sábado, 12 de marzo de 2022

Proyecto Lujuria .: El culo de Osmar es de dominio nacional


La campaña de Lust se estrena a nivel nacional tres domingos después de que fuese filmada y fotografiada. El aviso de televisión sale en dos versiones: una en la que se sugiere el desnudo de Osmar y que se pone entre diez y once y media de la noche, y la otra en la que se le ve completamente desnudo, que sale entre medianoche y las dos de la mañana. Al terminar la primera hora de estreno, la etiqueta #lustentupiel no es tendencia pero ya tiene varios comentarios, en especial preguntando sobre la identidad del modelo. César, quien también es un hábil community manager, responde con el nombre. No falta quien comienza a buscar a Osmar en las redes sociales, a seguirlo, a enviar solicitudes, a desearlo.

El miércoles previo al lanzamiento oficial, el modelo ha podido ver el preestreno de la pieza junto a Escalante, César, un ejecutivo de Lust y Zaira.

“No pensarás acabar la temporada justo ahora que va a circular esto”, induce el director de reparto a la directora de escena, a quien además extiende uno de los afiches donde se ve a Osmar desnudo de espaldas volteando la cara, sonriendo seductoramente hacia la cámara, el cuerpo húmedo, las dos nalgas como globos, el paisaje del bosque seco al fondo, la jarra de aluminio blanco en la mano, Lust a la derecha (hay una segunda versión del afiche donde el nombre tapa el culo del modelo). “Incluso con esto, deberías abrir una función adicional los sábados y domingos”.

Zaira mira el afiche sobre el papel brillante con muchas dudas en la cabeza:

“Me pides mucho, Arnold”.

“Tienes que ser profesional y entender que este negocio es así”.

Osmar, César y el ejecutivo de la compañía miran a ambos en silencio.

“¿Dices que te gustaría hacer una versión en cine de la obra?”

“Con tu dirección escénica: los chicos ya conocen tu método”.

“No tengo experiencia en cine”.

“Bueno. Yo te pronostico que las entradas este domingo se van a agotar; si eso pasa, recuerda que estoy aquí listo para apoyarte”.

 


El domingo del estreno de la campaña publicitaria, Osmar, Evandro, Alexis, Escalante, César, Abelardo Sosa y Fernando (especialmente invitados por la producción de la campaña) se reúnen en la casa de Gibrán justo para ver la tanda de las doce y ocho de la madrugada: la espalda y el culo del modelo sin censura con Gymnospedia No. 2 como fondo musical y el hermoso paisaje del valle de San Lorenzo, la voz de Osmar cerrando la pieza convertida en un susurro digno de clímax sexual. Un aplauso cierra los veinte segundos de edición.

“Te quedó de la puta madre”, se emociona el anfitrión mientras palmea los fuertes muslos de Osmar, quien lo agradece.

A su lado Evandro, que lo ha tenido abrazado todo el tiempo, le da un beso en la mejilla:

“Sabía que lo harías excelente”.

“Tú eres el culpable de todo esto”, sonríe el modelo.

Gibrán reparte cuba libre y vodka a los concurrentes, excepto Evandro:

“Tengo que conducir de regreso”, se excusa.

“Ay, por un vasito”, insiste Gibrán.

“Hermoso lugar”, califica Alexis a Sosa. “Me encantaría conocer”.

“Cuando desees te esperamos, ¿no, Fer?”

El peón sonríe asintiendo.

“Si la campaña es un éxito, lo que vendrá es la versión cine de Voto De Castidad, adelanta Escalante.

Evandro alza las cejas sin pronunciar palabra; Osmar se da cuenta y lo codea con disimulo.

“¿Qué dijo Zaira?”, pregunta Alexis con timidez.

“Ella y yo estamos cortados por la misma tijera, querido: si vemos que el chanchito engorda, ¿nos prohibiremos comer el chicharrón?”

Alexis entiende la metáfora y sonríe.

El celular de Evandro suena, lo saca y lee:

“escuchen este mensaje de Laura, chicos: el comercial quedó hermoso, Osmar luce churrísimo, y espero que no te demores mucho que más tarde el día se pondrá pesado en la ttienda… Así que dicho esto, caballeros, me retiro”.

