viernes, 23 de agosto de 2013

Cuaderno de Obra (10)

Creado por N-Azz. Escrito por Hunks01 y N-Azz.

 

A las ocho de la noche, Miguel y Tito llegan a casa.

- Primo, gracias por apoyarme.

- No, huevón. Gracias a ti. Ya me cayó alguito pa’ ahorrar.

Al entrar , contra la costumbre, la televisión está apagada, la mesa vacía. Miguel se adelanta un poco y percibe gemidos. Tito no espera más, coge el control y enciende el aparato. Están dando uno de esos realities de canto.

En un par de minutos, Miguel se acerca sigilosamente, hasta alcanzar la oreja de su primo.

-          Mis viejos están cachando… como si fuera una porno.

-          Tito se ríe en silencio.

-           Déjalos en paz… oye…, esté… ¿y ese chico que le decían ingeniero?

-           No sé. Buscaba al maestro pa’ que le haga un busto pa’ una escuela.

-           ¿Escuela? ¿No será la escuela de acá, del barrio?

-           Ni idea, ‘on.

-          Mientras Miguel va a la cocina a ver qué hay de comer, Tito no puede quitarse de la cabeza el rostro de Renzo… como si lo hubiera visto de antes.

 

Renzo sigue esperando la llamada de Gustavo, sin éxito. Avisa a sus amigos por voz, mensaje y Facebook, pero nada. Incluso sus compañeros de trabajo le dicen algo inusual: ese día apenas llegó a la oficina por media hora y se fue.

Esa noche se va a la cama, pero no puede dormir. Se revuelca.

Casi al amanecer, logra conciliar el sueño.

Una llamada lo despierta. Mira su reloj. Ocho y media de la mañana.

-          ¡Mierda!

-          Ve el número en su smart-phone. ¡Es el de Gustavo!

-           ¡Amor, me tenías preocupado!

-           Ehh… ¿Renzo?

-           Sí… ¿Qui-quien es?

-           Soy Renato, jefe de Gustavo.

-           Ah, hola, disculpa. ¿Le pasó algo a Tavo?

-           Bueno… sí… Le dispararon, y está grave en el Hospital.

 

Esa mañana temprano, Juan, Miguel y Tito aprovechan para limpiar la fachada de polvo y telarañas, cuando Vinicio se les acerca.

-          Eso, compadre. Reluciente para mañana.

-          Juan se le acerca con cierta seriedad.

-           ¿Qué pasó, Vinicio?

-           Nada, nada. Recordarte que el domingo es la ceremonia de la primera piedra. Como dirigente, debes estar ahí.

-           Claro. Gracias por recordarlo.

-           Además, vengo a hablar con Tito. Quiero confirmarle que viajará con nosotros a la Convención, a Lima.

 

En el condominio, Renzo trata de obtener más información sobre el incidente con Gustavo, y parece encontrar algo en un portal de noticias. Entonces, Eduardo entra con un boleto en la mano.

-          Lo conseguí. Puta, Renzo, justo cuando vamos a comenzar la obra.

-           Eduardo, la verdad discúlpame. Pero…

-          Renzo rompe a llorar. Eduardo se acerca a abrazarlo.

-           Renzo. ¡Vamos. Tavo es fuerte. Se va a recuperar.

-           Su jefe me dijo que está inconsciente. Mira, sólo quiero asegurarme que está bien, y regreso al toque.

-           Claro. Pero si ves que las cosas se complican, por favor, avísame para tomar mis previsiones. Esa obra…

-           Lo sé: necesita un residente. Ya le hablé a dos amigos. Yo te paso la voz al toque.

-           Alístate: tu avión sale en dos horas y media.

 

Juan ingresa a su sala. Tito revisa unos papeles del Sindicato.

-          ¿Qué decidiste, sobrino?

-           Me gustaría ir. Hace tiempo que no voy pa’ Lima.

-           Pero no vas de turista. Vas a una Convención.

-           Dije que me gustaría, no que quiero ir. El problema es que don Vinicio me consiguió la chamba. ¿Qué pasa si lo desairo?

-          Juan se sienta al costado de su sobrino para tener más intimidad.

-           ¿Recuerdas lo que te conté de cuando servía en el cuartel?

-           No me quiero prostituir, tío.

-           Es tu decisión. Sabes que la apoyaré.

-          La duda inunda la cabeza del muchacho. La imagen de aquella entrevista en el Sindicato regresa a su cabeza, cuando tuvo que desnudarse frente a Vinicio, cuando… ¡Por Dios! Mejor corta el recuerdo. Debajo de su short, su verga se pone dura.

 

A las dos de la tarde, Renzo llega a una clínica en San Isidro, Lima, donde le dijeron que fue trasladado Gustavo.

Al llegar al piso, se encuentra con algunas personas entre las que reconoce a la hermana y la madre de su enamorado. Están llorando inconsolablemente. Junto a ellas está  Renato.

Al ver a Renzo, Renato se le acerca.

-          Ellas no lo saben, ¿cierto, Renzo?

-           Su hermana sí. ¿Qué le pasó a Gustavo?

-           Acompáñame.

-          Renato lleva a Renzo a otro espacio. El nerviosismo lo invade, así que trata de respirar hondo. Si bien, ambos habían comenzado a vivir como pareja, para toda la familia, se trataba de dos amigos que comparten un departamento en un sitio más o menos exclusivo de Surco.

-           ¿Cuán grave está? No me digas que…

-           Renzo. Gustavo está en coma profundo.

-           ¿qué… quieres decir?

-           Si su familia lo desconecta, fallecerá.

 

(CONTINUARÁ)

 

© 2013 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí.

 

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