Todas las personas tenemos fantasías sexuales, es deci´r, formas cómo idealizamos nuestros encuentros de amor o lujuria, y que favorecen nuestra satisfacción sexual.
Desde espiar a alguien corriéndosela mientras se baña hasta participar en una orgía donde todo el mundo está bañado en yougurt, las fantasías son absolutamente normales. El provlema es que cuando las personas inician una relación de pareja, suelen censurar y reprimirlas.
Esto sucede porque las parejas suelen considerar que la relación es el límite para sentir más allá de lo usual.
Hace poco, una pareja decidió ir al cine porno, ya que una de ellas tenía la fantasía de ver cómo los patas tiraban en los baños.
Las reglas que se pusieron es que irían, verían, pero por nada dejarían ser tocados por una tercera, o terceras, persona, y que tampoco participarían de ninguna interacción sexual con quienes estaban allí. O sea, fueron de mirones, nada más.
Las reglas se cumplieron al punto que, cuando uno de ellos estaba mirando, alguien quiso tocarlo, y fue rechazado.
Luego de asistir, esta pareja salió, se fue por su lado, y pasó un fin de semana divertido, relajante y sensual-romántico... pero ellos solos.
Incluso, hay más confianza entre ambos para cualquier cosa que les suceda.
¿qué pasó aquí? Primero, las cosas quedaron claras al inicio, de ese modo no hay lugar a sorpresas, y si aparecía alguna violación a las reglas, entonces sí habrían problemas. segundo, la apertura permite mayor apertur, por lo tanto, el mejoramiento de la relación. Y tercero, de ahora en adelante, la comunicación y la compenetración de ambos será mejor y garantizará la relación en calidad y cantidad.
Claro está, que el reto de uno de ellos fue vencer los celos, pero la otra parte cumplió, y felices ambos.
El otro gran secreto pudo ser que la fantasía fue compartida por ambos, aunque sólo uno de ellos era el más motivado; pero, se supone que las relaciones de pareja son para compartir y enriquecerse en el compartir.
en este mismo caso, el otro pata no tiene problemas en posar desnudo, y su fantasía es hacer una sesión de ese tipo; pero la pareja no le atraca, porque tiene miedo del destino que puedan tener las imágenes en terceras manos. además, no necesita las fotos, porque lo ha visto desnudo varias veces.
El chico ha dicho que mientras no haya consenso con su pareja, no posará desnudo (incluso, sugirió que lo ideal sería posar juntos).
Claro que cualquiera pensaría que esto no es equitativo, y que si alguien tiene un sueño, que lo cumpla. pero, en eso se basa la relación de pareja, en respetarse individualmente y en conjunto, de tal modo que las cosas salgan bien, en dialogar de tal manera que haya entendimiento, en comprender y en saber ceder pues de lo contrario serían dos egoísmos compitiendo por ver quién es el más fuerte.
Y ese es el error en que caen muchos: creer que uno es más fuerte que el otro e imponer criterios. La cosa no funca así. Debe haber equidad, reglas, acuerdos, compensaciones, y por qué no, penalidades si hay incumplimientos.
Pero la base de todo, es ese viejo adagio de "hablando se entiende la gente".
¿Qué piensas tú?
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