sábado, 12 de agosto de 2023

Un café al desnudo con Elías Velasco

¿qué hay detrás del nuevo encueramiento del conductor de Café & Conversa?

 








Elías Velasco
(nacido en Lima el 21 de noviembre de 1974, donde reside) estaba encerrado en el baño vestido únicamente con un sacón verde. Respiró profundo. Debió pensar que ésta era la cuarta vez en su vida que lo hacía. “Voy a interpretar a un personaje”, se repitió. Logró tranquilizarse, abrió la puerta, salió hacia la sala, se despojó de la prenda. Estaba completamente desnudo.

 

Afuera lo esperaban dos miembros de su equipo de producción, el artista plástico Miguel Rosas y sus tres aprendices. Todo el mundo entendió que estaba listo. elías se sentó como el pintor le pidió y posó como Dios –aunque no crea en Él—lo trajo a este mundo.

 

“Me sentí nervioso, un poco ansioso, muy observado en general”, cuenta el creador, director y conductor de su show en YouTube, el amenísimo e inspirador Café & Conversa, un espacio donde Elías se sienta a charlar en profundidad con invitados muy diversos.

 

Para el episodio dedicado a Miguel Rosas, su productor sugirió que no solo converse ante cámara o que muestre parte del desnudo masculino que el artista plástico pinta. Pidió a Elías que sea uno de los modelos: “Me pareció una idea bastante arriesgada, polémica, pero muy artística”.

 

No podía echarse para atrás porque cree que si un periodista tiene que narrar bien una crónica, en cierto modo debe convertirse en parte de ella. O sea, si tenía que hablar de hombres pintados completamente desnudos, pues… tenía que ser uno de ellos. Para evadir la censura de YouTube, que prohíbe mostrar explícitamente la pinga, las bolas o todo el culo, su producción eligió ángulos que no mostraran nada más que sus hermosos torso y piernas.

 

Hoy, por primera vez, Elías Velasco cuenta en exclusiva para Hunks of Piura esos detalles y secretos que ni siquiera confesó en aquel comentado episodio.

 







Grandes músculos, pequeño autoestima

En 1993, Elías era otro chico limeño flaco que se sentía demasiado pequeño psicológicamente hablando. Acababa de salir de una relación que de tóxica pasó a violenta. Su pareja se emborrachaba, se desaparecía del mapa; y cuando reaparecía, lo que debía ser un reencuentro romántico se volvió discusiones cada vez más crispadas. Entonces, llegaron los golpes. En algún momento, Elías fue violado sexualmente por ese chico totalmente drogado.

 

“Tener sexo forzado con una persona es violación”, afirma hoy. “Eso me deprimió mucho. Me encerré. Estaba muy delgado”, recuerda.

 

Recapacitó  cuando pidió trabajo en una galería de ropa. el dueño era un miembro de la comunidad LGTBIQ+: “¿cómo un feo va a vender ropa bonita?”, le encaró.

 

Cierta tarde, un amigo pidió que lo acompañara a ver un partido de básquet en el colegio Guadalupe, en el centro de Lima, y cuando menos se dio cuenta, estaba metido en el gimnasio: “en un año cambió mi cuerpo, comencé a arreglarme más”. Su musculatura causó furor e inquietud, lo que Elías usó para cobrarse revancha: “si me maltrataron, yo tenía que maltratar”.

 

Echó para adelante, y en 2004 comenzó a estudiar los secretos de esos físicos que despiertan nuestros deseos prohibidos. Para entonces, estaba en una segunda relación. “Mi pareja me pagó el curso”.

 

En 2007, Elías salió al público vistiendo una tanga bajo la que ya destacaba un hermoso culo y un delicioso paquete. Llegó al Mister Perú y se codeó con las mayores figuras del fisicoculturismo y el fitness; de hecho, obtuvo el tercer lugar en la categoría de culturismo clásico. Previamente, había quedado en segundo lugar en el Mister Lima en la misma categoría, y había ganado el Mister Verano. Tenía 33 años.

 

El problema fue que esa hermosa figura necesitaba que consuma anabólicos. Una enfermedad en sus huesos se activó y lo postró en cama. “Bajé hasta los 49 kilos.”. Como referencia, Elías mide metro 68, así que su peso ideal tenía que estar entre 67 y 70 kilos. “Traté de suicidarme, pero algo impidió que me lanzara al vacío… ¿qué fue? Ni yo mismo lo tengo claro”.

 

Los siguientes doce meses fueron de tratamiento psiquiátrico intensivo. El deseo de matarse fue desapareciendo poco a poco, pero su propio concepto seguía muy devaluado: “Yo me sentía una persona pobre en todos los aspectos”.

 






Las mejores nalgas

Antes del desnudo integral que hizo para su programa, Elías Velasco ya se había quitado toda la ropa en tres ocasiones: en 2008 para una campaña orientada a escorts de Panamá y para el Ministerio de Salud (Minsa); en 2011, nuevamente para el Minsa esta vez en alianza con el Movimiento de Homosexuales y Lesbianas, dentro de una campaña que se llamó Úsame; en 2012 para un fotógrafo francés, que las publicó en una revista para chicos;.

