domingo, 27 de marzo de 2022

ASS (21): Un culo sangrante tras recibir pinga

La arrechura de Paco está a punto de desatar una tormenta.

 


Luego de hacer el corte de caja de ese miércoles, Pedro se cambia para entrenar un poco de piernas y culo. En el patio bajo techo solo están Alejo, dos alumnos más, y Paco junto a Miguel, aunque este último ya no entrenando sino conversando. Pedro se les acerca y arma su barra para iniciar sentadillas. Miguel se le acerca discretamente:

“¿Estás con ganas esta noche?”

“¿Por qué?”, sonríe el estudiante de contabilidad.

Cuando el AS está cerrado, Pedro entra a la ducha para asearse. Al interior, Alejo y Miguel flanquean a Paco. Se acarician mutuamente, aunque siendo más precisos, Paco les acaricia la verga y éstos le acarician las nalgas. Pedro se desnuda, cierra la puerta y entra al metro cuadrado de mayólica. Se asea bien y participa de lo que promete ser un gang-bang.

Paco se arrodilla y comienza a chupar los 18 centímetros de Alejo, los 18 de Miguel y los 15 de Pedro. Cuando acaba con este último, regresa donde Alejo y repite la secuencia.

A la hora del beso negro, a Paco se le ocurre un juego interesante; se pone en fila apoyado a la pared junto con Miguel y Pedro, se abren de piernas y primero se acarician las nalgas y luego se masajean sus anos. A continuación, Alejo se arrodilla y lame el cculo a Paco, luego a Miguel y finalmente a Pedro.

Cuando acaba, sorpresivamente ocupa el lugar al lado de Pedro, quien lo mira extrañado.

“¡¿Y qué? Es solo un beso negro, ¿no?”

Paco tiene cierta maesttría en usar su lengua en los agujeros de cada uno de los chicos. Y no solo eso, aprovecha una de sus manos para masajearles el pene y mantenerlo duro; de paso, acaricia las bolas. Cuando acaba, Miguel hace el mismo circuito, pero en lugar de pajear a sus compañeros, les da media vuelta y les chupa las vergas. Al terminar su turno, Pedro imita las maniobras de Miguel.

Al tocarle el turno a Alejo, comienza por meter su pene en el culo de Miguel y se mueve con ritmo y cuidado mientras Pedro y Paco siguen acariciándose sus culos; luego Alejo se la mete a Pedro mientras Miguel y Paco le acarician cada uno cada nalgota. Finalmente Alejo se la mete a Paco; pero antes, se coloca uno de los condones que éste ha traído:

“Despacio, papi

Mientras Alejo menea su verga dentro del ano de Paco, a su lado Miguel clava a Pedro. Tras algunos minutos, Miguel se pone otro condón y se la mete a Paco mientras Alejo se quita el forro y se la encaja a Pedro. Miguel sí se mueve hasta que siente su orgasmo venir.

“Dámela en mis nalgas”, pide Paco.

El semen de Miguel se dispara en esas dos blancas posaderas. Es el turno de Pedro, quien se coloca el último condón y penetra a Paco. Al mismo tiempo, Alejo penetra a Pedro mientras Miguel se baña bajo la ducha. Pedro tampoco dura mucho como cachero:

“También dámela en mis nalgas, papi”.

Sobre el semen que aún queda de Miguel, Pedro dispara el suyo hasta que se da cuenta de un detalle en el condón y luego en el piso blanco de la mayólica:

“Estás sangrando, huevón”.

Aprovechando que el ano de Pedro le estrangula la verga debido al orgasmo, Alejo simula llegar al suyo y también se pone bajo la ducha. Para finalizar, Pedro se arrodilla y chupa el pene de Paco hasta ordeñarlo:

“Me vengo, ¿me vengo!”

Paco hace un facial de semen a Pedro, quien vuelve a ver en el piso: hay tres gotas de sangre diluyéndose en el agua que se va a la alcantarilla.

Casi a medianoche, Alejo y Miguel tienen cada uno 50 soles en la mano. Cuando Paco va a darle los suyos a Pedro, éste se niega:

“Apréciamelos”, pide el promotor de la orgía.

Pedro mira a Alejo y a Miguel.

“Acéptaselos”, le guiña un ojo el musculoso.

Pedro lo hace aunque le parece que no debería porque él cachó y se dejó cachar por puro gusto.

Como la casa de Paco está camino de la de Pedro, ambos salen juntos del AS y van andando por las ya desiertas calles de San Sebastián.

“¿Siempre sangras así cuando te cahchan?”, curiosea Pedro.

“No siempre; bueno, hoy que tocó tres, y anoche que me aguanté una verga como la de Alejo y Miguel”, susurra Paco sonriendo.

“¿Dos noches seguidas aguantando verga?”

“Sí, aunque yo creo que también tú te aguantaste la verga que yo me aguanté anoche”.

Pedro lo mira extrañado.

Cuando éste llega a su casa, todos están durmiendo. Sube directo a su cuarto, cierra la puerta y se desnuda. Se mete a su cama y se arropa. En un minuto o dos, Edú pasa de su cama a la de Pedro evidentemente calato y evidentemente erecto a juzgar por el pene que restrega en las nalgas del muchacho.

“Hoy no tengo ganas, Edú”, susurra Pedro. “Acabo de cachar con alguien”.

“¿Con quién?”, finge celos el otro atleta.

“Eso no importa, pero solo te diré una cosa, Edú: no tengo nada en contra de que conozcas nueva gente en San Sebastián y que caches con ellos… pero, ¿quién te autorizó a llevarlos a la casa de la parcela para cachar?”

Edú se queda de una pieza… y su pieza comienza a ablandarse.

Temprano a la mañana siguiente, jueves, Edú y Julio entran al cuarto en la casa de la parcela. El segundo prende la luz y revisa la colcha.

“¿Por qué no me dijiste nada de que también cacharon con otra persona”.

“Pero es un mototaxista, Julio”.

“oe, huevón. ¿No sabes que son las personas más chismosas de San Sebastián? ¿Te has puesto a pensar qué pasaría si llega a oídos de mi mujer que patas están cachando con patas aquí?”

“Está bien, Julio. Se me pasó. Te pido disculpas y seré más cuidadoso la próxima vez que cachemos”.

Julio mira serio a Edú:

“Ya veremos si hay próxima vez para cachar… por lo pronto, lava bien esto antes que alguien se dé cuenta”.

Julio entrega la colcha a Edú. En todo el centro, hay tres o cuatro gotas de sangre ya secas.

Y para terminar,mira un video porno aquí.

        

No hay comentarios:

Publicar un comentario