12nov2012
17:43
Estoy a punto de jalar uno de mis exámenes. Soy estudiante de Bellas artes (Dibujo y Pintura). El profesor me ha dicho que estoy mal en figura humana, que ni teniendo a los modelos frente a mí, soy capaz de guardar las proporciones. Y no es que esté creando una nueva corriente, sino que, por alguna razón, no me sale.
El profesor me dice que, si no le presento algo que lo impresione, me desaprobará. No se me ocurre nada.
14NOV2012
22:53
Unos amigos artistas me invitan a un cumpleaños. A pesar de que trato de distraerme, no se me quita la preocupación. ¿qué presentaré para no desaprobar el curso? Me gusta el arte, pero temo que la creatividad, no sea mi fuerte.
El anfitrión me pide que conozca a unas personas, y veo que uno de ellos no está tomando nada de alcohol, sino agua. Aprovechando que los otros se van a bailar (soy un mal bailarín), me le acerco.
“¿Temes que el alcohol se te suba a la cabeza?”, le pregunto.
“No. Nada que ver. Es rico, pero prefiero cuidarme”, me responde.
En efecto, se trata de un hombre de unos 30 a 32 años de edad, algo alto (como de 1m79), de complexión atlética (aunque su camisa me hace dudar, pero su jean le entalla perfecto), algo moreno, cabello crespo.
Comenzamos a conversar, y me doy cuenta que aprecia el arte. Bueno, de otro modo, difícilmente hubiera ido a esa fiesta.
15NOV2012
00:33
Tras bailar y escuchar un recital de poesía, sigo conversando con él. De hecho, toda la noche lo hice. Nota mi preocupación, y le cuento mi problema.
“Algo que lo impresione. ¿Has pensado en algo surrealista?”, me comenta.
“¿Como qué?”
“No sé. Algún personaje que sea recurrente en tus sueños”.
Ahora que lo menciona, siempre son recurrentes unos hombres alados, como ángeles, pero desnudos, sin más accesorios que cintas doradas en sus muñecas y tobillos.
Con cierta reserva, se lo comento.
“La idea es mostra. ¿Por qué no la haces?”, me anima (para mi sorpresa).
“Soy malo con las proporciones. Además, necesitaría un modelo, y ando cero balass”, le replico.
El chico me toma la mano y la sacude: “¿Dónde queda tu taller?”
Quedo desconcertado: “¿Conoces algún modelo que no me cobre?”
“Yo… digo, si califico”, afirma sonriendo.
No sé qué responder. No tengo un taller, pero sí tiempo.
“Mira, estoy libre en dos días. Déjame tu celular y me encargo del espacio”, se ofrece.
“¿A cambio de qué?”, insisto.
“De servirte, de que salgas aprobado. Además, siempre quise posar desnudo”.
No se si fue el vino, pero en ese momento, mi pene erectó.
17NOV2012
09:12
Tras encontrarnos en el Óvalo Cáceres, me lleva a una de estas urbanizaciones que hay por la avenida Panamericana. Allí llegamos a una casa, sin muebles, pintada de blanco, amplias ventanas, cubiertas con cortinas blancas. Como afuera hace sol, el espacio es ideal.
Mi modelo, sin que se lo pida comienza a desvestirse, hasta revelar una estupenda anatomía.
No sé si por descuido, o qué sé yo, olvidé preguntarle dónde trabajaba, pero era evidente que, por su complexión atlética, le dedicaba cierto tiempo al día para ejercitarse. Aparte era lampiño, y se notaba que recortaba su vello púbico, lo que resaltaba un pene bien proporcionado, y unos testículos grandes, pero adecuados al conjunto: un perfecto dios griego.
Mi pene, un perfecto falo excitado.
09:25
Tras estudiarlo, y ubicarlo en una pose, como si estuviera volando, procedo a dibujar mi boceto. Aprovechando su disponibilidad, haré varios.
La concentración hace que mi erección decaiga.
10:26
He terminado. Me pide ver mis bocetos. Se los muestro. Sin vestirse, está cerca de mí, y otra vez, mi pene se hincha de sangre, regresando a su rigidez. Me abochorno por ello.
“Oye, están de la puta madre”, me dice.
“Luego, le agrego las alas, y listo”, le digo casi tartamudeando.
“Creo que te aprobarán”.
Entonces, me abrazó fuertemente. Creí estar soñando. Su hermosa anatomía, estrechándose contra la mía casi endeble. Siento que mi pene está a punto de estallar.
“¿sabes por qué no te salían los otros trabajos?”, me dice, sin dejar de abrazarme.
“¿Por-por qué?”
“Porque te dejabas llevar por la esencia de tu profesor, pero no por lo que sientes realmente”.
“¿Cómo es eso?”
Sin preámbulo, él puso su mano sobre mi paquete duro. Era el acabóse: “esto es lo que realmente sientes… y yo también”.
10:49
Los dos estamos desnudos, acostados sobre una especie de alfombra que hay sobre el falso piso. Estamos echados de costado, pero frente a frente. Seguimos abrazados besándonos, acariciándonos, sintiendo la dureza de nuestros largos penes: el mío mide 18, y el de él va por ahí. Los rozamos, y jugamos una placentera guerra de espadas.
Comenzamos a revolcarnos, hasta que quedo acostado sobre él. Me levanto y me siento sobre su miembro, y, dejándome llevar por la excitación, comienzo a masajearlo con la raja de mis nalgas. Jadeamos y gemimos. Él me acaricia todo el cuerpo, y de vez en cuando, mueve su pelvis.
Se supone que entre artista y modelo, esto no debe pasar. Pero, ¿qué mierda?
11:05
El chico saca un condón (me llama la atención que hubiera venido preparado), y sin perder la pose, comienzo a introducirme su pene en mi ano. No lo hago desde hace meses. ¡qué rica sensación! Subo y bajo, subo y bajo.
Volvemos a girar, y me pongo piernas al hombro. Él me bombea con firmeza, pero procurando que sienta el momento y su masculinidad. Mi pene sigue erecto a más no poder.
11:22
Hacemos un 69. ¡qué rico es sentir chuparla y que te la chupen!
“Las voy a dar”, me advierte.
Saca su pene de mi boca, se la comienza a correr. En pocos segundos siento su semen caliente sobre mi cara y cuello. Él también me suelta mi falo, me lo corro. No sé dónde eyaculo.
29NOV2012
11:02
Mi profesor me llama. Es el momento de la verdad. “Estás aprobado”, me dice sorprendido. “Realmente me has impresionado… es un excelente trabajo. De no ser por un par de errores, imperceptibles, diría que lo mandaste a hacer, pero es tu estilo, tu alma”.
Al salir del aula, lo primero que se me ocurre es salir y buscar a mi modelo, pues, realmente, fue mi amuleto de la buena suerte. Pero, ¿dónde está? Ni siquiera mi amigo me da razón.
10ENE2013
21:06
Uno de mis amigos ofrece una exposición, y voy a buscar el lugar. Pero al llegar, no encuentro referencias.
Veo a un policía, con un sexy trasero debajo de su uniforme, y cuerpo de modelo, y voy a preguntarle por referencias.
“Disculpe, jefe. La exposición de…”
No puedo continuar. Me quedo helado viendo su rostro.
El policía es… mi modelo.
Recopilado por SOT. ©2013 Hunks of Piura Entertainment. Escribe al autor: hunks.piura@gmail.com, o deja tu comentario aquí.
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