados en el estudio lo sacaran de allí.

La vedette llevó a Rodrigo a su camerino, lo desvistió, lo forzó a tomar una ducha fría, y se quedó con él en silencio.

Tocaron la puerta. Era un asistente de producción.

-           Rodrigo, el estudio te pide que regreses a tu casa por una semana mientras evaluamos qué haremos contigo.

Rodrigo se paró, miró con rabia al empleado, tanto que la vedette tuvo que ponerse como escudo. El actor solo atinó a sacarse la toalla, y así desnudo se fue caminando por el pasillo en dirección a la puerta.

Antes de salir en pelotas, se dejó caer junto al portón de entrada. Se encogió sobre el frío y rugoso suelo, y lloró con amargura.

 

(CONTINUARÁ)

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