martes, 7 de enero de 2014

Anselmo (13)

ACONSEJAMOS DISCRESIÓN DEL LECTOR: Algunas escenas que presentamos a continuación son inapropiadas.

 

Por: N-Azz

 

“San Gerónimo es tu pueblo, ¿verdad?”

“Sí… ¿y aquí qué es?”

“Paita”.

“¿Paita?”

“Sí. Esta es Paita”.

Kike y Anselmo estaban echados sobre la cama del flamante Baco, quien ya vestía uno de los bóxers que le trajeron.

Kike tenía una toalla en la cintura. Se puso de lado para ver al nuevo chico.

“Max es bien cojudo. Lo dejaste frío con lo de San Jerónimo”.

Anselmo sonrió.

“Ese lugar debe ser bonito, ¿verdad?”

“Sí. Tiene cerros, una quebrada, bosques… una cascada”. Enrojeció.

“¿Está lejos de aquí?”

“No sé”.

“Pa’mi pueblo debes tirarte dos días. Uno completo en bus hasta Tarapoto, y otro a pie hasta San Silvestre”.

“¿De allí te trajeron?”

“No. De Tarapoto. Yo ya vivía allí”.

“¿Tarapoto esta lejos?”

“Sí lejazos. Me vine porque no tenía nada allá”.

“¿y tus papás?”

“Murieron cuando era chibolo. Tenía 11 años. Mi abuelita me crió”.

“Entonces, sí te cuidaban”.

“Mi abuelita estaba muy vieja. Un tío de 27 años me hizo terminar la escuela. Pero el muy pendejo me daba todo a cambio de que me lo comiera”.

“Que te lo comieras?”. Anselmo miró a Kike con extrañeza.

“Me lo tenía que cachar. No me quiso mandar al instituto. Yo quería estudiar mecánica”.

“¿Y qué hiciste?”

Kike posó su índice izquierdo sobre una de las tetillas de Anselmo. Comenzó a hacer un movimiento circular, como masajeándolo.

“Me fui de la casa… a Tarapoto. Allí trabajé para un pata llamado Toño”.

“¿Quién era él?”

“Era mi profe  de Educación Física. En la escuela, me puso en el equipo de atletismo, y nos llevó a campeonatos. Quedamos en tercer lugar. Cuando terminé, lo fui a vuscar, y me puso a chambear en su gym”.

“¿Como el Max?”

“Sí, como el Macx… pero con más cerebro”.

El pezón de Anselmo se puso duro ante la presión del índice de Kike, ¿o era la cercanía y el roce de su suave cuerpo?

“Me dioun cuarto, y allí dormía cuidando en las noches”.

“Estabas bien entonces. ¿Por qué no seguiste?”

“Cada vez que el huevón se emborrachaba, yo pagaba pato”.

Kike dejó en paz el pezón erecto de Anselmo. Giró hasta quedar boca arriba.

“Una noche, el reconcha su madre llegó y se metió a mi cuarto. Me forzó. Siempre que se emborrachaba pasaba lo mismo, hasta que agarré y lo estrellé contra la pared. Al día siguiente, me acusó de que se le había perdido una plata y me botó”.

“Entonces, viniste”.

“Más o menos. Esa tarde vi que un huevón estaba paseando y tomando fotos. Atrás habían unos patas con traza de choros. Cúidese míster, le dije. Él vio y me agradeció. Me dijo que le hiciera la taba hasta su hotel”.

“Lo salvaste”.

“Ese huevón que salvé era don Martín”.

“¿Don Martín?”

Kike asintió con la cabeza, mirando al techo.

“Me invitóun jugo. Conversando, le dije que estaba pateando latas. Me preguntó si me palteaban los strippers. Le dije que no, que conocía a varios en Tarapoto. Ayúdame, me dijo. Me pagó un cuarto en el hotel, y luego me puso como asistente de Zack yZulú. Tenía que tenerles su vestuario listo. Esa noche, Caprichos reventó”.

“¿caprichos? O sea, era de don Martín…”

“No. Los tres fueron de gira por Tarapoto. Después de la presentación, don Martín me dijo si quería trabajar con él. ¿Qué tenía que perder? le dije que sí, y me vine con ellos”.

“¿Hace cuánto tiempo?”

“Seis meses. Vinimos pa’cá. Ahí fue que el Zack le puso Alpha Male”.

“¿Antes era Caprichos?”.

“Sí. Es que don Martín fue hace un año a Tarapoto, y allí se copió el nombre”.

“Me dijiste que acá atiendes a los patas”.

“Tomo sus pedidos, preparo licores en la barra, y cuando se ponen exigentes, me acuesto con ellos”.

“¿Te acuestas con ellos?”

“Tengo sexo con ellos. Se la meto o me la meten. Don Martín gana 20 dólares por eso”.

“¿Y tú?”

“Nada, pero tengo casa, ropa  y comida. A veces me dan extra por hacerles cositas, como dejármela meter a pelo. Me dijeron que es mucho riesgo, pero gano plata extra. Ya tengo 50 dólares ahorrados”.

“¿Desde cuándo haces eso?”

“Dos, tres meses. Desde que tengo 18. antes, no me dejaba don Martín… ¿Tú ya tienes 18?”

“No, 16”.

“¡Mierda! Eres intocable, entonces”.

Zak pasó frente a la puerta de Baco: ¿Kike! ¿Ya hay almuerzo?”

“¡Puta! Después hablamos. ¡Cámbiate ya!”

Kike salió disparado.

Al medio minuto, Zack se asomó por la puerta, mientras Anselmo buscaba su pantalón y su bibidí.

“Nada de andar cachando con Kike, ¿OK?”

Anselmo lo miró y le asintió con la cabeza.

“¡Con nadie! ¿OK?”

Anselmo se terminó de vestir.

Zack abrió de nuevo la puerta, y cambió su cara de deber por una de angustia: “Oye, ¿sabrás de algo para aliviar el dolor de culo?”

“¿Dolor de culo?”

“Sí… mi culo… entre Zulú y tu viejo… “ Zack suspiró.

Anselmo sonrió y bajó la mirada. Kike pasó gritando que el almuerzo estaba listo.

“Aquí es Paita. ¿Cierto?”

Zack bajó la mirada. Por un segundo, no sabía qué decirle.

“Sí, es Paita”.

 

(CONTINUARÁ…)

 

© 2012, 2014 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí. SIEMPRE PRACTICA SEXO SEGURO.

Texto producido con el Método Writting Fitness. Más información aquí.

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