domingo, 19 de junio de 2022

ASS (33): Un trío gay matutino puede cambiarlo todo

El culo de Flavio tiene poder, incluso poder político.

 


A las 6 de la mañana, Flavio ssale del edificio donde vive, vistiendo una malla de una sola pieza azul eléctrica, que se sujeta a sus bien formados trapecios y ssolo le tapan las tres cuartas partes del muslo. El resto de su anatomía, aunque esté cubierta por la tela alicrada, no deja nada a la imaginación, en especial sus pectorales, su espalda, su cintura delgadísima y plana, su enorme culo, su paquete, sus bien formadas piernas.

La poca gente que está despierta y en la calle a esa hora del sábado se lo queda mirando. A Flavio le llega a la punta del huevo. Sabe de más que Piura es una ciudad hipócritamente conservadora, que se escandaliza en público pero goza todo el kamasutra en privado. Aún así, la ruta del muchacho es discreta, recorriendo Miraflores, escuchando los trinos de las aves, los ruidos de la ciudad, buscando calentarse en el aire frío del amanecer.

Dobla a la avenida que va a dar al Cuarto Puente y trota sostenido y firme, tan firme que sus grandes nalgas e hinchadas piernas vibran a cada impacto de su pie con el concreto. Al pasar por la segunda cuadra, de una mototaxi que se estaciona baja Eliezer junto a otra persona alta como él pero menos fornida. Ambos se quedan viendo al atleta alejarse.

“Un culazo justo como me lo recomendó el doctor”, dice en voz baja.

“Y culazo pituco por lo visto”.

Ambos ingresan a una casa a mitad de esa cuadra.

“Tremendo susto el que me diste en el bus con ese maricón”.

“Eres bien huevón: ¿a quién se le ocurre dejarse mamar la pinga sabiendo que te pueden ver?”

“Ya empezó el capitán… ¿ya se te olvidó cuando metíamos huevo?”

“Pero nosotros cachábamos caleta, eli; más bien, dime cómo puedo ayudarte”.

“Cáchate de nuevo a Pelu, y a cambio te prometo más ganancias que putas pérdidas”.

“No me digas que el culo de Pelu sigue en servicio activo”.

“Sí, solo que ahora se come pingas de alto rango…”

El otro hombre mira fijamente a Eliezer:

“Acepto siempre que no me metas el dedo al culo… y que mi hijo sea parte de los beneficiados”.

“Nada de eso, capi… será mejor que cachar con los calichines del FC”.

Veinte minutos después, ambos salen de la casa y caminan en dirección al Cuarto Puente.

“Gracias, capi, y lo otro ya sabes que se arregla metiéndole verga”.

“Si lo haces, hasta les doy el culo a ti y a Pelu”.

Llegan a un cafetín pero lo hayan cerrado.

“Hijo de puta… tendremos que ir por la irazola. Conozco otro lugar”.

Al doblar la esquina casi chocan con Flavio quien viene trotando en sentido contrario. Los tres se asustan primero, se maravillan luego.

“Perdonen, no los vi llegar”, se excusa el muchacho.

“Descuida… fue mi culo, digo, mi culpa”.

Flavio sonríe ante el lapsus linguae, y nota que el otro hombre le mira fijamente las caderas y las piernas. En diez minutos, los tres ingresan al minidepartamento del joven. Eliezer y su acompañante agradecen y se sientan.

“Ya decía de dónde tu cara y tu cuerpo me eran familiares”, comenta el primero.

“¿Cara, cuerpo y culo?”, ssonríe Flavio mientras pone una sartén en la cocina y enciende la cafetera. “Hay huevos en la refri, y tengo tostadas en la alacena; sírvanse mientras me ducho”.

Flavio entra a su cuarto, se sienta en la cama y se saca las zapatillas y las medias, las que lanza con precisión al cesto de ropa sucia. Se pone de pie y se saca la malla de licra; queda completamente desnudo. De pronto nota que alguien también desnudo entra por la puerta, la que deliberadamente dejó abierta.

