Veinte minutos después, el Yaris azul se estaciona en la puerta del edificio donde Alejandro Albújar alquila su habitación. Alexis lo está esperando; lo hace subir.
Al llegar al
dormitorio, Osmar está desnudo de espaldas, junto a la ventana que ahora tiene
las cortinas cerradas y mirando hacia Alejandro, quien está en la Mac retocando
la foto que César había tomado un mes atrás.
Evandro
saluda a Osmar sonriendo y levantando las cejas; el modelo responde con una
sonrisa y un guiño de ojo.
“¿Sigue en
modo abandono?”, ironiza Alejandro.
“No sé si
después de lo que le dije”, responde Evandro, “o se termina de abandonar o
vuelve a sacar las garras”.
“Al menos no
le sacaron las llaves de su depa”.
“Pero sí le
sacaste todo su disco duro, ¿no, Alejo?”
“Por lo menos
todos los masters de Osmar y ese otro
chico que murió en el accidente están a buen recaudo aquí. Si mi modelo se
queda más quieto, este retoque para su calendario quedará listo en media hora
más”.
“¿No se están
ensañando con un enfermo?”, interviene Osmar. “Ya perdió casi todo en ese
accidente y ustedes como que andan haciendo leña del árbol caído”
“Bah. Incluso
con sus heridas no deja de ser melodramático ese huevón”, Evandro se quita la
casaca, las zapatillas y se echa en la cama de Alejandro, contemplando el
hermoso físico desnudo de Osmar, y en especial su glorioso culo.
Alexis
también se quita las zapatillas y se recuesta en la cama al lado del galán.
“Zaira me
insinuó si aceptaríamos un mes adicional de temporada”.
“Deberíamos
aumentar el precio de las entradas”, opina Evandro, quien extiende su brazo
izquierdo y atrae a Alexis hasta ponerlo casi encima de su cuerpo. Lo besa en
la boca.
“Me tienden
la cama cuando acaben”, advierte bromeando Alejandro. “Y tú”, señala a Osmar
con los ojos”, “contrólame eso, o en vez de calendario de jabón será calendario
de cantina gay”.
“Quisiera…
pero no me da la gana”.
Alejandro
sonríe, deja el ratón de una sola tecla, se levanta de la silla y se acerca a
su modelo. Tras besarlo en la boca, se arrodilla a chuparle su pene ya erecto.
En pocos minutos,
ya desnudo del todo, Alexis está cabalgando el cuerpo de Evandro con un pene
duro y grueso forrado con un preservativo, metido en su ano, mientras Osmar
experimenta luego de años cómo se siente penetrar a otro hombre, en este caso a
Alejandro.
Otro
preservativo y mucho lubricante le facilitan la tarea.
Los cuatro
gimen despacio hasta eyacular progresivamente.
Luego, como
pueden, se meten a la estrecha ducha y se asean. Alexis ahora le mete su verga
a Alejandro, bombeándolo con cierta firmeza. A su lado, Evandro y Osmar se
besan apasionadamente.
“¿Quieres
intentarlo?”
“¿No me dolerá?”
“Te prometo
que no”.
Osmar gira,
Evandro soba lubricante en su pene forrado con otro condón en el estrecho ano y
comienza a empujar despacio. Apenas consigue meter el primer tercio mientras su
amante trata de respirar hondo para contener el escozor.
A su
lado,Alejandro por fin libera su semen sobre la mayólica blanca sin necesidad
de masturbarse mientras Alexis, al sentir la opresión del esfínter, lo hace en
medio de sus nalgas tras sobar su pinga por algunos minutos más.
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