domingo, 24 de julio de 2022

ASS (38): Fe, política y porno… todo en la misma cama

Hay una solución para Pedro, y todo está en que ame dos gruesos penes.

 

    


Cruzando el puente Cáceres, en Castilla, una camioneta se estaciona frente a una casa de dos pisos. Tres personas bajan. Los relojes marcan la una de la madrugada. Es domingo ya. Eliezer abre la puerta.

“Adelante”, dice a los dos que le siguen.

Ya adentro, con la luz prendida, se aprecia una sala apenas amoblada con sillas y un par de sofás que no hacen juego.

“¿Hacen fiestas acá o qué?”, bromea Alberto.

“No de las usuales”, sonríe Eliezer. “¿Un whisky, una cervecita?”

“No, gracias. Estoy bien. ¿Tú, Pedro?”

El muchacho niega con la cabeza. Eliezer sonríe, se le acerca y lo abraza fuerte, palmeándole su redondo culo bajo el jean apretado:

“A los años, ssobrino”.

“¿Realmente son familia?”, no resiste la curiosidad Alberto.

“No”, explica Eliezer. “Su padre y yo hemos jugado en el mismo equipo; entonces, a los hijos les decimos sobrinos y ellos nos dicen tíos; ¿cierto, Pedrito?”.

El joven al fin sonríe más relajado. Alberto se le acerca y también palmea el culo sobre la mano de Eliezer.

“Pues, sí que es una bendición de sobrino”, comenta el sacerdote, quien sonríe, acerca su cara y besa a Pedro en la boca. El chico le corresponde. Cuando acaba, el Padre le hace una seña. Pedro comprende y él mismo aproxima su cara a la de Eliezer. Lo besa en la boca. Entonces, Alberto intenta hacer un trío de labios. Lo consigue. Bajo los pantalones, los tres tienen la verga durísima.

en el dormitorio que ocupa el moreno, los tres varones se abrazan y besan al mismo tiempo que van quitándose toda la ropa hasta quedar completamente desnudos. Suben al lecho. Ya echados, es un laberinto saber quién acaricia o besa a quién. Lo único seguro es que las pingas de los tres están bien al palo y que la de Alberto va dejando un rastro brillante por su piel y la de sus compañeros sexuales conforme su líquido preseminal emana del glande con mucha profusión.

Rato después, el ssobrino es flanqueado por el sacerdote y su tío. Les mama los penes tan profundo como puede. Los dos varones jadean. Están muy excitados. El travieso Pedro hace el juego de acercar ambos falos erectos, masturbarlos un poco y juntarlos glande con glande. Como el pene de Alberto lubrica en cantidad, ambas cabezas se deslizan fácilmente. Alberto y Eliezer jadean entrecortadamente.

“Mierda, hace cosquilla”, susurra el primero.

“Rico”, responde el segundo, igual, susurrando.

A continuación, Alberto y pedro lamen y chupan al mismo tiempo el enorme cipote de Eliezer, quien mira la escena cómodamente acostado sobre la cama. Es delicioso ver los labios y las lenguas de esos dos atléticos hombres compitiendo por proporcionar más placer. Y lo logran. De hecho, Pedro, al mismo tiempo, acaricia las enormes bolas de su tío quien se excita más alucinando en cuál ano va a enterrar su colosal masculinidad.

Para decidirlo, pone a Pedro y Alberto en cuatro y comienza a lamer y chupar el culo de ambos, tanto el rosadito y terso de su sobrino como el rodeado de vellitos del cura. Toma su pene y lo golpea en las nalgas de ambos y entre ellas. El aporreo excita a los tres por igual. Comienza a puntear el ano de Pedro, mete un poquito la cabezota de su pene. Pedro se queja. Luego, prueba con el ano de Alberto. Tras puntearlo, mete un poco el enorme glande. Se hunde con más facilidad en tanto Alberto gime. Ya sabe qué hará.

Pedro, aún en cuatro, recibe a pelo el pene de Alberto, quien comienza a mecerse poco a poco. La penetración es relativamente fácil gracias a la lubricación natural de su miembro. Para el baile pélvico. Eliezer, con su pene forrado en un condón, unta una generosa cantidad de lubricante al esfínter de Alberto y comienza a empujar poco a poco. Aunque toma trabajo enterrar sus casi 23 centímetros, lo logra.

Ya adaptado a la presión, Alberto comienza a moverse de tal manera que su pene baile dentro del ano de Pedro y el de Eliezer es estrechamente masajeado dentro del suyo. Los tres lo disfrutan al máximo. El cura es un maestro en esto del sexo en grupo, piensa Eliezer. Su deseo es que el placer sea eterno. Pero, no lo es. Casi tres cuartos de hora después, su semen se dispara dentro del condón aún en el culo de Alberto. Gime muy excitado. Alberto entiende que es hora de preñar el culo de su monaguillo. Se concentra y eyacula.

Ya relajados, los tres duermen en la misma cama: Pedro al medio de Eliezer y Alberto. Los tres siguen desnudos, pero cubiertos por una abrigadora cobija. El reloj marca las dos y cuarto de la madrugada.

“Sí, sobrino”, dice Eliezer. “Había conversado con Julio pero no sabía que el Padre y tú… ya andan en un proyecto”.

“Pero tampoco quiero darle la contra a mi viejo, tío”.

Eliezer se toma unos segundos:

“La vaina es que tu tío Pelu ya se emocionó con la idea”.

“Yo sé que el criado no puede servir a dos amos”, interviene Alberto. “Pero, me parece que en esta ocasión se podría exceptuar la regla”.

Pedro y eliezer ponen su mirada en el sacerdote.

“¿Y cómo sería eso?”

“Integración de proyectos… Creo que tú ya sabes en qué consiste el proyecto ASS, ¿cierto?”

“A grandes rasgos”.

“Trabajemos juntos”, insta Alberto a Eliezer mientras abre las nalgas de Pedro, quien le está dando la espalda a su tío.

“Lo hablamos en el desayuno, ¿te parece?”, propone el moreno.

Alberto sonríe.

Eliezer apaga la luz,y se mete a la cama. Al abrazar a Pedro, se encuentra con los brazos de Alberto, quien también lo abraza. Al mismo tiempo, Eliezer encaja su pene flácido entre las nalgas de su sobrino. La enorme erección se produce casi de inmediato. 

Y para terminar, te dejamos con una porno gay.

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