lunes, 24 de marzo de 2014

Anselmo (24)

ACONSEJAMOS DISCRESIÓN DEL LECTOR: Algunas escenas que presentamos a continuación son inapropiadas.

 

Por: N-Azz

 

CAPÍTULO 24

“¿Nombre?”

“Segundo Ismael Narváez Olaya”.

“¿Edad?”

“21”.

“¿Cumplidos?”

“Sí, en mayo”.

“Bien. Dame tu brazo. Quieto  ¿sí? Bien… flexiona tu brazo. Mantennlo así por cinco minutos. Es todo”.

El chico vestido con bata blanca puso el tubo con la sangre en una gradilla. “¿Siguiente?”

“Jorge Luis Pérez Roca. 25 años. Cumplidos en julio”.

Zulú estaba en el extremo de la cocina, sudando, aunque no hacía calor.

“¿Jo’ge Luí’? ¿Y de’ónde se llama M’a’?”

Don Martín miraba la escena, como supervisando.

“¿Y de dónde te llamas Zulú?”

 “El’ij’e puta de Zá’ me lo puso”.

“¿Siguiente por favor?”

“Zulú, sigues tú”, apuró don Martín.

“P-p-pero ¡yo’jtoy sano! ¿No me vé’?””

“no me digas que te cagas de miedo por una aguja”.

“No. Que va. Pero, pero, no’é necesario pué’”.

“Por favor, señor”, requirió el embatado.

Don Martín prácticamente cogió a Zulú por sus brazotes,lo empujó y lo sentó a la fuerza, muy a pesar de sus protestas.

“¿Nombre?”

“¿Delant’e tó’?”, protestó el moreno sudando mucho más, tanto que su camiseta se pegó a su bien marcado cuerpo.

Don Martín pidió que Max y Febo salieran de la sala de la televisión. Los dos no se fueron muy lejos, pues cruzaron el pasadizo y se sentaron en las bancas del gimnasio.

“¿Nombre?”

“¿No hay nadie, ¿no?”

“¡Ya carajo! ¿Vas a colaborar con el señor?¡? ¡No tenemos toda la mañana!”

Don Martín comenzaba a perder la paciencia.

Mientras tanto, en el escenario del Alpha Male,con cortinas cerradas, Baco estaba solo. Comenzaba a imaginar cómo sería su actuación cuando le tocara tener sexo frente a unas 150 personas.

Estaba recostado en el mismo sofá donde Zulú, Febo y el ausente Zack enloquecieran al público un mes antes.

¿Quién sería el compañero de escenario ideal para él?

No negaba que Zulú le era atractivo, pero despreciaba su actitud. Apreciaba a Febo, pero compadecía el hecho de que negara a su pueblo. Obviamente, Kike sería de confianza, pero su padrino lo había vetado debido al VIH. Max era el que quedaba. Sin duda, él sería el compañero sexual ideal, pues le parecía lo más cercano a su añorado Elías… pero no era Elías.

La nostalgia quizo raptarlo. Entonces se repitió mentalmente que Anselmo debía quedar atrás, debía ser fuerte y afrontar este nuevo destino.

Si sus compañeros se habían acostumbrado a hacer del sexo una forma de vida, ¿por qué él no?

Súbitamente, Kike entró y se sentó a su costado.

“Wáshington Saldívar Barros, alias Zulú”.

“¿Cómo?”

“El nombre verdadero del vergón. 22 años. Están tratando de sacarle sangre”.

Se oyó un grito desgarrador de dolor.

“parece que ya lo hicieron”.

Kike se rió.

“Yo también quiero saber si estoy positivo”.

“Seríamos dos. Pero, ¿has tenido sexo ya?”

“Cuando lo hice con Elías no nos protegimos”.

“Pero lo hicieron una sola vez”.

“Los papelitos que trajiste dicen que basta un solo contacto para estar contagiado”.

Baco se acercó y abrazó a Kike, quien reaccionó con miedo. “¿Qué haces?”

“Los papelitos dicen que si te abrazo no me contagio. Sólo si tenemos sexo sin condón o si me pasas tu sangre”.

Kike sonrió y se acurrucó en el pecho de su amigo. “tu memoria de elefante”.

“¿Se habrán dado cuenta que falto yo?”

“Si te presentas, lo cagas a don Martín. Supuestamente no deberías estar aquí. Además, ese día que fingimos el trío con Max, nos ‘protegimos’. Por eso no te hará la prueba”.

“Si todo sale como él dice, la gente se dará cuenta tarde o temprano”.

Kike no supo qué responder a Baco, pero ¿cómo don Martín disimularía la existencia de un menor de edad en el personal del Alpha Male?

Justo, el susodicho ingresó. “Ya puedes bajar. El chico del laboratorio se fue”.

Los tres regresaron al gimnasio.

Fevo y Max estaban sentados sobre las bancas, algo pensativos. 

Don Martín pidió al instructor que organizara todo para entrenar. “Llamen a Zulú”. Febo salió a buscarlo.

Mientras Baco y Kike se fueron a sus dormitorios para cambiarse, Max empezó a hacer lo mismo entre las máquinas. Don Martín lo miraba mientras se quedaba en suspensores y se ponía su body de siempre. “Hazlo suave con Kike”.

Max hizo sí con la cabeza. Se había terminado de cambiar.

Febo entró con Zulú, quien mantenía su brazo flexionado y un gesto de dolor en la cara.

“No pod’é’ntrenar”.

“¿Y ahora que mierda te pasa?” don Martín perdía la paciencia de nuevo.

“No pue’o mover mi brazo. ¡Me duele!”

Don Martín agrarró el puño de Zulú, y, violentamente lo obligó a extender la extremidad. El moreno gritó tan fuerte como cuando le metieron la aguja, y comenzó a sollozar.

Max y Febo no podían contener la risa.

Don Martín meneó la cabeza. “Negro de mierda. Se nota que no has ido al ejército”.

Se fue de ahí.

Por la tarde los reunió a todos en el comedor. Les entregó sus sobres. “Yo sé que la ley dice que es personal, pero deben decirme el resultado si quieren seguir chambeando conmigo”.

Max, Febo y Zulú abrieron los sobres, desdoblaron el contenido, y se rascaron la cabeza.

Reactivo. No reactyvo. ¿Dónde decía si estaban infectados?

Don Martín los vio y le sonó a sánscrito.

Llamó al laboratorio.

Don Martín regresó. Los miró a todos.

Los cinco segundos de silencio se hicieron una eternidad.

“Están limpios muchachos”.

 

 (CONTINUARÁ…)

 

© 2012, 2014 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí. SIEMPRE PRACTICA SEXO SEGURO.

Texto producido con el Método Writting Fitness. Más información aquí.

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