sábado, 19 de marzo de 2022

Proyecto Lujuria 6.2: La celebración por el comercial se vuelve una orgía


En la sala, César está sentado sobre el sofá mientras Sosa le mama la pinga alternándose con Escalante, a quien Fernando le practica un beso negro. Todos están totalmente desnudos. Gibrán hace una seña a Alexis y se van al dormitorio principal.

Fernando separa sus labios y lengua del ano de Escalante, se arrodilla, saca un condón de su pantalón tirado en el suelo, se lo pone en su pinga, y tras escupir un poco de saliva entre las nalgas, se la va metiendo de a pocos. Escalante se queja bien quedo mientras sigue mamando el pene a su camarógrafo, lo que Sosa aprovecha para besarlo en la boca:

“Métemela le dice en la oreja.

“Siéntate encima”.

Abelardo  se pone de pie, y mientras César se acomoda, se pasa saliva por su ano, se mete un poco el dedo y se sienta encima. Comienza a rebotar cuando tiene todo el falo rellenándole el agujero del culo.

Al interior del dormitorio, Alexis y Gibrán disfrutan un sesenta y nueve, en el que combinan indistintamente fellatios y besos negros. Tras varios minutos, el primero empuja al otro chico hacia adelante mientras se repliega hasta arrodillarse y, aprovechando la lubricación natural de su pene erecto, lo penetra por el ano, y comienza a bombearlo rítmicamente.

“Así, rico, así, hazlo así”, anima el dueño de casa.

“¿Te gusta cómo te la meto?”

“Me encanta”.

En la sala, , Sosa recibe al mismo tiempo las vergas de César y Fernando en su culo, en tanto que se la chupa a Escalante. No tarda mucho en que la leche del director de reparto se dispara dentro de su boca.

“Como en los viejos tiempos”, le susurra.

Los otros dos penetradores todavía tienen para rato.

En el dormitorio principal, Alexis bombea con mucha mayor fuerza hasta que preña con su leche el recto de Gibrán; entonces lo pone boca arriba, y le chupa la pinga hasta que eyacula en la boca.

Cuando regresa a la sala, Escalante lame el esperma que Fernando y César han disparado entre las nalgas de Abelardo, mientras los dos muchachos descansan a un lado, besándose en la boca:

“¿Tienes leche para un segundo round?”, consulta el venezolano.

“Será de probar”, sonríe el camarógrafo.

Alexis se prepara otro trago, mientras al fondo Gibrán entra al baño. Se sienta junto a Fernando y comienza a acariciarle los muslos y la entrepierna mientras da sorbos a su cuba.

“Pensé que ya no regresabas, chamo”, le sonríe.

Alexis le corresponde.

Escalante ahora está entre las piernas de Sosa chupándole la pija hasta que evidentemente el ex futbolista llega al orgasmo. Gibrán regresa a la sala y se sienta al lado de Alexis.

“¿Quedaste insatisfecho, papi?”

“¿Y tú?”

“También”, sonríe.

Ambos se besan en la boca. Escalante los interrumpe.

“¿Tendrás más hielo, por favor?”, consulta con cierta impertinencia.

“Claro”, responde el anfitrión. “Iré a buscar a la cocina”.

Apenas Gibrán se levanta, Escalante ocupa su lugar.

“Te armaste bien con el chibolo, ¿no?”, palmea burlonamente el enorme muslo de Alexis.

“No seas rochoso”.

“Yo no volví a las andadas con el perdedor de Cruzado, te recordaré”.

“No hables así de Evandro”.

Gibrán regresa con el hielo.

“Tranquilo, Alex”, vuelve a palmear el muslo Escalante. “Cuando ella vea que necesita abrir otra función, ya verás”. 

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