viernes, 10 de febrero de 2023

ASS (65): “Me la metiste a pelo”

Alejo y Miguel comienzan a hacer planes futuros, como si fuesen una pareja de enamorados, cachan rico… entonces, una inesperada visita les llega.

 



Anteriormente en ASS…

A la una de la tarde de ese jueves, Alejo termina su rutina de entrenamiento en el AS de San Sebastián. Está sudado de pies a cabeza. Solo viste su pantaloncillo de lycra, sin ropa interior (lo que le marca su generoso paquete y hace que la tela se le meta por la raja de su gran culo), calcetines y zapatillas. Miguel se le acerca:

“la ducha ya está limpia, así que puedes usarla ahora mismo”.

Alejo sonríe:

“¿Sabes qué he estado pensando, Miguel? Vamos a darle duro un año entero al porno gay, reunamos suficiente plata, ahorremos, la juntamos y la invertimos en comprar el AS. Si no nos alcanza, lo alquilamos; el hecho es que lo sigamos trabajando”.

“¿Y Alberto ya sabe eso?”

Alejo toma un poco de agua:

“Una vez cuando estábamos cachando lo conversamos. Lo que nos dijo Pedro alguna vez es cierto: en algún momento se va a saber cuál era la real intención de fundar el gimnasio, y ahora que ya la sabemos, lo mejor sería que lo protejamos. Entonces, si la propiedad pasa a nosotros, él queda limpio. Sería lo más justo”.

“Espera… ¿de dónde sacaste esa idea?”

“Marcano me estuvo explicando”.

“¿Y dejaremos de hacer porno gay por completo?”

Alejo se lo piensa un poco:

“Quizás ya no con la presión de ahora”.

“¿Marcano también dejará de hacer porno?”

“Dice que cuando pueda crecer su negocio y se pague solo”.

Ambos caminan hacia la puerta que lleva al baño:

“Pero, Alejo, también sabemos que Beto no puso la inversión del AS; que, en realidad, fue…”

“Entonces se lo planteamos, Migue… total, estamos trabajando para él, ¿no?”

“¿y si nos dicen que no?”

“Ponemos un hostal para encuentros gay… o yo pongo mi taller mecánico y tú… lo que tengas pensado”.

Miguel sonríe:

“Por ahora pienso que debes quitarte el sudor de todo el cuerpo, en especial de tu culo y tus bolas”.

“Y… ¿si nos duchamos juntos? No hay alumnos”.

Los dos musculosos entran totalmente desnudos al baño y comparten la hora del aseo. Aprovechan el jabón para acariciarse sus firmes músculos: pectorales, brazos, culos, piernas. Un beso en la boca, seguido de otros tantos, no tardan en aparecer.

Cuando se han enjuagado el jabón, y aún con el cuerpo húmedo, Miguel besa toda la espalda hasta llegar al culo de Alejo. Le separa ambas nalgas, y, mientras el segundo se inclina,el primero aprovecha para lamer cada glúteo y el ano cerradito al medio.

“Puta madre, qué rico lo haces, huevón”, reacciona alejo muy excitado.

Miguel sigue estimulando el esfínter hasta que nota una dilatación en el agujero.

“¿Estás listo, ale?”

Alejo respira profundo:

“Listo”.

Miguel se pone de pie, y con la verga ya dura, comienza a penetrarlo lentamente. La sensación que tiene Alejo ahora ya no es la incomodidad de aquella primera vez cuando probó pinga y quedó adolorido, menos de esa segunda vez cuando ya se había entrenado un poco más. Por otro lado, Miguel es un amante consciente, interesado en que ambos gocen el momento por igual.

“Lo tienes cerradito, so carajo”, comenta Miguel con toda la calentura encima.

“Muévete rico, papá… lo haces bien”.

Miguel comienza a bombear poco a poco hasta que sus 18 centímetros pueden trabajar como un pistón dispuesto a dar todo el placer que ambos puedan imaginar. Alejo comienza a pajearse, al mismo tiempo.

Lo que sí Miguel aún no logra controlar la duración del acto cuando hace de penetrador. No pasan ni diez minutos cuando expulsa todo su semen dentro del recto de su mejor amigo.

“A la mierda”, gruñe el activo.

Alejo, quien no ha dejado de pajearse, gira:

“Arrodíllate”.

Miguel obedece.

“Abre la boca y saca la lengua”.

Miguel hace lo que su amante le pide. Alejo se pajea más fuerte aún, haciendo que su mano golpee contra su afeitado pubis, que suena como si chasqueara un culo. Jadea cada vez más fuerte. Su rostro revela que el orgasmo es inminente.

“¡Mierda! ¡Las doy, carajo!”

Alejo dispara su semen en la boca de Miguel, con la misma masividad de siempre. Se inclina a besarlo en la boca y saborear su propio esperma mezclado con la saliva de su amigo. El fluido viril se pega entre la lengua y los dientes de ambos. Se separan y sonríen.

“Creo que te pediré que seamos pareja”, susurra Alejo entre broma y serio.

“Creo que diría que sí”.

Entonces el timbre de la puerta suena. Ambos se miran extrañados.

“¿Hay alumno programado para esta hora?”, pregunta Miguel.

“No que yo sepa”, responde Alejo.

Ambos ingresan rápidamente al dormitorio. Miguel se pone la ropa que ya se había quitado y va a abrir la puerta de la calle. Queda de una pieza.

“¿edú?”, se extraña. “¿Hombre! ¿Dónde te habías metido?”

“¿Puedo entrar?”, consulta el futbolista, quien luce tan guapo como el día que llegó a San Sebastián; de hecho, luce un ceñido traje deportivo: camiseta y short que le marcan su cuerpo fibroso.

Miguel le da paso, y detrás de él, otro chico tan guapo como él, también vestido deportivamente, lo que revela un cuerpo más o menos atlético.

“Es Bartolomé”, explica Edú. “Trabaja en el seguro”.

Miguel no entiende nada, pero confía en su amigo.

“¿Podemos conversar un ratito? Es importante”.

“Claro, Edú”.

Pasan a la sala de recepción que también se usa para los ejercicios de calentamiento y se sientan alrededor del escritorio.

“No voy a dar rodeos”, anuncia edú. “Tengo VIH”.

Miguel se sorprende, pero entiende que debe ser empático:

“Edú: si el médico te dice que puedes entrenar sin problemas, por lo menos yo no me hago ninguna palta en que…”

“Gracias, la verdad te agradezco eso, pero… no fue por eso que vine a verte”.

Miguel pone cara de intriga.

“¿Recuerdas esa vez que me hiciste el masaje, el primer día que vine?”

Miguel traga saliva, mira un poco avergonzado a Bartolo.

“Claro”, al fin responde.

“Me la metiste a pelo”.

Miguel hace memoria rápidamente, comienza a sudar frío. Por el pasillo al fondo, Alejo aparece serio.

Y para terminar, te dejamos una porno gay |Tuitéanos | hunks.piura@gmail.com 

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