martes, 17 de diciembre de 2013

Anselmo (11)

ACONSEJAMOS DISCRESIÓN DEL LECTOR: Algunas escenas que presentamos a continuación son inapropiadas.

 

Por: N-Azz

 

Anselmo abrió los ojos.

No era la pared de adobe de su casa, sino un muro liso, bien acabado, color tierra.

Estaba desnudo y erecto.

 “Levántate, perezoso”.

Era Martín en tono cariñoso.

Anselmo se asustó y se sentó, intentando cubrir su cadera desnuda, y algo de su vientre bien formado.

Su padrino sonrió.

“anda, tontito. Soy yo. ¿Cómo dormiste?”

Martín vestía un bibidí blanco y un pantalón corto del mismo color, ajustado, que le marcaba los muslos amplios. Estaba sentado a su costado.

Martín movió su trasero para sentarse más cerca de Anselmo. Leacarició su mejilla izquierda.

“tranquilo. Perdóname por lo que te hice en tu casa. No debió pasar, pero no me pude resistir. Eres muy guapo, pero todavía estás muy chiquillo para hacer el amor”.

Anselmo seguía sentado sobre la cama, con la sábana cubriéndole las piernas y la cadera. No sentía miedo, sino algo raro, entre rabia, frustración, añoranza y esperanza. Su miembro estaba semi erecto.

“´¿Por qué me trajo?”

“Te dije que en tu pueblo no tenías futuro. Aquí es distinto. Todo está cerca”.

Martín tomó sus manos, y se inclinó para besarlas.

 “Nadie te hará daño. Tendrás todo lo que necesites. Eso sí, aquí no estás de vacaciones. Trabajarás como todos, pero no te exigiré como a los demás”.

“¿Trabajar de qué?”

“Atender gente, llevar cuentas. Vigilar que ningún pendejo me robe”.

Martín volvió a besar las manos de su ahijado.

“Cuando cumplas 18, veremos qué harás.  Lo que sí te prometo es que nadie te tocará… ni siquiera yo”.

“Ya pues”, respondió Anselmo, sin mucho ánimo, bajando la mirada.

“eso sí, cualquier pregunta, házmela. sé de sexo más que el proppio Zulú… es más; yo le enseñé”, remarcó el padrino, guiñándole el ojo derecho, y besándole las manos por tercera vez.

Anselmo se tranquilizó. Incluso su erección había desaparecido.

“Haremos cambios. Afortunadamente estás sano por fuera. Pero, harás pesas como todos nosotros. Mmmmm. Dejaremos de llamarte Anselmo. Ese nombre no vende acá”.

“pero me gusta mi nombre”, reclamó Anselmo en voz baja.

“es decir, entre nosotros normal. Pero ante el resto, debemos llamarte de otro modo, como Kike, Febo, Zulú o Zack”

“¿No se llaman así?”

Nuevamente, su padrino  le besó las manos.

“No. Zack es bueno buscando nombres. Le diré que te busque uno. ¡Igual que los artistas! ¿Sabías que nunca usan su nombre real?”

“No, pero ¿los cantantes de cumbia?”

“Artistas, dije… no te extrañe si alguno aparece por acá, pero son tan monses que usan sus nombres reales. Lo que suceda en Alpha Male se queda en Alpha Male”.

“¿Y qué significa eso? ¿Alguien se llama así?”

“la verdad no sé. Zack le puso el nombre, porque antes era Caprichos, pero él dijo que no vendía, y lo cambió. No sé si es el nombre, pero empezó a venir más gente”.

Martín se sonrió.

“Mi mamá me puso Anselmo”.

“Créeme. Entenderás por qué’s necesario el cambio”.

Martín se acercó y lo besó en la mejilla.

Anselmo sintió la dureza de un cuerpo firme, y un cosquilleo producido por las barbitas de la mejilla de su padrino.

“Escucha: estás acá porque me gustas. Pero todos debemos chambear pa’que vivamos bien. Báñate, desayuna. Piensa en que eres el chibolo más rico de esta casa”.

Martín se puso de pie, y salió del cuarto.

Entonces,  se dio cuenta del espejo de cuerpo entero que estaba al costado del calendario.

Bajó de la cama, así tan desnudo como despertó y se colocó frente a su imagen reflejada.

Miró sus formas, y se comparó con el modelo. Pectorales amplios, brazos fuertes, abdomen plano, pero sin muchos cuadritos. ¿Cómo serán sus piernas? Las suyas eran torneadas. Su miembro, que estaba relajado, otra vez iniciaba su crecimiento. Su escroto era largo, como el de elías. Su vello púbico comenzaba a invadir el centro entre sus ingles.

La puerta se abrió súbitamente.

Anselmo se asustó.

“todavía no te bañas, ¿verdad?”

Anselmo recuperó el aliento, y se sonrojó. Entonces comenzó a reírse despacio.

Kike lo vio de los pies a la cabeza, sin obviar espalda, trasero y miembro.

“disculpa: ¿Sabes? Tienes un cuerpo bien bonito”.

“Gracias”.

Kike tragó saliva: “Ponte la toalla. Vamos a que te bañes. Preparé un rico desayuno”.

Anselmo se rió abiertamente: “Ya pues”.

Cogió la toalla, el jabón que lo extasiaba, y salió con Kike, quien sentía una fuerte opresión en la parte delantera de su pantalón, que su ropa interior disimuló eficazmente…

 

(CONTINUARÁ…)

 

© 2012, 2013 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí. SIEMPRE PRACTICA SEXO SEGURO.

Texto producido con el Método Writting Fitness. Más información aquí.

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