Evandro se pone de pie y el resto le dice que se quede un rato más; mejor dicho, el resto menos Escalante.

“Solo un ratito más”, casi ruega Osmar.

Evandro sonríe. Escalante es ahora quien arquea las cejas.

El ratito dura media hora más. Osmar acompaña a su amigo hasta la reja de entrada:

“Cuando acabe la temporada quiero darme un par de días como vacaciones. En Piura hay unas playas hermosas”.

“¿Irás con Laura?”

“No, Os. Quiero ir contigo”.

“No me parece, Evan. Ella podría…”

“Ella no sabe nada; soy muy cuidadoso. Confía en mí”. Evandro abraza a Osmar y le da un beso en el cuello: “Recuerda que te amo”.

“Por favor, Evan”, ruega Osmar susurrando.

De regreso al departamento de Gibrán, lo encuentra besándose en la boca con Alexis compartiendo uno de los modulares de la sala, ambos con sus vasos de cuba en las manos. En el sofá, César, Sosa y Fernando conversan animadamente mientras se acarician los muslos mutuamente. Escalante se prepara un trago; Osmar va a esperar su turno:

“¿Te hago un vodka?”

“No, vale”, sonríe el modelo. “Yo lo haré. Gracias”.

“¿A dónde te va a llevar esa relación con Evandro Cruzado?”

Osmar se sorprende.

“Vamos, muchacho. Es más que evidente que hay algo entre ustedes. Que nos hagamos los cojudos y no comentemos nada para evitar rumores es una cosa, pero los hechos saltan a la vista”.

“Solo somos amigos, Arnold”.

“Esa amistad no te llevará a ninguna parte. ¿Sabes que Evandro está quemado de las cadenas y el cine mainstream? A lo mucho puede hacer teatro, quizás radionovelas, aunque esa voz no le ayuda, y cine erótico… o porno, como en sus inicios”.

Osmar comienza a mirar con recelo a Escalante quien vuelve a la carga:

“Si tú quieres retomar la carrera que el chavismo te interrumpió en Venezuela, lo que tienes que hacer es seleccionar mejor tus metas y a tus amistades. No niego que Evandro te consiguió la obra, pero sin tu talento a la hora del casting, no habrías conseguido el papel; menos el de Lust, y quién sabe qué otras cosas positivas hay por venir”.

“Una cosa es mi relación personal con Evandro, otra es mi relación profesional”, aclara Osmar.

“Yo no me meto en tus relaciones personales, Rivero; lo que te estoy diciendo es que revises a dónde quieres enrumbar tu carrera: Lima es solo una escala, ¿o piensas sentar raíces aquí?”

Osmar resopla sin mucho disimulo:

“Disculpa”.

Cuando se está retirando, Escalante lo toma del brazo y trata de retenerlo:

“Enfócate en tus metas, Osmar. Eso te hará grande”.

El modelo se suelta algo brusco y prefiere encerrarse en su nuevo cuarto. Se desnuda y mete a la cama. Ahí, con la luz apagada, y con la poca que entra desde la calle, trata de entender lo que ha logrado en la última quincena: se mudó a un sitio más cómodo y abrigado, consiguió su primer comercial de alcance nacional, sigue en la obra, sigue en el gimnasio. Recuerda su promesa de aquella mañana de domingo, hace tres semanas, cuando su cuerpo desnudo (como esta noche) se entregaba a la naturaleza. Recuerda también los mensajes y gestos confusos de Evandro. Recuerda a su familia.

Tocan su puerta muy despacio. Prefiere arroparse y hacer de cuenta que no ha escuchado nada.

“¿Os?”, consultan del otro lado.

Escucha que giran la perilla de la puerta, pero tuvo la precaución de ponerle seguro así que se arropa bien con la cobija y prefiere aislarse de todo.

Del otro lado de la puerta, Alexis, desnudo de la cintura para rriba, toca de nuevo. Gibrán se le aproxima:

“¿No te responde?”

Alexis da un beso en la boca al otro chico, quien está solo en bóxer:

“Ese reconchasumadre me va a escuchar”. 

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