domingo, 9 de enero de 2022

ASS (10): ¿Soy moderno, moderno activo, activo o qué?

 Alejo va al médico preocupado por su culo recién estrenado.

 


El doctor Talledo es un privilegiado. Frente a sí, sobre la camilla de su cconsultorio, un chico desnudo y musculoso está dispuesto en posición de fiel musulmán, esto es apoyado solamente sobre sus rodillas y antebrazos, las dos nalgas bien abiertas mostrando un ano con todos sus pliegues.

El doctor Talledo coloca un desinfectante sobre sus guantes de látex, toma la piel de las nalgas alrededor del ano y de un tirón repentino la expande:

“Mmmm”, canturrea detrás de su mascarilla quirúrgica. “Mmmm”.

“¿Cómo está, doctor?”, pregunta un angustiado  Alejo.

“¿Yo? Bien, gracias. ¿Cómo estás tú?”

“Doctor”, casi reclama Alejo. “No se juegue así”.

“Listo. Puedes bajarte. Todo en orden, excepto que tienes un hermoso culo conalgunos vellitos coquetos y tu ano está perfecto para un buen beso negro. Fuera de eso, todo OK. Miguel hizo un trabajo de cirujano”.

Alejo se baja de la camilla y gira aún asustado:

“¿Eso es todo, doctor?”

“A ver, Alejo: Miguel solo te metió la cabecita, ¿no? Nunca tu ano había recibido un pene. Lo bueno es que usó lubricante, si no otra sería la historia; pero no hay laceración, ni inflamación, ni desgarro. Nada. Además, dices que te lo sacó apenas sentiste dolor…”

“Pero me ardió un poco cuando nos pajeamos después y las di”.

“Pero no cuando fuiste al baño esta mañana, si no escuché mal”.

“Lo normal”, se sonroja Alejo.

“es lógico lo de la pajeada: tu ano acababa de ser penetrado, aún estaba con el trauma fresco; entonces cuando eyaculamos, los músculos de esa zona se contraen violentamente y eso explica todo. Pero ya te dije: no hay nada, aunque igual si quieres vienes en una semana a ver si hay infección, o cuando sientas molestias. Ahora, si quieres un 99 punto 99 por ciento de certeza en mi diagnóstico, manda a Miguel para que se haga un chequeo, y conversa con él para que te revele los detalles. Solo espero que tome su Truvada® como le indiqué; igual que espero tú la sigas tomando, especialmente ahora que vas a incursionar en el cine porno”.

Alejo, aún desnudo, se sienta en la camilla.

“Salió de un momento a otro. Yo solo iba a posar calato y con la pinga dura”.

El infectólogo escribe algo en su talonario de recetas.

“La pregunta, qquerido Alejandro,  no es cómo ibas a posar sino cómo te estás protegiendo para evitar infecciones de transmisión sexual. Asumo que usas preservativos con tus clientes, ¿no?”

“Claro, doctor. Eso de ley. Nada sin forro”.

“Mmm. ¿Y la Truvada®?

“Todas las noches a las ocho, como recetó”.

“Listo, Alejandro. Mientras tengamos todo bajo control, no tenemos nada que temer, pero siempre debemos estar alerta”. El doctor Talledo desglosa la receta y se la entrega al paciente: “Ya puedes vestirte o…”, el médico mira su reloj, “como todavía ttenemos ocho minutos de consulta, si no te vistes, me vas a obligar a hacerte una fellatio aquí mismo”.

Alejo sonríe:

“¿Nadie entra aquí?”

“No, pero… súbete a la camilla al toque”.

En menos de 20 segundos, Alejo está echado boca arriba y el doctor Talledo, olvidándose de cualquier norma de bioseguridad, usa sus labios y su lengua para estimular el pene del muchacho, mientras que con su mano le acaricia los huevos.

“Así, doctorcito, qué rico la chupas”, susurra el ‘paciente’.

En unos 15 segundos, los 18 centímetros de carne, venas y cuerpos cavernosos ya están duros. El doctor Talledo, quien en sus 37 años de vida y once de experiencia profesional parece haberlo visto todo, siente una fascinación especial por este falo. Se diría que casi le rinde culto. Lo mama duro y bien, trata de tragárselo todo y más bien se atraganta (aunque sin escándalo), quiere ordeñarlo a toda costa, pero si Alejo comienza a tener fama, es precisamente de retardar su eyaculación tanto como quiera.

El médico entonces emboca los grandes testículos y los hace pasear entre su lengua y su paladar. Mira su reloj:

“Me quedan dos minutos. ¿Puedo hacerte un beso negro?”

Alejo lo duda unos segundos, pero… ¡solo quedan dos minutos! Gira.

“Ponte como cuando te examiné pero al filo de la camilla”.

Alejo hace como le piden, y Talledo vuelve a usar sus dedos para separar más las duras y musculosas nalgas y mete su lengua al ano de Alejo, quien suspira y hace esfuerzos para no gemir de placer… porque siente mucho placer, tanto como al meter su pinga en cualquier boca o culo. Comienza a jadear, y justo en lo mejor…

“Listo. Baja y vístete”.

Cuando el doctor Talledo sale del baño unos 20 segundos después de enjuagarse bien la boca, Alejo ya está con las zapatillas y el jean puestos. Ahora se coloca el polo. El médico va a su escritorio y Alejo lo sigue.

“No olvides la receta”.

El paciente toma el papel y descifra la caligrafía:

“Li-do.ca… ¿qué?”

“Lidocaína en gel. La próxima vez que decidas recibir un pene en tu ano, te la aplicas al menos 45 minutos antes en el esfínter,con las manos limpias, y eso anestesiará la piel, pero si te penetran fuerte, no evitará traumas posteriores, así que el uso de lubricante en tu caso sigue siendo obligatorio”.

“Pero yo solo soy activo, doctor”.

Talledo sonríe:

“Ya, alejo. Quítate de la cabeza eso de activo, pasivo, moderno o lo que sea. A la hora de tener sexo, todos disfrutamos igual”.

“Gracias, doctor… Solo una pregunta… si me dejo hacer el beso negro… ¿soy moderno o moderno activo?”

Talledo le vuelve a sonreír:

“Nada de eso. Yo diría que eres… un hombre sexualmente liberado”.

Antes de ganar la calle donde queda el centro médico privado al que acudió esa mañana, Alejo saca su celular y hace una llamada:

“Ya acabé acá. ¿Voy a esperarte a la placita?”

“Sí, no demoro nada”.

La alarma de llamada entrante suena en el aparato:

“Listo, voy para allá”.

Alejo da pase a la otra llamada:

“enrique, hola”.

“Hola, cabrón. ¿Sabes? Estoy viendo tus fotos aquí en la casa y me gustaría platicar un rato contigo. ¿Tienes tiempo?”

“Claro, te escucho”.

“No, morro. Tiene que ser en persona. Yo pago tu pasaje si estás en tu finca”.

“No. Estoy acá, en piura”.

“¿Por qué no vienes, entonces? Toma un taxi y lo pago aquí”. 

Y para finalizar, te dejamos con más porno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario