viernes, 6 de enero de 2023

ASS (60): Miguel es un maestro

Willy mira por primera vez cómo otro pata saca de pito a otro pata metiéndosela por el culo.



Las grabaciones en la Piscina Comunitaria se retoman a las tres de la tarde de ese miércoles. Miguel y Julián nadan un largo completo.  Willy no los pierde de vista a través de la cámara.

Los dos muchachos llegan a los podios.

“Nadas muy bien”, califica Julián.

“Gracias... y eso que le he perdido la práctica”.

“Si lo aprendes una vez, no se te olvida nunca”.

“Eso es cierto”, apoya Miguel. “Como cuando aprendes a bailar y eso no se te olvida nunca”.

“O cuando aprendes a cachar rico”, replica Julián, sonriendo pícaramente. “Me pregunto qué se siente ser pasivo”.

“¿Quieres aprender cómo ser un pasivo?”

“Me llama la atención, pero me jode el que pueda dolerme si me meten la pinga por el culo”.

“Bueno, no voy a negarte que duele al inicio, pero si sabes la técnica correcta, lo puedes convertir en una experiencia muy placentera”.

“Hablas como todo un experto”, sigue sonriendo Julián. “¿Qué tal eres como maestro?”

Willy se sorprende al escuchar este diálogo pero no dice nada. Se supone que esta producción no tiene guión, debe fluir orgánicamente, así que solo se dedica a grabar y vigilar que el audio sea comprensible. Pero un presentimiento comienza a ponerle el pene duro a su máxima expresión. Corta.

En el camerino, Julián abre las piernas dejando la banca en medio de ellas y apoya sus antebrazos en la tabla para sentarse. Miguel  se agacha tras él, masajea las nalgas lampiñas y comienza a lamerlas tiernamente. Julián no disimula el placer que le produce esa caricia en su trasero.

Poco a poco, Miguel va paseando su lengua hasta llegar al ano del nadador, que luce cerradito y rosado. Comienza a lamerlo. Para Julián, sentir nuevamente, por segunda vez en ese día, aquella experiencia es alucinante. Esas cosquillas se sienten tan bien que solo queda jadear y gemir.

“Voy a poner mi dedo, Julián; confía en mí”, anuncia Miguel.

“OK”, responde el nadador.

Miguel toma un tubito de lubricante, lo esparce generosamente  por su dedo índice (previamente ha llegado con las uñas bien recortadas) y comienza a masajear el ano de Julián. Nota que comienza a relajarse. Miguel prueba metiendo la punta de su dedo índice.

“¿Cómo te sientes?”, consulta.

“Normal”, susurra Julián.

Miguel prueba a meter un poco más su dedo dentro del ano de su amante y a moverlo un poco. El Lubricante en exceso evita cualquier laceración involuntaria en la delicada piel interna del fundillo.

“¿y ahora cómo te sientes?”

“Bien… se siente rico”

Miguel intenta ahora meter su dedo medio del mismo modo como lo hizo con su dedo índice, lentamente, sin apuro. Julián siente un pequeño escozor que estremece todo su cuerpo.

“Respira hondo y lento, Julián”, recomienda Miguel. “Hondo y lento”.

El deportista sigue la recomendación. Se estremece  un poco más. Siente cómo cierta energía se despierta en todo su vientre. Miguel mete y saca sus dos  dedos y percibe que el músculo anal se relaja mucho más. Ir lento es la clave.

Con su otra mano, Miguel comienza a masajearse el pene para lograr su erección.

“¿estás listo para recibir mi verga?”, consulta.

“¿No me dolerá?”, pregunta entre temeroso y excitado, Julián.

“Trataré que no mucho… confía en mí”.

Miguel hace que Julián levante su culo y él se pone en pie. Unta mucho lubricante a su pene ya erecto y coloca el glande en la entrada del ano. Por ahora, solo mete lentamente la cabeza de su falo y puntea procurando que no se salga. Julián comienza a gemir tratando de controlar el dolor leve y buscando maximizar el placer: respira hondo y lento.

Miguel trata de meter un poco más, y lentamente el resto de sus 18 centímetros van ingresando. Se toma todo el tiempo del mundo hasta que su pubis por fin toca las dos nalgas duras del nadador. Comienza a bombear lentamente.

Miguel sabe lo que significa aguantarse una verga en el culo, por eso es gentil. La idea es que la sensación de placer que producen las terminales nerviosas en el esfínter se transmitan a todo el cuerpo, entonces, no tiene sentido ser rudo, especialmente si jamás en tu vida te la han metido por atrás.

A Willy le parece surrealista asistir y filmar lo que parece ser la primera vez de un pata. El pene dentro de su pantalón sigue durísimo y pugnando por salir.

Miguel no aguanta más y siente la inminencia del orgasmo.

“¿Telas doy dentro?”, pregunta muy excitado.

“Sí… quiero sentir eso”, responde Julián en el mismo tono.

Miguel eyacula dentro del culo de Julián, aunque éste último solo siente cómo late el miembro aprisionado por su recto. Miguel deja de moverse y, de paso, deja su pene dentro  de allí hasta que solito se vaya poniendo blando. Recién entonces lo retira todo flácido y con algunas trazas de semen; le tranquiliza que no haya sangrado.

Willy dirige la cámara hacia el ano de Julián. Aún está dilatado y húmedo debido al lubricante. Además está un poco rojo, con algunas manchitas de semen.

“¿Cómo te sientes?”, pregunta Miguel.

“Chévere”, susurra Julián, quien se incorpora, gira, busca la boca de su amante y lo besa. “Eres un gran maestro”.

Willy anuncia que ya ha cortado. Miguel se le acerca y le toca la bragueta.

“La tienes durísima”.

Miguel se arrodilla, abre el cierre al camarógrafo y le saca la picha; se la comienza a chupar. Julián decide que lo mejor será ducharse. Antes se toca el ano. Lo siente aún húmedo.

Entonces siente que algo caliente comienza a fluir desde allí hacia sus piernas. Se asusta:

“Chicos… ¿qué es?”

Miguel se aproxima y sonríe:

“Tranquilo, es solo mi leche saliendo de tu culo”.

“¿Nada más?”

Willy se acerca también:

“No, nada más. Miguel fue magistral sacándote ese culo de pito”.

“Y ahora seré magistral mamándote la verga”, le indica.

Cuando enrique entra, Willy ya ha llenado la boca de Miguel con su semen. Sonríe y mueve la cabeza.

Y para terminar, te dejamos con una porno gay | Tuitéanos | hunks.piura@gmail.com 

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