viernes, 13 de enero de 2023

ASS (61): ¿Quieres probar mi semen?

Pedro y Huamán siguen explorando una forma de alcanzar el placer sin meter la pinga al culo.



Ya es de noche en Piura. Pedro sale muy agotado de su clase del miércoles. Traspone la puerta.

“¿Joven Pedro!”

El muchacho se sobresalta, gira con cierto asombro. Desde una motocicleta, un chico fornido le alza la mano. Trata de identificar su rostro: es Huamán, el sereno. Se le acerca.

“Te ves distinto con ropa de civil”, le comenta sonriendo. “¿Qué haces acá?”

“Su tío Eliezer se fue de reunión con don José Luis, me dijo que usted iba a salir a esta hora; entonces…”

“¿te mandó a verme?”, le pregunta Pedro, muy extrañado.

“No”, replica Huamán. “yo decidí venir a verlo… ¿No le molesta, no?”

Pedro sonríe otra vez:

“No, para nada”.

Pedro monta la moto y ambos parten hacia Castilla. En el trayecto, los baches hacen inevitable que el pecho y todo el cuerpo de Pedro se pegue a la espalda y el culo de Huamán. Tras 15 minutos de viaje, debido al tráfico, llegan.

“Misión cumplida”, anuncia el sereno.

“Gracias”, vuelve a sonreír Pedro. “¿Te vas a la base?”

“La verdad no sé a dónde ir: mi familia se ha ido al campo por unos días y me voy a aburrir en mi jato”.

Pedro lo piensa un poco.

“¿Por qué no subes un rato… digo, como que conversamos”?

Huamán lo duda:

“Pero… ¿y si llega su tío como la otra vez?”

Pedro ríe:

“Le dije que me estabas ayudando a mover unas cosas, y que estábamos limpiando”.

“¿y qué dijo?”

“No soy nada de mi tío Eliezer, ¿qué va a decirme?”

Huamán mete la motocicleta al jardín interior y entra con Pedro a la casa; suben hasta el dormitorio que el segundo ocupa.

“Voy a bañarme”, avisa Pedro.

“¿Quieres que te acompañe?”

“¿Por qué no?”

Ambos se sonríen. Se desnudan e ingresan al baño.

Bajo la ducha, mientras el agua recorre sus cuerpos, sus bocas se besan, sus manos se acarician, sus penes erectos se rozan. Aprovechando el jabón, Huamán soba las nalgas a Pedro y mete su mano hasta masajear el ojo del culo.

“No me lo vayas a meter”.

“No… ni loco… si quieres, hazme lo mismo”.

“¿en serio?”

“Sí, méteme los dedos entre las nalgas”.

Pedro no se hace de rogar. Unta sus manos en jabón y repite la caricia del sereno. Ahora ambos se masajean el ano mientras se besan apasionadamente.

La maniobra surte efecto de inmediato: como sus dedos surcan suavemente la orilla de sus orificios, y el jabón los lubrica, eso activa una serie de estímulos nerviosos que transmiten algo así como electricidad a todo el cuerpo.

Para completar el cuadro, los dos varones mecen suavemente sus pelvis, una contra otra, haciendo que el pene de uno se masajjee en el pubis del otro.

“Sigue así, Huamán”, Jadea Pedro. “Qué rico”.

“Me vuelves loco… ¿quieres chupármela?”

“Claro”.

Allí, dentro de la ducha, Pedro se arrodilla, toma el pene gordo y cabezón del sereno y se lo mete a la boca. Lo succiona mientras que con uno de sus dedos sigue masajeando el hueco anal.

Huamán siente que esa forma de chupar la pinga es lo máximo. Cierra los ojos y se deja ir.

“Las voy a dar, ¡las voy a dar!”, susurra.

En cuestión de segundos, el semen sale a chorros y llena la boca de Pedro, quien sigue haciendo la fellatio mientras se traga la leche hasta que siente  flácido el pene de su amante.

“Te la chupo yo”, pide Huamán.

Los papeles se invierten. Con cierta dificultad, el sereno mama los 15 centímetros del joven guapo; de hecho, no le cabe todo el falo dentro de su boca, pero Pedro no se lo reclama.

Huamán mama verga con algo de torpeza pero se siente rico.

Por supuesto, el culo de Pedro no escapa a las caricias del sereno: lo soba, lo amasa con delicadeza, lo palmea levemente, y sigue estimulando el ano con uno de sus dedos.

Pedro demora más que Huamán en eyacular, pero todo tiene su final…

“Me vengo, me vengo”, avisa.

Huamán se saca el pene de su boca, lo masturba y deja que la leche de su amante se dispare sobre su cara. ¡Wow! Qué hermoso facial se hace.

Luego, ambos chicos descansan desnudos y abrazados sobre la cama.

“¿Por qué no te tragaste mi leche?”, pregunta Pedro.

“No sé”, responde Huamán. “Nunca lo he hecho… ¿A qué sabe?”

“No sé”, responde Pedro. “el semen es diferente según el hombre”.

Ambos sonríen.

Pedro siente que Huamán le toca su pene flácido otra vez.

“Me gustaría probar tu semen”.

Pedro mira a Huamán:

“¡Estás seguro de querer probar mi semen?”

“No… pero podemos intentar”.

Pedro sonríe otra vez. Su pene vuelve a ponerse duro.

Y para terminar, te dejamos con una porno gay | Tuitéanos | hunks.piura@gmail.com 

No hay comentarios:

Publicar un comentario