martes, 25 de diciembre de 2012

Casa De-Formación (25): Tres hombres

Hunks of Piura

Cuatro cuerpos masculinos desnudos. Dos escenarios distintos. Un mismo motivo: la pasión. Todo en una noche.

En un departamento del centro de Piura, dos recién conocidos alternan la exploración de sus anatomías. Uno acaba de dejar la adolescencia, el otro está en plena adultez. Ambos tienen físicos armónicos y una flexibilidad envidiable.

El menor aprovecha que el cuerpo del otro está bajo su piel, para recorrerlo a punta de besos, hasta llegar a su larga pinga. Son casi 22 centímetros de longitud y algo de 15 de grueso. Se la mete a la boca, y genera una sensación de intenso placer y bienestar en su compañero sexual. La lengua también explora los grandes huevos, y tras varios minutos dudando si la verga o las bolas,regresa a estimular las tetillas, la boca, y luego casi aprisiona la cabeza ofreciéndole su pene de 17 centímetros y un grueso de 14, el que es bien recibido.

El cuerpo lampiño de ambos favorece sentir más intensamente las caricias.

Entonces, el más joven saca un condón, lubricante, y dispone todo para sentarse encima del falo y hacer que poco a poco ese grueso pedazo de carne vaya abriendo su ya estrenado culo. Cuando lo consigue, sube y baja, cual resorte. El adulto gira y pone al más joven debajo y toma las riendas de la penetración, amenazando hundir toda su paloma, pero es cuidadoso.

Ambos gimen, se solazan, disfrutan, entran en éxtasis, hasta que el adulto no puede contener más su orgasmo y suelta todo su semen dentro del ano del otro chico. Se rinde sobre él y lo besa con una pasión que no sentía en años. Aunque menos dura, la larga manguera viril sigue conectada a las entrañas de ese chico.

Mientras tanto, en una playa perdida, dos muchachos más contemporáneos, a quien sólo los separa la legalidad del sexo por un año,  y arrullados por un vino dulce, prueban lo que se siente hacer el amor con todas sus palabras. Uno de ellos está boca arriba, con las piernas flexionadas, facilitando que el otro, algo más experimentado, horade su ano por primera vez con su grueso miembro de 18 centímetros.

Los “te quiero”, “soy tuyo, mi amor” e inacabables jadeos salpimentan la noche oscura, embebida por besos profundos.

El placer dura un poco más, al punto que desde que el pene de uno entra al culo del otro hasta la eyaculación, pasan casi 45 minutos.

Los movimientos de ambos hacen crujir la litera, amenazando con descalabrarse de un momento a otro. A lo lejos, el mar asalta la playa, como queriendo curiosear lo que pasa en ese cuarto. Apenas si el viento tiene oportunidad de espiarlos.

 

En Piura, ya relajados, desnudos, sobre la cama, los dos jóvenes se miran y se sonríen.

-          excelente para ser un maestro formador.

-           Ja. No me lo recuerdes, William.

-           ¿Hace cuánto que no lo haces?

-           Casi ocho años.

-           ¿Fue tu primera vez?

-           No. Comencé a los 15, cuando jugaba fútbol en mi colegio. Una tarde, después de entrenar, el capitán, que era un pata de quinto, y yo nos bañábamos. Se acercó a mi ducha, y comenzó a manosearme. No entendí lo que pasaba, pero en sólo minutos, tenía su… me penetró.

-           ¿Luego?

-           Eso fue todo ese año. Al año siguiente, cuando era promoción de colegio, me enamoré de un chico que jugaba, de cuarto, y fuimos pareja. Tirábamos cada que podíamos: en las duchas, los vestidores, los salones vacíos, en su casa, en la mía. Yo la hacía de activo… De ahí salí, e ingresé a la universidad. Para mi suerte, había equipo de fútbol. Creí que todo iba a terminar allí¡Nada! Tiré con dos compañeros, hasta que una vez nos descubrió el entrenador, en las duchas.

-           ¡Mierda!

-           Terminé haciéndome pareja del entrenador, que era un tipo de unos 32. me dijo que sería su marido porque no había visto un miembro como el mío. Incluso me llegó a pagar los estudios, además que estaba bien relacionado. A los 19, me mudé a vivir con él. Me estaba comenzando a gustar la plata y las cosas de marca. Lo que él me daba ya no alcanzaba, y comencé a prostituírme. Ya estaba en boga eso de los escortss. Primero con sus amigos de plata, luego vía Clasificados. El hecho que era aventajado me hizo popular, y tuve clientela “de lujo”.

-           ¿Eres simpático. Por qué te retiraste?

-           Porque mi vida era una mierda completa. Comencé a emborracharme, llegué a probar cocaína incluso. El entrenador se enteró, hizo que me botaran de la universidad, y me quedé en la calle. Llegué a una Iglesia del Buen Camino, y mi vida cambió. Me involucré tanto con la institución, que me pagaron mi último año, me mandaron a estudiar a México, y el año pasado regresé como maestro formador.

-           Y, rompiste tu voto de castidad conmigo… ¿no, Rafael?

-           No es cierto. Creo que tu aparición me hizo entender muchas, muchas, muchas cosas. No te sientas culpable, William.

-           ¿qué harás ahora?

-           Ser consecuente. Tengo una profesión, puedo ejercerla. Soy psicólogo. Y como me encanta el deporte, puedo ser psicólogo deportivo.

-          Rafael se levanta de la cama y se viste.

-           William, creo que eres muy inteligente. Si tienes ahorros, ¿por qué no estudias algo? No veo nada de malo que seas porn-star, o escort, pero ¿Qué pasará cuando eso acabe?

-           Claro, Rafo, puede que tengas razón.

-          El anfitrión se pone una toalla, y acompaña a Rafael a la puerta. El aún religioso contempla el arte homoerótico colgado en las paredes.

-           Bonitos cuadros.

-           Gracias. Y gracias por no juzgarme. Normalmente, la gente, y en especial los gays tienden a tacharnos, porque creen que si somos prostitutos o actores porno, dejamos de ser personas.

-           Como si fueran máquinas de sexo. No. No lo veo así. Sí criticaría si hubieras comenzado tu carrera siendo menor de edad.

-           ¿Por qué?

-           Porque eso es delito, incluso se persigue internacionalmente. Aunque no tendrías la culpa,sino quienes te indujeron. Bueno, pero ya me dijiste que no es tu caso, así que normal. Gracias, por todo, william.

-          Rafael lo abraza, y luego lo besa tiernamente en la boca.

-           Que tengas suerte, Rafael. Lástima que esta será la única vez.

-           Lástima. Pero quién sabe.

-          Rafael deja el inmueble y camina de regreso a la Casa. Llega casi a medianoche.

-          Detrás de la puerta, en ese departamento, el chico se sienta para reflexionar las palabras del adulto, el primero que sale de ahí sin pagar nada.

 

A la mañana siguiente, en la playa, Jonatan se despierta con el alba. Siente aún que la cabeza le da vueltas. Está sudando, abrazado a Manuel, quien no tarda en reaccionar, gira, se abraza a su enamorado y lo besa. Ambos están desnudos sobre la litera.

- No puede ser que hayamos hecho el amor anoche, Manu.

- Fue bonito. Te quiero, Jon.

- ¿en serio? Debe ser que cuando las cosas se hacen por amor, parecen mejores, ¿no?

Se besan de nuevo por largo rato. El carraspeo de alguien los interrumpe y los sobresalta. Es el Reverendo Roberto, desnudo, mostrando su gran pene y huevos colgando.

-          ¿Cómo durmieron, chicos?

-          Jonatan y Manuel se sonrojan.

-           ¿Entonces se retiran siempre?

-           Sí, Reverendo. No podemos ser consagrados y pareja a la vez.

-           ¿Y qué harán, Jon? ¿De qué vivirán?

-           Estudiaremos y chambearemos. ¿Cierto, Manu?

-          Manuel asiente. El Reverendo Roberto sale y regresa con la cámara digital de la Casa, la prende y se la alarga a los muchachos.

-           Me gustaría ayudarlos. Miren esas fotos.