“No te entendí a qué huevos te referías”, sonríe Eliezer. “¿A lo mejor éstos?”, pregunta fingiendo inocencia y sacudiéndose los testículos.

“Sí, tus enormes huevos”, sonríe Flavio muy seductor. “Apuesto que son más nutritivos”.

En ese momento, el otro hombre entra completamente desnudo también. En un par de minutos, los dos invitados están apiñados con el anfitrión en su ducha untándole el jabón líquido. Recorren todo su cuerpo perfecto, en especial ese generoso culo. Flavio, aprovechándose flanqueado, agarra las pingas de ambos y las comienza a masturbar.

Una vez que ambos penes están duros, gira, se arrodilla sobre el piso de mayólica y los chupa alternadamente. Minutos después, los tres comparten la cama. Mientras Eliezer ofrece su pija para que se la chupe Flavio, el otro hombre le clava sus 18 centímetros por ese ano suave y cálido. Hay gemidos, hay jadeos, hay arrechura.

Luego Eliezer mete su pinga a Flavio mientras éste se la chupa al otro hombre. Aquí la cosa se ha puesto un poco más complicada para el pasivo porque el grosor de ese pene largo y moreno desafía la elasticidad de cualquier recto, incluso del experimentado mancebo. El otro hombre no aguanta mas y dispara todo su semen en la boca del atleta matutino. Tras suspirar, se echa en uno de los lados de la cama.

Los siguientes veinte minutos serán solo de Eliezer y Flavio. El primero acostado boca arriba, el segundo cabalgándolo sin descanso. Incluso Eliezer se anima a tomar el pene de Flavio y comenzarlo a masturbar hasta conseguir que crezca a sus 15 centímetros, el glande más hinchado que el resto del tronco; los testículos golpeando el vello púbico.

Luego Eliezer se sienta en el filo de la cama y Flavio se sienta sobre él. Con la enorme pija dentro de su culo, continúa cabalgando. La plasticidad de este pasivo es sorprendente, piensa el activo. Finalmente, Flavio da una última mamada profunda al órgano sexual de Eliezer y le extrae todo el semen, una gran cantidad dicho sea de paso, y se la traga. Los dos se acuestan junto al primer hombre, de tal manera que el anfitrión queda al medio.

“Leche de negro y leche de cholo”, celebra Eliezer.

“el que no tiene de inga, tiene de mandinga, y sabe disfrutar una buena pinga… o un buen par de pingas”, ríe Flavio.

“¿Y como cuánntas te habrás comido?”, le consulta el otro hombre.

“No muchas como parece, pero las que me comí pagaron bien y quedaron muy satisfechas”.

“Ah… eres… cómo decir…”

“Escort, modelo de desnudo artístico, desnudo pornográfico, stripper, gogo, y ahora estoy grabando una película porno”.

Eliezer reacciona: “O sea que este trío…”

“Tranquilo, moreno. Esto es cortesía de la casa; es más: yo estoy dispuesto a cachar contigo todas las veces que quieras… y con tu amigo también”.

“¿Por nada?”, se serena Eliezer.

“Al contrario. Si haces que tu jefe no se meta con mis negocios… yo te prometo que todos ustedes llegan a la regional… y tendrán rico sexo gay”.

Casi a un cuarto para las 9 de la mañana, Eliezer y su acompañante salen del edificio.

“Eli, prácticamente le has dado el culo a ese chibolo”.

“Tranquilo, capi: ni le di el culo ni me dio su pinga… todo está bajo control”.

“Ya te dije, eliezer: no me metas en líos y garantiza lo de mi hijo”.

“Lo de tu hijo es un hecho; por lo demás, ¿cuándo te he cagado la vida, querido Julio?”

            Para finalizar,mira un video porno gay aquí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario