domingo, 19 de diciembre de 2021

ASS (8): ¿Debería volverme moderno?

Miguel estrena el culo de Alejo.

 


Terminando esa noche de domingo, Alejo se acuesta  totalmente calato luego de darse una ducha junto a Miguel. Ambos comparten la misma cobija en el cuarto de lacasa acondicionada como gimnasio.

“entonces te trataron bien”, le dice el pintor y bailarín, también calato ya bajo las cobijas.

“Enrique me pagó mil en efectivo y los otros en cheque. Tengo 30 días pa’ cobrarlo. Mi vieja no podía creer cuando me vio llegar con los víveres hoy”.

“¿te preguntó de dónde sacaste la plata?”

“Jornales, le dije. Tendré que ver a dónde me quito para que no sospeche de dónde me salió tanta plata junta: es más fácil justificar cien lucas… total, cachar a un huevón pasa como un jornal”.

Miguel acaricia la pinga flácida y los huevos de Alejo por debajo de la sábana y la colcha.

“Yo pensé que ya no venías, que ya habías decidido dejarnos”, se burla.

“Hablas huevadas, Miguel. Las fotos que me hiciste estuvieron de la puta madre… Willy dice que deberías trabajar con él”.

Alejo gira, abraza  y besa en la boca a Miguel.

“Willy es un buen maestro”, sonríe el artista.

Alejo abraza más fuerte a Miguel, le da otro beso en la boca, esta vez con lengua.

“¿Y cómo es eso que regresó el cachero de Pedro?”

Hoy pichangueó con nosotros. Buen delantero y buena delantera, aunque tiene cara de pendejazo… no me inspira confianza”.

“¿Pedro siente que ese pata le mueve el piso?”

Esa es la huevada, Alejo: tenemos que cachar bien con Pedro o va a desertar de AS y, honestamente, su presencia es clave”.

Alejo termina de girar y se acuesta encima de Miguel, lo besa en la boca otra vez y comienza a lamerle el cuello. Miguel no evita gemir.

“¿Quieres que lo cachemos así?”

“Sí, papi. Así”.

Alejo besa suavemente las tetillas de Miguel y baja por su abdomen velludo. Se salta su gran pinga ya al palo y sus huevos enormes, le levanta las piernas y comienza a hacerle un beso negro.

“Así, Ale, así. Chúpame bien el culo, papi”.

Alejo logra meter su lengua en medio del esfínter de su amigo, rodeado de vellos. La mete y saca como si fuese un minitaladro.

“Así, papi. Me vuelves loco”.

Alejo se incorpora, coloca su pene ya lubricado en la entrada del ano y lo va metiendo despacio hasta que sus 18 centímetros se pierden entre esas dos nalgas velludas.

“¿Quieres que lo cachemos así?”

“Sí”, suspira Miguel. “Justo así”.

En una maniobra casi acrobática, Alejo consigue ponerse bajo el cuerpo de Miguel pero siempre con su pinga metida dentro del culo de su amigo.

“Cabalga como te gusta”.

Miguel alucina que va por un camino tortuoso y rebota encima de la ingle de Alejo sintiendo cómo su culo se dilata más y más con la barra de carne  que aprissiona dentro, mientras que su verga dura y sus huevazos azotan el bajo vientre de Alejo.

“Ponte en cuatro”.

Los dos chicos ahora cachan en pose de perrito. Como nadie más los escucha, Alejo hace sonar su pelvis contra las nalgas de Miguel, quien gime y se queja conforme la velocidad del bombeo aumenta.

“Pollito tomando agua”, pide Alejo.

Miguel apoya su pecho sobre el colchón y abre más sus velludas nalgas haciendo que Alejo quiera meterle hasta las bolas.

“Las voy a dar… chúpamela”.

Rápidamente, Miguel se desconecta y gira poniendo su boca a la altura del falo que Alejo ya está pajeando hasta que su semen cae en la lengua golosa.

Minutos después, ambos vuelven a taparse, esta vez Miguel descansando en el pecho de Alejo.

“¿Crees que Pedro y su macho ya estén cachando ahorita?”

“Quién sabe, pero de que se maneja buen bulto, sí, se lo maneja”.

Por cierto, a ese tal Flavio también le gustó mi pieza. Quería que se la clavara de nuevo. Incluso me ofreció mejores contratos si me lo cacho”.

“¿Aceptaste?”

“Le conté a Willy. Me dijo que si me cacho a Flavio pero no me hago su pareja, podría irme bien. Que trate de hacer una carrera independiente”.

“Si Willy te dijo eso, hazle caso. Estoy tratando de recordar a Flavio. ¿Dices que tiene un culo enorme?”

“Grandote, huevón, y musculoso. Dice que solo le gustan aventajados. Deberías probarlo”.

“Sí, creo que fue modelo en una de nuestras clases”.

“También me dijo que podría ganar más dinero si fuese moderno. No sé, le dije. No me veo recibiendo verga”.

“¿Nunca has probado siquiera que te hagan un beso negro?”

“No sé… No me animo”. ¿Duele cuando te la meten?”

“Al inicio, pero luego tu culo se habitúa lo más posible, aunque, claro, depende de quién te cache, pero el beso negro no duele”.

Alejo se la piensa.

“Chúpame el culo, Miguel”.

Su amigo se sorprende.

“¿Así, de pronto?”

Alejo se destapa y flexiona sus musculosas piernas. Miguel se arrodilla y las levanta. Primero comienza besándole las nalgas.

“Tú dime hasta dónde”, le advierte.

“Comienza”, le pide Alejo.

Miguel va poco a poco hacia el centro de la raja y comienza a estimular la orilla del ano”.

“Sigue”, pide Alejo.

Entonces, Miguel pone su lengua como cuña y la trata de meter al centro del esfínter cerradito. Alejo comienza a sentir cosquilleos en su bajo vientre.

“Sigue”.

Miguel logra dilatar un poquito el ano de Alejo y prueba el siguiente nivel: se incorpora de nuevo y toma un frasquito que hay en la mesita al lado de su cama; aplica un líquido viscoso y transparente sobre sus 18 centímetros y se lo esparce bien. Luego toma otro poco y lo unta en el agujero dilatado de Alejo.

Miguel coloca su glande en la entrada del ano sin tratar de meter su verga; solo la puntea. Alejo sigue sintiendo que también atrás es posible lograr placer.

“Sigue”.

Miguel empuja un poco, muy despacio, y su glande logra encajar en el inicio del esfínter, pero técnicamente no ha ingresado a ún.

“Sigue”.

Miguel mete la mitad de su glande. Alejo comienza a sentir un poco de dolor.

“Respira hondo y corto; relájate”.

Ahora Miguel logra enterrar todo su glande y un poquito del cuello de la pinga.

“¡¡¡Auuu, mierda!!!”

 

Y para terminar,te dejamos con una porno. 

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