jueves, 28 de junio de 2012

La Parcela (6): Fiesta de mirones

Jano dice que vayas a la reunión.
Raúl y Pancho se miraban fijamente a los ojos. el primero no pudo evitar bajarlos suyos al enorme cipote del moreno.
- Ahora me cambio.
Mientras Pancho se vestía, al fondo Gabo sudaba frío, desnudo, especialmente cuando Raúl lo miró, quien se sonrió y salió.
- Te espero allá.
- Ya.
Pancho se puso un polo de algodón, un short deportivo y unos yanques.
- ¿No te dije que cerraras bien la puerta?
Gabo temió que el moreno fortachón tomara represalias.
- Perdón.
Sin decir más, Pancho se fue. Gabo se mantuvo inmóvil por un rato, hasta que se puso su ropa y salió corriendo al único refugio que conocía: la cocina.
- No puede ser. ¿Otra vez Raúl? ¿Cómo lo hace?
Gabo le narró la escena a Jerry, apareciendo como una víctima seducida por Pancho.
- ¿Y dices que es moreno, cuerpón y aventajado?
- Ayshh. Sí, Jerry. No sabes qué miedo da su pinga.
- Pero bien que la querías dentro, ¿no?
Jerry nalgueó suavemente a Gabo.
Ese mediodía la cocina fue un jolgorio total  entre comentarios de la campaña, chistes, y anécdotas que tenían a Jano como común denominador, quedando claro que él seleccionó a los tres chicos que irían a trabajar a la parcela, porque Jerry ya estaba en el pueblo cercano, pero terminó entrando al saco porque en algún momento se conoció con Jano.
- Bueno, caballeros, brindemos con esta limonada helada por el éxito de la campaña... y la memoria de mi viejo, que me dejó esta parcela.
Todos chocaron vasos. El último en hacerlo, y de cierta mala gana fue Nando. Casi nadie lo reparó.
esa tarde, Jano estaba descansando antes de una breve jornada vespertina, cuando tocaron la puerta de su habitación. era david, su vecino del cuarto del lado.
jano vestía un boxer blanco, que no ocultó fácilmente sus 18 centímetros de erección. Cuando David vio la estampa, creyó haber tocado a la puerta del dios griego de la fertilidad... o el placer.
- Mañana les abriré sus tarjetas de débito aquí en la ciudad.
- OK, David. ¿Tú no descansas?
- No, estuve haciendo una lista de cosas que faltan... para comenzar, Internet.
- Tranquilo. sí lo he considerado.
- Jano, este personal que has elegido, ¿es el adecuado?
- Bueno. Los chicos son empeñosos... ya los oíste.
- Me pareció que el único calificado es Nando. Además es su carrera: Agronomía. Pero los otros... no sé.
La erección de Jano había desaparecido.
- Ya veremos. Si no rinden, les decimos: hasta aquí nomás.
- eso espero. Bueno, de aquí voy a la oficina.
Esa noche, Jano organizó una reunión de confraternidad con todo el personal, con bocaditos, bebida y juegos.
Dividió a todos en dos equipos: David, Nando, Jerry y él, en uno; Gabo, Pancho, Raúl y wilfredo en el otro.
Jugaron charada de prendas, es decir, por cada equivocación, el equipo completo tenía que desnudarse de una prenda, y como acto seguido, el grupo perdedor jugaría Twister, sin nada de ropa encima.
El equipo de Gabo perdió, así que a la orden de sus contrincantes fueron mostrando cuán flexibles eran en el juego de los círculos de colores. Era divertido ver las anatomías multicolores contorsionándose y enredándose entre sí, rozando penes, huevos, y dejando ver los ojos de los culos en una exhibición digna de pela porno, tanto que Wilfredo no pudo aguantar una erección y Raúl estaba en ese proceso. Pero a todos parecía importarles poco, casi anesteciados o entusiasmados por el vodka y el vino.
A las diez terminó todo, y los ocho se fueron a dormir. Como era tarde, David cedió su cuarto a Jerry, mientras que él compartiría la cama con Jano.
- ¿Sigues pensando lo mismo de los chicos?
- sí. Pero sería de irlos viendo luego.
Jano se desnudó por completo. David lo vio, sonrió, y lo imitó. Se acostaron de lado, dándose la cara. Jano acarició la mejilla de David, mientras que el resto de los cuerpos se rozaba esporádicamente.
- Verás que las cosas saldrán bien.
- eso espero.
Jano besó a David, y éste, al corresponderle, saboreó el aliento a licor. se abrazaron.
En el cuarto del costado, Jerry también estaba completamente desnudo e inexplicablemente erecto. Sintió un leve toque en su puerta, abrió.
- Estás al palo, huevón.
- Igual que tú jugando Twister. El más viejo y dando mal ejemplo.
wilfredo, quien no se había puesto su ropa, se acercó a Jerry, lo empujó a la cama, y se acostó sobre él, comenzando a mover su cadera y recuperando su enorme erección.
En el cuarto del costado, el pene de David (16 centímetros, algo curvados hacia la izquierda) estaba dentro de la boca de Jano, mientras sus nalgas eran apretadas por las manos del dueño de casa, amenazando con meter sus dedos en el ano. La luz eléctrica estaba encendida, al igual que los gemidos de ambos.
El cuadro entre Jerry y wilfredo no era distinto: el cocinero se las ingenió para que el enorme falo del guardián entrara en toda su boca. Luego de eso, Jerry se sentó sobre la verga encondonada de wilfredo y comenzó a rebotar tratando de no hacer sonar la cama, y arrechándose con los sonidos que venían desde la otra pared, donde David penetraba a Nando en una rara pose de perrito, algo así como un fox-terrier caramelo montando a un pitbull blanco. Ambos no se ahorraron las expresiones de placer, sino que las  derrocharon al máximo.
Cuando wilfredo se vino sobre el pecho y el abdomen marcados de Jerry, sintió que el Paraíso completo se había apropiado de su envidiable pene, y que a punto de rozar los 40, no había perdido el toque. Total, el jueguito de los círculos de colores ya lo había dejado al palo.
Cuando David disparó su semen sobre la espalda de Nando, sintió que la borrachera se le había ido como en un soplido. Jano, entonces, aún con los chorros de leche en su espalda, se volteó a ver a David, lo agarró piernas al hombro, y se masturbó hasta acabar sobre el pecho, y casi la cara de su administrador.
Cuando ambos se fueron a duchar juntos en el baño del cuarto, afuera, en la ventana que daba directamente a ese espectáculo, un inusual voyeur acababa un cigarro y un vaso descartable con vodka, con la complicidad de la negra noche rural.
Al igual que espectador en cine porno, su pene estaba erecto, pero difícilmente podría ver una película sin tener una prenda sobre el cuerpo, cosa que aquí sí, a pesar de la amenaza de zancudos.
Una leve y casi aguda voz a su costado lo desconcentró.
- ¿Nando?

CONTINUARÁ...

©2012Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares o situaciones es mera coincidencia.

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