sábado, 19 de febrero de 2022

proyecto Lujuria 5.2: Sexo gay real sobre el escenario


Más de ochocientos kilómetros al sur, en Miraflores, Lima, Evandro y Alexis están en el teatro revisando el escenario para ver si se requieren ajustes en el decorado, las luces, la tramoya.

“¿Cómo te diste cuenta, huevón?”

“No jodas, Evan. El chamo está solo aquí, siente nostalgia, de pronto le das la mano, te vuelves su amigo, le das trabajo, le consigues el papel en el montaje, le consigues hogar, compartes sus ratos de melancolía. ¿Te das cuenta que ha pasado a depender emotivamente de ti?”

“No sé si halagarme o preocuparme, Alex. Me parece que le crucé los chicotes esa noche”.

“Lo que sí, eres un arrecho de mierda. ¿Qué habrías hecho si alguien los descubría? Y no me vengas con que ya era muy tarde, que nadie iba a entrar, que ya lo habías calculado. ¿Te has puesto a pensar en la reacción de Laura?”

“Me botaría del edificio con todas mis cosas y sería una masa sanguinolienta en la zona residencial de Jesús María… Actor controvertido y odiado muere por crimen pasional. Ya lo veo”.

Alexis ríe:

“Claro que desde el infierno porque al cielo no creo que te vayas”.

“Bueno, tampoco tú eres un angelito. A ver, ¿qué necesidad de cachar con ese Gibrán?”

“Solo aseguraba nuestros intereses, querido Cruzado”.

“Aunque entre su culo y el del Os, obvio que el del Os, querido Rodríguez”.

“Eso me alivia; pensé que te habías obsesionado con mi culo porque hasta ahora no consigues controlar tu erección cuando hacemos las escenas”.

Evandro se para en seco y mira a Alexis sonriendo pendejamente:

“No me digas que te jode”.

“Me paltea el público, y peor aún me paltea Zaira”.

“Huevón, ¿no recuerdas cuando bailábamos y hacíamos esos sows en Santa Anita, Comas, Los Olivos, Lince, San Borja?”

“Pero no vas a comparar, pues, Evan: esa gente iba a ver sexo en vivo; esta gente viene a ver arte”.

Evandro mira a Alexis y de pronto no puede contener la carcajada.

“¿De qué te ríes?

“Que este teatro esté en Miraflores, no significa que no quieran ver sexo. ¿Acaso no sabías que en 1992 hubo un show de strippers a media cuadra del óvalo en plena avenida Ricardo Palma? ‘Striptamente femenino’ decía el aviso. ¿O qué me dices del show de strippers más famoso del país? ¿No se daba aquí en Miraflores, en lo alto de un edificio?”

“¿1992, Evan? Tú no tenías ni dos años de edad. ¿Cómo sabías?”

“¿En 1992, Arnold Escalante tenía veinte años y un físico envidiable para la época, y conserva todas las fotos del evento”.

“Y te las mostró”.

“Toditas”.

Evandro baja la palanca de las luces y el escenario queda en penumbra.

“Arnold no tiene un gran culo pero se mueve bien”, comenta Alexis.

“Tú no tienes nada que envidiarle a Escalante, Alex. Lo tienes mejor en todo el sentido de la palabra”.

“Muy velludo para ciertos estándares”.

“No para los míos”.

Evandro se acerca a Alexis, lo abraza y le planta un beso francés en la boca que es correspondido mientras le acaricia las nalgas encima de su pantaloneta deportiva que eligió como atuendo esa mañana .

“Me encanta cuando Zaira me hace el beso negro”, susurra el velludo actor.

“¿Mejor que los míos?”

Evandro busca el nudo de la pantaloneta de Alexis y lo desata; baja la prenda. Hace que su compañero gire, le baja el bóxer, y mientras éste se apoya sobre la cama y separa sus piernas, Evandro le besa las nalgas peludas y luego mete su lengua en el ano caliente dejándolo mojado con su saliva. Alexis gime y no tarda en dilatar su esfínter:

“No has perdido el toque. Sigue. Sigue””.

Las manos de Evandro bajan más la pantaloneta y el bóxer y comienzan a manosear el largo grueso y lubricado pene ya erecto y las grandes y peludas bolas de su amigo.

“¿quieres chupármela?”

Evandro deja de hacer el beso negro:

“Voltéate”.

Alexis se incorpora, gira, y deja que Evandro le mame la pinga con mucha fruición mientras su dedo índice masajea el ojo del culo y su otra mano, el resto de las velludas nalgas. Poco a poco, ese dedo va metiéndose en ese hueco aprovechando la lubricación que dejó la saliva. Alexis jadea y gime.

“Quiero chupártela, Evan”.

El actor que está arrodillado se pone en pie, se desabotona su jean y se lo baja con todo y bóxer hasta los muslos. Alexis toma el pene semierecto de Evandro, se lo mete a la boca y comienza a succionarlo. ¿Hace cuánto que no prueba ese extraño salado del líquido preseminal de su amigo? Sus manos acarician las nalgas lampiñas y suaves.

“Voltéate”, pide a Evandro.

Alexis devuelve el beso negro combinado con un rico masaje de pinga y bolas, tanto que Evandro tampoco evita gemir,jadear y desear algo más, aunque no sabe si pedirlo.

Ambos hombres están en lo mejor de ese toma y dame cuando una voz los deja helados:

“¿Amorcito?” 

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