-          En las tomas, Jonatan y Manuel aparecen desnudos, abrazados, posando en la playa, evidentemente alcoholizados. Incluso hay una foto erótica, aunque la erección de Manuel le echa una sombra hardcore.

-           ¿esto hicimos ayer?

-           Tranquilo, Jon. Mira, tienen futuro como modelos. Para serles sincero, hace tiempo que me quiero retirar del servicio, así que podríamos pensar en lanzarlos como modelos. Así tendrían dinero para estudiar: ¡ése sería su trabajo! ¿Qué dicen?

-           LA oferta es tentadora. Déjenos pensarlo bien, Reverendo, y le hablamos.

-           OK. Chicos.

-          Cuando Roberto sale para preparar el desayuno, Jonatan cambia su expresión, haciéndola muy seria.

-           ¿qué pasa, amor?

-           Escucha, Manu, vamos a seguirle la corriente; pero ni cagando trabajaremos para él.

-           ¿Por qué?

-           Confía en mí.

-           Claro, mi amor.

-          Un nuevo beso sella la conversación.

 

A media mañana, el Reverendo Roberto, Jonatan y Manuel están de vuelta en la Casa. Los dos chicos se integran a las clases, y Roberto va directo a poner al corriente a Alexander.

- ¿Entonces, Beto?

- No te tengo dos, sino tres: Jon, Manuel y Henry, el chico que conocimos en la playa, a quien ya le entregué sus fotos y dice que es materia dispuesta.

- ¡Perfecto! Entonces, podemos mandar a Jon, Memo y ese Henry a la casa de Máncora, mientras vamos preparando a Manuel, Pedro y Darwin. Tú los acompañarás allá.

- Hasta podría trabajar también.

Alexander sonríe, y nalguea a Roberto.

-          Llámate a Jorge. Reunión urgente.

-          Tras ponerse de acuerdo, Jorge, alexander y Roberto se quitan la ropa, comienzan a acariciarse y besarse. Minutos después, Roberto se da tiempo para chupar alternadamente las pijas de Alex y Jorge. Luego, se pone en cuatro, de tal modo que sigue chupando la verga de su superior, y Jorge lo penetra por el culo. Posteriormente, el turno es de Alex, mientras Jorge es felado. Como número final, los dos activos se las ingenian para meter sus penes en simultáneo en el ano de Roberto, cosa que logran con cierta dificultad. Tras la faena, Roberto se acuesta para recibir la leche de Alex, luego la de Jorge y finalmente la suya.

 

Tras el almuerzo, Rafael se acerca a alexander.

-          Mamá tenía que escribirme. ¿Puedes prestarme la lap-top?

-           Claro, Rafo. ¿Te la llevo al cuarto?

-           No. Trabajaré aquí en la cocina. Es más fresco.

-          Alexander sube, y se cruza con Roberto.

-           Llévale la lap-top a Raffo.

-           Oye, ¿y qué haremos con él?

-           Tranquilo. Por lo que me contaste, la vaca no olvida cuando fue ternera.

-          Apenas Rafael prende la máquina, cuando suena el teléfono.

-           ¿sí?... Soy yo…. ¿William? ¿Qué pasó?

 

A la mañana siguiente, el Reverendo Roberto lleva a Jonatan y Darwin a una experiencia comunitaria. Al regreso, da un gran rodeo a la ciudad y llega hasta un descampado, a orillas del desierto. Entra por un camino imperceptible, hasta estacionarse cerca de un montecito.

- Listo, chicos.

Jonatan y Darwin salen y toman posición. Comienzan a besarse, a pasar sus manos por todo su cuerpo, y a quitarse sus prendas. Ya desnudos, continúan las caricias, mientras sus penes se enduran. Darwin no se hace problemas para chupar la atractiva verga de Jonatan, y éste tampoco duda en devolver el favor. Roberto no deja de retratarlo todo en las fotos. Luego, Jonatan finge penetrar a Darwin mientras le besa la espalda y las nalgas. Darwin lo imita. Para finalizar, ambos toman el pene del otro y se masturban hasta que sus manos se llenan del semen del otro.

