domingo, 3 de julio de 2022

ASS (35): La libido insaciable del candidato

El sexo con patas es una buena forma de dar y recibir favores políticos también.


 

Sobre una cama, un chico trigueño fornido y lampiño, no más de 20 años, mete pinga al culo de otro hombre de contextura normal aunque con piernas y culo musculosos, no más de 45 años, quien lo recibe en un cómodo misionero. Ambos gimen mientras la penetración es intensa sin llegar a lo brutal. El más joven levanta el rostro, frunce placenteramente el ceño y jadea profundo. Da unas cuantas embestidas más a ese culo y se detiene poco a poco.

“Ya la di”.

“Follas riquísimo”.

El joven se incorpora, saca su pene, se quita el condón y se baja de la cama.

“¿Dónde boto el forro?”

“En el water”, le dice el que aún sigue acostado. “Si quieres, dúchate”.

El chico sonríe y se va a la pieza ccontigua. El que sigue acostado y desnudo piensa que meter su pinga en ese culito redondo y aferrarse a esas piernas gruesas debe ser tan excitante como a ver estado bajo sus brazos también gruesos. Mejor se levanta y también se dirige a la ducha. Adentro el chico ya se está jabonando.

“Ahorita acabo, don José Luis”.

“Normal, podemos bañarnos juntos. ¿ya tiraste el condón donde te dije?”

“Sí, don José Luis. Disculpe más bien si le hice doler”.

“No,descuida. Recuerda que tienes que presentar tu expediente en un fólder pasado mañana directo a Salaverry y él se encarga de todo”.

El chico asiente. Minutos después, cuando ambos ya están vestidos, José Luis le entrega una tarjeta de presentación con su nombre. Se le acerca tocándole el bulto.

“Las paredes tienen oídos, así que no se lo comentes ni a tu almohada. Cuando te toque renovar contrato, volvemos a follar, ¿entendido?”

“Entendido, don José Luis. Tiene un culo riquísimo”.

El hombre más adulto sonríe y despide al muchacho. Apenas abandona el dormitorio, entra un hombre más bajo y guapo, cabello peinado a lo Elvis, delgado aunque evidentemente atlético, quizás 35 años aunque en realidad tiene cinco más. Se despide del chico que sale con la cabeza baja y cierra la puerta con seguro.

“?Tenemos nuevo sereno, Josélu?”

“Sí, querido Salaverry. Nada que hacer que estos chibolos heterocuriosos follan riquísimo”.

“Hablando de follar, llegó tu… bueno, tu gestor de campaña”.

José Luis sonríe sarcásticamente. Salaverry vuelve a abrir la puerta, llama a alguien y entra Eliezer.

“¡Pelu! Vine a la hora que me dijiste pero tu… edecán me dijo que estabas probando pinga”.

“José Luis, Eli. José Luis. ¿Cómo te fue por San Sebastián?”

“El alcalde, ni mierda; pero te conseguía Sandro y al capi”.

“No me digas que hiciste un trío con esos dos rechuchas”.

“Sí, pero mejor estuvo el trío con el capi y ese chibolo de administración de empresas, el hijo rebelde de ese empresario amigo tuyo, el de la fábrica de…”

“¿le metiste pene a Julio o a Flavio?”, se sorprende José Luis.

“Se la metimos al tal Flavio… Prometió votos si lo dejamos hacer porno gay”.

Salaverry se intriga:  “¿Porno gay en Piura? ¿Quién es el osado?”

“¿Recuerdas a ese chico que posó desnudo para esa expo en Bellas Artes?”

“Ah ya, el gogo atlético”, recuerda Salaverry. “¿Y cómo nos dará votos haciendo porno gay?”

“Pide inmunidad, que nadie lo joda, y a cambio mueve a sus seguidores para votar por Pelu”.

“Mientras no me pida follármelo en cámara, sí nos conviene”, reflexiona José Luis.

“Pero casi linchan a ese profesor por mostrar el pene flácido de ese chico”, objeta Salaverry.

José Luis se le acerca y le da un beso en la boca:

“Tampoco podemos despreciar la oferta, Aníbal: los LGTBIQ y demás están ganando espacio. Pelearse con ellos sería una estupidez política”.

“Pero el obispo, Josélu…”

“¿Acaso no son los gays quienes más follan con gente de su mismo sexo, querido Salaverry?”

“Y hay gays evangélicos, y budistas, y agnósticos, y ateos”, agrega Eliezer.

José Luis vuelve a besar en la boca a Salaverry. Hace una seña a Eliezer quien se acerca y también besa al edecán. Luego, los tres al mismo tiempo. Para ser todo formalito, Salaverry tiene unos labios y una lengua que se ajustan perfecto a la de sus otros dos compañeros. Mientras tanto, los tres se van sacando la ropa.

Ya desnudos y subidos en la cama, José Luis mama la gran verga de Eliezer mientras masturba la de Salaverry, recta, gorda, emanando mucho líquido preseminal, 18 centímetros destacando en medio de un cuerpo muy velludo. Al igual que Eliezer, el edecán no se corta o rasura el vello púbico, pero en relación a su armonioso cuerpo, tampoco se ve mal.

Puesto en posición de pollito tomando agua, Eliezer separa las grandes nalgas de José Luis y comienza a hacerle un beso negro mientras Salaverry entrega su pene erecto para que su jefe se lo mame todo. Luego,los dos subordinados se turnan para meter y bombear sus grandes penes dentro del ano de su jefe. El que no lo penetra por atrás, lo hace por la boca.

En ese trance, cuando a Salaverry le toca meter su pene al culo de José Luis, termina expulsando todo su semen allí dentro. Resopla, gime profundo, se aferra a las grandes nalgas de su jefe mientras deja que su orgasmo fluya. Eliezer lo mira sonriendo.

Ya relajados, los tres descansan desnudos en la cama.

“¿Dónde dices que harán ese show porno gay?”, pregunta José Luis fingiendo desinterés.

“Zona Industrial. ¿Quieres ir?”

“Aunque quiera, hoy me toca ser esposo modelo. ¿Y… Julio no pidió nada?”

“Darle chamba a su hijo. Parece que hay un roche con el cura de San Sebastián y el capi prefiere que trabaje para ti”.

“¿Qué roche tiene el cura de san Sebastián?”, curiosea Salaverry.

“Que es más cachero que todos nosotros juntos, o eso me insinuó”.

“Aguanta”, reacciona José Luis. “¿No es el hijo del capi que…?”

“Sí, Pelu. Creo que es el que te cachaste hace años”.

“Puta madre”.

“¿Por qué? ¿qué pasa?”, se extraña Salaverry.

“Q        ue cuando eso pasó, ese chibolo tenía… 14 años”. 

    

No hay comentarios:

Publicar un comentario