martes, 20 de agosto de 2013

Cuaderno de Obra (7)

Creado por N-Azz. Escrito  por Hunk01 y N-Azz.

 

El fornido Gustavo aún está desnudo, acostado, pensativo sobre su cama. ¿Por qué lo llamarán del Hospital? Su celular suena de nuevo. Esta vez es Renzo.

-          Hola, amor. Disculpa que anoche no te respondí. Estaba en una reunión con Renato… ya sabes cómo es…

-           Claro, le dicen Pampers: extra-absorbente. Te cuento que acá comenzamos el lunes. Es un proyecto bien lindo, una escuelita primaria, pero el diseño es fuera de lo común, no es un cajón como las otras.

-           Ah, manya, qué cojonudo.

-           ¿Tienes algo? Suenas distinto.

-           Nada, amor. Es que… me acabo de despertar. ¿sabes algo? Quiero que busques un depa por allá. Si me mudo, tendremos que alquilar algo amplio para los dos.

-           ¿Y el de Surco? ¿qué haremos con ése?

-           Tranquilo. Lo conservaremos. Yo me encargo.

 

Apenas la oficina del Sindicato está abierta, cuando Tito irrumpe, creando desconcierto en Ezequiel y Vinicio.

-          Disculpe, ¿cómo es eso que vamos a Lima?

-          Vinicio pide a Ezequiel que se retire. El vocal duda, pero a insistencia del Secretario General de la organización, se va al almacén.

-           ¿Sabes qué, Tito? No me equivoqué. Precisamente ésa es la actitud que busco: alguien de armas tomar.

-           ¿Y por qué no me preguntó a mí, primero?

-           Te… estaba probando. Si no hubieras reaccionado como reaccionaste, entonces entendería que me equivoqué.

-          Tito se queda desconcertado. ¡Qué pata para más enrevesado este dirigente!

-           Tranquilo, Tito… tú y yo sabemos de todas tus… ventajas… ¿entiendes? Vas a llegar lejos conmigo. ¡Bien lejos!

 

En la escuela de Bellas Artes, una docena de chicos y chicas reciben a un viejo profesor.

-          ¿Trabajos?

-          Los y las estudiantes entregan sus obras. Miguel lo hace con cierto nerviosismo. Ha visto los trabajos de algunos compañeros, y están perfectos. A pesar de las formas canónicas de Tito al desnudo, evidentemente, hay otras propuestas mejores que la que presenta. Al fin, entrega el suyo.

-          El maestro informa que esa mañana seguirán practicando con la figura humana masculina, por lo que hace pasar a un muchacho blanco, alto, musculoso. Se quita la bata, y se queda calato ante los alumnos. El chico es lampiño, incluso de las piernas, mientras que el pubis y las axilas están evidentemente rasurados. Su miembro no es grande ni pequeño, bueno, también está flácido, pero sus huevos sí son grandes. Tiene un culo redondo, como si debajo hubieran dos globos, el resto de musculatura igual.

-          Una chica se sonroja. El modelo, también.

-          Al finalizar la sesión, el desnudo se pone la bata de nuevo, y todos se van. Súbitamente, el maestro pide a Miguel que lo espere un momento.

-           ¿Qué pasó, profe?

-           ¿De dónde sacaste este trabajo?

-           Es mi primo. Posó para mí. ¿Por… qué, profe?

-          El docente sonríe.

-           ¡Está perfecto! ¡Acércate, Dante!

-          El modelo de la clase se acerca. El maestro lo presenta con Miguel.

-           Verás, Miguel, hay un grupo escultórico que me encargaron. Quisiera que trabajes con Dante. Y si puedes, llama a este primo tuyo ¿de nombre?

-           Tito, profe. Tito.

-           ¿100 semanal por medio tiempo estará bien, Miguel?

 

Casi a mediodía, Ezequiel se anima a recordarle a Vinicio el incidente de más temprano con Tito.

-          Tranquilo. Ese muchacho es lo que buscamos.

-           ¿Lo que buscamos… o lo que buscas?

-          Vinicio frunce el ceño, cuando aparecen Eduardo y Renzo. Jonás se queda en la puerta como custodia. Todos se saludan y presentan al nuevo residente.

-          La reunión gira en torno a detalles de la obra, y la manera cómo se distribuirán los cupos de trabajo.

-           Espero, ingeniero Jáuregui, que no intente imponerme su personal como en la obra del tambo, cuando violó los acuerdos del pliego que firmó.

-           Te recuerdo que necesitábamos personal altamente especializado que tú no tienes. Además, esta obra es distinta. Sólo estará mi residente, aquí presente, y mis capataces, que ya conoces. Ah, y mi encargado de almacén y tareo.

-          Vinicio parece estar satisfecho con los acuerdos.

-          Al finalizar la reunión, casi a la una, se queda solo con Ezequiel.

-           ¿Has visto el residente que se consiguió? Es un chivolo.

-           Y parece, Ezequiel, que le entra… de cualquier modo, no te confíes de su juventud. Estos mierdas vienen con una computadora en la cabeza.

-           ¿Y cómo sabes que le entra?

-          Vinicio exagera su inspiración.

-           Huele a cabro, Ezequiel. Huele a cabro.

 

Aprovechando la hora de almuerzo, en Lima, Gustavo va al Hospital. Busca el consultorio que le dijeron.

Al entrar, un chico delgado lo mira de pies a cabeza. A pesar de su ropa sport elegante, es imposible ocultar sus formas atléticas.

Otro muchacho lo mira directo a los ojos, y le baja la mirada. Gustavo lo ve, pero no entiende por qué no le puede despegar sus ojos.

Al fin, una enfermera lo hace pasar.

El médico lo saluda cordialmente, conversa brevemente.

-          Gustavo, ¿es de vida o muerte que viajes a trabajar a Piura?

-           Sí, doctor. Es parte de mi chamba. ¿Por qué?

-           Gustavo… tu prueba… dio positiva.

 

(CONTINUARÁ)

 

© 2013 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí.

 

 

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