viernes, 8 de julio de 2022

Proyecto Lujuria 10.1: Ahora le toca pagar a Escalante

El domingo de esa semana por la mañana, Escalante luce muy deprimido, rehusándose a rasurar su cara: la barba ya le sombrea sus mejillas ahora sin hinchazón. Entra el técnico de enfermería:

“Aquí está”, le indica a alguien.

Tras él, Evandro ingresa vestido como si fuese a practicar taichí, gorra en la cabeza incluída. El rostro de Escalante se ilumina:

“Me dijeron que no quieres comer ni mierda, huevón”.

“Viniste”, sonríe el enfermo.

“¿Cómo te sientes hoy?”

“Pensando en lo que me espera cuando salga de aquí: ya tengo dos muertos en mi haber, a uno lo dejé sin herramienta de trabajo, y ahora con toda esa información fuera de mi control…”

Escalante solloza.

“Y se suponía que tenías todo bajo control: no era cierto”.

“¿Vas a demandarme?”

Evandro sonríe:

“Ya tengo mis propias paltas… Tu información se cotizó relativamente bien en el mercado negro; somos la comidilla de esta ciudad de mierda”.

“Si te refieres a la foto de Osmar conmigo, déjame decirte que Osmar no es ningún santo como tú crees”.

“No, Arnold, nadie es santo; pero nadie es tan demoníaco como tú eres”.

“¿Me vas a demandar, Evandro?”

“Ya te dije que tengo mis propias paltas ahora… Laura me pidió que deje la casa… pero no te alegres: Voto de Castidad no será parte de tu salvataje, y menos yo”.

Escalante mira a Evandro con sorpresa.

“¿qué mierda quieres decir, Cruzado?”

“Todos en algún momento tenemos que pagar nuestros errores”, prosigue el joven actor. “Y ahora, por fin, te tocará pagar a ti”.

Escalante cambia su expresión lastimera a una de genuino enojo… 

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