domingo, 5 de diciembre de 2021

ASS (6): Su pinga es el trofeo

Willy parecía bien hetero, pero también tiene su lado gay.


 

Bajo la ducha de la enorme casa en Los Ejidos, Alejo y Flavio están cubiertos en espuma de jabón quitándose el óleo de la escena de sexo.

“Cachas riquísimo, salvo que te metas bien en tu personaje”, seduce Flavio.

“Gracias”, solo atina a sonreír Alejo.

“?Y cierto que también eres escort? No me mires así. Tu perfil en Hunks of Piura es, digamos popular, o al menos eso dice Enrique”.

“¿No lo has visto tú?”

“Sí, ricas fotos. Bien producidas. Deberías probar más suerte aquí en Piura”.

“¿qué podría hacer aquí en Piura?”

“Mira, yo a veces hago pasarela, bailo como gogo y suelo posar desnudo en Bellas Artes. Con eso me pago mi carrera: Administración de Empresas”.

“¿Qué debo hacer para conseguir todo eso?”

Flavio agarra la pinga de Alejo con una mano:

“Cacha conmigo todo el tiempo”.

Abajo en la sala, Willy, aún desnudo, y enrique terminan de guardar la utilería y los equipos de fotografía.

“ese nuevo chico, Alejo, tiene mucho potencial pero creo que debe hacerse una carrera solo. Y sabes a qué me refiero”.

“¿Qué tiene de malo andar con Flavio?”

“A Flavio le gusta ese pata”.

“Y a mí también, y a ti. ¿Crees que nadie notó tu verga parada? Y se supone que eres straight”.

Willy sonríe:

“Me excité… y soy mayormente straight, pero tengo rasgos bi”.

Enrique se acerca a Willy, y se quita el polo y la bermuda: debajo no tiene más que su piel depilada por completo y decorada con algunos tatuajes étnicos.

“¿Me permites?”

Sin esperar un sí, enrique se arrodilla sobre la alfombra y comienza a chupar el pene al fotógrafo, el que no tardda en ponerse duro otra vez. Enrique se lo traga todo.

“Las bolas también”, pide Willy.

Enrique baja un poco y succiona con cuidado cada testículo, mientras acaricia el culo flaco pero formado a su amigo. Luego regresa a la pinga.

“¿La quieres en tu culo?”

“Clávamela, carnal”, pide enrique, quien se apoya sobre el sofá, para las nalgas. Willy se arrodilla un poco, escupe saliva  y comienza a penetrar el ano, que más bien parece una gran cueva de oso.

“Cógeme así, cabrón. Cógeme rico”.

Willy sabe de más que ese orificio ya está habituado al trabajo duro así que bombea con rapidez, tanta que apenas si dura cinco minutos.

“Las doy, huevón”, gime y levanta la cabeza mientras su semen se dispara dentro del recto de Enrique. Poco a poco se va calmando hasta que su pene semiflácido sale con facilidad del orto del productor. “¿Puedo darme una ducha?”

Apenas Willy está llegando al dormitorio  de enrique cuando la puerta se abre y Flavio aparece desnudo:

“¿Alejo sigue en la ducha?”, consulta el fotógrafo.

“No”, sonríe Flavio. “Ya está sequito y bien ordeñadito”.

Willy entra y Alejo se está amarrando las zapatillas.

“¿Ya?”

“¿Cómo salí en las fotos?”, pregunta el muchacho.

“Perfecto. Justo le decía a enrique que deberías hacer carrera en esto pero ya dependerá de ti”.

“Flavio me dice lo mismo”.

Willy se queda mirando a Alejo por un segundo:

“Me ducho al toque y salgo. Espérame que quiero enseñarte algo”.

Alejo se acuesta sobre la cama y mira al techo.

Abajo,en la sala, Flavio llega muy horondo:

“No me digas que al toque”, se sorprende enrique.

“¿Vamos a nadar a la piscina? Yo ya estoy duchado”.

“Vamos. Como sea, mañana me toca cambiarle agua”.

Ambos hombres, con cuerpos de dioses griegos, se tiran en un semiclavado y van a la parte cerca de una rara pileta en forma cónica que está justo al medio. Al llegar y emerger, Flavio abraza y besa en la boca a enrique:

“Hace dos semanas que no te cacho””.

“Y ya la tienes dura, cabrón”.

“Voltéate”.

Enrique gira y, conteniendo la respiración, Flavio se hunde hasta alcanzar las nalgas del anfitrión y hacer un beso negro subacuático. Al emerger, Flavio se coloca de tal modo que su pene cabeza de hongo está calibrado justo para ingresar al ano de Enrique.

“Clávame, cabrón, de golpe”.

Flavio hace un movimiento repentino y todo su miembro se hunde en el recto de Enrique.

“Así, cabrón. Cógeme así, fuerte”.

Flavio mueve su cadera con firmeza aunque sin violencia, arrancando gemidos y jadeos que ambos comparten. Enrique, entonces, se quita la pinga, se apoya en el filo de la pileta al medio de la piscina y levanta las piernas hasta ponerlas en los fuertes trapecios de Flavio:

“Métemela duro, papá. Métemela con huevos”.

Flavio le introduce su pene como le piden y sigue moviéndose como si el mundo se fuese a acabar. El agua de la piscina crea tal oleaje que, si se tratara de dos titanes, las orillas recibirían constantes tsunamis.

Desde la ventana del dormitorio en el segundo piso, y ocultos tras una cortina, Willy, aún desnudo tras ducharse, y Alejo miran todo lo que sucede en la fuente rectangular.

“A eso me refiero”, advierte el fotógrafo al modelo.

“Pero solo lo está cachando”.

“Como también me lo acabo de cachar yo”.

“Si me lo pide, me lo cacho también. Ya la tengo dura otra vez”.

“¡es en serio?”

Willy deja la cortina y mira la entrepierna de Alejo, ahora cubierta por su short.

“Eres bien dotado”.

“El tuyo tampoco es chiquito”, le sonríe Alejo, quien se saca el polo y el short por segunda vez. Arrima todo su cuerpo a Willy: “La tienes dura… como cuando nos tomabas fotos”.

Willy sonríe. Ambos se dan un beso en la boca.

“¿Guerra de espadas?”

“Ya, dale: guerra de espadas”.

Abajo en la piscina, el coito entre Flavio y enrique tiene para rato. Es hora del almuerzo.

 

Y para terminar,te dejamos con una porno. 

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