viernes, 27 de septiembre de 2013

Cuaderno de Obra (35)

Creado por N-Azz. Escrito por Hunk01 y N-Azz.

 

A las tres de la tarde, en el terminal, Dante espera a Tito, pero no aparece. Tiene los dos pasajes a mano, con destino a Lima. Al fin, llaman por los altavoces para abordar. Nada con Tito. Dante sube al autobús asumiendo que tendrá que viajar solo.

El vehículo comienza a rodar. Dante prefiere cerrar la cortinilla. No vale la pena ver afuera. Pone música en su celular, se aísla mediante sus audífonos, cierra sus ojos.

El autobús se detiene, pues le tienen que abrir el portón del terminal. Entonces, Dante siente que alguien ocupa el asiento vacío del costado. Abre los ojos, incómodo.

-          Disculpa. Mamá me tenía loco dándome recomendaciones.

-          El compañero de viaje es Tito.

 

Al finalizar la jornada de ese lunes, Ya la estructura de la escuela está lista para el techado. Para Juan, ahora sí parece un laberinto completo. Pero, ¿dónde estará escondido el minotauro?

Como es su costumbre, con la poca agua que hay en los tanques, se da un baño, como que evita ocupar el de su casa innecesariamente para no molestar a su mujer. Se desnuda por comppleto, y se deja refrescar por un grueso chorro del líquido.

-          Don Juan.

-          El aludido se voltea. Robin, el obrero joven, está en la puerta. Tiene su camiseta al hombro y sólo viste su short, revelando su esbelto y trigueño cuerpo.

-           ¿Qué hubo?

-           Ya aseguré todo como me lo ordenó… ¿puedo bañarme aquí?

-          Juan duda.

-           ¿Hay alguien por ahí?

-           No. Todos se fueron ya. Estamos… solos.

-          Juan le hace ademán. Robin se quita toda la ropa, y se ubica a pocos centímetros, de quien ahora se echa el jabón.

-           Don Juan, quería agradecerle por haberme aceptado en su cuadrilla.

-           De nada. Trabajas bien. Gracias a ti mas bien.

-           ¿Sabe algo? Hoy será mi último día aquí.

-          Juan se voltea a ver al muchacho, quien ya tiene el cuerpo húmedo, y busca su propio jabón.

-           ¿Pasó algo?

-           Es que se llevan a mi viejita a Lima, porque está mal, y alguien debe cuidarla.

-           Entiendo. ¿Ya hablaste con los ingenieros?

-           Sí, ya arreglaron mi liquidación. ¿sabe? Nunca olvidaré lo que aprendí acá. Tampoco lo olvidaré a usted.

-           Gracias. Me alagas. ¿Y qué aprendiste?

-           Mucho… especialmente esto.

-          Robin se acerca a Juan y lo besa en la boca.

-          El dirigente no sabe cómo reaccionar, se queda estático. Robin no espera y lo vuelve a besar. Juan lo rodea por la cintura. Ahora sí, nada impide que sus cuerpos se estrechen. Sus penes no tardan en ponerse duros y largos.

-          Tiernamente, Robin acaricia la verga de Juan, y besándole las tetillas, se pone en cuclillas. La fellatio es inminente. Juan siente cómo la boca del muchacho le cosquillea su miembro.

-          Robin también le lame las bolas y pasea sus manos por la espalda baja, las nalgas y las piernas de su amante. Entonces se pone en pie, va a buscar algo en su ropa, regresa.

-           Métamela por el culo.

-          Robin le deja un paquetito metálico en la mano a Juan, y de inmediato se apoya en el tanque, parando su culo. Juan está a mil…

 

Lucas entrega los reportes que Renzo espera. Los revisa.

-          Vaya. Todo está en orden. Felicitaciones.

-           Gracias, ingeniero.

-          Lucas sonríe ampliamente, habla con afabilidad. En eso entra Gustavo. Renzo le sonríe, le presenta a su nuevo asistente.

-           Él es Gustavo, mi pareja.

-           Mucho gusto.

 

En el interior de la escuela en construcción, Juan por fin le mete sus 19 centímetros de verga protegida por el condón dentro del culo de Robin. Lo hace poco a poco, dejando que se dilate. Le interesa que su amante goce tanto como él. Logra entrar toda.

Juan se aferra de las caderas de Robin y comienza a cimbrarse. Ambos gimen. Ambos se dicen cosas sucias.

-          Qué rico se mueve… ábrame bien el culito… ahhh…

-           Eso, qué rico… ¿te gusta mi pinga?

-          Varios minutos después, El semen de Juan se esparce por una de las nalgas de Robin, pues le pidió que las dé fuera.

-          Ambos se enjuagan.

-           Jamás lo olvidaré. Cuidese.

-          Robin vuelve a besar a Juan, se viste. Se va.

-          Juan se queda allí, solo, en medio del laberinto sin minotauro… o quizás sí.

 

Dos días después, Eduardo manda a llamar a Juan.

-          Ingeniero, ¿para qué soy bueno?

-           Bueeeno…. Creo que para más de lo que sospechaba. Mire esto.

-          Eduardo coloca un disco en su lap-top, gira la pantalla, cierra la puerta de su oficina.

-          Juan se queda de una pieza. Es él cachando con Robin. Mira al ingeniero, quien está sereno. Cuando al fin se cruzan miradas, le entrega un papel.

-           Llegó con esto.

-          Juan lo lee: “Dígale a su obrero que no se haga el héroe. A mucha gente le gustará ver este video en Internet”.

-           ¿Y esto, ingeniero?

-           Es una amenaza. Y para mí está claro lo que le piden.

-           ¿Qué?

-           Renuncie de inmediato a su puesto en la obra para que esto no se publique.

 

(CONTINUARÁ)

 

© 2013 Hunks of Piura Entertainment. Esta es una obra de ficción: cualquier parecido con nombres, lugares o situaciones es pura coincidencia. Escribe a hunks.piura@gmail.com o comenta aquí.

 

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