 

La segunda sesión fue especial porque se trató de despertar conciencia sobre el uso del condón y porque Elías compartió el set con otros dos modelos de hermosos cuerpos con quienes simuló poses sexuales pero cubierto por látex de pies a cabeza. Pudo lidiar con el hecho de posar solo, pero hacerlo con otros dos modelos lo intimidó: “Sentí un poco de pudor y nervios”, cuenta.

 

El fotógrafo tuvo tino para romper el hielo, y la sesión se hizo, aunque duró siete horas. Una de las estrategias fue alabando el culo de Elías: “Son las mejores nalgas que he visto”, le dijo, y se lo explicó: estaban bien trabajadas y lucían bien masculinas. Tratamos de vérselas nuevamente, y las tiene riquísimas, aunque de inmediato nos pide orden: “Me gusta  cómo han quedado mis nalgas, pero más me gustan mis ojos… como que hablan mirando.”

 

La campaña Úsame fue un éxito en todo el Perú, aunque a la mamá de Elías no le hizo gracia que el cuerpo desnudo de su hijo se exhibiera en bares y discos de ambiente: “Lo hice porque había un tema de fondo.”.

 

Tener un hermoso cuerpo también lo hizo atractivo para el negocio de los escorts. Ocurrió en 2007. No aceptó. También le propusieron actuar teniendo sexo con otros culturistas peruanos y extranjeros pagándole de 1000 a 1500 dólares por sesión. Volvió a negarse.

 

“No lo acepté porque no lo consideraba estratégico”, explica. Un árbitro argentino era el reclutador de los modelos. Poco después, el escándalo de los culturistas peruanos calatos estalló con fuerza por los medios.

 






Primero, belleza interior

Tener un hermoso cuerpo es ahora un estilo de vida para Elías, pero el físico no es lo primero en que se enfoca. El primer entrenamiento es mental: “como vas a estar por dentro, vas a estar por fuera”. El comunicador se reconoce como un paciente que ha tratado su depresión y su ansiedad. Su búsqueda mental ha entendido que la raíz del problema comenzó desde el mismo momento cuando fue concebido.

 

¿Pareja? No. Ya aprendió que es mejor tomarse el tiempo necesario para elegir mejor; más bien, está enamorado de sí mismo. “Me está resultando enfocarme en cosas concretas y no rodearme de personas que no me aportan nada”, afirma. Su consigna es la empatía o ponerse en los zapatos del otro. Así puede tomar mejores decisiones. “Me siento libre, cicatrizado”, sonríe.

 

Elías asegura que el mejor regalo que te puedes hacer es cambiar porque es tu propia postura, no porque te lo dice la gente: “Mi vida no se maneja por una aceptación colectiva sino por una aceptación interna”.

 

¿Y su pasado? “No puedo renegar de las experiencias de mi vida porque me permiten estar más cuajado”. Y parte de ese crecimiento ha sido crear Café & Conversa. “El programa ha salido más por un tema catártico, debido a una segunda ruptura amorosa”, revela.

 






Y la erección comenzó

Como parte de esa nueva aventura, llegamos a la mañana cuando Elías posó completamente desnudo frente a Miguel Rosas. Tras liberarse del sacón, el siguiente reto fue mantenerse quieto. Y si Elías tiene un pequeñito problema es que suele moverse mucho.

 

Estuvo sentado por tres horas: “Tuve calambres en nalgas, pantorrillas y pies”. Eso le activó la ansiedad y los nervios… y ambas le activaron su pene de 17 centímetros de largo. “Miguel, creo que esa parte se quiere levantar un poco”, le dijo al artista plástico. “eso es normal”, le respondió Rosas con naturalidad. Dicho eso, su verga se volvió a dormir.

 

Lucir su metro 68 y sus actuales 72 kilos requirió alguna preparación corporal: se recortó un poco los vellos del pubis y las piernas. Para sus dos primeros desnudos, sí se depiló completo.

 

Cuando terminó de posar y vio su cuerpo desnudo pintado en el lienzo, quedó muy satisfecho. “Me impresionó el color que le plasmó… Me sentí muy cuidado y protegido por Miguel… Me sentí muy pleno.

 

Elías cree ser una persona bastante normal. “No me considero guapo”, pero “yo me siento atractivo”. A pesar del desnudo y de su físico, tampoco se siente un símbolo sexual. “Me considero una persona en pleno proceso de crecimiento, que busca la belleza interna,” afirma. Eso no lo desenfoca de su físico, del que, dice, no cambiaría nada a estas alturas de su vida.

 

“El cuadro que me hizo Miguel es una piel que expresa colores a través del lienzo, que ha sabido posicionar lo que más me gusta de mí, que son mis ojos”. El cómo lo tome la gente, para bien, para mal, o para fantasear sexualmente lo tiene sin cuidado.

 

Elías piensa que la sesión que hizo para Miguel Rosas ha beneficiado su trabajo como comunicador; de hecho, cree que el cuerpo “es un templo o un lienzo que habla”. “Si me proponen un desnudo y siento que va a aportar a mi vida profesional, sí lo aceptaría”, asegura.

 

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