hace unos días, fue la misa de aniversario de una tía. Asistió toda mi familia, así que nadie se quedó en casa, ni yo.
Vino familia de Lima, entre ellos un primo que se fue por trabajo, pero que regresó a Piura, porque tampoco es que consiguiera algo bueno; pero alquiló una mototaxi, y la puso a trabajar.
Cuando terminó la misa, todos fuimos a la recepción, aunque yo preferí quedarme fuera. Estaba solo. Me quedé mirando unos chibolitos que jugaban por la calle, cuando llegó mi primo. Él es moreno, algo cuerpón, varonil, alto.
- ¿Qué haces acá solo? ¿Por qué no entras?
- Me aburro allí.
Entonces me hizo el habla sobre diversas cosas. En un momento, vi que comenzó a sobarse su bragueta.
Fue cuando un tío salió, y lo llamó.
- anda, compra una cajita de cerveza.
- ¿Tienes chela en tu jato?
- Sí.
- Ya pe. Vamos a ver.
En la recepción, se quedó sólo mi familia. Fui, y le pedí la llave a mi mamá.
- Le voy a vender cerveza.
Ya, anda.
Fuimos con mi primo, a mi casa, en su mototaxi. Mientras íbamos, seguíamos conversando diversas cosas, hasta que llegamos. Entramos, y cerramos la puerta.
- espérame, que voy a ver una jaba pa' darte la chela.
- OK.
Abrí el refri, y me agaché para tocar la cerveza más helada. Me senté en cuclillas. De pronto, sentí que algo me rozó el culo: era el pie de mi primo.
Regreso a mirarlo. Se estaba tocando un gran bulto.
- Quiero cachar.
Me reí.
Él se desabrochó su pantalón, y saltó una enorme verga morena de 19 cm, gruesa. Estava babeando en la punta.
Sin que me lo pidiera, comencé a chupársela con ansias. Le jalé la telita del prepucio, lo masajeé, le chupé los huevos. Lamí y relamí su salado néctar.
Comenzó a manosearme el culo.
- Vamos a dejar la chela, ¿sí?
- Ya, y luego salimos en mi moto, con cualquier pretexto, porque tengo ganas de cacharte y reventarte el culo.
Fuimos a dejar la cerveza. Yo no entré, pero unos minutos después, me hizo la seña de que lo siguiera. salimos en la moto, y regresamos a mi casa.
Apenas entramos y cerré la puerta, se desabrochó su pantalón, y se lo bajó. Comenzó a besarme, con mucha arrechura, metiéndome su lengua en mi boca. ¡qué rico!
- Vuélvemela a chupar. Mámala como te gusta.
Lo hice de nuevo. Entonces, comenzó a desabotonarme mi pantalón, pero él estaba tan arrecho, que me rompió uno de los botones. Me lo bajó rápido, me tiró al mueble, y me susurraba cosas ricas al oído.
- Te voy a hacer mío... Te follaré como una perra.
Yo me reí.
- Ya. Habla bonito.
Comenzó a besarme la espalda, y aprovechó para bajarme mi interior, rápido. Por lo visto, sí que estaba arrecho mi primo.
Volvió a colocar su verga en mi boca.
- ¡Chúpala!
Mi primo no podía con su arrechura, tanto que me calateó al toque. Él también se calateó y dejó ver ese cuerpo bien formado, lo que me hizo suponer que en vez de buscar chamba en Lima, fue al gym. El hecho es que me abrió mis nalgas, y jugaba con ellas. Entonces, me hizo el beso negro.
se puso un condón, se echó encima mío y me la clavó. Qué rica verga sentía en mi culo, carajo. Comenzó a moverse como si alguien lo estuviera apurando. Definitivamente, era arrechura pura.
- Uh, ah, así, qué rico culo, mierda. ¿Te gusta?
- sí, cáchame así.
- Te la voy a meter con todo y huevos.
- Sí, sí. sigue.
Luego se levantó, e hizo que me acostara boca arriba, me levantó una pierna y me la volvió a meter. Otra vez lo hacía tan rápido, que su cadera hacía ruido al chocar con mi culo. Qué rico se sintió esa pose.
Sin sacar su pinga, nos paramos, y me arrimó en un escritorio. Puso sus manos en mis caderas, y me bombeó tan rápido como antes, haciendo más ruido al chocar.
Me sacó su pija, se quitó el condón, y me disparó su leche sobre mis nalgas. Usando su semen como lubricante, sobó su polla aún dura entre mis nalgas.
Nos limpiamos, nos vestimos de nuevo, y regresamos a la recepción, como si nada hubiera pasado.
- estás rico.
Su tono era sensual, pícaro; su mirada era de mañoso.
- Estás para comerte de nuevo, y aventártela toda.
Mientras tanto, mi familia seguía rezando y bebiendo. ¡Si supieran que en mi casa, también la pasamos bien, pero de otra forma!
©2012 Hunks of Piura Entertainment.
Apenas entramos y cerré la puerta, se desabrochó su pantalón, y se lo bajó. Comenzó a besarme, con mucha arrechura, metiéndome su lengua en mi boca. ¡qué rico!
- Vuélvemela a chupar. Mámala como te gusta.
Lo hice de nuevo. Entonces, comenzó a desabotonarme mi pantalón, pero él estaba tan arrecho, que me rompió uno de los botones. Me lo bajó rápido, me tiró al mueble, y me susurraba cosas ricas al oído.
- Te voy a hacer mío... Te follaré como una perra.
Yo me reí.
- Ya. Habla bonito.
Comenzó a besarme la espalda, y aprovechó para bajarme mi interior, rápido. Por lo visto, sí que estaba arrecho mi primo.
Volvió a colocar su verga en mi boca.
- ¡Chúpala!
Mi primo no podía con su arrechura, tanto que me calateó al toque. Él también se calateó y dejó ver ese cuerpo bien formado, lo que me hizo suponer que en vez de buscar chamba en Lima, fue al gym. El hecho es que me abrió mis nalgas, y jugaba con ellas. Entonces, me hizo el beso negro.
se puso un condón, se echó encima mío y me la clavó. Qué rica verga sentía en mi culo, carajo. Comenzó a moverse como si alguien lo estuviera apurando. Definitivamente, era arrechura pura.
- Uh, ah, así, qué rico culo, mierda. ¿Te gusta?
- sí, cáchame así.
- Te la voy a meter con todo y huevos.
- Sí, sí. sigue.
Luego se levantó, e hizo que me acostara boca arriba, me levantó una pierna y me la volvió a meter. Otra vez lo hacía tan rápido, que su cadera hacía ruido al chocar con mi culo. Qué rico se sintió esa pose.
Sin sacar su pinga, nos paramos, y me arrimó en un escritorio. Puso sus manos en mis caderas, y me bombeó tan rápido como antes, haciendo más ruido al chocar.
Me sacó su pija, se quitó el condón, y me disparó su leche sobre mis nalgas. Usando su semen como lubricante, sobó su polla aún dura entre mis nalgas.
Nos limpiamos, nos vestimos de nuevo, y regresamos a la recepción, como si nada hubiera pasado.
- estás rico.
Su tono era sensual, pícaro; su mirada era de mañoso.
- Estás para comerte de nuevo, y aventártela toda.
Mientras tanto, mi familia seguía rezando y bebiendo. ¡Si supieran que en mi casa, también la pasamos bien, pero de otra forma!
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