sábado, 23 de abril de 2022

Proyecto Lujuria 7.3: La trampa erótica de Escalante


El miércoles sale el segundo material, que se produjo con los tres chicos en el teatro. Esta vez, los tres iluminan la portada de la revista con los torsos desnudos, sugiriendo el desnudo completo que está en unas discretas pero coloridas páginas interiores en las que se anuncia que desde ese fin de semana comenzarán las funciones dobles. Mientras va en un taxi, Osmar revisa el contenido y el reportaje en tanto habla por los audífonos con Alejandro:

“Las fotos son buenas, pero yo las hubiera hecho más osadas”.

“Cómo así, vale”.

“Desnudo frontal completo”.

Osmar casi se carcajea:

“La censurarían”.

“Ya te dije: este país de mierda alaba a las jermas calatas pero se agarra a chicotazos cuando ven una pinga y un buen par de huevos”.

El taxi desacelera:

“Joven, ya llegamos”, avisa el taxista.

“Tengo que bajar, Ale. Te cuento cómo me fue al salir”.

“Listo, Osmy. Un beso”.

Osmar cuelga la llamada, paga la carrera y el taxista se lo queda viendo por el retrovisor:

“¿Tú eres el veneco que posó calato en esas revistas?”.

Osmar se pone serio:

“Sí, señor, soy venezolano, y sí posé en esas revistas”.

“No crees que esas fotos son inmorales? Piensen en los niños, los adolescentes. Con esa cosa de la ideología de género, los van a trastornar”.

Osmar trata de controlarse:

“Gracias por su opinión, señor, pero respete mi trabajo como yo respeto el suyo”. Abre la puerta. “Y respete mi país como yo respeto el suyo”.

“¡Respeta a Dios, hermano! ¡Lee la Biblia! ¡No promuevas el pecado!”

Osmar cierra la puerta con cuidado y mejor se concentra en tocar el timbre del departamento donde vive Escalante. Le dan acceso. Sube.

 


“Te llamé porque tengo tres buenas noticias”, dice el director de reparto aún vestido en pijama a las seis de la tarde. “La primera es que hay una revista brasileña que quiere producir una sesión con los tres. Quinientos dólares por cabeza, desnudo total y frontal, erótico. La segunda es que van a crear un personaje en una serie de horario estelar en una cadena y creen que el papel está perfecto para ti: el enamorado de una de las antagonistas. Dos mil dólares por quince días. Y la tercera es que hay un estudio en España y otro en Estados Unidos interesados en hacer la versión cine de Voto de Castidad, y Alexis y tú están en el reparto”.

“¿Y Evandro?”, se extraña Osmar.

“Rivero, cuántas veces debo decirte que él es un cadáver en la industria. Simplemente no va”.

“El cast somos los tres: no puedes excluir a Evandro”.

“Osmar, déjame recordarte que estás construyendo carrera y que en la medida en que vayas por la vía correcta, llegarás lejos. ¿No quieres ir a Miami, acaso?”

Escalante sonríe, lentamente se pone de pie y se desnuda por completo, gira, separa las piernas y se agacha mostrando todo el agujero del culo y parte de sus grandes bolas. Osmar lo mira sin gesto, también lentamente se pone de pie, se baja el pantalón y el bóxer, le acerca su bulto flácido al medio de las nalgas, se lo comienza a sobar.

“Qué rico”, se excita Escalante.

“Pero no se me para, vale… yo no soy gay”.

Osmar se separa, se sube el bóxer y el pantalón y se dirige a la puerta.

“Antes que te vayas”, Escalante se sube la pijama y se da vuelta (su pinga está al palo), “ten cuidado con lo que hagas y por quién abogas: si no fuese por mí, no serías la sensación que comienzas a ser”.

Osmar se voltea, le sonríe, abre la puerta y se va. Escalante se queda tranquilo, respirando hondo; entonces, mira a una de las puertas.

César sale completamente desnudo portando una handycam pequeña. Se la da al director de reparto.

“Yo sé qué va a hacer ese conchasumadre”.

“No te confíes, Arnold”, aconseja César mientras se masajea su pinga dura.

“No, César… que él no se confíe”.

La imagen congelada de Osmar sobando su paquete en medio del culo de Escalante llena toda la pantalla de la handycam.


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario