miércoles, 4 de septiembre de 2013

Cuaderno de Obra (18)

Creado por N-Azz. Escrito por Hunk01 y N-Azz.

 

En el sindicato, Juan se sube la pantaloneta y regresa a esperar a Vinicio en su oficina. No espera mucho, pues en cuestión de minutos, aparece el dirigente.

-          ¿Aún no te decides?

-           No vine a hablar de eso.

-           ¿Entonces?

-           Vinicio, creo que debes verificar la mezcla que estamos usando para las bases. Creo que le falta consistencia.

-           ¿Y cuál es tu base técnica para decir eso?

-           Vinicio, por eso vine. Para que tú lo verifiques. ¿El Sindicato no tiene albañiles que saben de eso?

-           Sí. Tienes razón. En cualquier momento iré. No digas nada, pa’ que… sea una sorpresa.

-          Juan asiente, y se va.

-          De regreso a la ducha, encuentra a Lucas, su nuevo amante, vestido por completo.

-           Ese señor nos vio.

-           Como las huevas. También le entra. A propósito de Juan, ¿quieres… ganarte un dinerito extra?

 

Tras bañarse, Tito está descansando en su cama, completamente desnudo. Su mirada está perdida en el techo. Cualquiera que entre a ese cuarto en este momento, hallará a un joven de 19 años, lampiño, de cuerpo esculpido, con músculos marcados, armónico. Pareciera que un escultor griego o del Renacimiento lo hubiera construído centímetro por centímetro. Eso incluye su pene y sus bolas: a pesar de estar dormido, es grande.

Tenía una vida asegurada hasta que su padre sacó los pies del plato y dejó a su madre por una chica que había conocido en una noche de fiesta. Los dejó en la calle. El problema es que Tito había connfiado tanto en el dinero del comercio que tenía su viejo, que se despreocupó de estudiar algo.

Trató de buscárselas como sea, pero lo que más consiguió fue que algunos patas le pagaran a cambio de que se los cachara. Al inicio le vacilaba eso, pero pronto comenzó a sentirse mal. Fue cuando apareció su tío Juan y le planteó vivir con él, aprovechando que había espacio en su casa, aunque no comodidades. A pesar de manejar dinero, tampoco Tito era de lujos. Se adaptó de inmediato. Tiene una familia que lo quiere.

¿Y ese Renzo? ¿Por qué seguía pensando en él? ¡Qué iluso era considerar que se fijaría en alguien sin futuro como él! Encima de mundos distintos, encima con un compromiso a cuestas. De no ser porque quería sentirse independiente, renunciaría a su chambita, donde por otro lado, no lo tratan mal.

-          ¿Tito?

-          Es la tía Irene. De inmediato se anuda la toalla en su cintura.

-           ¡Aquií estoy, tía! ¿Pasó algo?

-           Es tu primo, en el celular.

-          Se pone una bermuda velozmente, y atiende.

 

-          Más tarde, en el sitio de la obra, un capataz se acerca donde está trabajando Juan.

-           Lo necesitamos con el carpintero metálico para que lo ayude a armar las columnas.

-           ¿Y el chico que lo apoyaba?

-           Tuvo una emergencia. ¿Nos puede ayudar, por favor?

-           Ahora mismo voy.

 

Tito llega al taller donde estuvo posando días antes. Miguel lo recibe.

-          ¿De qué chambita se trata, primazo?

-           Otro grupo escultórico.

-           ¿Calato?

-           Y dale este huevón. Desnudo, mierda.

-          Al ingresar al estudio, Dante ya está sin ropa sobre el taburete. Saluda a Tito como si nada.

-          Mientras Miguel saca sus cartulinas para bocetear, Tito se queda como vino al mundo, y se acerca a Dante.

-           ¿Cuál es la pose?

-          Dante coloca a Tito frente a sí, y lo abraza debajo de los brazos, mientras le pide que haga como que lo quiere ahorcar. El roce de las pieles y los genitales es inevitable. Tito no tarda en erectar, pero le da lo mismo. Dante reacciona igual. Miguel parece no darse cuenta de lo que sucede.

-          Cuando termina de hacer los bocetos, les dice a los chicos que ya es suficiente por ese día, y se dirige a la oficina del maestro, quien está dictando clases en otro lugar, para guardar las cartulinas.

-          Al regresar al estudio, se queda sorprendido: Dante y Tito se abrazan y acarician sus cuerpos musculosos, a la vez que se besan en la boca.

-           ¡Putaaa!

-          Dante y Tito lo miran sonriendo. Sus vergas están al palo. Dante lo invita.

-           Oye, Miguel, ¿quieres probar?

-          Miguel duda.

-           No. No le entro a eso.

-          El joven artista regresa a la oficina del maestro. Entonces Dante se arrodilla y comienza a chupar el pene de Tito. Lo hace con maestría, humedeciendo el pedazo de carne con su saliva, sin un roce de los dientes.

-           Lámeme las bolas.

-          Dante hace lo que Tito le pide.

-          Miguel, en la oficina, escucha unos gemidos. Se asoma.

-          Ve cómo en el fondo del estudio, Dante está en cuatro sobre el taburete, y detrás suyo, Tito clavándole sus 19 centímetros por el culo.

-          Tito se mueve rápido y con gracia. El orgasmo es inminente.

-          Al fin eyacula con potencia.

-           ¡Renzo!

-          Dante reacciona.

-           Soy Dante, no Renzo.

 

Ya de noche, en el condominio, Renzo le pide permiso a Eduardo para ausentarse la mañana del sábado, pues quiere ir de urgencia a Lima.

-          ¿Cómo que desconectaron a Gustavo? ¿Por qué?

-          Renzo no puede contener el llanto. Está emocionado.

-           Gustavo ya puede respirar solo.

-           ¿Cómo?

-           Salió del coma.

 

(CONTINUARÁ)

 

© 2013 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí.

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