miércoles, 5 de diciembre de 2012

Casa De-Formación (22): Tus mejores cartas

Hunks of Piura

Manuel está insomne tras su salida con Jonatan. La película estuvo perfecta, la cena también, el paseo por el centro de Piura… quizá la sorpresa fue haberse encontrado con los formadores. ¿será por eso que Jonatan no pudo decirle más que un “te quiero”? ¿Qué quiere decir eso?

Hasta donde Manuel recuerda ahora, no volvió a tocarle el tema durante el resto de la velada.

No es el único que trata de conciliar el sueño. Jonatan piensa y vuelve a pensar si aquello que dijo en el cine es realmente lo que siente. Se supone que fue a consagrarse en celibato, pero su corazón está sintiendo algo diferente, algo que, aunque jamás lo había experimentado antes, puede identificar con cierta facilidad. “Sólo espero que sea pasajero… si no, tendré que tomar decisiones”.

 

A la mañana siguiente, alrededor de las diez, Jorge llega a la Casa.

- ¿Cómo te fue ayer con Memo?

- Bien. ¿Sabías que se encontró con Jonatan en el club, la semana pasada?

- A la mierda. ¿Qué le dijo?

- Memo dice que lo evadió, pero tú y yo sabemos que Jonatan no es ningún cojudo.

- Es tu mejor carta, pero será medio jodido que entre.

- Se ha hecho muy amigo de Manuel, que se está poniendo bien fuerte con mi entrenamiento.

Alexander mira maliciosamente a Jorge.

-          ¿Todavía tienes acceso a esa casa en Máncora?

-           Claro, Jorgito. Sabes que medio mundo quiere su… salvación.

-          Jorge saca una tarjeta de memoria de su bolsillo y se la entrega al superior de la Casa.

-           ¿Están Rafael y Roberto?

-           No. Hace media hora se fueron a Catacaos y quieren llegar a Sechura. Tranquilamente irán a visitar a Darwin, y es posible que regresen esta tarde con él.

-           Tengo un clientito a las dos. ¿Puedo traerlo acá?

-           Te voy a cobrar peaje, jajajaja.

-           ¡Ya vas! Mas bien, ¿no te gustaría hacer un trío?

-           No seas pendejo, pues. ¿Por qué crees que te encargué todo ese trabajito a ti?

-           Pero, pobre de ti si te pones a espiar, mierda.

-          Los dos excompañeros de celda se golpean amistosamente.

 

Antes de almorzar, el Reverendo Alexander descarga el contenido de la memoria en la lap-top de la comunidad. Al verlo, sonríe de satisfacción. Bajo su short, su pinga clama por libertad.

Mientras se toma el tiempo de enviar el casi centenar de fotografías por correo electrónico, aprobecha y comienza a corrérsela.

Luego de comer, las imágenes siguen enviándose, aunque faltan pocas.

Entonces, escucha que alguien abre la puerta del primer piso.

Con mucho sigilo, baja la escalera interior y cruza la cocina en puntillas.

En la sala, Jorge recibe a un muchacho que podría estar alrededor de los 30 años. A pesar de su ropa deportiva, se nota que viene de familia acomodada. Tras pagarle al musculoso por el servicio, se abraza y comienza a besarse, mientras, poco a poco, los dos se van desnudando.

Jorge se sienta sobre uno de los sillones, ya sin ropa, se coloca un condón y deja que su cliente comience a chuparle la pinga.

Con el mismo sigilo, Alexander sube a su cuarto, coloca la tarjeta de memoria en la cámara y baja.

Llega a tiempo, pues puede ver cómo el muchacho se encarama sobre uno de los sillones, el mismo donde estuvo sentado Jorge, y recibe la pinga del culturista en su culo. A medida que es bombeado, gime y mira a Jorge como intentando excitarlo más.

Alexander aprovecha una considerable rendija en la puerta de la cocina para tomar varias fotos.

Luego, Jorge se sienta sobre el sillón y el muchacho se sienta sobre él, haciendo que su trasero se trague el pene de alquiler. Luego, el muchacho se dedica a cabalgar, mientras sigue gimiendo con fuerza.

-          ¡Me vengo, me vengo!

-          El muchacho salta como resorte, mientras Jorge se pone de pie, se quita el condón y se comienza a masturbar. El muchacho, quien se ha sentado de nuevo, lo imita. Varias ráfagas de semen se disparan con fuerza sobre la cara y pecho del ‘clientito’. Minutos después, la autoestimulación del muchacho acaba por disparar su leche sobre su abdomen.

-           Voy a verte papel. Espérame aquí.

-          Alexander trata de escapar tan rápido como puede, aunque sin hacer ruido, pero con tan mala suerte que se estrella en la puerta de la cocina hacia la escalera. Jorge lo descubre.

-           ¡Pendejo de mierda – Jorge susurra.

 

Por la tarde, los chicos regresan. Jonatan llega acompañado de Manuel, Pedro aparece por su cuenta (luciendo mochila nueva), y, como lo previó Alexander, los Reverendos Rafael y Roberto llegan con Darwin.

 

Tras la cena, el Reverendo Alexander busca con ansiedad algo en la cocina. El resto de la población de la casa está en la sala jugando charadas.

En eso, entra Rafael.

-          ¿Alex, qué pasa?

-           Rafo, por pura casualidad, ¿no viste… una cámara de fotos que estaba por aquí.

-           Claro.

-           ¿Dónde está?

-           La subí a mi cuarto.

Alexander se pone pálido. Se queda sin palabras.

 

(CONTINUARÁ…)

 

Escrito por N-Ass. ©2012 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares o situaciones es pura coincidencia. Escribe al autor: hunks.piura@gmail.com, búscanos en Facebook o deja tu comentario aquí.

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