sábado, 5 de febrero de 2022

Proyecto Lujuria 4.3: Evandro y Osmar tienen sexo por primera vez


Minutos después, ya en el auto, a Evandro le da un ataque de risa.

“No es gracioso, pana”, suspira Osmar. “Yo ya me veía encerrado en una comisaría y con toda la prensa pidiendo mi deportación”.

 

    

A un cuarto para las once de la noche, el Yaris se estaciona en el Parque Cánepa, La Victoria, junto a una galería de tiendas de ropa. Evandro vigila que no haya policías reales cerca:

“Bajemos rápido”.

 


Tras subir dos pisos, los dos varones llegan a una boutique que administran Evandro y Laura, su esposa. Una de las vendedoras está terminando de cuadrar caja, mientras un ayudante termina de guardar cierta mercadería. Todos se saludan cordialmente.

“¿Cómo estuvo el día, Silvana?”

“Ahí, más o menos, señor Evandro. A partir de mañana la cosa se va a poner más brava, y es seguro que el fin de semana reventamos en ventas”.

“¡Ésa es la actitud!”.

Evandro y Osmar pasan a un pequeño cuarto que se usa como depósito y buscan su ropa real. El primero toma una llave de unos clavos:

“¿Vamos a quitarnos el óleo?”

 


Al filo de las once de la noche, ya no hay compradores, solo la gente que atiende o administra las tiendas. Evandro y Osmar se meten en una especie de cubículo donde hay una ducha. Vuelven a quedarse desnudos y se turnan en un espacio tan pequeño bajo el agua casi helada para quitarse el maquillaje que permite agregar brillo a sus pieles.

“Oye, Os, estaba pensando que ayer no estuve intenso en el tercer acto”.

“¿hablas de la obra?”

Evandro asiente con la cabeza.

“Yo te escuché en tu timbre”.

“Sí, pero como que más que cadencia, me faltaba melodía”.

“¿Y en qué parte te faltó ser más intenso?”

“La parte en que Juan le enrostra que rompieron el voto”.

“Ah, antes de mi entrada”.

“¿Recuerdas las líneas? ¿Me das pie?”

Osmar se extraña, pero no ve mayor problema. Carraspea:

“Lucas, ¿no te das cuenta de lo que hicimos?”

“¿Qué hicimos, Juan?”

“Ya, olvídalo. Iré a tomar una ducha”.

“¡espera…!  A ver, aquí Lucas rodea la cama, se aproxima a Juan, se para frente a él y…”

Evandro abraza a Osmar y le planta un beso en la boca, quien, al ser parte del libreto le corresponde.

Entonces, sucede: el pene del primero comienza a ponerse erecto. Osmar se separa un poco:

“ey, pana. Oye. Te estás…”

“No puedo evitarlo, Os”.

“es que me parece que ya noestás actuando”.

“Tú tampoco”.

Evandro  mete su mano entre la ingle de ambos: si su pene está ya rígido y lubricando, el de Osmar  también se ha puesto hinchado y duro. Lo masajea. Entonces presiona su pubis al de su compañero mientras que esa misma mano corre suavemente hacia la nalga izquierda y la acaricia gentilmente.

“Alguien puede venir, pana”, susurra Osmar, muy entrecortado.

Evandro no responde, o mejor dicho no dice nada; acerca su boca nuevamente a su amigo y lo besa, esta vez metiendo su lengua hasta encontrar la del otro varón. Se abrazan. Se rozan. Se frotan mutuamente sus pingas. Se acarician. Se meten la mano al culo de manera mutua. Osmar se separa del beso por un segundo:

“Me vengo, Evan; me vengo”.

Mientras Evandro besa el cuello a Osmar, éste eyacula a la vez que  las pelvis de ambos siguen danzando. Gime un poco. Minutos después, y siempre besándose en la boca, Evandro expulsa su semen caliente hasta el abdomen de su compañero.

“Te amo, Os”.

Los dos hombres permanecen abrazados en aquella ducha por largos minutos aún.

  

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