domingo, 28 de noviembre de 2021

ASS (05): Sexo entre legionarios

Alejo y Flavio posan desnudos como luchadores y terminan cachando frente a cámara.


 

 Justo antes de las 11:00 de ese domingo por la mañana, Enrique acomoda una especie de alfombra acolchada ploma al lado de la piscina y teniendo como fondo la pared poblada de arbustos que forma una especie de segundo tapiz. En el umbral de la mampara que conecta al patio trasero, Alejo termina de acomodarse un casco de utilería, parecido al de los legionarios romanos; Flavio, a su lado, se repasa el óleo sobre su cuerpo.

“enrique la chupa rico”, le arma conversación.

“¿Qué tal la chupas tú?”

Flavio sonríe y entrega un frasquito a Alejo.

“échate el óleo”.

Flavio se coloca el casco y se calza unas sandalias de tiras hechas a propósito de la sesión.

“Ya saben en qué consiste la acción, ¿no?”, se les aproxima Willy. “Vamos a interpretar una pelea cuerpo a cuerpo. La idea no es que se agarren a golpes sino que sus rostros y sus músculos muestren una gran expresividad”.

“Yo no sé defensa personal”, aclara Flavio.

“Pero yo sí”, indica Alejo.

“Genial, entonces tú lo guías”.

Los modelos no tienen nada más sobre el cuerpo excepto los cascos y las sandalias. Están desnudos. Ambos se colocan sobre la alfombra frente a frente.

“¿Listos?”, consulta Willy.

Ambos modelos confirman. Comienzan tomándose de las manos y tratando de empujarse mutuamente poniendo el pecho como ariete. Sus brazos, espalda, culo y piernas se tensan.

Willy se quita rápidamente la ropa y se mete a la piscina totalmente desnudo con tal de tener mejores ángulos.

“Comiencen con las llaves”, indica.

Alejo se coloca tras de Flavio y le inmoviliza los brazos haciendo que éste segundo luzca mejor sus pectorales y bíceps. Es inevitable que el pubis de alejo roce las enormes y redondas (y firmes) nalgas de Flavio: su pene comienza a ponerse erecto.

Enrique graba todo con su celular desde el fondo del patio. Luego, Flavio se coloca detrás de Alejo, quien ya tiene su verga al palo.

“Sumisión”, indica Willy.

Flavio y Alejo se acuestan sobre la alfombra y se revuelcan sobre ella y uno encima del otro simulando la lucha cuerpo a cuerpo. Willy no pierde oportunidad para probar diferentes ángulos. Alejo sigue con el pene erecto y el de Flavio comienza a responder hasta ponerse duro: es cabezón, un poco como hongo, unos 15 centímetros quizás. Evidentemente, ambos chicos están excitados.

“Listo”, indica Willy. “Excelente”.

“Yo creo que falta”, se acerca enrique.

“No, ya está todo”, reitera Willy.

“Chicos, díganme la verdad: ¿están cachondos, no?”

“Yo sí”, se apura en responder Flavio.

“¿Cómo cachondos?”, duda Alejo.

“Arrechos”, aclara Willy.

“Miren, chavos”, propone enrique, “ya cada uno tiene asegurado sus mil soles por cabeza… Yo les propongo otros mil más y… cogen frente a cámara”.

Willy, que continúa calato, se sorprende.

“Yo acepto”, se apresura a decir Flavio otra vez.

Alejo se queda callado pero no de sorpresa: está haciendo matemáticas. en solo hora y media ya se ganó mil soles y sin hacer mayor esfuerzo que posar calato y con la verga parada, y encima jugar a la peleíta con Flavio. ¿Y ahora otros mil por cachar? Esos dos mil solo se los ganaría en 25 días de jornalero o en doce y medio manejando tractor… y jornada completa encima.

“Pero yo solo hago de activo”, avisa.

“Tu verga dentro de mi culo se verá mejor en las fotos que la mía dentro del tuyo”, sonríe Flavio, cuya pichula cabeza de hongo comienza a despertar otra vez.

“Y otros mil más a ti”, anuncia enrique a Willy.

en poquito más de cinco minutos, Alejo y Flavio ya se están besando en la boca. Las manos del primero bajan por la espalda hasta acariciar las nalgotas del segundo. Willy obtura y obtura.

“Date la vuelta, Flavio… bésale el cuello, Alex… no le dejes marca”, indica el fotógrafo, quien vuelve a meterse a la piscina para ganar mejor ángulo, en especial de todo el cuerpo de Flavio, quien debajo de su rasurado vello púbico, ya tiene su pene erecto. Desde el fondo, enrique graba todo con su celular: si no le sale un corto porno gay, al menos le saldrá un caliente making-off.

“Chúpasela, Flavio”.

El modelo se arrodilla sobre la alfombra y comienza a succionar los 18 centímetros de su compañero. Aunque debiera, no actúa; disfruta practicando sexo oral. Willy sigue tomando fotos, aunque en realidad el agua oculta su erección. Nada del otro mundo, unos 16 centímetros ni grueso ni delgado.

“¿Chupas culo, Alejo?”, consulta Willy.

“sí”, responde el chico con seguridad.

“Hazle un buen beso negro, entonces”.

Mientras los modelos toman posición, enrique camina a otro lado del patio para tener otro ángulo. Un enorme pene se marca bajo su bermuda.

Ya en cuatro, Alejo separa los dos enormes y firmes glúteos de Flavio y los chupa ruidosamente. El pasivo comienza a gemir:

“Así… méteme la lengua… qué rico… sigue”.

Willy sigue metido en la piscina tomando fotos. El agua fría no baja en absoluto su erección.

“¿Lo notas dilatado?”, consulta.

“Tengo lubricante”, avisa enrique acercándose del otro lado de la piscina. “¿Estás limpio, Flavio?”,

El modelo asiente con la cabeza mientras Alejo le examina el ano:

“Ya está dilatado”.

Enrique entrega el lubricante aAlejo quien se lo unta generosamente en su pene erecto y luego en el ano de Flavio. Enrique se aleja y vuelve a grabar con su celular.

“Métesela despacio”, instruye Willy.

Alejo comienza a introducir su pinga como le dicen. Flavio se queja de dolor pero respira hondo y ccorto y relaja su esfínter. En pocos segundos, la verga ya está metida dentro del agujero.

“Muévete despacio… no quiero que salga borroso”, pide Willy.

Alejo ccomienza a ccachar a Flavio de manera más pausada, y eso le recuerda la forma cómo cacha al Padre Alberto o a Pedro, y eso lo excita mucho.

Willy se deja de recatos, sale de la piscina a conseguir mejores ángulos para fotografiar la penetración y revela su pene al palo. Enrique también lo graba.

“Piernas al hombro, pero las piernas bien abiertas para verlo en la cámara”,pide el fotógrafo. “Pajéate, Flavio; quiero ver tu pene erecto”.

Continúan en la nueva pose. Alejo ha resultado ser una revelación porque hasta ese momento, ni señas de querer eyacular, algo que no pasa con su compañero de escena:

“No aguanto… me vengo”.

“Solo un par de minutos más”, pide Willy.

“Me vengo, ¡Me vengo!”

Flavio suelta todo su semen por su abdomen perfecto. Una ráfaga va hasta su pecho. Mientras tanto, su recto estrangula la pinga que tiene dentro.

“Pajéate, Alejo”, pide Willy.

El otro modelo saca su pene, lo masajea con cierta firmeza, se concentra en las sesiones de sexo de San Sebastián, las del cuartel, donde además de instrucción militar recibió instrucción sexual y suelta su leche sobre el cuerpo de Flavio.

El sol de casi mediodía comienza a enrojecer la piel de todos.

“Nos damos un regaderazo, chicos?”, invita Enrique…

Y para terminar,te dejamos con una porno.

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