-          Bárbaro, chicos. Miren.

-          Darwin mira la sesión de fotos con una gran sonrisa. Cuando Jonatan las ve, hace indescriptibles esfuerzos para contener las lágrimas. Regresan.

 

Esa noche, todos, menos Jorge, están reunidos en la sala jugando Monopoly. Cuando suena el timbre, Rafael sale a atender. En menos de un minuto, todos quedan estupefactos.

-          alex, Roberto… Darwin… Jon.

-           ¡pqué haces aquí, Memo?!

-           ¿qué? ¿No te alegras de verme, alex?¿No te alegras de verme después de joderme la vida?

-          Nuevamente, suena la puerta. Rafael sale.

-          Un contingente de cuatro policías entra de improviso.

-           ¡Todos tranquilos! ¡Nadie se mueva! ¿Usted es el superior? Queda detenido por delito de corrupción de menores y pornografía infantil.

-          Alexander mira furioso a Rafael y Memo.

-           Me traicionaron, hijos de puta. ¡Y en especial, tú, Rafael, después de lo que hice por ti!

-           No, alex. Tú nos traicionaste. Traicionaste a todo el mundo. Traicionaste a estos chicos, que buscaban consagración, pero… ¿qué les diste?

-          El resto de chicos está asustado.

-          Finalmente, la Policía se lleva esposados a Alexander y Roberto. Afuera, los periodistas pugnan por una declaración, una foto, una imagen. Adentro, el desconcierto, la decepción, la tristeza. Jonatan, Rafael y Memo se miran, aliviados.

 

Una semana después, en un cuarto no tan glamoroso, cerca del centro de Piura, Memo y Rafael retozan desnudos sobre la cama. Se besan apasionadamente. Cuando acaban, Rafael mira fijamente al otro chico, y no puede evitar una lágrima de emoción.

-          William, Memo, Guillermo… al final eres el mismo en esencia.

-           ¿Siempre iremos a la universidad, Rafo?

-           Sí, ya tengo listo mi CV, ya tengo tus papeles. ¿seguro que quieres ingresar a Derecho?

-           Hoy soy la víctima. Mañana serán otros.

-          La puerta suena. Rafael se soba los ojos, se coloca un boxer y va a atender.

-           ¡Jon, Manuel! ¡qué sorpresa!

-           ¿Se enteraron? Alexander se suicidó en el penal, aunque por ahí dicen que lo mataron.

-           ¿Dónde salió eso?

-          Jonatan alcanza el diario a Rafael. Efectivamente, es la crónica roja del día. Al terminar de leerla tiene más preguntas que respuestas.

-           ¿Jorge sigue prófugo, no?

-           Así parece; aunque en el gimnasio donde él iba, dicen que está por Ecuador. Y también la Iglesia nos está buscando para hacer un acuerdo económico, porque los viejos de

-          Memo se levanta y se cubre con una toalla.

-           Que la justicia siga su curso, Jon. Que paguen quienes tengan que pagar. Lo que la Iglesia quiere evitarse es que en el juicio aparezca toda la red de clientes que tenía Alex. Por lo menos, Roberto sigue vivo.

-          Rafael suspira.

-           La vaina es que no hay mucho que incrimine a Roberto.

-          Memo interviene:

-           Si yo hablo, Rafo, media Piura se tambaleará.

-           Entonces, tenemos que pensar bien las cosas. Seremos pequeños Davids peleando contra muchos Goliats.

-          Jonatan toma a ambos por sus hombros.

-           Unidos seremos fuertes. No lo olviden. Todo saldrá a la luz. Ellos pagarán por lo que hicieron con nosotros.

-          Los cuatro se miran, y se acercan para darse un abrazo al estilo de los grandes equipos del mundo.

-           Prometan que haremos justicia.

-           ¡Lo prometemos!

 

(FIN)

 

Escrito por N-ass. ©2012 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares o situaciones es pura coincidencia. Escribe al autor: hunks.piura@gmail.com, búscanos en Facebook o deja tu comentario aquí. Sigue la serie completa: “hunks Piura casa de-formacion” o presiona la etiqueta en esta entrada.

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